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Leer es nuestro cuento - 13 agosto, 2019

Christopher; la Luna y las estrellas

Junio de 2030 Christopher está sentado en la luna, por más de 10 años ha permanecido allí, aburrido ha intentado ser bombero, piloto, espía y hasta súper héroe. Está cansado de darle miles de vueltas. ¿Y no se le puede culpar, porque de qué sirve estar en la cima si estás solo?

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Esther Pardo Urueta

Junio de 2030 Christopher está sentado en la luna, por más de 10 años ha permanecido allí, aburrido ha intentado ser bombero, piloto, espía y hasta súper héroe. Está cansado de darle miles de vueltas. ¿Y no se le puede culpar, porque de qué sirve estar en la cima si estás solo?

Se detuvo a pensar en las estrellas, le cautivaba su gran esplendor, pero lástima que entre millones de ellas ninguna fue capaz de hablarle y él por miedo las observaba de lejos. Hasta que un día una le pestañeaba y decidió romper el hielo:

Hola ¿Por qué estás aquí? ¿Yo? Pues, estoy aquí porque desde pequeño quise saber que es estar en la luna.

 ¿Quién te impulsó hasta acá? ¿Una especie de nave?

Un señor algo interesante y querido por todas las personas allá abajo su nombre es sueños, él me trajo hasta acá.

La estrella intrigada al ver y escuchar un ser extraño le dijo ¿Y tus amigos? ¿Dónde están los otros seres misteriosos? Él sonríe, lo siento no tengo amigos, aquellos seres enigmáticos que mencionas creyeron que estaba demente y no quisieron venir conmigo, Ja, ja de lo que se pierden. El astro al verlo desanimado, lo invita a un interesante recorrido interestelar.

La travesía había comenzado y él se encontraba feliz viendo lo que nunca pensó que existiera, su corazón sentía la adrenalina de seguir conociendo lo que le rodeaba. Recorrieron los planetas y pararon en Saturno donde admiraron la belleza de todo el espacio. Luego en la luna se despidieron y él posó sus ojos en ella viéndola alejarse como un camino en paz bajo la noche.

Christopher quiso escribir la aventura con su espléndida compañera; exhausto por el paseo piensa en las cosas que se había perdido por miedo a descubrir el inmenso espacio, no obstante, su felicidad termina, pues ya era tiempo de marcharse a “la tierra”.

Decide vivir el tiempo que le queda, sin olvidar su ángel guardián en la inmensidad, así que engrandecido con el poder que da el perder el miedo, la busca y con cámara y diario, retoma el recorrido, pero esta vez, decide fotografiar todo, escribe miles de poemas, tomando como inspiración el universo.

Su amada complacida por su entusiasmo le pregunta ¿Por qué estás feliz? Porque   de nada sirve estar en la cima del mundo si no lo disfrutas, cumpliendo y saciando tus aspiraciones, la estrella admirada ante tal reflexión, le responde, tienes razón, estoy… no había terminado de decirlo cuando Christopher desapareció desesperada comienza a buscarlo, pero ya era tarde, solamente le dejó su diario, con una carta para ella.

“Querida estrella, siento  partir tan rápido, sé que apenas te conocí, pero ya era mi tiempo de regresar, llevaré en lo más profundo de mi corazón esta gran  aventura; grabaré todo el espacio y su belleza galáctica, te doy gracias por animar mis fantasías e ilusiones, por enseñarme que, aunque los demás no  valoren nuestros esfuerzos, ni se atrevan a intentarlo “YO” sí lo puedo hacer, debo dar el primer paso, el más valiente de todos. Por último, quiero decirte que… estar acá me hizo creer que los sueños si existen y solo se pueden encontrar dentro, de sí, en el alma, estaré viniendo constantemente, así que ¡nos veremos pronto!” En cada Ítaca o meta que emprenda me acompañarás…

Con cariño, Christopher

Autora: Esther Sofía Pardo Urueta – I.E. Alfonso López Pumarejo

Leer es nuestro cuento
13 agosto, 2019

Christopher; la Luna y las estrellas

Junio de 2030 Christopher está sentado en la luna, por más de 10 años ha permanecido allí, aburrido ha intentado ser bombero, piloto, espía y hasta súper héroe. Está cansado de darle miles de vueltas. ¿Y no se le puede culpar, porque de qué sirve estar en la cima si estás solo?


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Esther Pardo Urueta

Junio de 2030 Christopher está sentado en la luna, por más de 10 años ha permanecido allí, aburrido ha intentado ser bombero, piloto, espía y hasta súper héroe. Está cansado de darle miles de vueltas. ¿Y no se le puede culpar, porque de qué sirve estar en la cima si estás solo?

Se detuvo a pensar en las estrellas, le cautivaba su gran esplendor, pero lástima que entre millones de ellas ninguna fue capaz de hablarle y él por miedo las observaba de lejos. Hasta que un día una le pestañeaba y decidió romper el hielo:

Hola ¿Por qué estás aquí? ¿Yo? Pues, estoy aquí porque desde pequeño quise saber que es estar en la luna.

 ¿Quién te impulsó hasta acá? ¿Una especie de nave?

Un señor algo interesante y querido por todas las personas allá abajo su nombre es sueños, él me trajo hasta acá.

La estrella intrigada al ver y escuchar un ser extraño le dijo ¿Y tus amigos? ¿Dónde están los otros seres misteriosos? Él sonríe, lo siento no tengo amigos, aquellos seres enigmáticos que mencionas creyeron que estaba demente y no quisieron venir conmigo, Ja, ja de lo que se pierden. El astro al verlo desanimado, lo invita a un interesante recorrido interestelar.

La travesía había comenzado y él se encontraba feliz viendo lo que nunca pensó que existiera, su corazón sentía la adrenalina de seguir conociendo lo que le rodeaba. Recorrieron los planetas y pararon en Saturno donde admiraron la belleza de todo el espacio. Luego en la luna se despidieron y él posó sus ojos en ella viéndola alejarse como un camino en paz bajo la noche.

Christopher quiso escribir la aventura con su espléndida compañera; exhausto por el paseo piensa en las cosas que se había perdido por miedo a descubrir el inmenso espacio, no obstante, su felicidad termina, pues ya era tiempo de marcharse a “la tierra”.

Decide vivir el tiempo que le queda, sin olvidar su ángel guardián en la inmensidad, así que engrandecido con el poder que da el perder el miedo, la busca y con cámara y diario, retoma el recorrido, pero esta vez, decide fotografiar todo, escribe miles de poemas, tomando como inspiración el universo.

Su amada complacida por su entusiasmo le pregunta ¿Por qué estás feliz? Porque   de nada sirve estar en la cima del mundo si no lo disfrutas, cumpliendo y saciando tus aspiraciones, la estrella admirada ante tal reflexión, le responde, tienes razón, estoy… no había terminado de decirlo cuando Christopher desapareció desesperada comienza a buscarlo, pero ya era tarde, solamente le dejó su diario, con una carta para ella.

“Querida estrella, siento  partir tan rápido, sé que apenas te conocí, pero ya era mi tiempo de regresar, llevaré en lo más profundo de mi corazón esta gran  aventura; grabaré todo el espacio y su belleza galáctica, te doy gracias por animar mis fantasías e ilusiones, por enseñarme que, aunque los demás no  valoren nuestros esfuerzos, ni se atrevan a intentarlo “YO” sí lo puedo hacer, debo dar el primer paso, el más valiente de todos. Por último, quiero decirte que… estar acá me hizo creer que los sueños si existen y solo se pueden encontrar dentro, de sí, en el alma, estaré viniendo constantemente, así que ¡nos veremos pronto!” En cada Ítaca o meta que emprenda me acompañarás…

Con cariño, Christopher

Autora: Esther Sofía Pardo Urueta – I.E. Alfonso López Pumarejo