Con una oferta cultural diversa y gratuita, el Centro Cultural del Banco de la República se convierte en un referente para la ciudad.
En Valledupar existe un lugar donde todos los niños son iguales y están unidos por el lazo de las historias, cuentos y juegos: el Centro Cultural Banco de la República. Amparo Bello, gerente del Banrepública, comparte la historia de “nuestra usuaria más fiel, todos los días está aquí”, una niña de seis años llamada María Celeste, quien es llevada diariamente por su abuelo, Juan Carlos Ojeda, un embolador del centro de la ciudad.
Ojeda menciona: “En su barrio (María Celeste) ya no tiene el mismo temperamento. Porque ella, cuando está con los niños aquí, se relaciona con ellos y me habla lindo; me da una versión nueva, bonita. Pero cuando llega del colegio, me habla de unas cosas que me dejan alarmado. Un colegio que está en la zona de tolerancia de aquí de Valledupar”.
Esta experiencia resalta la importancia del ambiente positivo que se fomenta hoy por hoy en el Centro Cultural Banco de la República. No solo eso, también es un espacio familiar de goce gratuito en el que familias enteras puedan disfrutar de espacios para jugar juegos de mesa, pintura y lectura.
“Como Banco Central, tiene a cargo todo lo que tiene que ver con la circulación del dinero en todas sus denominaciones en todo el territorio colombiano. Adicionalmente, tiene unas funciones que tienen que ver con la regulación monetaria, pero la Constitución de 1991 nos ratificó que podemos continuar con la labor cultural. Y es así como el banco tiene en este momento en 28 ciudades presencia cultural y cuenta con 24 centros culturales, de los cuales Valledupar forma parte de esa gran red de centros culturales con biblioteca y con una cantidad de servicios en donde podemos ofrecerles algo maravilloso: la oportunidad de conocer todas las colecciones que tenemos, una variada colección en todas las áreas del conocimiento”, explica Bello sobre la función que cumple hoy la entidad en la ciudad.
La biblioteca alberga más de dos millones de materiales bibliográficos y más de doce mil documentos digitales. “Una de las líneas de acción del banco está relacionada con sus colecciones musicales, que son muy importantes. Estas colecciones incluyen grabaciones de todos los conciertos realizados, así como una variedad de música clásica y música colombiana a lo largo del tiempo”, comenta Bello con orgullo.
El banco ofrece servicios a través de su red cultural; una vez que un ciudadano se afilia, puede acceder a estas colecciones físicas no solo en Valledupar, sino también solicitarlas gratuitamente desde otras ciudades como Bogotá, San Andrés, Tunja o Leticia por mencionar algunos.
Bello también menciona el papel histórico de la entidad: “El Banco de la República comenzó aquí en Valledupar hace 40 años. En esa misma época, inició algunas actividades culturales como conciertos en iglesias. Sin embargo, fue en 1982 cuando se inauguró este edificio; aquí empieza el Banco de la República hace 30 años y se crea y consolida la Biblioteca Consuelo Araújo Noguera. Así es como este Centro Cultural adquiere su nombre: el Centro Cultural del Banco de la República en Valledupar, con la biblioteca Consuelo Araújo Noguera. Hoy en día, esta Biblioteca cuenta con aproximadamente 30.000 volúmenes disponibles para todas las comunidades del departamento del Cesar y particularmente para Valledupar”.
Joheimy Ávila es asistente de la programación cultural que ofrece el Centro Cultural Banco de la República. Ella comparte su experiencia: “Tengo una impresión bastante impactante de los eventos, porque me esperaba otra cosa. Fue la primera vez que veo esto y me ha parecido bastante chévere, porque es bastante simbólico el hecho de nosotros poder plasmar nuestras memorias”. Esta fue la primera vez que Ávila participaba en un evento con víctimas del conflicto armado colombiano.
Los eventos abarcan una amplia variedad de temas, desde memoria histórica y arte hasta biología y deporte colombiano. “El Banco de la República organiza seminarios, conferencias y talleres sobre diversas temáticas, como arte, arqueología y tendencias culturales. En estos eventos, se involucra a los artistas de la ciudad, quienes participan en las exposiciones que se llevan a cabo en Valledupar. Generalmente, se contratan visitas guiadas que permiten a los artistas colaborar y ayudar en los procesos de difusión cultural”, explica la gerente de la entidad.
Actualmente se encuentra la exposición ‘Escarabajos Un país descubierto a pedalazos’, que cuenta la historia del ciclismo colombiano con los curadores Diego Aldana y Gabriel Linares. Además, “tenemos una programación muy grande para noviembre, supremamente grande. Vamos a tener dos foros con EL PILÓN en noviembre. El primero será en los primeros días, alrededor del 6 o 7 de noviembre; ese será el primer foro. Y el segundo foro, que es el de las mujeres y el vallenato, contará con la invitada Sandra Arregocés”, enfatiza Bello.
Yajamna Durán es mediadora cultural con su colectivo ‘Los libros que trae el río’: “Con este colectivo, comenzamos a hablar sobre la paz en el Pescaíto con la comunidad. Al iniciar estos talleres, nos acercamos al banco y preguntamos sobre la ‘mochila de la paz’, una maleta viajera que contiene entre 25 y 30 libros. Esta maleta se puede llevar y utilizar para realizar actividades. El personal del Banco nos dijo que también podíamos llevar esta maleta para el proyecto que queríamos desarrollar sobre mediación y paz”.
Durán es una joven que ha encontrado en la promoción de la lectura una nueva manera de transformar su territorio, enfocándose en los más pequeños. Cada fin de semana, camina 30 minutos desde la margen derecha del río hasta el Centro Cultural Banco de la República. “Usualmente, vamos al banco con los niños, haciendo una especie de excursión desde Pescaíto hasta allá. Caminamos cantando, y la gente nos mira con curiosidad, preguntándose quiénes son esos que van cantando. Siempre decimos: ‘Nosotros somos los niños del Pescadito y vamos para la biblioteca a leer’. Cuando alguien nos pregunta si leemos, ellos gritan: ‘¡Sí, nosotros leemos!’. Mientras caminamos, estamos muy felices”, expresa la mediadora con alegría.
Sin embargo, este es solo un ejemplo de las miles de formas en que se pueden aprovechar los espacios que ofrece el centro cultural. Las personas con un puntaje del Sisbén inferior a 54 y los adultos mayores pagan solo $3.000 al año y tienen acceso al material bibliográfico por 10 días. Mediadores como Yajamna Durán tienen acceso gratuito porque están transformando territorios.
La categoría Investigadores ofrece un valor anual de $40.000 para académicos, ya sean institucionales o particulares. Este programa permite el préstamo de hasta 15 materiales bibliográficos por un período de 30 días. Además, el banco proporciona cursos de autoaprendizaje en idiomas, facilitando así el acceso a recursos educativos y promoviendo el desarrollo profesional de los usuarios.
Funcionarios del Centro Cultural Banco de la República le han comentado a Durán sobre el impacto positivo que han tenido sus visitas con los niños de la margen derecha: “Ya vinieron solos, pero no te preocupes, nosotros aquí los estamos atendiendo muy bien”, cuenta la mediadora. Esta misma tranquilidad siente Juan Carlos Ojeda, abuelo de María Celeste, al saber que su nieta está conociendo otros mundos a través de la literatura, el juego, la música y los eventos que ofrece el Banco de la República.
Con una oferta cultural diversa y gratuita, el Centro Cultural del Banco de la República se convierte en un referente para la ciudad.
En Valledupar existe un lugar donde todos los niños son iguales y están unidos por el lazo de las historias, cuentos y juegos: el Centro Cultural Banco de la República. Amparo Bello, gerente del Banrepública, comparte la historia de “nuestra usuaria más fiel, todos los días está aquí”, una niña de seis años llamada María Celeste, quien es llevada diariamente por su abuelo, Juan Carlos Ojeda, un embolador del centro de la ciudad.
Ojeda menciona: “En su barrio (María Celeste) ya no tiene el mismo temperamento. Porque ella, cuando está con los niños aquí, se relaciona con ellos y me habla lindo; me da una versión nueva, bonita. Pero cuando llega del colegio, me habla de unas cosas que me dejan alarmado. Un colegio que está en la zona de tolerancia de aquí de Valledupar”.
Esta experiencia resalta la importancia del ambiente positivo que se fomenta hoy por hoy en el Centro Cultural Banco de la República. No solo eso, también es un espacio familiar de goce gratuito en el que familias enteras puedan disfrutar de espacios para jugar juegos de mesa, pintura y lectura.
“Como Banco Central, tiene a cargo todo lo que tiene que ver con la circulación del dinero en todas sus denominaciones en todo el territorio colombiano. Adicionalmente, tiene unas funciones que tienen que ver con la regulación monetaria, pero la Constitución de 1991 nos ratificó que podemos continuar con la labor cultural. Y es así como el banco tiene en este momento en 28 ciudades presencia cultural y cuenta con 24 centros culturales, de los cuales Valledupar forma parte de esa gran red de centros culturales con biblioteca y con una cantidad de servicios en donde podemos ofrecerles algo maravilloso: la oportunidad de conocer todas las colecciones que tenemos, una variada colección en todas las áreas del conocimiento”, explica Bello sobre la función que cumple hoy la entidad en la ciudad.
La biblioteca alberga más de dos millones de materiales bibliográficos y más de doce mil documentos digitales. “Una de las líneas de acción del banco está relacionada con sus colecciones musicales, que son muy importantes. Estas colecciones incluyen grabaciones de todos los conciertos realizados, así como una variedad de música clásica y música colombiana a lo largo del tiempo”, comenta Bello con orgullo.
El banco ofrece servicios a través de su red cultural; una vez que un ciudadano se afilia, puede acceder a estas colecciones físicas no solo en Valledupar, sino también solicitarlas gratuitamente desde otras ciudades como Bogotá, San Andrés, Tunja o Leticia por mencionar algunos.
Bello también menciona el papel histórico de la entidad: “El Banco de la República comenzó aquí en Valledupar hace 40 años. En esa misma época, inició algunas actividades culturales como conciertos en iglesias. Sin embargo, fue en 1982 cuando se inauguró este edificio; aquí empieza el Banco de la República hace 30 años y se crea y consolida la Biblioteca Consuelo Araújo Noguera. Así es como este Centro Cultural adquiere su nombre: el Centro Cultural del Banco de la República en Valledupar, con la biblioteca Consuelo Araújo Noguera. Hoy en día, esta Biblioteca cuenta con aproximadamente 30.000 volúmenes disponibles para todas las comunidades del departamento del Cesar y particularmente para Valledupar”.
Joheimy Ávila es asistente de la programación cultural que ofrece el Centro Cultural Banco de la República. Ella comparte su experiencia: “Tengo una impresión bastante impactante de los eventos, porque me esperaba otra cosa. Fue la primera vez que veo esto y me ha parecido bastante chévere, porque es bastante simbólico el hecho de nosotros poder plasmar nuestras memorias”. Esta fue la primera vez que Ávila participaba en un evento con víctimas del conflicto armado colombiano.
Los eventos abarcan una amplia variedad de temas, desde memoria histórica y arte hasta biología y deporte colombiano. “El Banco de la República organiza seminarios, conferencias y talleres sobre diversas temáticas, como arte, arqueología y tendencias culturales. En estos eventos, se involucra a los artistas de la ciudad, quienes participan en las exposiciones que se llevan a cabo en Valledupar. Generalmente, se contratan visitas guiadas que permiten a los artistas colaborar y ayudar en los procesos de difusión cultural”, explica la gerente de la entidad.
Actualmente se encuentra la exposición ‘Escarabajos Un país descubierto a pedalazos’, que cuenta la historia del ciclismo colombiano con los curadores Diego Aldana y Gabriel Linares. Además, “tenemos una programación muy grande para noviembre, supremamente grande. Vamos a tener dos foros con EL PILÓN en noviembre. El primero será en los primeros días, alrededor del 6 o 7 de noviembre; ese será el primer foro. Y el segundo foro, que es el de las mujeres y el vallenato, contará con la invitada Sandra Arregocés”, enfatiza Bello.
Yajamna Durán es mediadora cultural con su colectivo ‘Los libros que trae el río’: “Con este colectivo, comenzamos a hablar sobre la paz en el Pescaíto con la comunidad. Al iniciar estos talleres, nos acercamos al banco y preguntamos sobre la ‘mochila de la paz’, una maleta viajera que contiene entre 25 y 30 libros. Esta maleta se puede llevar y utilizar para realizar actividades. El personal del Banco nos dijo que también podíamos llevar esta maleta para el proyecto que queríamos desarrollar sobre mediación y paz”.
Durán es una joven que ha encontrado en la promoción de la lectura una nueva manera de transformar su territorio, enfocándose en los más pequeños. Cada fin de semana, camina 30 minutos desde la margen derecha del río hasta el Centro Cultural Banco de la República. “Usualmente, vamos al banco con los niños, haciendo una especie de excursión desde Pescaíto hasta allá. Caminamos cantando, y la gente nos mira con curiosidad, preguntándose quiénes son esos que van cantando. Siempre decimos: ‘Nosotros somos los niños del Pescadito y vamos para la biblioteca a leer’. Cuando alguien nos pregunta si leemos, ellos gritan: ‘¡Sí, nosotros leemos!’. Mientras caminamos, estamos muy felices”, expresa la mediadora con alegría.
Sin embargo, este es solo un ejemplo de las miles de formas en que se pueden aprovechar los espacios que ofrece el centro cultural. Las personas con un puntaje del Sisbén inferior a 54 y los adultos mayores pagan solo $3.000 al año y tienen acceso al material bibliográfico por 10 días. Mediadores como Yajamna Durán tienen acceso gratuito porque están transformando territorios.
La categoría Investigadores ofrece un valor anual de $40.000 para académicos, ya sean institucionales o particulares. Este programa permite el préstamo de hasta 15 materiales bibliográficos por un período de 30 días. Además, el banco proporciona cursos de autoaprendizaje en idiomas, facilitando así el acceso a recursos educativos y promoviendo el desarrollo profesional de los usuarios.
Funcionarios del Centro Cultural Banco de la República le han comentado a Durán sobre el impacto positivo que han tenido sus visitas con los niños de la margen derecha: “Ya vinieron solos, pero no te preocupes, nosotros aquí los estamos atendiendo muy bien”, cuenta la mediadora. Esta misma tranquilidad siente Juan Carlos Ojeda, abuelo de María Celeste, al saber que su nieta está conociendo otros mundos a través de la literatura, el juego, la música y los eventos que ofrece el Banco de la República.