Cuando pensé que la Casa museo del Cacique de La Junta, ubicada en Carrizal, municipio de San Juan del Cesar, no estaba concurrida como en los días de Semana Santa o de Festival Vallenato, que acudieron allí más de 30 mil personas; decidí ayer lunes por la mañana desafiando la temperatura que superaba los 35 grados y bajo un sol canicular propio de las tierras de trópico, llegar hasta este punto de la geografía guajira, para detallar con tranquilidad y esmero, uno a uno los elementos que los hijos, hermanos y amigos de Diomedes Díaz, llevaron allí para exponer a los miles de turistas que vienen de todos los lugares del país y de esta forma puedan apreciar objetos que pertenecieron al desaparecido cantautor.

De repente y cuando me disponía a concentrarme a realizar mi trabajo, me sorprendió la llegada de una comitiva de amigos integrada por 15 personas, procedentes de Bogotá, quienes viajaron durante más de 16 horas, para contemplar maravillados, los objetos que alguna vez, pertenecieron a Diomedes Díaz y su familia; fue tanta mi admiración al observar, la forma cómo estos turistas detallaban minuciosamente el lugar y se hacían preguntas, que a veces no tenían respuestas, entonces me dispuse a caminar junto con ellos y sirviendo de guía improvisado indicándole qué significado tenía cada uno de los elementos que se encuentran en este histórico lugar.

Pausadamente fuimos viendo y detallando una a una las múltiples fotografías que están a la entrada del amplio corredor, allí los turistas vieron cómo fue creciendo el Cacique, a lo largo de su vida, allí hay estampados en imágenes 56 años de historia, desde que Diomedes gateaba, hasta su muerte, pasando por su árbol genealógico, sus logros, algunas de sus parrandas con amigos y con toda su familia; seguimos caminando y encontramos muebles que pertenecieron a la familia Díaz Maestre, que por el paso del tiempo se fueron deteriorando y hoy están restaurados para engalanar la casa.

La vivienda, que fue ideada por Diomedes Díaz, como una casa campo para tener donde refugiarse en sus días libres y lejos de la fama, tiene dos plantas y al final del pasillo a un costado, hay una estrecha escalera a medio terminar, que conduce al segundo piso, subimos cuidadosamente, y grande fue la cara de satisfacción de los turistas al mirar más fotografías de momentos claves de la vida del ‘Cacique’ y más grande fue su sorpresa cuando entraron a la habitación donde está la primera cama matrimonial de Diomedes y Patricia Acosta, es un mueble cargado de historias que llevan a la nostalgia, igualmente, pudimos apreciar una camisa y unas botas vaqueras que pertenecieron a Díaz Maestre, lo mismo que también se aprecian unas sillas y un peinador donde reposa un frasco de perfume de María Farina de la original, que fue uno de los tantos regalos que le hicieran al desaparecido cantante, en la misma habitación está un chinchorro blanco, tejido en hilo y colgado en la misma forma que el ‘Cacique de La Junta’, lo hacía para pasar horas y horas de descanso.

“Siento que estoy en un templo sagrado para el diomedismo, estoy fascinada y me siento realizada”, expresó eufórica Carmen Pachón, una mujer alegre de ojos expresivos, quien también reconoció su amor por la música de Diomedes Díaz.
Ya en la parte externa de la Casa museo, encontramos una escultura de Diomedes, donde aprovecharon para tomarse las fotos que muchos posan para el recuerdo y otros para presumir ante sus amigos y en las redes sociales; también los acompañé a la réplica de la vivienda donde vivió la familia Díaz Maestre y donde nació el músico, allí detallamos los elementos que representan la vida del artista en su niñez, una vieja lámpara de kerosene, que evoca la época cuando no había energía eléctrica en Carrizal, una cama catre que representa la forma en que nació Diomedes y unos taburetes, muebles que se utilizaban en la época como sillas de comedor y de sala.

Allí aprovechamos para hablar de todo lo concerniente a la vida de Diomedes Díaz y les pregunté cómo les parecía la telenovela que emiten por un canal nacional, basado en la vida del artista y las opiniones fueron encontradas.
“A mí me encanta, no me la pierdo y el día que no la puedo ver, la grabo para observarla después, me gusta porque me divierte y conozco cómo fue Diomedes Díaz”, expresó Carmen dejando escapar una sonrisa de satisfacción.
Entre tanto, otro de los visitantes expresó “la primera parte, cuando Diomedes era niño, me pareció increíble, pero creo que ahora no están mostrando la vida de Diomedes como artista y compositor, el canal está dando más realce a lo negativo, que a lo positivo, por eso ya casi no la veo, errores cometemos todos”, finalizó el hombre de piel blanca y acento cachaco.

Entre estas opiniones encontradas y una que otra anécdota del ‘Cacique’, que me sé y las compartí con los turistas bogotanos, terminó mi visita a la Casa museo de Carrizal, la que inequívocamente pensé haría en la más completa soledad, pero pude constatar que desde que se conoce este lugar, gracias a EL PILÓN, que ha sacado varias notas desde el año pasado, todos los días vienen visitantes, atraídos por el amor que le tenían a la música de Diomedes o por el boom de la telenovela o simplemente pura curiosidad y moda del momento.

Por: Jesús Eduardo Ariño Fragozo
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