La falta de cultura ciudadana en Valledupar es evidente en diferentes sectores de la ciudad. Un punto donde siempre se presenta esta dificultad es la carrera 23 entre calles 44 y 50, donde a cada momento llegan conductores de vehículos de tracción animal y habitantes de la zona a arrojar podas, escombros y animales muertos.

De igual manera, permanecen en el lugar operarios de la empresa Aseo del Norte que realizan limpieza para recuperar este sitio y así evitar el peligro aviar y por ende la contaminación. La última de las jornadas de limpieza se llevó a cabo los días 6, 7 y 8 de noviembre, donde fueron recogidas 240 toneladas.

Según el área de comunicaciones de la entidad encargada del aseo en la capital del Cesar, para esta actividad fueron utilizadas dos volquetas y un cargador. Sin embargo, y pese al esfuerzo de los funcionarios, al día siguiente de la jornada un joven fue encontrado por este grupo periodístico arrojando podas.

Al preguntarle la razón de su acción en este sitio público, el joven contestó: “no he desayunado y ya son las 11:00 de la mañana, ni un tinto me he bebido, toca echarla aquí o si no en otro sitio”, dijo sin vacilar el muchacho que no supera los 17 años y presenta un cierto grado de discapacidad cognitiva.

De esta manera, se evidencia la poca dificultad que ven algunos ciudadanos en dejar en cualquier lugar inservibles, sin tener en cuenta el daño que su acción hace al medio ambiente, y en este caso a la humanidad, puesto que según las autoridades las basuras en los alrededores del aeropuerto Alfonso López podrían significar un peligro ante la presencia de aves de carroña.

Por tal motivo, las autoridades municipales piden a la comunidad tener más cuidado con el medio ambiente.

Por Merlin Duarte García/EL PILÓN
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