EDITORIAL

Cada vez seremos menos y con muchos cambios

En una fecha como hoy, 11 de julio de 2024, Día Mundial de la Población, —y Día del Usuario de los Servicios Públicos—habíamos dicho que, en el departamento del Cesar, al igual que en el resto de Colombia y el mundo, “cada vez somos más poquitos y menos rurales”, en razón a la disminución de la población en los últimos años, con corte a 2023.

Cada vez seremos menos y con muchos cambios

Cada vez seremos menos y con muchos cambios

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En una fecha como hoy, 11 de julio de 2024, Día Mundial de la Población, —y Día del Usuario de los Servicios Públicos—habíamos dicho que, en el departamento del Cesar, al igual que en el resto de Colombia y el mundo, “cada vez somos más poquitos y menos rurales”, en razón a la disminución de la población en los últimos años, con corte a 2023.

Al analizar el 2024 se tiene que esa tendencia continúa a la baja en nuestro territorio, tal como la corrobora un reciente informe del Cesore.

Según el DANE, en el año 2024 se registraron 445.011 nacimientos en el país, 70.538 menos que en el año 2023, lo que significó una reducción del 13,7 %, convirtiéndose en el volumen de nacimientos más bajo de la última década, con 32,7 % menos nacimientos que en el año 2015, pero el Cesore resalta que, de 2020 a 2024, el Cesar fue el territorio en el que más disminuyeron los nacimientos, con una tasa de 36,1 %. Le siguen Amazonas (35,0 %), Atlántico (34,4 %), Magdalena (34,1 %), y Chocó (33,5 %).

Por obvias razones, la disminución de la población, representada en los decesos naturales de la comunidad adulta, la cantidad de muertes violentas, el fallecimiento de gente activa por diferentes enfermedades; y en la baja del número de nacimientos de bebés, generan toda una transformación en los modos de vida.

Precisamente, por Noticias Caracol veíamos un completo informe en el que se hacía énfasis de la incidencia de la disminución de la población en todas las aristas del quehacer diario de nuestra sociedad. Es decir, la vida está cambiando y todos esos cambios seguirán creciendo en el funcionamiento de distintas entidades y de los sistemas tradicionales a los que estábamos acostumbrados.

Ese informe periodístico dimensionó el tema advirtiendo que bajaron las cantidades de salas de partos en clínicas y hospitales; disminuyó el número de ingresos de niños preescolares y de párvulos en las instituciones educativas, lo cual está obligando a los colegios a reducir el tamaño de las aulas de clases de primera infancia; los médicos pediatras han visto disminuido el volumen de su actividad profesional y, naturalmente, las familias son cada vez más pequeñas en cuanto al número de miembros que la conforman.

Entre las razones que motivan la disminución poblacional se destaca, en primera medida, que las nuevas parejas o matrimonios jóvenes se abstienen de tener hijos por miedo al futuro, a la inestabilidad económica, a la incertidumbre reinante sobre el orden mundial, a los efectos del cambio climático; a la nueva mentalidad de la juventud de rehuir a los compromisos como una manera de no torpedear sus metas profesionales y personales. A todo ello se suman los problemas de infertilidad que se han disparado en todas las esferas mundiales, de los cuales Colombia y nuestra región no escapan; lo mismo que la tendencia a tener mascotas en lugar de niños.

No obstante, los analistas y expertos consultados coincidieron en afirmar que en Colombia y en nuestras regiones todavía es alto el número de población joven y activa, lo cual por ahora garantiza la productividad del país y sus territorios.

Para el caso nuestro, y volviendo a las cifras del Cesore, se tiene que en el Cesar el 29.6 % son personas menores de 14 años, el 63.9 % están entre los 15 y 64 años; y el 6.4 % son mayores de 65, mientras que el promedio nacional con estos mismos indicadores son 22,6 %, 68,3 % y 9,1% respectivamente.

En síntesis, estamos ante un asunto de suma complejidad y por ende hay que comenzar a prepararse para esa nueva realidad —que exigirá también mejores y más específicos servicios públicos— desde la institucionalidad, desde los sectores productivos, la academia y todo aquello que resulte determinante para el buen funcionamiento de los distintos estamentos sociales.

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