Las cabañuelas en el Cesar y el resto del país son una tradición que se ha usado durante años para predecir el tiempo meteorológico y a partir de ello decidir qué cultivar. Las personas que definen el clima de cada mes dependiendo el estado del clima de los primeros días de enero se basan en un método que aún no ha sido comprobado científicamente, pero que cobra fuerza en personas que viven en el campo.

Se dice que desde el día primero al 12 de enero de cada año se cuentan los meses en orden ascendente; es decir, empezando por enero. De esta manera, el clima del primero representa el clima de todo el mes de enero, el dos representa el clima de todo febrero y así consecutivamente. Luego, del día 13 al día 24 de enero de cada año se cuentan los meses en orden descendente; es decir, empezando por diciembre.

Al respecto, el presidente del Fondo Ganadero del Cesar, Hernán Araújo Castro, dijo que “las cabañuelas es algo más de tradición. Hoy en día existe mucho pronóstico moderno; sin embargo, todavía hay agricultores y ganaderos muy arraigados a las cabañuelas para saber cómo será el año. Yo por ejemplo si las analizo: hasta ayer íbamos en el mes de marzo, mostrándose como tiempos secos, que indica que es verano. El que no se preparó no tiene chance de más nada, porque lo que hay hasta ahora es pasto secándose, no hay agua y llega un momento en que se agota el pasto; el ganadero previsivo guarda comida para los primeros meses del año, otros deben comprar suplementos alimenticios”.

Por su parte, el director ejecutivo de Fedearroz Valledupar, Jairo Chima Coneo, manifestó que “existen agricultores tradicionales a su idiosincrasia y a ese conocimiento ancestral; eso es válido porque si nosotros podemos unir el conocimiento ancestral con la tecnología podríamos tener unos mejores pronósticos. Si bien con los avances tecnológicos se ha podido predecir el clima, solo no es suficiente, hace falta un componente: el ancestral; de esta manera, se podría precisar cuáles son los cultivos más recomendables de acuerdo a las condiciones climatológicas que se prevén. En el caso que haya poca agua se necesitarían cultivos como el algodón o el maíz”.

Entre tanto, el secretario de Agricultura del Cesar, Carlos Eduardo Campo Cuello, difirió en las apreciaciones anteriores, al aseverar que: “Hoy en día las cabañuelas no es lo que uno utiliza, sobre todo con la proyección del Ideam. Sigue siendo un tema muy respetable ancestralmente hablando, de nuestros abuelos, pero hoy en día tenemos metodologías que nos ayudan a predecir con mayor precisión como es el caso de las tecnologías satelitales, de los niveles de los océanos, y las corrientes de aire, que vienen haciéndose toda una serie de análisis para poder entender el clima y poder ver modelos predictivos y estadísticos más certeros. Por ejemplo, el Fenómeno del Niño es un fenómeno que tiene que ver con el aumento de temperatura del océano pacífico; entonces, se puede predecir con alguna certeza alguna ocurrencia y la magnitud que va a tener, pero siempre hay que respetar los temas ancestrales, lo que nuestros abuelos hacían a través de la luna”.

Por ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ
[email protected]