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La Guajira - 26 agosto, 2014

Brigada integral por la crisis en La Guajira

Problemas de desnutrición y parásitos intestinales, los más frecuentes en comunidad indígena.

Kits nutricionales que contenían leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas y medicinas fueron entregados durante la brigada.
Kits nutricionales que contenían leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas y medicinas fueron entregados durante la brigada.
Boton Wpp

Con un gesto de desesperanza y un tinte de inconformidad, con la mirada perdida, características inconfundibles de los que están cansados de esperar, un niño de la etnia Wayuu, espera el turno para ser atendido de la brigada integral, que organizó el pasado fin de semana la fundación sin ánimo de lucro, Juan Felipe Gómez Escobar, en la ranchería Jarinamana, ubicada a 7 kilómetros de la capital guajira, en la salida hacia Valledupar.

Alrededor de 1400 niños de 0 a 5 años y madres en gestación, fueron atendidos en esta jornada integral, en donde, según los 70 profesionales, entre los que se encontraban pediatras, odontólogos, médicos generales, ginecólogos, psicólogos y nutricionistas, las enfermedades predominantes siguen siendo, la desnutrición, parásitos intestinales y resfriados comunes y enfermedades de la piel, productos de la mala alimentación y consumo de agua no potable.
“Por la falta de lluvias, no podemos cultivar nada y el agua la recogemos en los jagueyes, donde también beben los animales”, djio María Ipuana, una joven madre, quien amamantaba a un niño, con bajo peso y el cabello con poco brillo y en dos tonalidades, señal inequívoca, de desnutrición y parásitos intestinales.

“Nuestro objetivo, es llegar hasta las comunidades más apartadas, pero en la alta Guajira, se nos hace un poco difícil”. Catalina Gómez.

“Entendemos la situación, que afronta la población indígena y sabemos que gran parte de ella es por la sequía que afronta este departamento, pero esto no es desde ahora y es la consecuencia del abandono al que ha sido sometido este pueblo a lo largo de los años”, afirmó la directora de la fundación Juan Felipe Gómez, Catalina Escobar, quien tiene su sede principal el Cartagena y trabaja en esta ciudad por las niñas en estado de vulnerabilidad.
Se pudo constatar que asistieron indígenas de comunidades lejanas, cerca de la frontera con Venezuela, y desde las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta, un territorio que es compartido por 3 etnias, como la Kogui, Arhuaca y Wayuu, en donde nunca había llegado la mano del estado, ni de otra organización que trabajara por el derecho de los aborígenes.
“Ha sido lo mejor, que le ha podido pasar a las poblaciones indígenas, como la Wayuu, Kogui y Arhuaco, porque nunca en la vida, alguien había traído atención como la que estamos viviendo, ojalá y las sigan haciendo, porque nuestros niños están enfermos y desnutridos y se nos están muriendo” aseveró Remedios Catalina López, directora del centro educativo número 11, lugar escogido para hacer la jornada médico recreativa.
Muchas caras de tristeza y desolación se veían entre los indígenas que recibieron los beneficios de la brigada, pero se llenaban de satisfacción cuando eran atendidos por los médicos, les entregaban la droga y un kits nutricional, que contenía leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas, lo mismo que un mercado con productos de primera necesidad y mucha agua; así mismo los niños recibieron actividades recreativas y entrega de juguetes.
“El estado de desnutrición de muchos de estos niños, es grave, ya hemos remitido 3 casos de desnutrición severa, a un centro de recuperación en Riohacha, ya que no los podemos dejar en su casa al cuidado de los padres, porque podrían morir”, afirmó la nutricionista Aura Estela Vega Mendoza, profesional que prestaba los servicios voluntarios a esta jornada de ayuda humanitaria.
La comunidad agradeció el gesto de la Fundación y de las entidades privadas, que conmovidas con la situación que afronta el departamento, está aportando su grano de arena para no dejarlos padecer.
Entre las organizaciones se destacan, empresas de transporte aéreo y terrestre, embotelladoras de agua y refrescos, multinacionales que explotan recursos mineros en La Guajira, laboratorios médicos, el ejército Nacional y muchas entidades voluntarias que trabajan por la población menos favorecida en todo el país.
“Estamos agradecidos con todos los que vinieron y les pedimos que no nos dejen solos y nos sigan ayudando”, manifestó Remedios Catalina López, líder indígena.
Por su parte, la directora de la fundación, expresó que esto apenas es el comienzo y que en la presente semana se estarán trasladando a la alta Guajira, donde el problema es aún mucho mayor, para llevar a cabo una brigada de las mismas proporciones que ésta.
“Nuestro objetivo, es llegar hasta las comunidades más apartadas, pero en la alta Guajira, se nos hace un poco difícil, ya que las distancias entre una comunidad y otra, son bastante grandes y el traslado hasta allá es casi imposible, por ello, vamos a llegar hasta donde las circunstancias nos permitan, porque queremos ayudar a toda la población”, expresó Catalina Escobar.
Finalmente, la gestora de la brigada, concluyó con una frase para reflexionar, de Martín Luther King que dice “Comenzaremos a morir, el día que callemos las cosas que de verdad importan”.

Por Jesús Eduardo Ariño Fragozo
[email protected].

La Guajira
26 agosto, 2014

Brigada integral por la crisis en La Guajira

Problemas de desnutrición y parásitos intestinales, los más frecuentes en comunidad indígena.


Kits nutricionales que contenían leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas y medicinas fueron entregados durante la brigada.
Kits nutricionales que contenían leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas y medicinas fueron entregados durante la brigada.
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Con un gesto de desesperanza y un tinte de inconformidad, con la mirada perdida, características inconfundibles de los que están cansados de esperar, un niño de la etnia Wayuu, espera el turno para ser atendido de la brigada integral, que organizó el pasado fin de semana la fundación sin ánimo de lucro, Juan Felipe Gómez Escobar, en la ranchería Jarinamana, ubicada a 7 kilómetros de la capital guajira, en la salida hacia Valledupar.

Alrededor de 1400 niños de 0 a 5 años y madres en gestación, fueron atendidos en esta jornada integral, en donde, según los 70 profesionales, entre los que se encontraban pediatras, odontólogos, médicos generales, ginecólogos, psicólogos y nutricionistas, las enfermedades predominantes siguen siendo, la desnutrición, parásitos intestinales y resfriados comunes y enfermedades de la piel, productos de la mala alimentación y consumo de agua no potable.
“Por la falta de lluvias, no podemos cultivar nada y el agua la recogemos en los jagueyes, donde también beben los animales”, djio María Ipuana, una joven madre, quien amamantaba a un niño, con bajo peso y el cabello con poco brillo y en dos tonalidades, señal inequívoca, de desnutrición y parásitos intestinales.

“Nuestro objetivo, es llegar hasta las comunidades más apartadas, pero en la alta Guajira, se nos hace un poco difícil”. Catalina Gómez.

“Entendemos la situación, que afronta la población indígena y sabemos que gran parte de ella es por la sequía que afronta este departamento, pero esto no es desde ahora y es la consecuencia del abandono al que ha sido sometido este pueblo a lo largo de los años”, afirmó la directora de la fundación Juan Felipe Gómez, Catalina Escobar, quien tiene su sede principal el Cartagena y trabaja en esta ciudad por las niñas en estado de vulnerabilidad.
Se pudo constatar que asistieron indígenas de comunidades lejanas, cerca de la frontera con Venezuela, y desde las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta, un territorio que es compartido por 3 etnias, como la Kogui, Arhuaca y Wayuu, en donde nunca había llegado la mano del estado, ni de otra organización que trabajara por el derecho de los aborígenes.
“Ha sido lo mejor, que le ha podido pasar a las poblaciones indígenas, como la Wayuu, Kogui y Arhuaco, porque nunca en la vida, alguien había traído atención como la que estamos viviendo, ojalá y las sigan haciendo, porque nuestros niños están enfermos y desnutridos y se nos están muriendo” aseveró Remedios Catalina López, directora del centro educativo número 11, lugar escogido para hacer la jornada médico recreativa.
Muchas caras de tristeza y desolación se veían entre los indígenas que recibieron los beneficios de la brigada, pero se llenaban de satisfacción cuando eran atendidos por los médicos, les entregaban la droga y un kits nutricional, que contenía leche y suplementos multivitamínicos, para 3 semanas, lo mismo que un mercado con productos de primera necesidad y mucha agua; así mismo los niños recibieron actividades recreativas y entrega de juguetes.
“El estado de desnutrición de muchos de estos niños, es grave, ya hemos remitido 3 casos de desnutrición severa, a un centro de recuperación en Riohacha, ya que no los podemos dejar en su casa al cuidado de los padres, porque podrían morir”, afirmó la nutricionista Aura Estela Vega Mendoza, profesional que prestaba los servicios voluntarios a esta jornada de ayuda humanitaria.
La comunidad agradeció el gesto de la Fundación y de las entidades privadas, que conmovidas con la situación que afronta el departamento, está aportando su grano de arena para no dejarlos padecer.
Entre las organizaciones se destacan, empresas de transporte aéreo y terrestre, embotelladoras de agua y refrescos, multinacionales que explotan recursos mineros en La Guajira, laboratorios médicos, el ejército Nacional y muchas entidades voluntarias que trabajan por la población menos favorecida en todo el país.
“Estamos agradecidos con todos los que vinieron y les pedimos que no nos dejen solos y nos sigan ayudando”, manifestó Remedios Catalina López, líder indígena.
Por su parte, la directora de la fundación, expresó que esto apenas es el comienzo y que en la presente semana se estarán trasladando a la alta Guajira, donde el problema es aún mucho mayor, para llevar a cabo una brigada de las mismas proporciones que ésta.
“Nuestro objetivo, es llegar hasta las comunidades más apartadas, pero en la alta Guajira, se nos hace un poco difícil, ya que las distancias entre una comunidad y otra, son bastante grandes y el traslado hasta allá es casi imposible, por ello, vamos a llegar hasta donde las circunstancias nos permitan, porque queremos ayudar a toda la población”, expresó Catalina Escobar.
Finalmente, la gestora de la brigada, concluyó con una frase para reflexionar, de Martín Luther King que dice “Comenzaremos a morir, el día que callemos las cosas que de verdad importan”.

Por Jesús Eduardo Ariño Fragozo
[email protected].