Un fraterno saludo y airada felicitación a todos los héroes bicentenarios del Ejército Nacional, fuerza militar que hoy cumple 200 años de gloria, en el marco de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, gesta libertadora que partió en dos la historia de nuestro territorio.
Un fraterno saludo y airada felicitación a todos los héroes bicentenarios del Ejército Nacional, fuerza militar que hoy cumple 200 años de gloria, en el marco de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, gesta libertadora que partió en dos la historia de nuestro territorio.
Hoy queremos dedicar estas líneas editoriales a nuestro Ejército Nacional pues 200 años de fundación son un hecho de increíble relevancia para todos los colombianos, que salen a las calles a celebrar la Independencia.
Hablar de la evolución de esta fuerza militar requeriría de páginas, pues son muchos los acontecimientos en 200 años de historia que exigen no dejar escapar el mínimo detalle de la espectacular transformación. Por supuesto, estos cambios se han hecho necesarios ante embates de la violencia que también ha modernizado sus métodos. A combatir, sin descanso, bajo el sol: ‘la sombra del Lancero’.
El Ejército Nacional ha visto la necesidad de acoger la tecnología para dar respuesta a la urgencia que establece la seguridad. La soberanía e integridad del territorio son aspectos que no permiten vacilación en las acciones de defensa y deber. Con el respeto por la dignidad humana y también la contundencia de las acciones que garanticen esa soberanía, el Ejército Nacional de Colombia se abre paso a nuevas eras.
No ha sido fácil. En distintos momentos de la historia, unas sombras se han posado sobre el quehacer de la fuerza militar, especialmente por las acciones de unos pocos. Por eso es menester que la institución, casa del soldado, afine cada vez más su accionar y así, una vez más, ratificar su compromiso con la seguridad y la integridad de los pueblos que defiende.
Como todas las batallas que ha librado hasta hoy, de esos momentos aciagos ha sabido salir el Ejército Nacional para continuar preservando la tranquilidad interna y la del país en medio de la región.
Celebramos hoy también la Batalla de Boyacá que, a través del poderío militar, nos dio la libertad y trazó el camino de la nación. Esta lucha libertadora le dio paso a un Ejército consolidado que hoy hace parte de nuestros símbolos más queridos, identidad criolla de cada ciudadano de este país.
Por eso EL PILÓN dedica sus páginas más importantes a destacar a la Décima Brigada Blindada del Ejército Nacional, conjunto de batallones que defienden al Cesar y La Guajira, y acompañan el camino del desarrollo a través de las garantías de seguridad.
Sus soldados y comandantes, hombres y mujeres, reciban un saludo cordial de este medio de comunicación y sepan que compartimos la fe en la causa: amor por la bandera, de la que hoy celebramos su día; pasión por la profesión de servir a las comunidades, y fuerza para garantizar la soberanía.
Un fraterno saludo y airada felicitación a todos los héroes bicentenarios del Ejército Nacional, fuerza militar que hoy cumple 200 años de gloria, en el marco de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, gesta libertadora que partió en dos la historia de nuestro territorio.
Un fraterno saludo y airada felicitación a todos los héroes bicentenarios del Ejército Nacional, fuerza militar que hoy cumple 200 años de gloria, en el marco de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, gesta libertadora que partió en dos la historia de nuestro territorio.
Hoy queremos dedicar estas líneas editoriales a nuestro Ejército Nacional pues 200 años de fundación son un hecho de increíble relevancia para todos los colombianos, que salen a las calles a celebrar la Independencia.
Hablar de la evolución de esta fuerza militar requeriría de páginas, pues son muchos los acontecimientos en 200 años de historia que exigen no dejar escapar el mínimo detalle de la espectacular transformación. Por supuesto, estos cambios se han hecho necesarios ante embates de la violencia que también ha modernizado sus métodos. A combatir, sin descanso, bajo el sol: ‘la sombra del Lancero’.
El Ejército Nacional ha visto la necesidad de acoger la tecnología para dar respuesta a la urgencia que establece la seguridad. La soberanía e integridad del territorio son aspectos que no permiten vacilación en las acciones de defensa y deber. Con el respeto por la dignidad humana y también la contundencia de las acciones que garanticen esa soberanía, el Ejército Nacional de Colombia se abre paso a nuevas eras.
No ha sido fácil. En distintos momentos de la historia, unas sombras se han posado sobre el quehacer de la fuerza militar, especialmente por las acciones de unos pocos. Por eso es menester que la institución, casa del soldado, afine cada vez más su accionar y así, una vez más, ratificar su compromiso con la seguridad y la integridad de los pueblos que defiende.
Como todas las batallas que ha librado hasta hoy, de esos momentos aciagos ha sabido salir el Ejército Nacional para continuar preservando la tranquilidad interna y la del país en medio de la región.
Celebramos hoy también la Batalla de Boyacá que, a través del poderío militar, nos dio la libertad y trazó el camino de la nación. Esta lucha libertadora le dio paso a un Ejército consolidado que hoy hace parte de nuestros símbolos más queridos, identidad criolla de cada ciudadano de este país.
Por eso EL PILÓN dedica sus páginas más importantes a destacar a la Décima Brigada Blindada del Ejército Nacional, conjunto de batallones que defienden al Cesar y La Guajira, y acompañan el camino del desarrollo a través de las garantías de seguridad.
Sus soldados y comandantes, hombres y mujeres, reciban un saludo cordial de este medio de comunicación y sepan que compartimos la fe en la causa: amor por la bandera, de la que hoy celebramos su día; pasión por la profesión de servir a las comunidades, y fuerza para garantizar la soberanía.