Curramba la bella o la Puerta de Oro de Colombia como también es conocida, Barranquilla se ha convertido desde las últimas dos décadas en referente de la innovación cultural e industrial, en vitrina internacional del desarrollo urbano, y de cooperación global. Desde el 8 al 11 de julio la Arenosa fue sede del Foro de Desarrollo Local de la OCDE y recibió la grata noticia de que será sede junto a Bogotá de la reunión de la Red de Ciudades del BID en 2026, posicionándola en el marco internacional como modelo de transformación y liderazgo en América Latina.
En un hecho inédito, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organización internacional que busca promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo, escogió por primera vez fuera de Europa a una ciudad latinoamericana para su evento de desarrollo local más relevante. Vale señalar que no fue Sao Paolo, Ciudad de México o Buenos Aires sino Barranquilla. Según cifras oficiales de Corferias más de 3.600 asistentes de 90 países, incluyendo líderes mundiales, académicos, organismos multilaterales y autoridades locales, se congregaron para debatir sobre trabajo digno, juventud, inteligencia artificial, sostenibilidad e inclusión.
Este magno evento desarrollado la semana pasada no solo manda un buen mensaje para la ciudad y el país, sino que también generó un impacto económico estimado en $11.569 millones y la creación de más de 5.400 empleos directos e indirectos, según cifras de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Este dinamismo se evidenció en sectores como el transporte, hotelería, gastronomía, artesanías, emprendimientos, entretenimiento y cultura entre otros demostrando la capacidad logística y operativa de una ciudad que ya compite de tú a tú con los grandes centros de desarrollo de Latinoamérica.
Según datos de la alcaldia distrital, durante el foro se anunciaron inversiones por más de $250.000 millones: un crédito de USD 50 millones por parte de la CAF para proyectos ambientales, otros $50.000 millones del Banco Popular para acelerar la ejecución del Plan de Desarrollo Distrital, y más de USD 97 millones del BID para iniciativas de impacto estructural. Estas cifras demuestran que los organismos multilaterales tienen confianza en la apuesta del gobierno distrital y en el modelo de ciudad que Barranquilla representa hoy como polo industrial, con visión de futuro y con resultados cuantificables.
Fue tal el éxito del evento en la ciudad anfitriona que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no dudó en designar a Barranquilla (junto con Bogotá) como sede de su Cumbre de la Red de Ciudades a celebrarse en 2026, un evento clave para compartir experiencias en sostenibilidad, planeación urbana y gobernanza. Más allá del prestigio que tal designación enmarca, esta elección es un espaldarazo a la transformación en infraestructura, educación, medio ambiente y gestión pública que la ciudad ha vivido en las últimas dos décadas.
Lo que sucedió durante los días del Foro de la OCDE no fue un hecho aislado. Es parte de un modelo de ciudad que ha perdurado durante 5 gobiernos locales y que ha mantenido un plan de desarrollo a largo plazo. En Valledupar vamos por buen camino, la estrategia del alcalde Ernesto Orozco en convertir a Valledupar en una ciudad de eventos está dando resultados, por ende debemos aprovechar en suscribir con Barranquilla alianzas estratégicas en sectores como cultura, turismo, deporte y por qué no en convertirnos en su despensa agropecuaria, dada la limitación de terreno rural que tienen.
No se trata de competir, sino de articular puentes para crecer en equipo. Muchos cesarenses ocupan altas dignidades en el sector público y privado en Barranquilla, varios de ellos están dispuestos a servir de canal para articular estas ciudades hermanas en pro del desarrollo regional. Definitivamente Barranquilla es el modelo a seguir.
Por Wynter Diaz











