El escritor guajiro Abel Antonio Medina Sierra se refiere al anuncio del grupo vallenato La Banda del 5, a través de un comunicado que, se desvinculaban del vallenato y creaban un nuevo género musical.
Finalizaba el largo mes de mayo cuando una noticia sacudió de nuevo la muy movida y polémica escena de la música vallenata. Los protagonistas del nuevo sismo (yo lo llamaría más bien cisma): el grupo vallenato conocido como La Banda del 5 y liderada por los intérpretes Roberto Kammerer, Junior Saavedra, Marco Peñaranda y Marlon Rangel. Anunciaban oficialmente y a través de un comunicado que, se desvinculaban del vallenato y creaban un nuevo género musical al que denominan “Bandanato”.
La noticia generó dos posturas antagónicas como reacción. Por una parte, los ortodoxos y puristas celebraron esta declaración. Generalmente, este tipo de músicos y melómanos suelen rechazar toda adscripción de este tipo de formatos y estilos musicales al vallenato: “Eso no es vallenato” se les escucha pontificar. También es muy común escucharles decir: “Que innoven está bien, pero que le pongan otro nombre y no lo llamen vallenato”. Así que, si La Banda del 5 es el primer grupo musical que les coge la caña y se atreve a ponerle una nueva etiqueta como género musical y reconocen que su propuesta no es vallenato, eso hace feliz a quienes no aceptan tales innovaciones porque les quita de encima ese “incordio” que para ellos son los aires de este tiempo y propuestas de los grupos de la nueva ola.
NI TANTO QUE QUEME AL SANTO…
En otra orilla, surge otra línea de opinión desde la cual, se considera que tal declaración y conato de cisma tiene mucho de desmedida presunción, algo de ligereza y un tanto de desespero por parte de ese grupo con residencia en Valledupar. Me sumo a esa postura, que comparten también músicos y al mismo tiempo musicólogos académicos como Roger Bermúdez, de la Universidad de La Guajira, y Carlos Arturo Russo, de la UPC.
Presunción porque quieren asumir un protagonismo por un invento que no han creado por mucho que quieran ponerle un nombre asociado a su grupo: bandanato. Este grupo musical no ha inventado nada que no existiese antes. Si su propuesta introduce efectos y el beat del reggaetón, ya otros grupos lo vienen haciendo desde hace rato. Combina con el penqueo del bajo, una guacharaca que emula el paseíto y el golpe “quemao” de caja que ya los Castilla (Rodolfo y Tito) introducían desde los 90. Nada que grupos como Kvrass, Mono Zabaleta, Martín Elías, Diego Daza no hayan incorporado al paseo chandé o al formato llamado ‘salchipapa’.
Carlos Russo se refiere a que esta propuesta “no es un género nuevo, para hacerlo tienen que desligarse de la parte rítmica del vallenato que ya está establecido. Lo que está haciendo es un derivado, una rama del tronco vallenato como lo hizo Kaleth, Juancho Rois”. Igualmente, Roger Bermúdez, un experto en análisis musicológico del vallenato así lo considera: “Ellos no tienen cómo desligarse del vallenato, así que no están creando un género nuevo sino propuestas dentro del vallenato”.
DIFERENTE PERO NO NUEVO
Algo de ligereza porque no es lo mismo una forma que un género. El género constituye el qué en la música y la forma (o ritmo) es el cómo. De pronto están haciendo modificaciones a una forma ya existente del vallenato no tradicional: el paseo chandé. Los cambios en la orquestación afectan el cómo pero no el qué. El Binomio de Oro no creó un nuevo género cuando estilizó los coros, introdujo guitarra eléctrica, teclado, batería y apropió contrapunteos, ampliación melódica, doblajes y hasta descargas tipo salsero. Tampoco lo hizo Kaleth al incorporar un nuevo fraseo y el ritmo nueva ola. Aunque Calixto creó el paseaito y José Velásquez el pasebol, estas fusiones tampoco pudieron desprenderse del vallenato; son ramas del árbol vallenato porque son canciones creadas, producidas, grabadas, interpretadas por músicos vallenatos, con instrumentos vallenatos y consumidas por el público vallenato.
Un nuevo género no solo implica cambios en lo rítmico e incorporar elementos discretos de otros géneros (ya antes habían llegado elementos de la ranchera, la balada, el bolero, la salsa al vallenato). Se trata de crear un nuevo componente organológico y la Banda del 5 sigue con un acordeón, caja, guacharaca y bajo que suenan a vallenato. Si le quitamos el beat y dejamos el tipibajo solo se escucha vallenato en sus canciones. También un nuevo género instaura una escena: un mercado, unos seguidores, una performance, autores, tipos de canciones, unos circuitos diferentes de circulación. Uno no puede “salirse” del vallenato y seguir en la escena vallenata.
Por último, lo que puede explicar esta salida en falso de la familia 5 es un desespero. Conjeturo que están ya fastidiados de tanta crítica de los esencialistas y puristas que descalifican su música; “eso no es vallenato”. Vieron una manera de quitarse ese estigma de encima a través de una discriminación positiva: si dicen que lo nuestro no es vallenato, entonces no lo es, estamos inventando un nuevo género.
Junior Saavedra, uno de los cantantes del grupo publicó que el tiempo les dará la razón. No, chicos, no inventen. Nada nuevo hay bajo el cielo del vallenato. No se atribuyan un mérito que no tienen, más bien el tiempo hará que lo que hoy muchos ven como espurio del vallenato, sus jóvenes seguidores en el futuro dirán: “Ese sí era vallenato” porque toda heterodoxia termina volviéndose ortodoxia con el tiempo. Ánimo, sigan haciendo su música sin arrebatos adánicos.
Abel Antonio Medina Sierra
El escritor guajiro Abel Antonio Medina Sierra se refiere al anuncio del grupo vallenato La Banda del 5, a través de un comunicado que, se desvinculaban del vallenato y creaban un nuevo género musical.
Finalizaba el largo mes de mayo cuando una noticia sacudió de nuevo la muy movida y polémica escena de la música vallenata. Los protagonistas del nuevo sismo (yo lo llamaría más bien cisma): el grupo vallenato conocido como La Banda del 5 y liderada por los intérpretes Roberto Kammerer, Junior Saavedra, Marco Peñaranda y Marlon Rangel. Anunciaban oficialmente y a través de un comunicado que, se desvinculaban del vallenato y creaban un nuevo género musical al que denominan “Bandanato”.
La noticia generó dos posturas antagónicas como reacción. Por una parte, los ortodoxos y puristas celebraron esta declaración. Generalmente, este tipo de músicos y melómanos suelen rechazar toda adscripción de este tipo de formatos y estilos musicales al vallenato: “Eso no es vallenato” se les escucha pontificar. También es muy común escucharles decir: “Que innoven está bien, pero que le pongan otro nombre y no lo llamen vallenato”. Así que, si La Banda del 5 es el primer grupo musical que les coge la caña y se atreve a ponerle una nueva etiqueta como género musical y reconocen que su propuesta no es vallenato, eso hace feliz a quienes no aceptan tales innovaciones porque les quita de encima ese “incordio” que para ellos son los aires de este tiempo y propuestas de los grupos de la nueva ola.
NI TANTO QUE QUEME AL SANTO…
En otra orilla, surge otra línea de opinión desde la cual, se considera que tal declaración y conato de cisma tiene mucho de desmedida presunción, algo de ligereza y un tanto de desespero por parte de ese grupo con residencia en Valledupar. Me sumo a esa postura, que comparten también músicos y al mismo tiempo musicólogos académicos como Roger Bermúdez, de la Universidad de La Guajira, y Carlos Arturo Russo, de la UPC.
Presunción porque quieren asumir un protagonismo por un invento que no han creado por mucho que quieran ponerle un nombre asociado a su grupo: bandanato. Este grupo musical no ha inventado nada que no existiese antes. Si su propuesta introduce efectos y el beat del reggaetón, ya otros grupos lo vienen haciendo desde hace rato. Combina con el penqueo del bajo, una guacharaca que emula el paseíto y el golpe “quemao” de caja que ya los Castilla (Rodolfo y Tito) introducían desde los 90. Nada que grupos como Kvrass, Mono Zabaleta, Martín Elías, Diego Daza no hayan incorporado al paseo chandé o al formato llamado ‘salchipapa’.
Carlos Russo se refiere a que esta propuesta “no es un género nuevo, para hacerlo tienen que desligarse de la parte rítmica del vallenato que ya está establecido. Lo que está haciendo es un derivado, una rama del tronco vallenato como lo hizo Kaleth, Juancho Rois”. Igualmente, Roger Bermúdez, un experto en análisis musicológico del vallenato así lo considera: “Ellos no tienen cómo desligarse del vallenato, así que no están creando un género nuevo sino propuestas dentro del vallenato”.
DIFERENTE PERO NO NUEVO
Algo de ligereza porque no es lo mismo una forma que un género. El género constituye el qué en la música y la forma (o ritmo) es el cómo. De pronto están haciendo modificaciones a una forma ya existente del vallenato no tradicional: el paseo chandé. Los cambios en la orquestación afectan el cómo pero no el qué. El Binomio de Oro no creó un nuevo género cuando estilizó los coros, introdujo guitarra eléctrica, teclado, batería y apropió contrapunteos, ampliación melódica, doblajes y hasta descargas tipo salsero. Tampoco lo hizo Kaleth al incorporar un nuevo fraseo y el ritmo nueva ola. Aunque Calixto creó el paseaito y José Velásquez el pasebol, estas fusiones tampoco pudieron desprenderse del vallenato; son ramas del árbol vallenato porque son canciones creadas, producidas, grabadas, interpretadas por músicos vallenatos, con instrumentos vallenatos y consumidas por el público vallenato.
Un nuevo género no solo implica cambios en lo rítmico e incorporar elementos discretos de otros géneros (ya antes habían llegado elementos de la ranchera, la balada, el bolero, la salsa al vallenato). Se trata de crear un nuevo componente organológico y la Banda del 5 sigue con un acordeón, caja, guacharaca y bajo que suenan a vallenato. Si le quitamos el beat y dejamos el tipibajo solo se escucha vallenato en sus canciones. También un nuevo género instaura una escena: un mercado, unos seguidores, una performance, autores, tipos de canciones, unos circuitos diferentes de circulación. Uno no puede “salirse” del vallenato y seguir en la escena vallenata.
Por último, lo que puede explicar esta salida en falso de la familia 5 es un desespero. Conjeturo que están ya fastidiados de tanta crítica de los esencialistas y puristas que descalifican su música; “eso no es vallenato”. Vieron una manera de quitarse ese estigma de encima a través de una discriminación positiva: si dicen que lo nuestro no es vallenato, entonces no lo es, estamos inventando un nuevo género.
Junior Saavedra, uno de los cantantes del grupo publicó que el tiempo les dará la razón. No, chicos, no inventen. Nada nuevo hay bajo el cielo del vallenato. No se atribuyan un mérito que no tienen, más bien el tiempo hará que lo que hoy muchos ven como espurio del vallenato, sus jóvenes seguidores en el futuro dirán: “Ese sí era vallenato” porque toda heterodoxia termina volviéndose ortodoxia con el tiempo. Ánimo, sigan haciendo su música sin arrebatos adánicos.
Abel Antonio Medina Sierra