El coste del arrendamiento varía en función de la misión, el tipo de arma necesitada y los posibles riesgos implicados.
El negocio de alquiler de armas de fuego es una modalidad de comercialización ilegal que es manejada por delincuentes que no pertenecen a ninguna gran red de traficantes, siendo alquiladas las armas generalmente a personas de confianza o conocidas. La operación de este mercado no tiene límites, pese a que las autoridades se encuentran en constantes búsquedas de estrategias para contrarrestar esta problemática.
Frente a este negocio ilegal de la prestación de servicios a bandas criminales en Valledupar se pronunció el coronel Alex Durán, subcomadante de Policía Cesar, explicando esta dinámica que, aseguró,es una modalidad antigua que se maneja voz a voz.
“Las bandas delincuenciales que necesitan armamento contactan a otras bandas y le hacen un alquiler o préstamos de arma de fuego para realizar un hecho ilícito. Posterior a que se comete el hecho, las armas las devuelven y así se van rotando entre bandas delincuenciales”, expresó el coronel, revelando que es común que delincuentes, asaltantes y sicarios, arrienden armamento cuando no tienen la capacidad de tener armas propias.
Aclaró el subcomadante de la Policía que esta modalidad de crimen como servicio se da en cualquier zona de Valledupar sin determinar un punto específico de distribución de estos elementos que funcionan bajo pedido. “Los delincuentes se preguntan entre ellos quiénes tienen armas y así se hacen las entregas en lugares acordados, más, no en domicilios o en un barrio específico”, señaló.
Este negocio desde el punto económico opera mediante la palabra, pues según la autoridad los delincuentes no pagan dinero a la hora de alquilar armamento, sino cuando ya cometen el hurto es que se entrega cierto porcentaje. No obstante, a la hora de ser arrendada un arma, si en medio del acto delincuencial el armamento es incautado, a quien se le entregó debe responder.
Según informa la Dirección de Investigación Criminal, citado por la Revista Semana, este fenómeno revela un escalofriante negocio en el que el coste del arrendamiento varía en función de la misión, el tipo de arma necesitada y los posibles riesgos implicados. Los precios para este servicio fluctúan entre los $300.000 y $500.000 por unidad.
Así como se alquilan armas en Valledupar, se proveen otros suministros para la actividad delincuencial como el arriendo de motocicletas que se usan especialmente en servicio de mototaxismo, siendo este vehículo el más utilizado para cometer actos de fleteo y hurto.
De acuerdo con las autoridades, los ciudadanos venezolanos que han llegado al territorio se suman a estas estructuras criminales, acción que incrementa la inseguridad en el municipio. Sin embargo, continúan trabajando en la desarticulación de estas redes del crimen organizado.
El coste del arrendamiento varía en función de la misión, el tipo de arma necesitada y los posibles riesgos implicados.
El negocio de alquiler de armas de fuego es una modalidad de comercialización ilegal que es manejada por delincuentes que no pertenecen a ninguna gran red de traficantes, siendo alquiladas las armas generalmente a personas de confianza o conocidas. La operación de este mercado no tiene límites, pese a que las autoridades se encuentran en constantes búsquedas de estrategias para contrarrestar esta problemática.
Frente a este negocio ilegal de la prestación de servicios a bandas criminales en Valledupar se pronunció el coronel Alex Durán, subcomadante de Policía Cesar, explicando esta dinámica que, aseguró,es una modalidad antigua que se maneja voz a voz.
“Las bandas delincuenciales que necesitan armamento contactan a otras bandas y le hacen un alquiler o préstamos de arma de fuego para realizar un hecho ilícito. Posterior a que se comete el hecho, las armas las devuelven y así se van rotando entre bandas delincuenciales”, expresó el coronel, revelando que es común que delincuentes, asaltantes y sicarios, arrienden armamento cuando no tienen la capacidad de tener armas propias.
Aclaró el subcomadante de la Policía que esta modalidad de crimen como servicio se da en cualquier zona de Valledupar sin determinar un punto específico de distribución de estos elementos que funcionan bajo pedido. “Los delincuentes se preguntan entre ellos quiénes tienen armas y así se hacen las entregas en lugares acordados, más, no en domicilios o en un barrio específico”, señaló.
Este negocio desde el punto económico opera mediante la palabra, pues según la autoridad los delincuentes no pagan dinero a la hora de alquilar armamento, sino cuando ya cometen el hurto es que se entrega cierto porcentaje. No obstante, a la hora de ser arrendada un arma, si en medio del acto delincuencial el armamento es incautado, a quien se le entregó debe responder.
Según informa la Dirección de Investigación Criminal, citado por la Revista Semana, este fenómeno revela un escalofriante negocio en el que el coste del arrendamiento varía en función de la misión, el tipo de arma necesitada y los posibles riesgos implicados. Los precios para este servicio fluctúan entre los $300.000 y $500.000 por unidad.
Así como se alquilan armas en Valledupar, se proveen otros suministros para la actividad delincuencial como el arriendo de motocicletas que se usan especialmente en servicio de mototaxismo, siendo este vehículo el más utilizado para cometer actos de fleteo y hurto.
De acuerdo con las autoridades, los ciudadanos venezolanos que han llegado al territorio se suman a estas estructuras criminales, acción que incrementa la inseguridad en el municipio. Sin embargo, continúan trabajando en la desarticulación de estas redes del crimen organizado.