La víctima estaba regando unas plantas cuando fue atacada por los insectos.
Luz Elena Bolaño Soto, de 48 años de edad, murió por un ataque de abejas que padeció mientras estaba en su finca Los Recuerdos ubicada en el corregimiento de Media Luna, jurisdicción de San Diego, Cesar.
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La mujer se encontraba regando las matas del vivero que tenía en el predio cuando inesperadamente el grupo de insectos salió para atacarla, en la noche del lunes.
Aunque Bolaño Soto alcanzó a ser trasladada al Centro Materno Infantil de la población no alcanzó a sobrevivir, según allegados, era alérgica a esos animales.
Bolaño Soto residía con su esposo pero en el momento del accidente se encontraba sola.
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Su cuerpo sin vida fue inspeccionado por la policía judicial y trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valledupar.
Esta no es la primera vez que un ciudadano es víctima de las abejas en Media Luna. El 10 de octubre del año pasado el profesor Davies Tadeo Patiño Picón murió por esta misma causa cuando realizaba una caminata con otros compañeros por el río Gota Fría.
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Patiño Picón, de 49 años de edad, quería junto con sus colegas analizar las condiciones en la que se encontraba el afluente y limpiarlo pero terminó pisando la rama de un árbol que alborotó a los animales.
La víctima estaba regando unas plantas cuando fue atacada por los insectos.
Luz Elena Bolaño Soto, de 48 años de edad, murió por un ataque de abejas que padeció mientras estaba en su finca Los Recuerdos ubicada en el corregimiento de Media Luna, jurisdicción de San Diego, Cesar.
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Aunque Bolaño Soto alcanzó a ser trasladada al Centro Materno Infantil de la población no alcanzó a sobrevivir, según allegados, era alérgica a esos animales.
Bolaño Soto residía con su esposo pero en el momento del accidente se encontraba sola.
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Esta no es la primera vez que un ciudadano es víctima de las abejas en Media Luna. El 10 de octubre del año pasado el profesor Davies Tadeo Patiño Picón murió por esta misma causa cuando realizaba una caminata con otros compañeros por el río Gota Fría.
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Patiño Picón, de 49 años de edad, quería junto con sus colegas analizar las condiciones en la que se encontraba el afluente y limpiarlo pero terminó pisando la rama de un árbol que alborotó a los animales.