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Cultura - 22 diciembre, 2013

Alfonso López, gobernante y bohemio

Con motivo de la celebración de un año más de la creación del Departamento del Cesar, ser relaciona a su primer Gobernador, el Presidente Alfonso López Michelsen, quien desde muy joven es una figura destacada en el ámbito intelectual y político de Colombia. Escritor de exquisita pluma y opiniones punzantes. Casado con Cecilia Caballero Blanco.

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Con motivo de la celebración de un año más de la creación del Departamento del Cesar, ser relaciona a su primer Gobernador, el Presidente Alfonso López Michelsen, quien desde muy joven es una figura destacada en el ámbito intelectual y político de Colombia. Escritor de exquisita pluma y opiniones punzantes. Casado con Cecilia Caballero Blanco. 

En el discurso donde la Universidad Nacional de Antioquia le otorga el Doctorado Honoris Causa a su padre, dice: “Mi madre había nacido más allá de la desembocadura del río que para los colombianos había constituido la única comunicación con el mar, en las extensas sabanas de la provincia de Valledupar y Padilla, que, Guajira de por medio, nos separaba de Venezuela. La mayor parte de mis familiares se habían quedado en aquel litoral Atlántico, pedazo de Colombia al cual sus hijos, sin conocerlo, no podíamos sentirnos extraños. Mi padre, bogotano de cepa.

Según algunas consultas, el Presidente López Pumarejo tuvo conocimiento de su descendencia familiar por línea materna a través del Doctor Nicolás Esguerra López, tolimense, fundador de la Academia Colombiana de Jurisprudencia. En 1914 vino Esguerra a Valledupar a verificar sobre los bienes heredados por las familias Pumarejo Quirós y los Daza Quirós. Escrituras de 1845 y 1837 informan de la venta de la casa del callejón de La Estrella y de la herencia de Juan Manuel Pumarejo Daza, año 1846. La expedida en 1880 sobre la herencia de Doña Rosario Pumarejo Cotes. Conocer la ascendencia de su casta familiar, incentivarían el afecto por esta región y lo motivó a adelantar obras importantes. Sentimiento que transmitió a su hijo y se acentuó al visitar la ciudad a temprana edad como custodio de estos bienes.

No fue casualidad que el primer gobernador del departamento del cesar fuera Alfonso López Michelsen, nieto de doña María del Rosario Pumarejo, de quien expresaba que su abuela “era vallenata de pura cepa.” Hija de Sinforoso Pumarejo llamado “Polocho” por sus amigos de tertulias y parrandas, uno de los personajes más queridos y populares de la región, “cantador de coplas en sus haciendas de Valle Dupar, quien pasaba muchas noches en claro acompañado de la murga de los vaqueros que comenzaban a interpretar con cadencias propias la música que llegaba por La Guajira”. (Latorre Cabal, Hugo). Esto no le impidió el desempeño de importantes posiciones como gobernador de la provincia en el gobierno de Mallarino. Prefecto de territorio nacional de la Sierra Nevada, Motilones y Atánquez. Muere a los 32 años de edad.

Don Juan Manuel de Pumarejo y Casuso de quien desciende por línea materna, su padre Alfonso López Pumarejo, llega a Santa Marta en el siglo XVII. Después se establece en Valledupar atraído por la feracidad y riqueza de estas tierras. Acopia ganado y posesiones, cuyos límites iban desde la Sierra Nevada y llegaban hasta el marquesado de Santa Coa. Las cuales denominó con los atractivos nombres de El Diluvio, María Angola Quiebrahueso, Sabana del Zorro, Once Reses, Leandro, Camperucho Arriba y Camperucho Abajo. Al morir Pumarejo y Casuso, serían administrados por su primer hijo José Domingo Pumarejo.

Amante de la música vallenata y mexicana

López Pumarejo ya era amigo del Doctor Ciro Pupo. Su hijo entabla amistad con Don Oscarito Pupo a través de los suministros necesarios para mantenimiento de la hacienda El Diluvio. Por los años 1948, el Maestro Rafael Escalona había recibido una invitación reconfirmada por don Oscarito, quien le manifestó que Alfonso López Michelsen, con la niña Cecy y unas hermanas y amigas de ésta, llegarían a Valledupar para seguir a El Diluvio. Los reciben en el aeropuerto la familia Pupo, Hernandito Molina, el agrónomo Irusta, y Rafael Escalona quien andaba con Fermín Pitre, un acordeonero de Fonseca y el famoso Cirino Castilla quien interpretaba la caja con maestría. En pocas horas partieron hacia El Diluvio.

Motivado por tener acá esos vínculos, el Doctor López Michelsen sintió gran atracción por la región. En la hacienda El Diluvio, no solo cultivó arroz, sino la amistad de parientes y amigos en esos años y con justa razón veía a Valledupar como “una ciudad olvidada, menospreciada…” fue todo esto lo que finalmente, lo llevó a aceptar en 1967 el cargo de Gobernador del departamento de El Cesar que le ofreció el Presidente Carlos Lleras Restrepo sellando de paso sus disidencias políticas el Presidente.

Fundador del Festival, al lado de Consuelo Araújo, Rafael Escalona, Myriam Pupo. Fue presidente honorario y vitalicio de este certamen. Considerado un experto Vallenatólogo. Reconocido como la persona que introdujo estos aires musicales en los exigentes círculos sociales e intelectuales del Bogotá de la década del cincuenta, entre otros Fabio Lozano Simonelli, Jaime García Parra, Miguel Rivas Posada, Fermín Sáenz de Santamaría, Miguel Santamaría Dávila, la familia Santos y de igual manera quien venía acompañado de personajes a sus tareas y a degustar con ellos nuestra música.

Es un paseo romántico “Confidencias” del “Poeta” Gustavo Gutiérrez, el cual era de las delicias del presidente, el que acompaña su último momento al bajar el ataúd en el cementerio central de Bogotá, al mausoleo de los presidentes.-

Tiempos atrás había de recordar la remota tarde que los violentos incendiaron la casa de sus padres, al norte de Bogotá, en 1952, en el corto mandato del encargado primer designado Rafael Urdaneta Arbeláez. Ante estos hechos radican su residencia en México donde aprendió del folclore mejicano lo más preciado de estas expresiones populares y hechos derivados de la violencia traducidos en canciones: la “cucaracha” y otras que en clave enviaban mensajes a Emiliano Zapata y Francisco Villa. De esa época es su entrañable amistad con la “Ronca de Oro”, Helenita Vargas, quien le endulzaba los ratos difíciles de la vida. Y así conoció la música de distintos países de Centro América. Cuando regresa a Colombia ya es hombre versado y maduro en situaciones adversas de la vida. Es la época en que funda el Movimiento Revolucionario Liberal (M.R.L.), en el que figuraron notables personajes de Valledupar.

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla

Cultura
22 diciembre, 2013

Alfonso López, gobernante y bohemio

Con motivo de la celebración de un año más de la creación del Departamento del Cesar, ser relaciona a su primer Gobernador, el Presidente Alfonso López Michelsen, quien desde muy joven es una figura destacada en el ámbito intelectual y político de Colombia. Escritor de exquisita pluma y opiniones punzantes. Casado con Cecilia Caballero Blanco.


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Con motivo de la celebración de un año más de la creación del Departamento del Cesar, ser relaciona a su primer Gobernador, el Presidente Alfonso López Michelsen, quien desde muy joven es una figura destacada en el ámbito intelectual y político de Colombia. Escritor de exquisita pluma y opiniones punzantes. Casado con Cecilia Caballero Blanco. 

En el discurso donde la Universidad Nacional de Antioquia le otorga el Doctorado Honoris Causa a su padre, dice: “Mi madre había nacido más allá de la desembocadura del río que para los colombianos había constituido la única comunicación con el mar, en las extensas sabanas de la provincia de Valledupar y Padilla, que, Guajira de por medio, nos separaba de Venezuela. La mayor parte de mis familiares se habían quedado en aquel litoral Atlántico, pedazo de Colombia al cual sus hijos, sin conocerlo, no podíamos sentirnos extraños. Mi padre, bogotano de cepa.

Según algunas consultas, el Presidente López Pumarejo tuvo conocimiento de su descendencia familiar por línea materna a través del Doctor Nicolás Esguerra López, tolimense, fundador de la Academia Colombiana de Jurisprudencia. En 1914 vino Esguerra a Valledupar a verificar sobre los bienes heredados por las familias Pumarejo Quirós y los Daza Quirós. Escrituras de 1845 y 1837 informan de la venta de la casa del callejón de La Estrella y de la herencia de Juan Manuel Pumarejo Daza, año 1846. La expedida en 1880 sobre la herencia de Doña Rosario Pumarejo Cotes. Conocer la ascendencia de su casta familiar, incentivarían el afecto por esta región y lo motivó a adelantar obras importantes. Sentimiento que transmitió a su hijo y se acentuó al visitar la ciudad a temprana edad como custodio de estos bienes.

No fue casualidad que el primer gobernador del departamento del cesar fuera Alfonso López Michelsen, nieto de doña María del Rosario Pumarejo, de quien expresaba que su abuela “era vallenata de pura cepa.” Hija de Sinforoso Pumarejo llamado “Polocho” por sus amigos de tertulias y parrandas, uno de los personajes más queridos y populares de la región, “cantador de coplas en sus haciendas de Valle Dupar, quien pasaba muchas noches en claro acompañado de la murga de los vaqueros que comenzaban a interpretar con cadencias propias la música que llegaba por La Guajira”. (Latorre Cabal, Hugo). Esto no le impidió el desempeño de importantes posiciones como gobernador de la provincia en el gobierno de Mallarino. Prefecto de territorio nacional de la Sierra Nevada, Motilones y Atánquez. Muere a los 32 años de edad.

Don Juan Manuel de Pumarejo y Casuso de quien desciende por línea materna, su padre Alfonso López Pumarejo, llega a Santa Marta en el siglo XVII. Después se establece en Valledupar atraído por la feracidad y riqueza de estas tierras. Acopia ganado y posesiones, cuyos límites iban desde la Sierra Nevada y llegaban hasta el marquesado de Santa Coa. Las cuales denominó con los atractivos nombres de El Diluvio, María Angola Quiebrahueso, Sabana del Zorro, Once Reses, Leandro, Camperucho Arriba y Camperucho Abajo. Al morir Pumarejo y Casuso, serían administrados por su primer hijo José Domingo Pumarejo.

Amante de la música vallenata y mexicana

López Pumarejo ya era amigo del Doctor Ciro Pupo. Su hijo entabla amistad con Don Oscarito Pupo a través de los suministros necesarios para mantenimiento de la hacienda El Diluvio. Por los años 1948, el Maestro Rafael Escalona había recibido una invitación reconfirmada por don Oscarito, quien le manifestó que Alfonso López Michelsen, con la niña Cecy y unas hermanas y amigas de ésta, llegarían a Valledupar para seguir a El Diluvio. Los reciben en el aeropuerto la familia Pupo, Hernandito Molina, el agrónomo Irusta, y Rafael Escalona quien andaba con Fermín Pitre, un acordeonero de Fonseca y el famoso Cirino Castilla quien interpretaba la caja con maestría. En pocas horas partieron hacia El Diluvio.

Motivado por tener acá esos vínculos, el Doctor López Michelsen sintió gran atracción por la región. En la hacienda El Diluvio, no solo cultivó arroz, sino la amistad de parientes y amigos en esos años y con justa razón veía a Valledupar como “una ciudad olvidada, menospreciada…” fue todo esto lo que finalmente, lo llevó a aceptar en 1967 el cargo de Gobernador del departamento de El Cesar que le ofreció el Presidente Carlos Lleras Restrepo sellando de paso sus disidencias políticas el Presidente.

Fundador del Festival, al lado de Consuelo Araújo, Rafael Escalona, Myriam Pupo. Fue presidente honorario y vitalicio de este certamen. Considerado un experto Vallenatólogo. Reconocido como la persona que introdujo estos aires musicales en los exigentes círculos sociales e intelectuales del Bogotá de la década del cincuenta, entre otros Fabio Lozano Simonelli, Jaime García Parra, Miguel Rivas Posada, Fermín Sáenz de Santamaría, Miguel Santamaría Dávila, la familia Santos y de igual manera quien venía acompañado de personajes a sus tareas y a degustar con ellos nuestra música.

Es un paseo romántico “Confidencias” del “Poeta” Gustavo Gutiérrez, el cual era de las delicias del presidente, el que acompaña su último momento al bajar el ataúd en el cementerio central de Bogotá, al mausoleo de los presidentes.-

Tiempos atrás había de recordar la remota tarde que los violentos incendiaron la casa de sus padres, al norte de Bogotá, en 1952, en el corto mandato del encargado primer designado Rafael Urdaneta Arbeláez. Ante estos hechos radican su residencia en México donde aprendió del folclore mejicano lo más preciado de estas expresiones populares y hechos derivados de la violencia traducidos en canciones: la “cucaracha” y otras que en clave enviaban mensajes a Emiliano Zapata y Francisco Villa. De esa época es su entrañable amistad con la “Ronca de Oro”, Helenita Vargas, quien le endulzaba los ratos difíciles de la vida. Y así conoció la música de distintos países de Centro América. Cuando regresa a Colombia ya es hombre versado y maduro en situaciones adversas de la vida. Es la época en que funda el Movimiento Revolucionario Liberal (M.R.L.), en el que figuraron notables personajes de Valledupar.

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla