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Las huellas de los 'falsos positivos' - 28 julio, 2022

Alberto Meza Viana, el reciclador que mataron y afeitaron por un permiso

La ejecución extrajudicial la cometió el pelotón Dinamarca 2 del Batallón de Artillería N°2 La Popa.

Alberto Edwin Meza Viana, víctima. FOTO CORTESÍA DE FUNDACIÓN COMITÉ DE SOLIDARIDAD.
Alberto Edwin Meza Viana, víctima. FOTO CORTESÍA DE FUNDACIÓN COMITÉ DE SOLIDARIDAD.
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Cuando pasó por el lugar donde estaban los dos hombres acostados sobre un andén de Valledupar, el cabo tercero Elkin Rojas, quien estaba en compañía de su compañero Kidenson Murieles, se quedó mirándolos, se acercó y los despertó.

Les dijo que tenían un camión varado cargado de contrabando y que necesitaban a unas personas para que ayudaran a hacer el trasbordo de camión a camión, que si accedían al trabajo se les iba a pagar el servicio. 

El reciclador Alberto Edwin Meza Viana no pensó mucho la proposición y pese a que estaba durmiendo dijo a su vecino David Rubio: «Es trabajo, vamos». 

Una vez los cuatro hombres subieron al taxi en el que llegaron Murieles y Rojas, este último se puso en contacto con otro compañero, el subteniente Elkin Leonardo Burgos Suárez para indicarle que ya estaban en camino: “Ya tengo el paquete completo, ya voy pa’ allá”, le dijo. 

Al llegar a la zona no había ni trabajo ni camión, sino miembros del pelotón Dinamarca 2, adscrito al Batallón N°2 La Popa de la Décima Brigada del Ejército Nacional. Los disparos provenientes del militar Rojas sorprendieron a Alberto Edwin Meza Viana y a David Rubio, quienes de manera inmediata murieron. 

Mientras que el comandante del grupo, el subteniente Elkin Leonardo Burgos, informó por la radio que había caído en una supuesta emboscada esa noche del 27 de junio de 2004, generándose un combate. El pelotón logró obtener las ‘bajas’ que necesitaba, pero surgió un percance inesperado. 

Ese no era el lugar preciso, entonces ¿qué pasó? ¿qué decidimos? Mover las víctimas, mover los cuerpos y ubicar el lugar que se prestara para una emboscada, entonces movimos los cuerpos, los trasladamos hasta llegar a una carretera donde se pudiera visualizar de que sí se prestara para una emboscada.”, dijo Elkin Rojas, en versión voluntaria el 19 de noviembre de 2018. 

Los cadáveres los ubicaron en una carretera del municipio de Urumita, La Guajira. Los hombres quedaron vestidos con uniformes camuflados que minutos antes se colocaron. Sin embargo, otro inconveniente surgió, las víctimas no tenían apariencia de ser subversivos, por tanto, decidieron afeitarlos y peluquearlos. 

Después el grupo militar es sorprendido por su superior, el entonces comandante del Batallón La Popa, Juan Carlos Figueroa Suárez, que los felicitó. 

EL PILÓN el 5 de julio de 2004 registró la noticia de la supuesta baja en combate de Martín Villazón. 

BUSCABAN UN PERMISO

Con ese acto, el grupo militar esperaba como reconocimiento un descanso, pero el resultado no generó satisfacción al superior jerárquico. 

Nosotros pensamos que las órdenes que nos iban a dar era un permiso, una licencia, pues se habían dado resultados y el batallón pues por resultados que diera, ese era un estímulo, los permisos. […] Nos dimos cuenta en esos instantes que el batallón no nos iba a dar el permiso, el estímulo, por la cual habíamos dado esas dos bajas, entonces se me acerca el soldado Murieles y me dice, «mi cabo, el batallón no quedó contento con esos resultados, ¿qué hacemos?». […] Entonces dijo «hablemos con el teniente Burgos y organizamos para ver si podemos dar otra baja, para evitar el movimiento a San José de Oriente»”, explicó Rojas en la versión voluntaria en la JEP. 

El 3 de julio de 2004 el pelotón Dinamarca 2 acabó con la vida del ciudadano Martín Villazón Ochoa en el corregimiento de San José de Oriente del municipio de La Paz y lo presentaron como guerrillero. Estas ejecuciones extrajudiciales fueron las primeras del segundo patrón criminal que esta fracción del Ejército utilizó para dar resultados operativos. 

Un grupo de miembros del Ejército motivados por el interés de seguir presentando bajas en combate y responder a las presiones por resultados operacionales, asesinaron a civiles sin ningún señalamiento previo, con el único fin de presentar resultados operacionales ficticios. Miembros de varios pelotones del Batallón La Popa, incluso acudiendo al engaño y al traslado de personas de otras ciudades, buscaron sus víctimas entre personas que creían no serían extrañados, entre otros, aquellos que pudieran asociar con criminalidad, personas en situación de calle o consumidores problemáticos”, reza un auto de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP. 

Los militares Elkin Rojas y Elkin Burgos. 

LOS INVOLUCRADOS 

Los militares Elkin Leonardo Burgos, Elkin Rojas, Pedro Andrés Cubillos, Luis Carlos Pacheco mediante versiones voluntarias reconocieron los hechos, según indicó la JEP. 

El 1 de mayo de 2019 un juzgado penal de Valledupar condenó a Elkin Rojas por los delitos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada, secuestro simple agravado, entre otros, por la muerte de Alberto Edwin Mesa Viana, David Rubio y Martín Villazón Ochoa. 

Pero Rojas al igual que otros implicados se sometieron a la JEP donde reconocieron las acciones ilegales que realizaron. En una reciente audiencia Elkin Leonardo Burgos aceptó como superior que ordenó las muertes de Alberto Edwin Meza Viana y David Rubio. 

Yo le di la orden al cabo tercero Elkin Rojas y al soldado profesional Murieles de dar el resultado operacional. Fueron vilmente asesinadas”, relató Burgos. 

Luis Carlos Meza, por su parte, reprochó las políticas de seguridad instauradas para la época por el expresidente Álvaro Uribe y pidió que el Estado responda por el daño ocasionado con la muerte de su hermano Alberto Edwin Meza. 

Nadie está esperando que le maten a su ser querido para cobrarlo como si fuera un animal, pero hemos cargado tanto tiempo esta cruz que hemos sufrido muchos daños. El Estado nos debe reparar”, puntualizó Meza. 

Marllelys Salinas / EL PILÓN 

[email protected] 

Las huellas de los 'falsos positivos'
28 julio, 2022

Alberto Meza Viana, el reciclador que mataron y afeitaron por un permiso

La ejecución extrajudicial la cometió el pelotón Dinamarca 2 del Batallón de Artillería N°2 La Popa.


Alberto Edwin Meza Viana, víctima. FOTO CORTESÍA DE FUNDACIÓN COMITÉ DE SOLIDARIDAD.
Alberto Edwin Meza Viana, víctima. FOTO CORTESÍA DE FUNDACIÓN COMITÉ DE SOLIDARIDAD.
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Cuando pasó por el lugar donde estaban los dos hombres acostados sobre un andén de Valledupar, el cabo tercero Elkin Rojas, quien estaba en compañía de su compañero Kidenson Murieles, se quedó mirándolos, se acercó y los despertó.

Les dijo que tenían un camión varado cargado de contrabando y que necesitaban a unas personas para que ayudaran a hacer el trasbordo de camión a camión, que si accedían al trabajo se les iba a pagar el servicio. 

El reciclador Alberto Edwin Meza Viana no pensó mucho la proposición y pese a que estaba durmiendo dijo a su vecino David Rubio: «Es trabajo, vamos». 

Una vez los cuatro hombres subieron al taxi en el que llegaron Murieles y Rojas, este último se puso en contacto con otro compañero, el subteniente Elkin Leonardo Burgos Suárez para indicarle que ya estaban en camino: “Ya tengo el paquete completo, ya voy pa’ allá”, le dijo. 

Al llegar a la zona no había ni trabajo ni camión, sino miembros del pelotón Dinamarca 2, adscrito al Batallón N°2 La Popa de la Décima Brigada del Ejército Nacional. Los disparos provenientes del militar Rojas sorprendieron a Alberto Edwin Meza Viana y a David Rubio, quienes de manera inmediata murieron. 

Mientras que el comandante del grupo, el subteniente Elkin Leonardo Burgos, informó por la radio que había caído en una supuesta emboscada esa noche del 27 de junio de 2004, generándose un combate. El pelotón logró obtener las ‘bajas’ que necesitaba, pero surgió un percance inesperado. 

Ese no era el lugar preciso, entonces ¿qué pasó? ¿qué decidimos? Mover las víctimas, mover los cuerpos y ubicar el lugar que se prestara para una emboscada, entonces movimos los cuerpos, los trasladamos hasta llegar a una carretera donde se pudiera visualizar de que sí se prestara para una emboscada.”, dijo Elkin Rojas, en versión voluntaria el 19 de noviembre de 2018. 

Los cadáveres los ubicaron en una carretera del municipio de Urumita, La Guajira. Los hombres quedaron vestidos con uniformes camuflados que minutos antes se colocaron. Sin embargo, otro inconveniente surgió, las víctimas no tenían apariencia de ser subversivos, por tanto, decidieron afeitarlos y peluquearlos. 

Después el grupo militar es sorprendido por su superior, el entonces comandante del Batallón La Popa, Juan Carlos Figueroa Suárez, que los felicitó. 

EL PILÓN el 5 de julio de 2004 registró la noticia de la supuesta baja en combate de Martín Villazón. 

BUSCABAN UN PERMISO

Con ese acto, el grupo militar esperaba como reconocimiento un descanso, pero el resultado no generó satisfacción al superior jerárquico. 

Nosotros pensamos que las órdenes que nos iban a dar era un permiso, una licencia, pues se habían dado resultados y el batallón pues por resultados que diera, ese era un estímulo, los permisos. […] Nos dimos cuenta en esos instantes que el batallón no nos iba a dar el permiso, el estímulo, por la cual habíamos dado esas dos bajas, entonces se me acerca el soldado Murieles y me dice, «mi cabo, el batallón no quedó contento con esos resultados, ¿qué hacemos?». […] Entonces dijo «hablemos con el teniente Burgos y organizamos para ver si podemos dar otra baja, para evitar el movimiento a San José de Oriente»”, explicó Rojas en la versión voluntaria en la JEP. 

El 3 de julio de 2004 el pelotón Dinamarca 2 acabó con la vida del ciudadano Martín Villazón Ochoa en el corregimiento de San José de Oriente del municipio de La Paz y lo presentaron como guerrillero. Estas ejecuciones extrajudiciales fueron las primeras del segundo patrón criminal que esta fracción del Ejército utilizó para dar resultados operativos. 

Un grupo de miembros del Ejército motivados por el interés de seguir presentando bajas en combate y responder a las presiones por resultados operacionales, asesinaron a civiles sin ningún señalamiento previo, con el único fin de presentar resultados operacionales ficticios. Miembros de varios pelotones del Batallón La Popa, incluso acudiendo al engaño y al traslado de personas de otras ciudades, buscaron sus víctimas entre personas que creían no serían extrañados, entre otros, aquellos que pudieran asociar con criminalidad, personas en situación de calle o consumidores problemáticos”, reza un auto de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP. 

Los militares Elkin Rojas y Elkin Burgos. 

LOS INVOLUCRADOS 

Los militares Elkin Leonardo Burgos, Elkin Rojas, Pedro Andrés Cubillos, Luis Carlos Pacheco mediante versiones voluntarias reconocieron los hechos, según indicó la JEP. 

El 1 de mayo de 2019 un juzgado penal de Valledupar condenó a Elkin Rojas por los delitos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada, secuestro simple agravado, entre otros, por la muerte de Alberto Edwin Mesa Viana, David Rubio y Martín Villazón Ochoa. 

Pero Rojas al igual que otros implicados se sometieron a la JEP donde reconocieron las acciones ilegales que realizaron. En una reciente audiencia Elkin Leonardo Burgos aceptó como superior que ordenó las muertes de Alberto Edwin Meza Viana y David Rubio. 

Yo le di la orden al cabo tercero Elkin Rojas y al soldado profesional Murieles de dar el resultado operacional. Fueron vilmente asesinadas”, relató Burgos. 

Luis Carlos Meza, por su parte, reprochó las políticas de seguridad instauradas para la época por el expresidente Álvaro Uribe y pidió que el Estado responda por el daño ocasionado con la muerte de su hermano Alberto Edwin Meza. 

Nadie está esperando que le maten a su ser querido para cobrarlo como si fuera un animal, pero hemos cargado tanto tiempo esta cruz que hemos sufrido muchos daños. El Estado nos debe reparar”, puntualizó Meza. 

Marllelys Salinas / EL PILÓN 

[email protected]