Valledupar, la costa Caribe, el Partido Liberal, su partido, y el país, despiden por estos días a un gran político y ciudadano, que desde la provincia surgió para luchar por su tierra y llegar hasta las mayores posiciones del Estado.
Valledupar, la costa Caribe, el Partido Liberal, su partido, y el país, despiden por estos días a un gran político y ciudadano, que desde la provincia surgió para luchar por su tierra y llegar hasta las mayores posiciones del Estado. Hablamos de Alfonso Araújo Cotes, claro está. Abogado liberal, nacido en el viejo departamento del Magdalena, luego departamento del Cesar, que él ayudó a crear, a fundar y a desarrollar, hasta sus últimos días.
Fue militante de Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, liderado por su pariente Alfonso López Michelsen, sigla que usó después para para crear el Movimiento de Renovación Liberal en el departamento; también fue líder de opinión con Aníbal Martínez Zuleta, otro reconocido dirigente liberal, en un programa de radio. Araújo Cotes impulsó el acueducto, el frigorífico de Valledupar en la asociación del municipio y la cooperativa de ganaderos y al final puso su empeño como padrino de la nueva vía Valledupar – La Paz.
Una de las posiciones más importantes de Araújo Cotes fue la dirección nacional del Insfopal (Instituto de Fomento Municipal), entidad dedicada a la construcción de acueductos y alcantarillados en todo el país, en una época en la cual el agua potable fue objeto de una política pública nacional, apoyada con recursos de la banca multilateral.
Después fue dos veces gobernador del departamento del Cesar, congresista en varios períodos, embajador de Colombia ante la República de Panamá, y luego un ciudadano ejemplar, preocupado por el desarrollo de su región, el Cesar y por toda la costa Caribe.
Con la partida del doctor Araújo Cotes a la eternidad, se va una parte de la historia política y económica de nuestro departamento y nuestra región Caribe. Una vida al servicio de todos, de su región, La Paz (Robles) y de la región de Valledupar. Desde muy joven se destacó como un buen estudiante de bachillerato, entró a la Universidad Nacional de Colombia y se destacó como líder político, empresario agrícola, un buen ciudadano y un hombre de hogar. También en esa faceta la conocimos.
En sus últimos años, siguió dedicado al fomento de la agroindustria, en sus modestas fincas, donde crió ganado vacuno y trajo a la región la cría de cabras. Igualmente, se comprometió con la creación de la Universidad Nacional de Colombia- Sede La Paz, en ese proceso, gracias a su capacidad de gestión, desempeñó un importante papel y decisivo.
Este ejemplar hombre murió a los 99 años, pero su vitalidad siempre fue impresionante, era incansable. Estudio derecho en la Universidad Nacional de Bogotá, donde sentó las bases intelectuales para forjar un liderazgo por su región.
Entre sus muchas facetas de hombre visionario siempre se destacó en cada uno de los sectores en los que participaba.
Nunca se detuvo, en su dinámica de vida jamás hubo un pare, no había proceso colectivo a favor del Cesar en el que él no estuviese involucrado. Fue impulsor del diario EL PILÓN y apoyó de manera decidida los procesos de ciudad o región que este medio lideraba, en ese sentido fue un orientador activo en actividades como los Foros EL PILÓN, presente siempre en los debates, tertulias, ferias académicas y conversatorios que esta casa editora organizaba.
Un gran hombre de familia, casado con Leonor Baute, también líder cívica. Fueron sus hijos en su orden: José Alfonso, Lázaro, Josefina, María Fernanda, Alfonso Francisco José y Carmen Rosa. Hoy nos deja, pero la huella de su legado permanecerá con nosotros para siempre.
Valledupar, la costa Caribe, el Partido Liberal, su partido, y el país, despiden por estos días a un gran político y ciudadano, que desde la provincia surgió para luchar por su tierra y llegar hasta las mayores posiciones del Estado.
Valledupar, la costa Caribe, el Partido Liberal, su partido, y el país, despiden por estos días a un gran político y ciudadano, que desde la provincia surgió para luchar por su tierra y llegar hasta las mayores posiciones del Estado. Hablamos de Alfonso Araújo Cotes, claro está. Abogado liberal, nacido en el viejo departamento del Magdalena, luego departamento del Cesar, que él ayudó a crear, a fundar y a desarrollar, hasta sus últimos días.
Fue militante de Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, liderado por su pariente Alfonso López Michelsen, sigla que usó después para para crear el Movimiento de Renovación Liberal en el departamento; también fue líder de opinión con Aníbal Martínez Zuleta, otro reconocido dirigente liberal, en un programa de radio. Araújo Cotes impulsó el acueducto, el frigorífico de Valledupar en la asociación del municipio y la cooperativa de ganaderos y al final puso su empeño como padrino de la nueva vía Valledupar – La Paz.
Una de las posiciones más importantes de Araújo Cotes fue la dirección nacional del Insfopal (Instituto de Fomento Municipal), entidad dedicada a la construcción de acueductos y alcantarillados en todo el país, en una época en la cual el agua potable fue objeto de una política pública nacional, apoyada con recursos de la banca multilateral.
Después fue dos veces gobernador del departamento del Cesar, congresista en varios períodos, embajador de Colombia ante la República de Panamá, y luego un ciudadano ejemplar, preocupado por el desarrollo de su región, el Cesar y por toda la costa Caribe.
Con la partida del doctor Araújo Cotes a la eternidad, se va una parte de la historia política y económica de nuestro departamento y nuestra región Caribe. Una vida al servicio de todos, de su región, La Paz (Robles) y de la región de Valledupar. Desde muy joven se destacó como un buen estudiante de bachillerato, entró a la Universidad Nacional de Colombia y se destacó como líder político, empresario agrícola, un buen ciudadano y un hombre de hogar. También en esa faceta la conocimos.
En sus últimos años, siguió dedicado al fomento de la agroindustria, en sus modestas fincas, donde crió ganado vacuno y trajo a la región la cría de cabras. Igualmente, se comprometió con la creación de la Universidad Nacional de Colombia- Sede La Paz, en ese proceso, gracias a su capacidad de gestión, desempeñó un importante papel y decisivo.
Este ejemplar hombre murió a los 99 años, pero su vitalidad siempre fue impresionante, era incansable. Estudio derecho en la Universidad Nacional de Bogotá, donde sentó las bases intelectuales para forjar un liderazgo por su región.
Entre sus muchas facetas de hombre visionario siempre se destacó en cada uno de los sectores en los que participaba.
Nunca se detuvo, en su dinámica de vida jamás hubo un pare, no había proceso colectivo a favor del Cesar en el que él no estuviese involucrado. Fue impulsor del diario EL PILÓN y apoyó de manera decidida los procesos de ciudad o región que este medio lideraba, en ese sentido fue un orientador activo en actividades como los Foros EL PILÓN, presente siempre en los debates, tertulias, ferias académicas y conversatorios que esta casa editora organizaba.
Un gran hombre de familia, casado con Leonor Baute, también líder cívica. Fueron sus hijos en su orden: José Alfonso, Lázaro, Josefina, María Fernanda, Alfonso Francisco José y Carmen Rosa. Hoy nos deja, pero la huella de su legado permanecerá con nosotros para siempre.