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Informe - 10 octubre, 2022

Acceso y calidad en la educación cesarense

Análisis de la educación en el Cesar: diagnóstico y propuestas. La cobertura educativa en el Cesar está disminuyendo. 

Actividades lúdicas de estudiantes. Foto: Joaquín Ramírez.
Actividades lúdicas de estudiantes. Foto: Joaquín Ramírez.

En el Cesar en el 2021 había matriculados, según el DANE, 223.839 estudiantes entre los 5 y 16 años en colegios oficiales y 35.541 en no-oficiales. La secretaría de Educación del departamento adicionalmente reconoce que, para ese año, había 20.782 niños entre los 5 a 16 años desescolarizados y también informa que había 11.157 estudiantes venezolanos, 73% de ellos cursando educación primaria. 

El departamento está presentando una pérdida de cobertura educativa que se traduce en menos oportunidades para salir de la pobreza. La debilidad en el sistema educativo y la ausencia de una educación de calidad dificulta el ingreso a estudios superiores, al mercado laboral formal, limita el mejoramiento de los ingresos y de las condiciones socioeconómicas. En últimas, las posibilidades para escapar de la pobreza se reducen cada vez más, si no se cuenta con una buena educación.

Gráfico 1. Cobertura en educación básica y secundaria.

Fuente: DANE

En términos de cobertura neta en educación básica y secundaria, la cual contempla los estudiantes que deben asistir a cierto grado académico según su edad, esta viene cayendo desde el 2017, fecha en la cual se alcanzó un valor máximo de 99%, y ha caído 10 puntos porcentuales en 4 años (gráfico 1). 

Dicha tendencia responde a que la cobertura en el 2018 en todos los municipios cayó, con excepción de Valledupar, Astrea, Bosconia, Gamarra, González y Manaure. La caída es tal, que para el 2021 esta medición ya se encontraba debajo del 89%. Si bien la pandemia profundizó la deserción escolar, el problema de cobertura se venía presentando desde años anteriores.

En términos de cobertura bruta, que hace referencia a la proporción de jóvenes en edad educativa que están asistiendo al colegio sin importar el grado que están cursando, las cifras también han caído en el último quinquenio. 

Ambos indicadores de educación no sólo han empeorado año a año, sino que, en términos relativos, muestran un comportamiento particularmente inverso al de las cifras nacionales. 

ATRASO EN LA CALIDAD EDUCATIVA

Además del rezago en materia de cobertura educativa, el Cesar debe trabajar de manera paralela en otro aspecto: la calidad educativa. Aunque medir la calidad tiene sus retos analíticos, una aproximación es tomar los resultados de la prueba Saber 11. Estos miden las competencias académicas, e incluso blandas, aprendidas durante los años de estudio. 

Gráfico 2. Resultados en las pruebas Saber 11.

Fuente: ICFES

En el Cesar, los resultados de dicho examen son preocupantes. El promedio del puntaje de las pruebas realizadas en el segundo semestre de 2021, es decir las presentadas por colegios calendario A, fue de 239 sobre 500 puntos. Viendo el comportamiento histórico de este grupo de colegios se observa que el puntaje del departamento siempre ha estado por debajo del promedio nacional (gráfico 2). 

De los 228 establecimientos educativos que hay en el Cesar, 226 son calendario A, de los cuales 193 han empeorado su puntaje desde el 2016. Es decir, el 85% de los colegios. De todos estos establecimientos, solo 16 califican como muy superior, donde apenas hay dos oficiales (Loperena y CASD). En bilingüismo solamente el 6%, 739 estudiantes de 12.309 examinados, tienen el nivel mínimo de manejo del idioma inglés.

Promoción de la lectura y escritura en el salón. Foto: Joaquín Ramírez.

Así las cosas, el resultado del Cesar en el segundo semestre de 2021, aunque fue mayor que el promedio de la región Caribe, llevó a posicionarlo por debajo del promedio nacional y en el puesto 21 entre 33 entes territoriales (gráfico 3). 

Gráfico 3. Resultados en la prueba Saber 11, 2021-2.

Fuente: ICFES

La desigualdad en la calidad educativa del departamento es marcada. Mientras los estudiantes matriculados en instituciones privadas obtienen un promedio de 280 puntos, aquellos que estudian en colegios oficiales, que equivale al 70% de los estudiantes cesarenses, obtienen puntajes un 23% por debajo de este valor (gráfico 4). El comportamiento es similar a través de las asignaturas, aunque la diferencia es más notoria cuando se evalúa las capacidades en inglés. 

Gráfico 4. Resultados en la prueba Saber 11 2021-2, por institución educativa.

Fuente: ICFES

Una clasificación muy reciente (Ranking Sapiens) del año 2021-2022 dio el siguiente resultado para los 10 primeros colegios de Valledupar, teniendo en cuenta que hay cerca de 13.900 establecimientos en Colombia. 

NOMBREPUESTO MUNICIPIALPUESTO NACIONAL
COLEGIO BILINGÜE1145
LA SIERRA2173
SAGRADA FAMILIA3220
SANTA FE4242
WINDSOR5291
SAN FERNANDO6370
GIMNASIO DEL SABER7384
LOPERENA8407
GIMNASIO DEL NORTE 9456
COLOMBO INGLÉS10474

Algunos de los factores asociados a la baja calidad educativa se han relacionado con el rezago de profesores calificados en el departamento respecto al total nacional. Mientras que en el Cesar el 38% de los docentes en educación media tienen posgrado, en Boyacá, Caquetá, Nariño, Norte de Santander, Putumayo y Sucre esta proporción supera el 50%.

A ello se suma que, apenas el 76% de los colegios cesarenses tienen acceso a una herramienta TIC, cuando el promedio nacional es 89%. También, hay inequidades en el número de maestros, pues cada profesor en el Cesar tiene 21 alumnos, en promedio, un nivel alto frente al resto de departamentos. 

BARRERAS EN EL INGRESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Las condiciones para que los jóvenes ingresen a una institución de educación superior se debe a factores individuales y contextuales. El resultado de la prueba Saber 11 es primordial, puesto que el ingreso a una universidad de alta calidad en Colombia depende en gran parte, sino todo, de ello. 

Gráfico 5. Tasa de tránsito inmediato a educación superior.

Fuente: Ministerio de Educación.

Los bajos resultados del Cesar son una barrera para escapar de la pobreza. Una forma de verlo es que la tasa de tránsito inmediato a la educación superior fue de 39,2% en 2021, cifra similar a la tasa nacional (39,7%) (gráfico 5). En otras palabras, esto quiere decir que, de los casi 12.300 bachilleres cesarenses que se graduaron en el 2021, sólo 4.800 entraron al siguiente año a una universidad o institución técnica y/o tecnológica y cerca de 7.500 quedan todos los años engrosando el ejército de desempleados del departamento o de jóvenes subempleados en actividades de muy baja productividad. 

Políticas públicas de educación. Foto: Joaquín Ramírez.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Para cerrar las brechas en la educación media y superior es fundamental que el acceso al aprendizaje sea equivalente para todos los estudiantes. El esfuerzo debe ser especialmente mayor en departamentos como el Cesar. Aunque cerrar las brechas territoriales mejoraría la calidad de la educación del país como un todo, lo cierto es que algunos estudios han detallado que las diferencias interregionales en la calidad educativa han aumentado en las últimas décadas. No sobra decir, entonces, que los esfuerzos deben redoblarse.

El fortalecimiento de las estrategias de mejoramiento de la calidad educativa debe incluir: mejorar adecuaciones físicas en las instituciones; mayor cantidad de profesores con niveles de posgrados y habilidades de inglés; mejor formación en los rectores y directivos, la cual debe hacerse con un acompañamiento de la secretaría de Educación; trabajar por el fortalecimiento de las aptitudes de los estudiantes; reforzar el uso de la jornada única, pero sobre todo capacitar a los profesores.

El avance en estos puntos puede ser tan eficaz que, por ejemplo, ya se ha visto traducido en un caso de éxito en el colegio oficial Loperena, institución de jornada doble. La calidad y capacitación de sus docentes, convenios internacionales para el aprendizaje del inglés y el liderazgo del rector en los últimos años llevó a que, en el 2021, el puntaje en la prueba saber 11 fuera de 318, un nivel incluso superior al promedio nacional de los colegios calendario B. Es un caso emblemático no solo del Cesar, sino ejemplo en el Caribe de posibilidades de muy buena calidad educativa en colegios oficiales. Un caso similar es el de la Institución Educativa CASD Simón Bolívar, que obtuvo un puntaje general de 286, lo que lo posicionó como el segundo colegio oficial del departamento con el mayor puntaje, por detrás del Loperena. 

Familia y escuelas en procesos educativos. Foto: Joaquín Ramírez.

Lo anterior debe ir de la mano de reformas en las instituciones que reglamenten la educación pública. No sólo en la educación media, sino en la superior. Un caso puntual es el de la Universidad Popular del Cesar que necesita intervenciones que solucionen los problemas fiscales estructurales y que alivien la politiquería que tiene enquistada y que esperamos empiece a sacudirse con sus nuevas autoridades. 

Ahora, aunque la preocupación de las autoridades locales se había trasladado hace unos años hacia los indicadores de calidad educativa, el detrimento en la cobertura que se ha visto desde 2018 exige un redireccionamiento de las políticas públicas. La forma más directa de solucionar este problema es disponiendo incentivos para incrementar la oferta pública y la privada, lo que implica inversión en infraestructura, dotación, transporte y alimentación escolar.

Finalmente hay que unificar cifras de cobertura y demás entre el DANE y la Secretaría de Educación del Departamento que no coinciden.

CESORE agradece, de manera especial, los comentarios y aportes de los profesores Gonzalo Quiroz del Colegio Nacional Loperena y José Antonio Larrazábal del Colegio Santa Fe en la elaboración de este Informe.  

Por CESORE en alianza con Radio Guatapurí y EL PILÓN

Informe
10 octubre, 2022

Acceso y calidad en la educación cesarense

Análisis de la educación en el Cesar: diagnóstico y propuestas. La cobertura educativa en el Cesar está disminuyendo. 


Actividades lúdicas de estudiantes. Foto: Joaquín Ramírez.
Actividades lúdicas de estudiantes. Foto: Joaquín Ramírez.

En el Cesar en el 2021 había matriculados, según el DANE, 223.839 estudiantes entre los 5 y 16 años en colegios oficiales y 35.541 en no-oficiales. La secretaría de Educación del departamento adicionalmente reconoce que, para ese año, había 20.782 niños entre los 5 a 16 años desescolarizados y también informa que había 11.157 estudiantes venezolanos, 73% de ellos cursando educación primaria. 

El departamento está presentando una pérdida de cobertura educativa que se traduce en menos oportunidades para salir de la pobreza. La debilidad en el sistema educativo y la ausencia de una educación de calidad dificulta el ingreso a estudios superiores, al mercado laboral formal, limita el mejoramiento de los ingresos y de las condiciones socioeconómicas. En últimas, las posibilidades para escapar de la pobreza se reducen cada vez más, si no se cuenta con una buena educación.

Gráfico 1. Cobertura en educación básica y secundaria.

Fuente: DANE

En términos de cobertura neta en educación básica y secundaria, la cual contempla los estudiantes que deben asistir a cierto grado académico según su edad, esta viene cayendo desde el 2017, fecha en la cual se alcanzó un valor máximo de 99%, y ha caído 10 puntos porcentuales en 4 años (gráfico 1). 

Dicha tendencia responde a que la cobertura en el 2018 en todos los municipios cayó, con excepción de Valledupar, Astrea, Bosconia, Gamarra, González y Manaure. La caída es tal, que para el 2021 esta medición ya se encontraba debajo del 89%. Si bien la pandemia profundizó la deserción escolar, el problema de cobertura se venía presentando desde años anteriores.

En términos de cobertura bruta, que hace referencia a la proporción de jóvenes en edad educativa que están asistiendo al colegio sin importar el grado que están cursando, las cifras también han caído en el último quinquenio. 

Ambos indicadores de educación no sólo han empeorado año a año, sino que, en términos relativos, muestran un comportamiento particularmente inverso al de las cifras nacionales. 

ATRASO EN LA CALIDAD EDUCATIVA

Además del rezago en materia de cobertura educativa, el Cesar debe trabajar de manera paralela en otro aspecto: la calidad educativa. Aunque medir la calidad tiene sus retos analíticos, una aproximación es tomar los resultados de la prueba Saber 11. Estos miden las competencias académicas, e incluso blandas, aprendidas durante los años de estudio. 

Gráfico 2. Resultados en las pruebas Saber 11.

Fuente: ICFES

En el Cesar, los resultados de dicho examen son preocupantes. El promedio del puntaje de las pruebas realizadas en el segundo semestre de 2021, es decir las presentadas por colegios calendario A, fue de 239 sobre 500 puntos. Viendo el comportamiento histórico de este grupo de colegios se observa que el puntaje del departamento siempre ha estado por debajo del promedio nacional (gráfico 2). 

De los 228 establecimientos educativos que hay en el Cesar, 226 son calendario A, de los cuales 193 han empeorado su puntaje desde el 2016. Es decir, el 85% de los colegios. De todos estos establecimientos, solo 16 califican como muy superior, donde apenas hay dos oficiales (Loperena y CASD). En bilingüismo solamente el 6%, 739 estudiantes de 12.309 examinados, tienen el nivel mínimo de manejo del idioma inglés.

Promoción de la lectura y escritura en el salón. Foto: Joaquín Ramírez.

Así las cosas, el resultado del Cesar en el segundo semestre de 2021, aunque fue mayor que el promedio de la región Caribe, llevó a posicionarlo por debajo del promedio nacional y en el puesto 21 entre 33 entes territoriales (gráfico 3). 

Gráfico 3. Resultados en la prueba Saber 11, 2021-2.

Fuente: ICFES

La desigualdad en la calidad educativa del departamento es marcada. Mientras los estudiantes matriculados en instituciones privadas obtienen un promedio de 280 puntos, aquellos que estudian en colegios oficiales, que equivale al 70% de los estudiantes cesarenses, obtienen puntajes un 23% por debajo de este valor (gráfico 4). El comportamiento es similar a través de las asignaturas, aunque la diferencia es más notoria cuando se evalúa las capacidades en inglés. 

Gráfico 4. Resultados en la prueba Saber 11 2021-2, por institución educativa.

Fuente: ICFES

Una clasificación muy reciente (Ranking Sapiens) del año 2021-2022 dio el siguiente resultado para los 10 primeros colegios de Valledupar, teniendo en cuenta que hay cerca de 13.900 establecimientos en Colombia. 

NOMBREPUESTO MUNICIPIALPUESTO NACIONAL
COLEGIO BILINGÜE1145
LA SIERRA2173
SAGRADA FAMILIA3220
SANTA FE4242
WINDSOR5291
SAN FERNANDO6370
GIMNASIO DEL SABER7384
LOPERENA8407
GIMNASIO DEL NORTE 9456
COLOMBO INGLÉS10474

Algunos de los factores asociados a la baja calidad educativa se han relacionado con el rezago de profesores calificados en el departamento respecto al total nacional. Mientras que en el Cesar el 38% de los docentes en educación media tienen posgrado, en Boyacá, Caquetá, Nariño, Norte de Santander, Putumayo y Sucre esta proporción supera el 50%.

A ello se suma que, apenas el 76% de los colegios cesarenses tienen acceso a una herramienta TIC, cuando el promedio nacional es 89%. También, hay inequidades en el número de maestros, pues cada profesor en el Cesar tiene 21 alumnos, en promedio, un nivel alto frente al resto de departamentos. 

BARRERAS EN EL INGRESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Las condiciones para que los jóvenes ingresen a una institución de educación superior se debe a factores individuales y contextuales. El resultado de la prueba Saber 11 es primordial, puesto que el ingreso a una universidad de alta calidad en Colombia depende en gran parte, sino todo, de ello. 

Gráfico 5. Tasa de tránsito inmediato a educación superior.

Fuente: Ministerio de Educación.

Los bajos resultados del Cesar son una barrera para escapar de la pobreza. Una forma de verlo es que la tasa de tránsito inmediato a la educación superior fue de 39,2% en 2021, cifra similar a la tasa nacional (39,7%) (gráfico 5). En otras palabras, esto quiere decir que, de los casi 12.300 bachilleres cesarenses que se graduaron en el 2021, sólo 4.800 entraron al siguiente año a una universidad o institución técnica y/o tecnológica y cerca de 7.500 quedan todos los años engrosando el ejército de desempleados del departamento o de jóvenes subempleados en actividades de muy baja productividad. 

Políticas públicas de educación. Foto: Joaquín Ramírez.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Para cerrar las brechas en la educación media y superior es fundamental que el acceso al aprendizaje sea equivalente para todos los estudiantes. El esfuerzo debe ser especialmente mayor en departamentos como el Cesar. Aunque cerrar las brechas territoriales mejoraría la calidad de la educación del país como un todo, lo cierto es que algunos estudios han detallado que las diferencias interregionales en la calidad educativa han aumentado en las últimas décadas. No sobra decir, entonces, que los esfuerzos deben redoblarse.

El fortalecimiento de las estrategias de mejoramiento de la calidad educativa debe incluir: mejorar adecuaciones físicas en las instituciones; mayor cantidad de profesores con niveles de posgrados y habilidades de inglés; mejor formación en los rectores y directivos, la cual debe hacerse con un acompañamiento de la secretaría de Educación; trabajar por el fortalecimiento de las aptitudes de los estudiantes; reforzar el uso de la jornada única, pero sobre todo capacitar a los profesores.

El avance en estos puntos puede ser tan eficaz que, por ejemplo, ya se ha visto traducido en un caso de éxito en el colegio oficial Loperena, institución de jornada doble. La calidad y capacitación de sus docentes, convenios internacionales para el aprendizaje del inglés y el liderazgo del rector en los últimos años llevó a que, en el 2021, el puntaje en la prueba saber 11 fuera de 318, un nivel incluso superior al promedio nacional de los colegios calendario B. Es un caso emblemático no solo del Cesar, sino ejemplo en el Caribe de posibilidades de muy buena calidad educativa en colegios oficiales. Un caso similar es el de la Institución Educativa CASD Simón Bolívar, que obtuvo un puntaje general de 286, lo que lo posicionó como el segundo colegio oficial del departamento con el mayor puntaje, por detrás del Loperena. 

Familia y escuelas en procesos educativos. Foto: Joaquín Ramírez.

Lo anterior debe ir de la mano de reformas en las instituciones que reglamenten la educación pública. No sólo en la educación media, sino en la superior. Un caso puntual es el de la Universidad Popular del Cesar que necesita intervenciones que solucionen los problemas fiscales estructurales y que alivien la politiquería que tiene enquistada y que esperamos empiece a sacudirse con sus nuevas autoridades. 

Ahora, aunque la preocupación de las autoridades locales se había trasladado hace unos años hacia los indicadores de calidad educativa, el detrimento en la cobertura que se ha visto desde 2018 exige un redireccionamiento de las políticas públicas. La forma más directa de solucionar este problema es disponiendo incentivos para incrementar la oferta pública y la privada, lo que implica inversión en infraestructura, dotación, transporte y alimentación escolar.

Finalmente hay que unificar cifras de cobertura y demás entre el DANE y la Secretaría de Educación del Departamento que no coinciden.

CESORE agradece, de manera especial, los comentarios y aportes de los profesores Gonzalo Quiroz del Colegio Nacional Loperena y José Antonio Larrazábal del Colegio Santa Fe en la elaboración de este Informe.  

Por CESORE en alianza con Radio Guatapurí y EL PILÓN