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Comunidad - 21 marzo, 2022

A 360 familias indígenas de Cesar y Magdalena les restituirán 2.463 hectáreas de tierras

A la reunión asistió la máxima autoridad de cada resguardo indígena que conoció una a una las medidas aplicadas en la etapa de posfallo, con las que se busca el restablecimiento al goce efectivo de los derechos territoriales de estas comunidades.

Socialización con los integrantes de las comunidades indígenas del Magdalena y Cesar, beneficiarios de la restitución de tierras. FOTO: CORTESÍA.
Socialización con los integrantes de las comunidades indígenas del Magdalena y Cesar, beneficiarios de la restitución de tierras. FOTO: CORTESÍA.

La Unidad de Restitución de Tierras, socializó la sentencia de restitución a favor de 360 familias pertenecientes a la etnia Ette Ennaka, en 2.463 hectáreas, distribuidas en Sabanas de San Ángel y Santa Marta, en el Magdalena; lo  mismo que en El Copey y Valledupar,  en el departamento del Cesar.

A la reunión asistió la máxima autoridad de cada resguardo indígena que conoció una a una las medidas aplicadas en la etapa de posfallo, con las que se busca el restablecimiento al goce efectivo de los derechos territoriales de estas comunidades.

La primera medida, adoptada por el Juzgado Cuarto de Descongestión Civil del Circuito Especializado en restitución de tierras de Santa Marta, fue la de amparar y restituir los derechos territoriales que le asisten al Pueblo Ette Ennaka (Chimila) respecto del Resguardo Chimila o Cacahueros, en adelante Issa Oristunna; así como al Resguardo Nara Kajmanta, además de los asentamientos Ette Butteriya, en Magdalena; e Itti Takke y Diwana, en el Cesar, los cuales fueron afectados por la violencia.

El Gobernador del pueblo Ette Ennaka, Víctor Alfonso Rojano, afirmó que la comunidad quedó complacida con la socialización de la sentencia. “Quedó claro el alcance de las órdenes, las entidades responsables y la necesidad de concertación previa entre las autoridades gubernamentales e indígenas, como elementos fundamentales para la materialización de la sentencia”, aseguró esta autoridad.

La directora territorial Cesar-Guajira, Claudia Mireya Manotas Mejía, aseguró que la socialización busca reivindicar los derechos territoriales de esta comunidad indígena que requiere preservar sus costumbres, realización de sus ceremonias espirituales tradicionales y la visita a sitios sagrados, entre otras órdenes.

La restitución de los derechos territoriales llegó a los pueblos ubicados en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, especialmente en las cuencas vecinas y circundantes del Ariguanicito, Fundación, Nabusímake y la Ciénaga Grande de Santa Marta; y hacia el sur, desde las cuencas de Ariguaní, El Copey, Caracolicito y Bosconia, estas últimas en el departamento del Cesar.

En 1994, el pueblo Ette Ennaka sufrió las consecuencias de la violencia, pues los grupos guerrilleros y las AUC tuvieron influencia en la zona. Esta situación recrudeció los señalamientos y desencadenó el desplazamiento de gran parte de la población, hacia las actuales comunidades Nara Kajmanta, Itti Take y Diwana, ubicadas en los departamentos de Cesar y Magdalena.

Comunidad
21 marzo, 2022

A 360 familias indígenas de Cesar y Magdalena les restituirán 2.463 hectáreas de tierras

A la reunión asistió la máxima autoridad de cada resguardo indígena que conoció una a una las medidas aplicadas en la etapa de posfallo, con las que se busca el restablecimiento al goce efectivo de los derechos territoriales de estas comunidades.


Socialización con los integrantes de las comunidades indígenas del Magdalena y Cesar, beneficiarios de la restitución de tierras. FOTO: CORTESÍA.
Socialización con los integrantes de las comunidades indígenas del Magdalena y Cesar, beneficiarios de la restitución de tierras. FOTO: CORTESÍA.

La Unidad de Restitución de Tierras, socializó la sentencia de restitución a favor de 360 familias pertenecientes a la etnia Ette Ennaka, en 2.463 hectáreas, distribuidas en Sabanas de San Ángel y Santa Marta, en el Magdalena; lo  mismo que en El Copey y Valledupar,  en el departamento del Cesar.

A la reunión asistió la máxima autoridad de cada resguardo indígena que conoció una a una las medidas aplicadas en la etapa de posfallo, con las que se busca el restablecimiento al goce efectivo de los derechos territoriales de estas comunidades.

La primera medida, adoptada por el Juzgado Cuarto de Descongestión Civil del Circuito Especializado en restitución de tierras de Santa Marta, fue la de amparar y restituir los derechos territoriales que le asisten al Pueblo Ette Ennaka (Chimila) respecto del Resguardo Chimila o Cacahueros, en adelante Issa Oristunna; así como al Resguardo Nara Kajmanta, además de los asentamientos Ette Butteriya, en Magdalena; e Itti Takke y Diwana, en el Cesar, los cuales fueron afectados por la violencia.

El Gobernador del pueblo Ette Ennaka, Víctor Alfonso Rojano, afirmó que la comunidad quedó complacida con la socialización de la sentencia. “Quedó claro el alcance de las órdenes, las entidades responsables y la necesidad de concertación previa entre las autoridades gubernamentales e indígenas, como elementos fundamentales para la materialización de la sentencia”, aseguró esta autoridad.

La directora territorial Cesar-Guajira, Claudia Mireya Manotas Mejía, aseguró que la socialización busca reivindicar los derechos territoriales de esta comunidad indígena que requiere preservar sus costumbres, realización de sus ceremonias espirituales tradicionales y la visita a sitios sagrados, entre otras órdenes.

La restitución de los derechos territoriales llegó a los pueblos ubicados en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, especialmente en las cuencas vecinas y circundantes del Ariguanicito, Fundación, Nabusímake y la Ciénaga Grande de Santa Marta; y hacia el sur, desde las cuencas de Ariguaní, El Copey, Caracolicito y Bosconia, estas últimas en el departamento del Cesar.

En 1994, el pueblo Ette Ennaka sufrió las consecuencias de la violencia, pues los grupos guerrilleros y las AUC tuvieron influencia en la zona. Esta situación recrudeció los señalamientos y desencadenó el desplazamiento de gran parte de la población, hacia las actuales comunidades Nara Kajmanta, Itti Take y Diwana, ubicadas en los departamentos de Cesar y Magdalena.