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Cultura - 7 abril, 2025

De cuatro espectadores a filas kilométricas: la década de Teatro Maderos en Valledupar

El Jueves y Viernes Santo abrirán sus puertas al público para presentar la exitosa obra ‘Relatos del Amor y la Tristeza’.

Las obras que se producen en Teatro Maderos retratan problemáticas sociales y salen de noticias regionales. Foto: Davian Camera.
Las obras que se producen en Teatro Maderos retratan problemáticas sociales y salen de noticias regionales. Foto: Davian Camera.
Boton Wpp

Maderos Teatro celebra sus 10 primeros años de ‘shows’ en Valledupar, promoviendo el arte escénico y transformando la percepción del teatro en esta ciudad. Este colectivo se hace llamar “autónomo”, no “independiente”, porque aprendieron que el secreto para existir durante más de una década es la dependencia mutúa entre el público vallenato y ellos. Nació como un espacio para la creación artística, establecido en una antigua casa del centro histórico de Valledupar, que fue restaurada por los mismos integrantes del grupo. 

Desde su inicio, Maderos Teatro se ha dedicado a la producción de obras teatrales, talleres y residencias artísticas, consolidándose como un laboratorio cultural en la región. De ahí han atesorado, guiado y reclutado, como un ejército, a jóvenes que dejaron de ser promesas para convertirse en la realidad del séptimo arte del Cesar y La Guajira, maestros como Nina Marín, galardonada cineasta costeña y Mario Jiménez, sandiegano y maestro de las artes escénicas.

La escenografía invita al público a la imaginación y la reflexión. Foto: Davian Cámara.

“Descubrí que uno podía ser actor profesional, que esto se estudiaba y me decidí. Decidí ir a Bogotá a estudiar allá, en la Universidad Central en convenio con el Teatro Libre. Me gradué como maestro en arte dramático y cuando volví a Caballito para trabajar en mi municipio, en San Diego me encontré con este maravilloso lugar que es Maderos Teatro. Eso fue en el año 2016”, recordó Jiménez, joven y con mirada brillosa de quien ha conseguido lo que necesita para vivir.

De cuatro a hacer fila

Según relatan los teatreros, su primera obra comenzó con tan solo cuatro espectadores, pero hoy en día el público se ha multiplicado. La mitad de los asistentes son personas que descubren el teatro por primera vez, mientras que la otra mitad regresa atraída por las recomendaciones de boca en boca. Al igual que en el cine, las funciones iniciales y finales suelen ser las más concurridas, generando en ocasiones largas filas de espectadores que esperan con entusiasmo para ingresar al siguiente turno. 

Las cifras del Teatro Maderos así lo dicen. Desde su fundación, este colectivo ha logrado crear más de 30 espectáculos escénicos, consolidándose como un espacio dinámico para las artes escénicas. La sala ha sido reconocida por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes en cinco ocasiones.

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Durante estos años, el Teatro Maderos ha recibido a más de 40.000 espectadores y ha presentado más de 80 espectáculos escénicos, convirtiéndose en un punto de referencia para la comunidad artística local y nacional. Además, el colectivo ha sido invitado a cuatro festivales internacionales y cuatro nacionales, lo que demuestra su reconocimiento a nivel global. En el ámbito de los premios, han obtenido dos premios de creación, uno de circulación y una mención de honor en el programa de estímulos del Ministerio.

El Teatro Maderos también ha recibido varios reconocimientos por su aporte cultural y educativo. En 2017, fue reconocido por la Cámara de Comercio por su participación y apoyo a la educación y el fortalecimiento del tejido empresarial de la región. En 2023, la Filarmónica del Cesar destacó su contribución al crecimiento artístico y cultural del departamento de Cesar. Recientemente, en 2024, recibió el Premio Julio Villazón por Mérito Cultural otorgado por la Cámara de Comercio.

En el año 2024, el Teatro Maderos también participó en la segunda versión del proyecto “Cañagüates: la fiesta de la juglaría teatral”, auspiciado por el Programa Nacional de Salas Concertadas del Ministerio. Este proyecto dio lugar a iniciativas como “La Ruta del Teatro”, una obra para colegios llamada “La Fábula del Buitre” sobre prevención del consumo de drogas, y otra para centros de desarrollo infantil titulada “Diente de Leche”. Además, realizaron varias obras de gran formato para toda la familia en parques, plazas y polideportivos, fortaleciendo su compromiso con la comunidad. 

Foto: Davian Cámara.

En el último año han realizado dos talleres de formación: uno realizado en la casa de Teatro Maderos en Valledupar y otro en la Sala Phersulogía con el apoyo de la Corporación Artística Phersulogía en Aguachica. Tanto de los talleres de formación como de los semilleros, salen niños y adultos que aprenden a reconocerse a sí mismos mediante el ejercicio teatral, muchos no harán teatro pero reconocerán su propósito en la vida tras los lentes del arte.

Matías es uno de los más pequeños en el semillero del Teatro Maderos, el día que el teatro celebró su década, el menor, parado en una silla, dedicó un sentido discurso a su lugar favorito: “Gracias por enseñarme a crecer en mí y a superar mis miedos y a conocer cosas de mí que no sabía que era capaz. Gracias por su guía, consejos que me han ayudado a mi crecimiento personal. Gracias por ser los arquitectos de momentos mágicos llenos de risas y les estoy eternamente agradecido”.

A lo largo de estos 10 años, el Teatro Maderos no solo ha creado espectáculos inolvidables, sino que también ha construido una comunidad alrededor del arte dramático. Su labor ha transformado la escena teatral vallenata y a su gente.

Génesis del teatro vallenato

El colectivo surgió de un grupo de seis amigos que compartían una pasión por el teatro universitario y decidieron llevar su arte más allá de las aulas. “Yo hago parte de los fundadores de Maderos Teatro. Maderos nace en el año 2005. O sea, ya hace 20 años. Nina estuvo en  la Carreta. Así se llamaba: Teatro Estudio La Carreta de la Universidad Popular del Cesar. Después tuvimos el nombre de Maraña, después Musaraña y después llegó Maderos”, relata Clarisa Cuadros, a quien no se le puede denominar solo actriz, ella encierra la memoria, la administración, las enseñanzas, luchas, fracasos y aciertos del teatro provinciano. 

Foto: Davian Cámara.

“Y así la fundación también fue cambiando de nombre hasta que ya. Hay que aclarar que en el transcurso de ese tiempo también salieron unos y entraron otros. Entonces, realmente la base de estos 10 años prácticamente ha sido Carolina Rodríguez, Deiler Díaz Arzuaga, Alberto Campo, mi persona, Luis Martínez y Al Moreno. Ángela Moya salió un tiempo”, concluye Cuadros.

No obstante, en 10 años el Teatro hizo amigos de antaño y amigos relativamente nuevos, que como un frondoso palo e mango de arte y cultura inspiradas en la experiencias de vida vallenatas sin caer en el vallenato, fue así que el viernes 4 de abril salieron ramas en las artes plásticas como Casa Arte, Fundación Filarmónica del Cesar, Fundación Aviva y Helio Mejia del semillero de investigación Luna Rural, el cual incluye expresiones artísticas, como el teatro en la escuela de Aguas Blancas.

Bajo la dirección de Deiler Díaz, comenzaron a desarrollar montajes originales que combinaban investigaciones culturales con un enfoque social, lo que hace especial la conexión del público y el teatro es la imaginación, la escenografía es simple pero contundente que se recrea en el espectador diferentes lugares e interpretaciones: una butaca es también un mueble, una casa, un bus; una mujer se convierte en nuestra vecina o nuestra madre. Así es como construyeron su línea editorial, con sus primeras obras destacaron “La muerte del personaje” y “El médico a palo”.

El teatro cesarense después de 10 años

A lo largo de los años, Maderos Teatro ha abordado temas sociales relevantes como el conflicto armado y la violencia intrafamiliar. Obras como “Caballitos del diablo” y “Flores de María” han rendido homenaje a las víctimas de la violencia en Colombia, utilizando el teatro como herramienta para la reflexión y la sanación colectiva. Además, han trabajado en proyectos educativos como “La Ruta del Teatro”, llevando presentaciones a colegios y plazas públicas del departamento del Cesar, con el objetivo de formar nuevos talentos y fomentar valores culturales entre niños y jóvenes.

El colectivo también ha enfrentado desafíos, que, con el apoyo gubernamental que tienen otras ciudades capitales como Barranquilla para el desarrollo del potencial escénico, cinematográfico y teatral, estos baches serían otros, iniciando por los espacios adecuados para sus actividades. Sin embargo, han logrado mantenerse activos gracias a su autogestión, colaboraciones con otras instituciones culturales, el ingenio tan exótico y escaso para proponer proyectos, redactarlos y ganárselos.

Foto: Davian Cámara.

Hoy en día, Maderos Teatro es reconocido no solo por su impacto local sino también por su proyección nacional e internacional. Desde ya empiezan a imaginar los próximos 10 a 20 años, gracias a su semillero y la habilidad de robarles talentos nuestros a las grandes ciudades, mostrando que vale la pena soñar el teatro, persistir e inspirar a la sociedad vallenata a crearse un futuro donde todos nos realizamos con lo que mejor sepamos hacer.

Semana Santa teatrera

En los días santos además de procesiones, misas y dulces, el Teatro Maderos volverá a presentar día a día las distintas historias que hacen parte de la obra “Relatos del Amor y la Tristeza”, obra escrita por el cubano Ricardo Muñoz. 

Una de las fábulas de la obra Relatos del Amor y la Tristeza. Foto: Davian Cámara.

Los teateros sienten un gran respeto y cariño por esta obra porque fue con la que desarrollaron su lenguaje hace 25 años aproximadamente. “Fue como la obra con la que estuvimos o hemos estado desarrollando un lenguaje. La componen tres fábulas. Esperamos que ustedes puedan venir a verla, Viernes y Jueves Santo, los esperamos”, invitaron los maestros de las artes escénicas vallenatos.

Por: Katlin Navarro Luna / EL PILÓN

Cultura
7 abril, 2025

De cuatro espectadores a filas kilométricas: la década de Teatro Maderos en Valledupar

El Jueves y Viernes Santo abrirán sus puertas al público para presentar la exitosa obra ‘Relatos del Amor y la Tristeza’.


Las obras que se producen en Teatro Maderos retratan problemáticas sociales y salen de noticias regionales. Foto: Davian Camera.
Las obras que se producen en Teatro Maderos retratan problemáticas sociales y salen de noticias regionales. Foto: Davian Camera.
Boton Wpp

Maderos Teatro celebra sus 10 primeros años de ‘shows’ en Valledupar, promoviendo el arte escénico y transformando la percepción del teatro en esta ciudad. Este colectivo se hace llamar “autónomo”, no “independiente”, porque aprendieron que el secreto para existir durante más de una década es la dependencia mutúa entre el público vallenato y ellos. Nació como un espacio para la creación artística, establecido en una antigua casa del centro histórico de Valledupar, que fue restaurada por los mismos integrantes del grupo. 

Desde su inicio, Maderos Teatro se ha dedicado a la producción de obras teatrales, talleres y residencias artísticas, consolidándose como un laboratorio cultural en la región. De ahí han atesorado, guiado y reclutado, como un ejército, a jóvenes que dejaron de ser promesas para convertirse en la realidad del séptimo arte del Cesar y La Guajira, maestros como Nina Marín, galardonada cineasta costeña y Mario Jiménez, sandiegano y maestro de las artes escénicas.

La escenografía invita al público a la imaginación y la reflexión. Foto: Davian Cámara.

“Descubrí que uno podía ser actor profesional, que esto se estudiaba y me decidí. Decidí ir a Bogotá a estudiar allá, en la Universidad Central en convenio con el Teatro Libre. Me gradué como maestro en arte dramático y cuando volví a Caballito para trabajar en mi municipio, en San Diego me encontré con este maravilloso lugar que es Maderos Teatro. Eso fue en el año 2016”, recordó Jiménez, joven y con mirada brillosa de quien ha conseguido lo que necesita para vivir.

De cuatro a hacer fila

Según relatan los teatreros, su primera obra comenzó con tan solo cuatro espectadores, pero hoy en día el público se ha multiplicado. La mitad de los asistentes son personas que descubren el teatro por primera vez, mientras que la otra mitad regresa atraída por las recomendaciones de boca en boca. Al igual que en el cine, las funciones iniciales y finales suelen ser las más concurridas, generando en ocasiones largas filas de espectadores que esperan con entusiasmo para ingresar al siguiente turno. 

Las cifras del Teatro Maderos así lo dicen. Desde su fundación, este colectivo ha logrado crear más de 30 espectáculos escénicos, consolidándose como un espacio dinámico para las artes escénicas. La sala ha sido reconocida por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes en cinco ocasiones.

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Una publicación compartida de Yajamna Durán ☼ (@uncielitoamarillo)

Durante estos años, el Teatro Maderos ha recibido a más de 40.000 espectadores y ha presentado más de 80 espectáculos escénicos, convirtiéndose en un punto de referencia para la comunidad artística local y nacional. Además, el colectivo ha sido invitado a cuatro festivales internacionales y cuatro nacionales, lo que demuestra su reconocimiento a nivel global. En el ámbito de los premios, han obtenido dos premios de creación, uno de circulación y una mención de honor en el programa de estímulos del Ministerio.

El Teatro Maderos también ha recibido varios reconocimientos por su aporte cultural y educativo. En 2017, fue reconocido por la Cámara de Comercio por su participación y apoyo a la educación y el fortalecimiento del tejido empresarial de la región. En 2023, la Filarmónica del Cesar destacó su contribución al crecimiento artístico y cultural del departamento de Cesar. Recientemente, en 2024, recibió el Premio Julio Villazón por Mérito Cultural otorgado por la Cámara de Comercio.

En el año 2024, el Teatro Maderos también participó en la segunda versión del proyecto “Cañagüates: la fiesta de la juglaría teatral”, auspiciado por el Programa Nacional de Salas Concertadas del Ministerio. Este proyecto dio lugar a iniciativas como “La Ruta del Teatro”, una obra para colegios llamada “La Fábula del Buitre” sobre prevención del consumo de drogas, y otra para centros de desarrollo infantil titulada “Diente de Leche”. Además, realizaron varias obras de gran formato para toda la familia en parques, plazas y polideportivos, fortaleciendo su compromiso con la comunidad. 

Foto: Davian Cámara.

En el último año han realizado dos talleres de formación: uno realizado en la casa de Teatro Maderos en Valledupar y otro en la Sala Phersulogía con el apoyo de la Corporación Artística Phersulogía en Aguachica. Tanto de los talleres de formación como de los semilleros, salen niños y adultos que aprenden a reconocerse a sí mismos mediante el ejercicio teatral, muchos no harán teatro pero reconocerán su propósito en la vida tras los lentes del arte.

Matías es uno de los más pequeños en el semillero del Teatro Maderos, el día que el teatro celebró su década, el menor, parado en una silla, dedicó un sentido discurso a su lugar favorito: “Gracias por enseñarme a crecer en mí y a superar mis miedos y a conocer cosas de mí que no sabía que era capaz. Gracias por su guía, consejos que me han ayudado a mi crecimiento personal. Gracias por ser los arquitectos de momentos mágicos llenos de risas y les estoy eternamente agradecido”.

A lo largo de estos 10 años, el Teatro Maderos no solo ha creado espectáculos inolvidables, sino que también ha construido una comunidad alrededor del arte dramático. Su labor ha transformado la escena teatral vallenata y a su gente.

Génesis del teatro vallenato

El colectivo surgió de un grupo de seis amigos que compartían una pasión por el teatro universitario y decidieron llevar su arte más allá de las aulas. “Yo hago parte de los fundadores de Maderos Teatro. Maderos nace en el año 2005. O sea, ya hace 20 años. Nina estuvo en  la Carreta. Así se llamaba: Teatro Estudio La Carreta de la Universidad Popular del Cesar. Después tuvimos el nombre de Maraña, después Musaraña y después llegó Maderos”, relata Clarisa Cuadros, a quien no se le puede denominar solo actriz, ella encierra la memoria, la administración, las enseñanzas, luchas, fracasos y aciertos del teatro provinciano. 

Foto: Davian Cámara.

“Y así la fundación también fue cambiando de nombre hasta que ya. Hay que aclarar que en el transcurso de ese tiempo también salieron unos y entraron otros. Entonces, realmente la base de estos 10 años prácticamente ha sido Carolina Rodríguez, Deiler Díaz Arzuaga, Alberto Campo, mi persona, Luis Martínez y Al Moreno. Ángela Moya salió un tiempo”, concluye Cuadros.

No obstante, en 10 años el Teatro hizo amigos de antaño y amigos relativamente nuevos, que como un frondoso palo e mango de arte y cultura inspiradas en la experiencias de vida vallenatas sin caer en el vallenato, fue así que el viernes 4 de abril salieron ramas en las artes plásticas como Casa Arte, Fundación Filarmónica del Cesar, Fundación Aviva y Helio Mejia del semillero de investigación Luna Rural, el cual incluye expresiones artísticas, como el teatro en la escuela de Aguas Blancas.

Bajo la dirección de Deiler Díaz, comenzaron a desarrollar montajes originales que combinaban investigaciones culturales con un enfoque social, lo que hace especial la conexión del público y el teatro es la imaginación, la escenografía es simple pero contundente que se recrea en el espectador diferentes lugares e interpretaciones: una butaca es también un mueble, una casa, un bus; una mujer se convierte en nuestra vecina o nuestra madre. Así es como construyeron su línea editorial, con sus primeras obras destacaron “La muerte del personaje” y “El médico a palo”.

El teatro cesarense después de 10 años

A lo largo de los años, Maderos Teatro ha abordado temas sociales relevantes como el conflicto armado y la violencia intrafamiliar. Obras como “Caballitos del diablo” y “Flores de María” han rendido homenaje a las víctimas de la violencia en Colombia, utilizando el teatro como herramienta para la reflexión y la sanación colectiva. Además, han trabajado en proyectos educativos como “La Ruta del Teatro”, llevando presentaciones a colegios y plazas públicas del departamento del Cesar, con el objetivo de formar nuevos talentos y fomentar valores culturales entre niños y jóvenes.

El colectivo también ha enfrentado desafíos, que, con el apoyo gubernamental que tienen otras ciudades capitales como Barranquilla para el desarrollo del potencial escénico, cinematográfico y teatral, estos baches serían otros, iniciando por los espacios adecuados para sus actividades. Sin embargo, han logrado mantenerse activos gracias a su autogestión, colaboraciones con otras instituciones culturales, el ingenio tan exótico y escaso para proponer proyectos, redactarlos y ganárselos.

Foto: Davian Cámara.

Hoy en día, Maderos Teatro es reconocido no solo por su impacto local sino también por su proyección nacional e internacional. Desde ya empiezan a imaginar los próximos 10 a 20 años, gracias a su semillero y la habilidad de robarles talentos nuestros a las grandes ciudades, mostrando que vale la pena soñar el teatro, persistir e inspirar a la sociedad vallenata a crearse un futuro donde todos nos realizamos con lo que mejor sepamos hacer.

Semana Santa teatrera

En los días santos además de procesiones, misas y dulces, el Teatro Maderos volverá a presentar día a día las distintas historias que hacen parte de la obra “Relatos del Amor y la Tristeza”, obra escrita por el cubano Ricardo Muñoz. 

Una de las fábulas de la obra Relatos del Amor y la Tristeza. Foto: Davian Cámara.

Los teateros sienten un gran respeto y cariño por esta obra porque fue con la que desarrollaron su lenguaje hace 25 años aproximadamente. “Fue como la obra con la que estuvimos o hemos estado desarrollando un lenguaje. La componen tres fábulas. Esperamos que ustedes puedan venir a verla, Viernes y Jueves Santo, los esperamos”, invitaron los maestros de las artes escénicas vallenatos.

Por: Katlin Navarro Luna / EL PILÓN