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Los vendedores aseguran que han visto afectadas sus ventas de artesanías y productos locales debido a que ya no están tan cerca de las estatuas de Diomedes y Martín Elías, a donde llegan los turistas a tomarse fotos. Aquí los testimonios de algunos de ellos.
Además de la demolición de construcciones ilegales en el río Guatapurí, donde vendían comidas y bebidas alcohólicas dentro del afluente, la Alcaldía de Valledupar también reubicó a los vendedores que estaban en la glorieta de los Juglares y en la zona de las estatuas de artistas vallenatos, hacia las afueras del Parque de la Leyenda.
Aunque el operativo no generó resistencia ni disturbios, los comerciantes informales expresaron a EL PILÓN su descontento por haber sido retirados de este emblemático lugar para el turismo en el sector del balneario Hurtado, muy cercano al Parque La Provincia.
“Nos dijeron que no podíamos estar allá porque eso lo van a arreglar y que no es permitido estar allá porque eso es un romboy. Nos reubicaron de este lado. Tenemos que tener una carpita para el sol, pero no nos dejan usar sombrillas. Las ventas son más difíciles porque los turistas no pasan por aquí”, explicó Lucy Ballesteros, quien ha estado comercializando artesanías hechas por ella y gafas durante cuatro años cerca de la estatua de Diomedes Díaz.
Felipe Herrera, de 18 años, también ha trabajado en este punto durante cuatro años con la oferta de sombreros vueltiaos y artesanías. “Las ventas son más difíciles aquí porque los turistas no pasan tanto, en cambio allá les prestamos sombreros para que se tomen fotos, y ellos colaboran comprando algo”, dijo el joven.
Los sombreros son de los productos más populares, con precios que van desde los $30.000 hasta los $160.000 pesos. “Ahora, la gente pasa corriendo y no se detiene”, expresó una comerciante que prefirió reservar su nombre, pero contó que ha trabajado en la glorieta durante ocho años, mencionando que la ubicación anterior era mejor porque la gente “compraba más”.
“Nos gustaría que la Alcaldía nos ubicara en un pasaje comercial cerca de la glorieta, pero no tan cerca como para que nos molesten”, propuso la mujer ante la falta de una oferta formal de este tipo de productos en el balneario. Según él, sería una alternativa para satisfacer a los turistas y permitir que sigan llevando el sustento a sus familias.
EL PILÓN también dialogó con un vendedor de cerveza, originario de Venezuela, ha sido reubicado varias veces de la estatua de Jorge Oñate. “Me sacaron de allá y ahora no sé dónde colocarme. Me gustaría seguir vendiendo aquí, pero no tengo documentos”, dijo mientras miraba a sus compañeros establecidos con sus productos. Después de dos años de trabajar en medio de esa angustia para sostener a sus hijos, admite que debe cumplir las normas y adaptarse para seguir vendiendo en la zona.
Aunque solo son unos metros, y el flujo de visitantes aumenta para Semana Santa y Festival Vallenato, los entrevistados insistieron en que entre más cerca de las esculturas y obras vallenatas, mejor les va. No es la primera vez que la administración municipal despeja esta y otras zonas turísticas, de hecho, hacia el sector del ecoparque unos 20 vendedores de micheladas fueron ubicados en las casetas comerciales, aún no se observa esta misma opción para el grupo de las artesanías.
Por Andrea Guerra Peña. IG: @andreaguerraperiodista
Los vendedores aseguran que han visto afectadas sus ventas de artesanías y productos locales debido a que ya no están tan cerca de las estatuas de Diomedes y Martín Elías, a donde llegan los turistas a tomarse fotos. Aquí los testimonios de algunos de ellos.
Además de la demolición de construcciones ilegales en el río Guatapurí, donde vendían comidas y bebidas alcohólicas dentro del afluente, la Alcaldía de Valledupar también reubicó a los vendedores que estaban en la glorieta de los Juglares y en la zona de las estatuas de artistas vallenatos, hacia las afueras del Parque de la Leyenda.
Aunque el operativo no generó resistencia ni disturbios, los comerciantes informales expresaron a EL PILÓN su descontento por haber sido retirados de este emblemático lugar para el turismo en el sector del balneario Hurtado, muy cercano al Parque La Provincia.
“Nos dijeron que no podíamos estar allá porque eso lo van a arreglar y que no es permitido estar allá porque eso es un romboy. Nos reubicaron de este lado. Tenemos que tener una carpita para el sol, pero no nos dejan usar sombrillas. Las ventas son más difíciles porque los turistas no pasan por aquí”, explicó Lucy Ballesteros, quien ha estado comercializando artesanías hechas por ella y gafas durante cuatro años cerca de la estatua de Diomedes Díaz.
Felipe Herrera, de 18 años, también ha trabajado en este punto durante cuatro años con la oferta de sombreros vueltiaos y artesanías. “Las ventas son más difíciles aquí porque los turistas no pasan tanto, en cambio allá les prestamos sombreros para que se tomen fotos, y ellos colaboran comprando algo”, dijo el joven.
Los sombreros son de los productos más populares, con precios que van desde los $30.000 hasta los $160.000 pesos. “Ahora, la gente pasa corriendo y no se detiene”, expresó una comerciante que prefirió reservar su nombre, pero contó que ha trabajado en la glorieta durante ocho años, mencionando que la ubicación anterior era mejor porque la gente “compraba más”.
“Nos gustaría que la Alcaldía nos ubicara en un pasaje comercial cerca de la glorieta, pero no tan cerca como para que nos molesten”, propuso la mujer ante la falta de una oferta formal de este tipo de productos en el balneario. Según él, sería una alternativa para satisfacer a los turistas y permitir que sigan llevando el sustento a sus familias.
EL PILÓN también dialogó con un vendedor de cerveza, originario de Venezuela, ha sido reubicado varias veces de la estatua de Jorge Oñate. “Me sacaron de allá y ahora no sé dónde colocarme. Me gustaría seguir vendiendo aquí, pero no tengo documentos”, dijo mientras miraba a sus compañeros establecidos con sus productos. Después de dos años de trabajar en medio de esa angustia para sostener a sus hijos, admite que debe cumplir las normas y adaptarse para seguir vendiendo en la zona.
Aunque solo son unos metros, y el flujo de visitantes aumenta para Semana Santa y Festival Vallenato, los entrevistados insistieron en que entre más cerca de las esculturas y obras vallenatas, mejor les va. No es la primera vez que la administración municipal despeja esta y otras zonas turísticas, de hecho, hacia el sector del ecoparque unos 20 vendedores de micheladas fueron ubicados en las casetas comerciales, aún no se observa esta misma opción para el grupo de las artesanías.
Por Andrea Guerra Peña. IG: @andreaguerraperiodista