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EL PILÓN entrevistó a Álvaro Araujo para conocer su versión sobre su amistad con el presidente Gustavo Petro. A la par, habló sobre política, su caso judicial, el departamento del Cesar, paramilitarismo, entre otros temas.
Uno de los tantos temas que se tocó en el televisado consejo de ministro fue la supuesta amistad entre el presidente Gustavo Petro y el exsenador Álvaro Araújo Castro.
El director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez Ballesteros, dijo: “Recuerdo a Álvaro Araújo, amigo del representante Petro. Esa amistad no fue pretexto: cuando nos enteramos que estaba metido en grupos paramilitares (el presidente) no dudó en darnos la orden de enfilar las investigaciones desde la UTL y el señor terminó preso junto con otros”.
Recomendado: Consejo de ministros: la recordada amistad entre Álvaro Araujo y Gustavo Petro
EL PILÓN entrevistó a Álvaro Araújo para conocer su versión de los hechos. A la par, habló sobre política, su caso judicial, el departamento del Cesar, paramilitarismo, entre otros temas.
Augusto Rodríguez es una persona que hizo carrera en las unidades legislativas de Gustavo Petro, Alirio Uribe e Iván Cepeda. No es cierto que sea un funcionario técnico, es un funcionario político, con habilidades políticas.
Augusto Rodríguez me ha causado una ofensa superlativa al compararme con Armando Benedetti. Una ofensa se tipifica como el delito de injuria. Me ofende que me compare con Armando Benedetti, un hombre al que acusan de maltratar mujeres. En esta casa lo vi agredir a una de sus esposas y públicamente ha reconocido que es cocainómano en unos audios de conversaciones que publicó la prensa con Laura Sarabia.
Yo no he sido amigo de Gustavo Petro, fuimos compañeros en la Cámara y el Senado. Me ofende que se diga que Gustavo Petro es mi amigo. Petro es el artífice de los falsos positivos judiciales de la parapolítica. Un ardido político que no buscaba hacer justicia, sino judicializar congresistas uribistas, fueran o no culpables, para preestablecer prueba contra Alvaro Uribe Vélez. Lo que Petro y Velásquez instrumentaron contra mí fue un crimen.
Augusto Rodríguez relata la manera cómo empezó la parapolítica, y él mismo dice e involucra a Iván Velásquez, el hoy ministro de Defensa, que en ese momento era magistrado auxiliar de la Corte Suprema y tuvo a su cargo la investigación de la parapolítica. Augusto Rodríguez, al mencionarme en el Consejo de Ministros del 5 febrero, dice que una UTL parlamentaria fue la que sustanció una condena que la Corte Suprema, sin hacerme un juicio y violando mis derechos, concluyó con una condena en mi contra.
Se creería que si hay una sentencia condenatoria de la Corte no tengo el ‘Exeptio veritatis’, y no puedo protestar porque el señor Augusto Rodríguez me llame paramilitar. Pero, si la chequera es falsa, todos los cheques son falsos. A mi me condenó una Corte conocida como ‘El cartel de la toga’, que fue condenada por cobrar para absolver culpables o condenar inocentes. Iván Velásquez lo sabe.
La unidad legislativa de Gustavo Petro, como lo dijo Augusto Rodriguez, buscó a una señora que estaba condenada por un homicidio en San Martín, Cesar. Era la enfermera del grupo paramilitar de Juancho Prada.
Uno de los hombres de Juancho Prada violó a una niña de San Martín llamada Nora Mantilla Rueda. Una niña de 15 años. Violó y embarazó a la niña y se la llevaron a la enfermera Dioselina Ramírez Osorio, quien le practicó un aborto de 7 meses de gestación, y la mató a la niña desangrada. La enfermera la dejó tirado el cadáver en la puerta del hospital de San Martín.
Entonces, la UTL encontró a Dioselina Ramírez, que había sido condenada por el homicidio de una niña. La UTL la buscó y le dijo que el hoy ministro Iván Velásquez la podía salvar de su condena si declaraba contra Álvaro Araújo y Álvaro Morón.
Esa asesina recibió el beneficio del señor Iván Velásquez y se fue a Canadá, a pesar de que fue condenada por servir a paramilitares y el feminicidio de una niña. En su declaración contra mí, Diocelina dice que quien la llevó a Canadá fue Iván Velasquez.
Yo nunca tuve un juicio en la Corte Suprema de Justicia. Fui condenado sin juicio y eso viola todos los principios mundiales del derecho. Tengo 18 años de estar padeciendo una injusticia. El cártel de la Toga lo destapó la DEA. Los que abrieron los procesos fueron los funcionarios de la DEA. El líder del cártel de la toga, el expresidente de la Corte Suprema Leonidas Bustos, está protegido en Canadá. Yo le exijo al presidente Gustavo Petro que lo traiga a Colombia a responder por los crímenes que cometió.
Tengo el respaldo del Sistema Interamericano de Derechos Humanos porque la CIDH admitió mi caso. No se puede negar la segunda instancia a una persona que es condenada. La única instancia es violatoria del pacto de San José.
Gustavo Petro estuvo aquí en Valledupar, le pedí que viniera a hablar conmigo para que me ayudara ante la CIDH con unas medidas cautelares, porque la Corte como no acepté su chantaje me quería aumentar la pena, utilizando conmigo la teoría de que como fui condenado por paramilitarismo, debía ser corresponsable de delitos de lesa humanidad. Me iban a poner 60 años de cárcel. Cuando le pedí su ayuda él me dijo: “¿Y tú qué me das? Declara contra Uribe”.
Yo le dije que no, que estaba loco por pedirme algo que a mi no me constaba, además eso sería incriminarme diciendo mentiras contra Alvaro Uribe y contra mi mismo. Como no accedí a declarar contra Alvaro Uribe Vélez se paró del almuerzo donde solo estábamos los dos, sentados en la casa de mi madre en Valledupar y se fue. En otra ocasión Iván Velásquez me mandó una emisaria para pedirme lo mismo.
En el Cesar los paramilitares eligieron tres parlamentarios: Mauricio Pimiento, Alfredo Ape Cuello y Jorge Ramírez. Yo no fui elegido por paramilitares. Ellos sí fueron elegidos por las autodefensas. Invito a Mauricio Pimiento y a Jorge Ramírez Urbina, en un acto de decencia que le digan esa verdad al Cesar y a Colombia.
Pero nos aplicaron a todos el mismo rasero, sin investigación y sin juicio para mí. En mi condena dice que así como se condenó a Mauricio Pimiento, me condenan a mí, porque en el Cesar había paramilitares. Sin diferenciar circunstancias de modo y lugar. Entonces como Pablo Escobar era narco, todos los colombianos somos narcos.
Yo sufrí un atentado a mano de las autodefensas el primero de octubre del año 2000, entre los municipios de Pailitas y Pelaya. Tuve que refugiarme en el cuartel de la Policía.
Tuve que enterrar al señor Eusebio Castro Visbal, quien trabajaba conmigo, porque las autodefensas en el año 1998 lo asesinaron en mi finca. También asesinaron a tres alcaldes amigos y cercanos porque no aceptaron sus presiones para elegir a sus candidatos al Congreso: el alcalde de El Copey, Luis Laborde; el alcalde de Pelaya, Jairo Aguilar, y el alcalde de Pailitas, Joel Rincón. No es cierto que en esa circunstancia yo pudiera hacer pactos con las autodefensas.
La coalición con las autodefensas la hicieron en el 2002 y fueron los que aparecían por primera vez en el panorama electoral. Yo venía con un grupo político sólido, haciéndome elegir desde 1994. De manera valiente y solitaria, ante más de 500 personas denuncié el paramilitarismo el día que el presidente lanzó su política de Seguridad Democrática en la Biblioteca Consuelo Araújo, en agosto de 2002.
Yo fui víctima de un crimen. En mi caso violaron 5 artículos del ‘Pacto de las Américas’ o ‘Pacto de San José’. Hace años, el presidente del partido Socialita Portugués, Mario Soares, le escribió al presidente Juan Manuel Santos: ‘He estudiado el caso de Álvaro Araújo y eso es una persecución política’. A Santos le importó un pepino.
El Parlamento Europeo, por unas proposiciones presentadas, le pidió al Estado colombiano que se ocuparan del caso de persecución en mi contra. Hablar que soy un paramilitar es una estupidez. A mí me han cobijado organizaciones de derechos humanos, como la Unión Interparlamentaria, órgano de Naciones Unidas.
Cuando el Sistema Interamericano de Derechos Humanos me dé la razón, hablamos.
Atrapada por una bacrim a la cual el cártel de la toga le entregó el departamento. Después de que la Corte nos condenó a Álvaro Morón y a mí sin un juicio, le entregó el departamento del Cesar a una banda criminal que lo sigue manejando desde hace 16 años y que se ha dedicado a saquear las regalías.
Que pueden poner a cualquier candidato, pero ganan, porque es un modelo que compra las elecciones. Han estado con Petro, Duque, Santos y cuando le convino estuvo con Uribe. Su única ideología es saquear el departamento del Cesar.
Por Redacción Política
EL PILÓN entrevistó a Álvaro Araujo para conocer su versión sobre su amistad con el presidente Gustavo Petro. A la par, habló sobre política, su caso judicial, el departamento del Cesar, paramilitarismo, entre otros temas.
Uno de los tantos temas que se tocó en el televisado consejo de ministro fue la supuesta amistad entre el presidente Gustavo Petro y el exsenador Álvaro Araújo Castro.
El director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez Ballesteros, dijo: “Recuerdo a Álvaro Araújo, amigo del representante Petro. Esa amistad no fue pretexto: cuando nos enteramos que estaba metido en grupos paramilitares (el presidente) no dudó en darnos la orden de enfilar las investigaciones desde la UTL y el señor terminó preso junto con otros”.
Recomendado: Consejo de ministros: la recordada amistad entre Álvaro Araujo y Gustavo Petro
EL PILÓN entrevistó a Álvaro Araújo para conocer su versión de los hechos. A la par, habló sobre política, su caso judicial, el departamento del Cesar, paramilitarismo, entre otros temas.
Augusto Rodríguez es una persona que hizo carrera en las unidades legislativas de Gustavo Petro, Alirio Uribe e Iván Cepeda. No es cierto que sea un funcionario técnico, es un funcionario político, con habilidades políticas.
Augusto Rodríguez me ha causado una ofensa superlativa al compararme con Armando Benedetti. Una ofensa se tipifica como el delito de injuria. Me ofende que me compare con Armando Benedetti, un hombre al que acusan de maltratar mujeres. En esta casa lo vi agredir a una de sus esposas y públicamente ha reconocido que es cocainómano en unos audios de conversaciones que publicó la prensa con Laura Sarabia.
Yo no he sido amigo de Gustavo Petro, fuimos compañeros en la Cámara y el Senado. Me ofende que se diga que Gustavo Petro es mi amigo. Petro es el artífice de los falsos positivos judiciales de la parapolítica. Un ardido político que no buscaba hacer justicia, sino judicializar congresistas uribistas, fueran o no culpables, para preestablecer prueba contra Alvaro Uribe Vélez. Lo que Petro y Velásquez instrumentaron contra mí fue un crimen.
Augusto Rodríguez relata la manera cómo empezó la parapolítica, y él mismo dice e involucra a Iván Velásquez, el hoy ministro de Defensa, que en ese momento era magistrado auxiliar de la Corte Suprema y tuvo a su cargo la investigación de la parapolítica. Augusto Rodríguez, al mencionarme en el Consejo de Ministros del 5 febrero, dice que una UTL parlamentaria fue la que sustanció una condena que la Corte Suprema, sin hacerme un juicio y violando mis derechos, concluyó con una condena en mi contra.
Se creería que si hay una sentencia condenatoria de la Corte no tengo el ‘Exeptio veritatis’, y no puedo protestar porque el señor Augusto Rodríguez me llame paramilitar. Pero, si la chequera es falsa, todos los cheques son falsos. A mi me condenó una Corte conocida como ‘El cartel de la toga’, que fue condenada por cobrar para absolver culpables o condenar inocentes. Iván Velásquez lo sabe.
La unidad legislativa de Gustavo Petro, como lo dijo Augusto Rodriguez, buscó a una señora que estaba condenada por un homicidio en San Martín, Cesar. Era la enfermera del grupo paramilitar de Juancho Prada.
Uno de los hombres de Juancho Prada violó a una niña de San Martín llamada Nora Mantilla Rueda. Una niña de 15 años. Violó y embarazó a la niña y se la llevaron a la enfermera Dioselina Ramírez Osorio, quien le practicó un aborto de 7 meses de gestación, y la mató a la niña desangrada. La enfermera la dejó tirado el cadáver en la puerta del hospital de San Martín.
Entonces, la UTL encontró a Dioselina Ramírez, que había sido condenada por el homicidio de una niña. La UTL la buscó y le dijo que el hoy ministro Iván Velásquez la podía salvar de su condena si declaraba contra Álvaro Araújo y Álvaro Morón.
Esa asesina recibió el beneficio del señor Iván Velásquez y se fue a Canadá, a pesar de que fue condenada por servir a paramilitares y el feminicidio de una niña. En su declaración contra mí, Diocelina dice que quien la llevó a Canadá fue Iván Velasquez.
Yo nunca tuve un juicio en la Corte Suprema de Justicia. Fui condenado sin juicio y eso viola todos los principios mundiales del derecho. Tengo 18 años de estar padeciendo una injusticia. El cártel de la Toga lo destapó la DEA. Los que abrieron los procesos fueron los funcionarios de la DEA. El líder del cártel de la toga, el expresidente de la Corte Suprema Leonidas Bustos, está protegido en Canadá. Yo le exijo al presidente Gustavo Petro que lo traiga a Colombia a responder por los crímenes que cometió.
Tengo el respaldo del Sistema Interamericano de Derechos Humanos porque la CIDH admitió mi caso. No se puede negar la segunda instancia a una persona que es condenada. La única instancia es violatoria del pacto de San José.
Gustavo Petro estuvo aquí en Valledupar, le pedí que viniera a hablar conmigo para que me ayudara ante la CIDH con unas medidas cautelares, porque la Corte como no acepté su chantaje me quería aumentar la pena, utilizando conmigo la teoría de que como fui condenado por paramilitarismo, debía ser corresponsable de delitos de lesa humanidad. Me iban a poner 60 años de cárcel. Cuando le pedí su ayuda él me dijo: “¿Y tú qué me das? Declara contra Uribe”.
Yo le dije que no, que estaba loco por pedirme algo que a mi no me constaba, además eso sería incriminarme diciendo mentiras contra Alvaro Uribe y contra mi mismo. Como no accedí a declarar contra Alvaro Uribe Vélez se paró del almuerzo donde solo estábamos los dos, sentados en la casa de mi madre en Valledupar y se fue. En otra ocasión Iván Velásquez me mandó una emisaria para pedirme lo mismo.
En el Cesar los paramilitares eligieron tres parlamentarios: Mauricio Pimiento, Alfredo Ape Cuello y Jorge Ramírez. Yo no fui elegido por paramilitares. Ellos sí fueron elegidos por las autodefensas. Invito a Mauricio Pimiento y a Jorge Ramírez Urbina, en un acto de decencia que le digan esa verdad al Cesar y a Colombia.
Pero nos aplicaron a todos el mismo rasero, sin investigación y sin juicio para mí. En mi condena dice que así como se condenó a Mauricio Pimiento, me condenan a mí, porque en el Cesar había paramilitares. Sin diferenciar circunstancias de modo y lugar. Entonces como Pablo Escobar era narco, todos los colombianos somos narcos.
Yo sufrí un atentado a mano de las autodefensas el primero de octubre del año 2000, entre los municipios de Pailitas y Pelaya. Tuve que refugiarme en el cuartel de la Policía.
Tuve que enterrar al señor Eusebio Castro Visbal, quien trabajaba conmigo, porque las autodefensas en el año 1998 lo asesinaron en mi finca. También asesinaron a tres alcaldes amigos y cercanos porque no aceptaron sus presiones para elegir a sus candidatos al Congreso: el alcalde de El Copey, Luis Laborde; el alcalde de Pelaya, Jairo Aguilar, y el alcalde de Pailitas, Joel Rincón. No es cierto que en esa circunstancia yo pudiera hacer pactos con las autodefensas.
La coalición con las autodefensas la hicieron en el 2002 y fueron los que aparecían por primera vez en el panorama electoral. Yo venía con un grupo político sólido, haciéndome elegir desde 1994. De manera valiente y solitaria, ante más de 500 personas denuncié el paramilitarismo el día que el presidente lanzó su política de Seguridad Democrática en la Biblioteca Consuelo Araújo, en agosto de 2002.
Yo fui víctima de un crimen. En mi caso violaron 5 artículos del ‘Pacto de las Américas’ o ‘Pacto de San José’. Hace años, el presidente del partido Socialita Portugués, Mario Soares, le escribió al presidente Juan Manuel Santos: ‘He estudiado el caso de Álvaro Araújo y eso es una persecución política’. A Santos le importó un pepino.
El Parlamento Europeo, por unas proposiciones presentadas, le pidió al Estado colombiano que se ocuparan del caso de persecución en mi contra. Hablar que soy un paramilitar es una estupidez. A mí me han cobijado organizaciones de derechos humanos, como la Unión Interparlamentaria, órgano de Naciones Unidas.
Cuando el Sistema Interamericano de Derechos Humanos me dé la razón, hablamos.
Atrapada por una bacrim a la cual el cártel de la toga le entregó el departamento. Después de que la Corte nos condenó a Álvaro Morón y a mí sin un juicio, le entregó el departamento del Cesar a una banda criminal que lo sigue manejando desde hace 16 años y que se ha dedicado a saquear las regalías.
Que pueden poner a cualquier candidato, pero ganan, porque es un modelo que compra las elecciones. Han estado con Petro, Duque, Santos y cuando le convino estuvo con Uribe. Su única ideología es saquear el departamento del Cesar.
Por Redacción Política