Guacaó, en el centro histórico de Valledupar, lanza ArteLive, un evento semanal que reúne música, teatro, poesía y arte local para revitalizar la escena cultural de la ciudad y brindar un espacio único de expresión artística.
En el corazón del centro histórico de Valledupar, el restaurante bar Guacaó ha dado vida a una propuesta cultural que promete revitalizar las noches de los jueves en la ciudad: ArteLive. Este evento se presenta como un oasis cultural que atrae a los amantes de la música, el teatro, la poesía y diversas manifestaciones artísticas, creando un espacio donde la creatividad se entrelaza de manera espontánea y vibrante.
EL PILON conoció de primera mano la ‘experiencia’. Una de las principales atracciones de ArteLive son los jamsessions, una tradición que, aunque nace en los años 20 en las comunidades de jazz en Estados Unidos, sigue siendo un símbolo de creatividad y libertad en la música.
estos encuentros, los músicos se reúnen para improvisar sin un guion estricto, explorando ritmos y armonías en tiempo real en un fantástico diálogo sonoro. Guacaó, siempre a la vanguardia de la cultura local, se posiciona como pionero al incorporar este formato, convirtiéndolo en un elemento fundamental de su oferta cultural.
La propuesta con ArteLive va mucho más allá de los jam sessions. Cada jueves, los asistentes pueden disfrutar de un despliegue artístico diverso que incluye presentaciones de artistas locales en géneros tan variados como el jazz, el son cubano, el bolero, la música clásica y el rock en español. Muestras de teatro, poesía, conversatorios y otros espectáculos enriquecen este mosaico cultural. En este ambiente festivo, cada semana se celebra la diversidad y el talento de la región, tejiendo un tapiz de experiencias compartidas.
“Queremos que Guacaó se convierta en un punto de encuentro donde las personas puedan disfrutar y descubrir nuevas formas de arte en un ambiente acogedor y auténtico”, comentan los organizadores. Así, ArteLive se perfila no solo como un evento, sino como una nueva tradición en la agenda cultural de Valledupar, invitando a locales y turistas a vivir una noche diferente, llena de creatividad y pasión por las artes.
Además de ser un punto de encuentro para los artistas con ArteLive, como se puede recordar por el impulso de sus fundadores Carlos Llanos y Estela Durán, Guacaó se creó con la misión de preservar y celebrar el vallenato clásico y tradicional, conectando a sus visitantes con la esencia del folclor local.
Los viernes y domingos, el restaurante bar ofrece presentaciones de vallenato en guitarra, y los sábados, eleva aún más la experiencia con un conjunto vallenato en vivo, transportando a los asistentes al alma misma de la música tradicional. “Buscamos posicionarnos como destino turístico preferente en Valledupar, donde los turistas vivan de primera mano, la experiencia del vallenato tradicional en su máxima expresión”, comentan los administradores.
Entre los artistas que frecuentemente llenan de vida este espacio se encuentra la organización musical Herencia Escalona, conformada por los sobrinos del maestro (Stella Durán Escalona y Santander Durán Escalona) y por los sobrinos nietos (Amia Escalona y Mario Llanos), junto a otros destacados músicos y cantantes locales, quienes ofrecen a turistas y residentes la oportunidad de sumergirse en las raíces del vallenato.
Stella Durán Escalona es una voz que parece haber nacido de los mismos acordes del viento vallenato, una melodía que se desliza con naturalidad por el paisaje del folclor, dándole un tono refinado y entrañable. Su timbre, rico en matices, y su inconfundible calidad vocal han labrado una trayectoria inigualable. No solo canta, sino que habita cada canción, esculpiendo cada verso con una sutileza que la convierte en una figura imprescindible en el género. Por otro lado, su hermano, Santander Durán Escalona, extiende la tradición vallenata hacia lo poético y lo sublime.
Mario Llanos, por su parte, sostiene una guitarra que desafía los esquemas tradicionales del género, pintando sobre el lienzo sonoro del vallenato con armonías poco convencionales. Cuenta además con experiencia en el canto lírico internacional le permite dotar al vallenato de un aire noble.
Amia Escalona, finalmente, llega al escenario como una ráfaga de energía, su voz temperada por el estudio del jazz y su presencia arrolladora. Su dominio técnico y su versatilidad vocal.
Guacaó no solo celebra la música, sino también la gastronomía de la región, con un menú que fusiona los sabores de la cocina típica local con técnicas culinarias contemporáneas y buena coctelería.
El nombre Guacaó es un homenaje a la leyenda de Rafael Escalona Martínez, cariñosamente conocido como “el guacaó” por sus amigos y familiares, evocaba el mítico pájaro de la Sierra Nevada, que rara vez se deja ver, pero cuya voz resuena en la espesura de la selva. “Como el pájaro que canta en la selva y no se ve”, decía Escalona en una de sus composiciones. Según las creencias populares, este pájaro anuncia presagios dependiendo del momento y la época en que se escucha su canto. Como los del realismo mágico macondiano en sus paredes y cuadros, entre ellos los de Yarime Lobo, que adornan la galería.
Stella Durán Escalona, sobrina del maestro, recuerda con cariño que su madre, Abigail Escalona, nunca se refería a su hermano Rafael por su nombre, sino que siempre preguntaba: “Ve, ¿qué saben del guaca?” o “Salúdenme al guacaó, díganle que me visite, que me tiene olvidá”.
Por: EL PILÓN.
Guacaó, en el centro histórico de Valledupar, lanza ArteLive, un evento semanal que reúne música, teatro, poesía y arte local para revitalizar la escena cultural de la ciudad y brindar un espacio único de expresión artística.
En el corazón del centro histórico de Valledupar, el restaurante bar Guacaó ha dado vida a una propuesta cultural que promete revitalizar las noches de los jueves en la ciudad: ArteLive. Este evento se presenta como un oasis cultural que atrae a los amantes de la música, el teatro, la poesía y diversas manifestaciones artísticas, creando un espacio donde la creatividad se entrelaza de manera espontánea y vibrante.
EL PILON conoció de primera mano la ‘experiencia’. Una de las principales atracciones de ArteLive son los jamsessions, una tradición que, aunque nace en los años 20 en las comunidades de jazz en Estados Unidos, sigue siendo un símbolo de creatividad y libertad en la música.
estos encuentros, los músicos se reúnen para improvisar sin un guion estricto, explorando ritmos y armonías en tiempo real en un fantástico diálogo sonoro. Guacaó, siempre a la vanguardia de la cultura local, se posiciona como pionero al incorporar este formato, convirtiéndolo en un elemento fundamental de su oferta cultural.
La propuesta con ArteLive va mucho más allá de los jam sessions. Cada jueves, los asistentes pueden disfrutar de un despliegue artístico diverso que incluye presentaciones de artistas locales en géneros tan variados como el jazz, el son cubano, el bolero, la música clásica y el rock en español. Muestras de teatro, poesía, conversatorios y otros espectáculos enriquecen este mosaico cultural. En este ambiente festivo, cada semana se celebra la diversidad y el talento de la región, tejiendo un tapiz de experiencias compartidas.
“Queremos que Guacaó se convierta en un punto de encuentro donde las personas puedan disfrutar y descubrir nuevas formas de arte en un ambiente acogedor y auténtico”, comentan los organizadores. Así, ArteLive se perfila no solo como un evento, sino como una nueva tradición en la agenda cultural de Valledupar, invitando a locales y turistas a vivir una noche diferente, llena de creatividad y pasión por las artes.
Además de ser un punto de encuentro para los artistas con ArteLive, como se puede recordar por el impulso de sus fundadores Carlos Llanos y Estela Durán, Guacaó se creó con la misión de preservar y celebrar el vallenato clásico y tradicional, conectando a sus visitantes con la esencia del folclor local.
Los viernes y domingos, el restaurante bar ofrece presentaciones de vallenato en guitarra, y los sábados, eleva aún más la experiencia con un conjunto vallenato en vivo, transportando a los asistentes al alma misma de la música tradicional. “Buscamos posicionarnos como destino turístico preferente en Valledupar, donde los turistas vivan de primera mano, la experiencia del vallenato tradicional en su máxima expresión”, comentan los administradores.
Entre los artistas que frecuentemente llenan de vida este espacio se encuentra la organización musical Herencia Escalona, conformada por los sobrinos del maestro (Stella Durán Escalona y Santander Durán Escalona) y por los sobrinos nietos (Amia Escalona y Mario Llanos), junto a otros destacados músicos y cantantes locales, quienes ofrecen a turistas y residentes la oportunidad de sumergirse en las raíces del vallenato.
Stella Durán Escalona es una voz que parece haber nacido de los mismos acordes del viento vallenato, una melodía que se desliza con naturalidad por el paisaje del folclor, dándole un tono refinado y entrañable. Su timbre, rico en matices, y su inconfundible calidad vocal han labrado una trayectoria inigualable. No solo canta, sino que habita cada canción, esculpiendo cada verso con una sutileza que la convierte en una figura imprescindible en el género. Por otro lado, su hermano, Santander Durán Escalona, extiende la tradición vallenata hacia lo poético y lo sublime.
Mario Llanos, por su parte, sostiene una guitarra que desafía los esquemas tradicionales del género, pintando sobre el lienzo sonoro del vallenato con armonías poco convencionales. Cuenta además con experiencia en el canto lírico internacional le permite dotar al vallenato de un aire noble.
Amia Escalona, finalmente, llega al escenario como una ráfaga de energía, su voz temperada por el estudio del jazz y su presencia arrolladora. Su dominio técnico y su versatilidad vocal.
Guacaó no solo celebra la música, sino también la gastronomía de la región, con un menú que fusiona los sabores de la cocina típica local con técnicas culinarias contemporáneas y buena coctelería.
El nombre Guacaó es un homenaje a la leyenda de Rafael Escalona Martínez, cariñosamente conocido como “el guacaó” por sus amigos y familiares, evocaba el mítico pájaro de la Sierra Nevada, que rara vez se deja ver, pero cuya voz resuena en la espesura de la selva. “Como el pájaro que canta en la selva y no se ve”, decía Escalona en una de sus composiciones. Según las creencias populares, este pájaro anuncia presagios dependiendo del momento y la época en que se escucha su canto. Como los del realismo mágico macondiano en sus paredes y cuadros, entre ellos los de Yarime Lobo, que adornan la galería.
Stella Durán Escalona, sobrina del maestro, recuerda con cariño que su madre, Abigail Escalona, nunca se refería a su hermano Rafael por su nombre, sino que siempre preguntaba: “Ve, ¿qué saben del guaca?” o “Salúdenme al guacaó, díganle que me visite, que me tiene olvidá”.
Por: EL PILÓN.