En el año 2010, la ANLA (Agencia Nacional de Licencias Ambientales) ordenó lo que en términos técnicos se conoce como el ‘reasentamiento’ de tres corregimientos de la zona minera del centro del Cesar: Plan Bonito, El Hatillo y Boquerón.
Inicia la historia: “Nos tenemos que ir”. Esta historia puede comenzar como la de aquellos cuentos infantiles que nos leían hace ya muchos años. Érase una vez, en un reino olvidado, caluroso y desértico tres poblados muy pobres que sin embargo estaban asentados sobre una gran riqueza. Así se inicia la historia de tres corregimientos de la zona minera del centro del Cesar. Plan Bonito, El Hatillo y Boquerón, tres centros poblados que existían mucho antes de que se iniciara la explotación de las minas de carbón por parte de las empresas Prodeco, CNR y Drummond.
Por los efectos contaminantes de dicha explotación, en el año 2010, la ANLA (Agencia Nacional de Licencias Ambientales) ordenó lo que en términos técnicos se conoce como el ‘reasentamiento’ de dichos poblados, al estar afectados sus habitantes, por el polvillo, las explosiones y, en general, la actividad minera.
Después de varios años de negociación, se logró que los habitantes de Plan Bonito se mudaran de su sitio y en igual proceso se encuentran los habitantes de El Hatillo, pero lo que nos ocupa en este análisis es lo que le pasó a Boquerón, que no se reasentó.
Población de cerca de 1.500 habitantes, en su gran mayoría afrodescendientes, a 20 minutos de la Jagua de Ibirico por carretera pavimentada y por terreno totalmente plano, con temperatura muy calurosa y con más de 100 años de existencia, historia y tradición en el sitio en donde se encuentra actualmente localizada.
El reasentamiento de Boquerón no se logró porque las negociaciones entre las empresas mineras y la comunidad no alcanzaron un acuerdo satisfactorio. Desidia, codicia, engaños, divisiones internas, demoras planeadas, de todo se vio en ese proceso, uno de los más difíciles de llevar a cabo en el mundo moderno. Reasentar una población es una medida extrema, que rompe la historia, la familiaridad, la vecindad, los medios de producción conocidos, por eso es tan difícil lograrlo. ¿Estas dificultades de qué iban a servir?
Entonces en el año 2020 vino una ‘contraorden’ de la ANLA, asegurándose que ya no era necesario el reasentamiento de Boquerón porque después de más de una década los efectos ambientales negativos del polvillo y de las explosiones no la afectaban, según una nueva medición de los indicadores de calidad del aire en dicha zona .
Los argumentos tuvieron que ver, entre otras razones, con que los ‘pits’ de la mina (área específica de explotación) se mueven: en el sentido en que la excavación se fue alejando del pueblo también lo hicieron los camiones que transportaban el estéril y el mineral dentro de la mina y esparcían el material afectante, el polvillo.
También, el transporte externo de los camiones fue cambiado por un tren que no pasa cerca del poblado. Se pavimentó la vía cercana y, eliminándose la generación de polvo, se controlaron las quemas de basuras; con todo, que ya no era necesario reasentar a Boquerón.
Pero, al haber estado en un proceso de negociación con la expectativa de mudar el pueblo, durante tantos años no hubo la inversión social necesaria, no se arregló la escuela, ni el puesto de salud, ni se hicieron obras nuevas.
En consecuencia se hizo necesario suplir ese déficit de inversión, y son, según determinó el ANLA, las empresas mineras las llamadas a hacerlo a través de un Plan de Manejo Socioeconómico (PMS) concertado con la comunidad.
Dicho proceso, que fue tremendamente difícil y complicado, como pudo verificarlo EL PILÓN, fue encomendado a una firma consultora local, conocedora de las costumbres, idiosincrasia y economía regional. El Centro de Estudios Socioeconómicos CESORE, durante algo más de seis meses, con un trabajo de campo intenso y participativo, en diálogo permanente con las autoridades locales y nacionales produjo el plan, PMS, concertado con las comunidades y las empresas, que fue aprobado por la ANLA y que actualmente se encuentra en desarrollo.
El PMS definió 18 proyectos que deben ser financiados en su totalidad por las empresas. Drummond, Prodeco y CNR. El municipio de la Jagua debe ser garante de la inversión, proporcionar toda una serie de documentación, garantizar el sostenimiento de ciertas obras y la comunidad debe ser partícipe de las mismas. Sin temor a equivocarnos debemos decir que es una de las inversiones sociales más alta per cápita o inclusive en montos absolutos que tienen que hacer las empresas privadas en favor de sus comunidades vecinas, en este país. De su éxito depende la credibilidad, la esperanza en nuevos proyectos en que concurren sociedad, gobiernos y pobladores. Es un proyecto de confianza.
El PMS consta de tres grandes programas que buscan la reivindicar y garantizar los derechos sociales de los habitantes de Boquerón. Un primer programa es la inversión en infraestructura social, que busca proporcionar todas aquellas instalaciones educativas, recreativas, de salud, vivienda, etc., que no fueron realizadas o que se deterioraron en los 13 años que han pasado desde 2010, fecha del mandato de reasentamiento dado por la ANLA.
El segundo programa tiene que ver con la recuperación económica y la diversificación productiva del corregimiento. Por un lado, invirtiendo en formación del capital humano de los boqueroneros a través de la capacitación y formación para el trabajo y por otro con la inversión en proyectos productivos que generen ingresos y empleo en la región.
Finalmente hay un programa de generación de capacidades para fortalecer las organizaciones sociales y productivas del pueblo y para prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar y de género que se detectó en la población por parte del estudio de CESORE.
Los 18 proyectos son entonces los siguientes:
Infraestructura Social: La construcción o mejoramiento de 424 viviendas. Construir, adecuar y dotar el Centro educativo de Boquerón, para los curso de 8-11 que no tenía el corregimiento. Mejoramiento de las áreas verdes y adecuación de la infraestructura del CDI para el bienestar de la primera infancia. Adecuación y dotación del centro de salud. Adecuación, dotación y remodelación del centro de vida para los adultos mayores. Intervención de la planta de tratamiento de agua. Construcción de la plaza principal de Boquerón adecuada para representaciones artísticas y deportivas. Construcción de una cancha de fútbol. Mejorar y dotar las instalaciones de la inspección de policía. Programa de siembra de árboles nativos en todo el poblado. Pavimentar 1.5 kilómetros de vías internas. Programa de manejo integral de residuos sólidos y biocompostaje.
En cuanto al Programa Productivo se quiere dinamizar la economía del corregimiento, apoyando líneas productivas vía proyectos estratégicos y dinamizadores financiados por las empresas; capacitar y formar a los habitantes de Boquerón en carreras técnicas y tecnológicas; capacitar a los habitantes de Boquerón en carreras profesionales y universitarias y alfabetizar a los adultos mayores
Finalmente, en cuanto a Generación de Capacidades Locales hay un programa para fortalecer las organizaciones comunitarias sociales y productivas del corregimiento y otro para prevenir la violencia intrafamiliar y de género.
Son toda una serie de proyectos realmente estratégicos, en el sentido que pueden hacer una verdadera transformación en una comunidad, en pobreza extrema, en dónde el 60% de la población gana menos de $ 300.000 mensuales y el otro 40% apenas un poco más.
Pero para que realmente sean proyectos transformadores de vida se requieren tres condiciones sustantivas para no desperdiciar la oportunidad.
La primera, que la Alcaldía de La Jagua, CORPOCESAR, la gobernación y ciertas entidades nacionales, cumplan con los requisitos necesarios para que las empresas mineras puedan hacer las inversiones. Nos referimos a los permisos de planeación, a la titulación y saneamiento de predios, las licencias de construcción, los planos urbanísticos, el levantamiento de la topografía, la información predial, el permiso de captación del recursos hídrico para el acueducto, la destinación del terreno para la disposición de las basuras, en fin, toda una serie de autorizaciones legales que se están dando pero que como siempre, se demoran en el tiempo y en la medida en que se tomen decisiones de calidad y se apure el paso la credibilidad social aumentará. En segundo lugar, es importante que las empresas cumplan, no sean tacañas.
Se han iniciado ciertos procesos, que de otros se están finalizando los estudios,. El PMS estaba previsto para 4 años y ya va casi la mitad. Todos piden el cumplimiento de las inversiones, que se estiman son del orden de los $ 45.000 millones.
En tercer lugar, para que tenga efecto sobre la poblaciónó es ésta quien debe tomar la iniciativa y prepararse para ser partícipe de los proyectos. Hay cursos de formación para el trabajo precisamente que son de corto plazo y que les permitirían a los habitantes de Boquerón estudiar para ser contratados por las empresas desarrolladoras de los diferentes proyectos del PMS, si no es así los trabajadores serán de otras partes. Hay que derrotar la política pasiva de esperar a ver qué “hay para nosotros”, y cambiarla por una política activa de participación, que solo se hace si se está capacitado laboralmente.
Reiteramos que este es un programa para mostrar no sólo a nivel nacional, sino mundial, como parte de un esfuerzo conjunto Comunidad-Empresas-Estado, que invirtiendo de manera estratégica un monto considerable de recursos, definidos de manera participativa y con ayuda de un Centro de estudios, puede transformar radicalmente a una comunidad en pobreza extrema a otra próspera y con empuje, pero para ello se necesita que se cumplan las tres condiciones arriba anotadas, por eso aún no podemos decir colorín colorado este cuento se ha terminado!
EL PILÓN consultó la opinión de los beneficiarios. Entrevistó a los líderes de Boquerón Marysol Quintero y Yair Barón. También lo hizo con los representantes de Drummond Alfredo Araujo y Óscar Gómez de Prodeco, y a funcionarios del municipio.
Marysol manifiesta estar a la expectativa pero se muestra optimista de los avances del PMS. Se han ido solucionando las cosas y se muestra contenta porque se constituyó la veeduría después de buena una capacitación de veedores hace unos días, dentro de lo que se llama Generación de Capacidades, y el inicio de los cursos de formación para el trabajo de UparSystem. Las cosas se vienen haciendo y está ansiosa porque se inicien las obras de viviendas a cargo de Drummond a finales de este mes, o en la primera semana de noviembre.
Detalla el listado de obras desde Colegios, CDI, el centro del adulto Mayor y el parque. Explica las dificultades con la adquisición del predio, por las dificultades de precio, donde está la fuente del agua potable, el pozo próximo al río, desde donde se conecta a la planta de tratamiento localizada en el poblado. “Sin que se terminen las redes del alcantarillado actualmente en construcción por parte del municipio no se podrá hacer la pavimentación del pueblo a cargo de CNR”, dice. Y llama la atención sobre otros proyectos que no están en el PMS, plan que se circunscribe a las acciones de las empresas mineras, sino de otras entidades y al problema de la energía.
“No podemos pagarla ni aceptar medidores sino hacen las inversiones de la redes, nos prestan servicio deficiente”. El gerente regional de Afinia Jorge Rivero dijo a EL PILÓN que el asunto se está resolviendo. El gas domiciliario, tampoco es proyecto del PMS, pero es vital y la línea se está instalando hasta el pueblo con el apoyo del Departamento. El CDI a cargo de Prodeco y el Colegio de Drummond iniciarán también en pocas semanas, pues han venido, como las otras obras, recibiendo permisos y ajustes de Planeación de la Jagua, según corroboró Alfredo Araujo, Vicepresidente de Drummond. La empresa aspira a que con las 6 aulas y algún esfuerzo adicional en el Colegio no solo se logre hasta el Octavo grado. “ Procuraremos llevarlo al nivel 11”, dice Araújo Castro.
Yair Barón es otro activo miembro de la comunidad que pone los ojos en el futuro. Asevera que el avance es notable, del compromiso de 60 becas universitarias ya van 47 jóvenes de Boquerón matriculados en buenas universidades públicas y privadas, también se les da un auxilio de manutención. Enfatiza la línea de los proyectos productivos que está estructurando Prodeco para que la gente tenga ingresos, tenga sus negocios.
“En el Subprograma Rural y Urbano, ya se cuenta con el estudio socio-económico y el manual operativo del programa, ejecutado por la empresa Adel Zapatosa. Nos encontramos en la etapa de validación de la información recolectada en el estudio, con el propósito de establecer si el resultado es la vocación o el sentir de la población. Ya avanzamos. Se selecciona la empresa que llevará a cabo la ejecución de los 15 proyectos productivos”, dice Óscar Gómez, vocero de Prodeco, empresa que ha liderado proyectos de generación de ingresos a asociaciones de productores en alianza con la Federación de Cafeteros, el Programa de Desarrollo y Paz, PDPC, y ha organizado el Cemprende, un centro de emprendimiento y empleabilidad del Corredor Minero del Cesar.
El líder Yair Barón aseguró: “Antes la gente vivía de la caza y la pesca, luego fue la minería pero con la salida de Prodeco se notó el bajón. Antes de la orden de reasentamiento solo había 180 familias, después fue la invasión de gente de otras partes que quería aprovecharse de que iban a comprar los predios y mejoras y se pasó a 1626 propiedades, cuando se anunció que ya el reasentamiento no iba la gente empezó a salir del pueblo. Ahora, al cerrar Prodeco los trabajadores no habían recibido formación de finanzas personales y a mucho trabajador se le desaparecieron”. Ahora quiere apoyar el proceso desde el concejo de la Jagua, al que aspira. Boquerón se quedó aquí, y concluye sobre las obras necesarias: “Que no se olvide el cementerio”.
En el año 2010, la ANLA (Agencia Nacional de Licencias Ambientales) ordenó lo que en términos técnicos se conoce como el ‘reasentamiento’ de tres corregimientos de la zona minera del centro del Cesar: Plan Bonito, El Hatillo y Boquerón.
Inicia la historia: “Nos tenemos que ir”. Esta historia puede comenzar como la de aquellos cuentos infantiles que nos leían hace ya muchos años. Érase una vez, en un reino olvidado, caluroso y desértico tres poblados muy pobres que sin embargo estaban asentados sobre una gran riqueza. Así se inicia la historia de tres corregimientos de la zona minera del centro del Cesar. Plan Bonito, El Hatillo y Boquerón, tres centros poblados que existían mucho antes de que se iniciara la explotación de las minas de carbón por parte de las empresas Prodeco, CNR y Drummond.
Por los efectos contaminantes de dicha explotación, en el año 2010, la ANLA (Agencia Nacional de Licencias Ambientales) ordenó lo que en términos técnicos se conoce como el ‘reasentamiento’ de dichos poblados, al estar afectados sus habitantes, por el polvillo, las explosiones y, en general, la actividad minera.
Después de varios años de negociación, se logró que los habitantes de Plan Bonito se mudaran de su sitio y en igual proceso se encuentran los habitantes de El Hatillo, pero lo que nos ocupa en este análisis es lo que le pasó a Boquerón, que no se reasentó.
Población de cerca de 1.500 habitantes, en su gran mayoría afrodescendientes, a 20 minutos de la Jagua de Ibirico por carretera pavimentada y por terreno totalmente plano, con temperatura muy calurosa y con más de 100 años de existencia, historia y tradición en el sitio en donde se encuentra actualmente localizada.
El reasentamiento de Boquerón no se logró porque las negociaciones entre las empresas mineras y la comunidad no alcanzaron un acuerdo satisfactorio. Desidia, codicia, engaños, divisiones internas, demoras planeadas, de todo se vio en ese proceso, uno de los más difíciles de llevar a cabo en el mundo moderno. Reasentar una población es una medida extrema, que rompe la historia, la familiaridad, la vecindad, los medios de producción conocidos, por eso es tan difícil lograrlo. ¿Estas dificultades de qué iban a servir?
Entonces en el año 2020 vino una ‘contraorden’ de la ANLA, asegurándose que ya no era necesario el reasentamiento de Boquerón porque después de más de una década los efectos ambientales negativos del polvillo y de las explosiones no la afectaban, según una nueva medición de los indicadores de calidad del aire en dicha zona .
Los argumentos tuvieron que ver, entre otras razones, con que los ‘pits’ de la mina (área específica de explotación) se mueven: en el sentido en que la excavación se fue alejando del pueblo también lo hicieron los camiones que transportaban el estéril y el mineral dentro de la mina y esparcían el material afectante, el polvillo.
También, el transporte externo de los camiones fue cambiado por un tren que no pasa cerca del poblado. Se pavimentó la vía cercana y, eliminándose la generación de polvo, se controlaron las quemas de basuras; con todo, que ya no era necesario reasentar a Boquerón.
Pero, al haber estado en un proceso de negociación con la expectativa de mudar el pueblo, durante tantos años no hubo la inversión social necesaria, no se arregló la escuela, ni el puesto de salud, ni se hicieron obras nuevas.
En consecuencia se hizo necesario suplir ese déficit de inversión, y son, según determinó el ANLA, las empresas mineras las llamadas a hacerlo a través de un Plan de Manejo Socioeconómico (PMS) concertado con la comunidad.
Dicho proceso, que fue tremendamente difícil y complicado, como pudo verificarlo EL PILÓN, fue encomendado a una firma consultora local, conocedora de las costumbres, idiosincrasia y economía regional. El Centro de Estudios Socioeconómicos CESORE, durante algo más de seis meses, con un trabajo de campo intenso y participativo, en diálogo permanente con las autoridades locales y nacionales produjo el plan, PMS, concertado con las comunidades y las empresas, que fue aprobado por la ANLA y que actualmente se encuentra en desarrollo.
El PMS definió 18 proyectos que deben ser financiados en su totalidad por las empresas. Drummond, Prodeco y CNR. El municipio de la Jagua debe ser garante de la inversión, proporcionar toda una serie de documentación, garantizar el sostenimiento de ciertas obras y la comunidad debe ser partícipe de las mismas. Sin temor a equivocarnos debemos decir que es una de las inversiones sociales más alta per cápita o inclusive en montos absolutos que tienen que hacer las empresas privadas en favor de sus comunidades vecinas, en este país. De su éxito depende la credibilidad, la esperanza en nuevos proyectos en que concurren sociedad, gobiernos y pobladores. Es un proyecto de confianza.
El PMS consta de tres grandes programas que buscan la reivindicar y garantizar los derechos sociales de los habitantes de Boquerón. Un primer programa es la inversión en infraestructura social, que busca proporcionar todas aquellas instalaciones educativas, recreativas, de salud, vivienda, etc., que no fueron realizadas o que se deterioraron en los 13 años que han pasado desde 2010, fecha del mandato de reasentamiento dado por la ANLA.
El segundo programa tiene que ver con la recuperación económica y la diversificación productiva del corregimiento. Por un lado, invirtiendo en formación del capital humano de los boqueroneros a través de la capacitación y formación para el trabajo y por otro con la inversión en proyectos productivos que generen ingresos y empleo en la región.
Finalmente hay un programa de generación de capacidades para fortalecer las organizaciones sociales y productivas del pueblo y para prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar y de género que se detectó en la población por parte del estudio de CESORE.
Los 18 proyectos son entonces los siguientes:
Infraestructura Social: La construcción o mejoramiento de 424 viviendas. Construir, adecuar y dotar el Centro educativo de Boquerón, para los curso de 8-11 que no tenía el corregimiento. Mejoramiento de las áreas verdes y adecuación de la infraestructura del CDI para el bienestar de la primera infancia. Adecuación y dotación del centro de salud. Adecuación, dotación y remodelación del centro de vida para los adultos mayores. Intervención de la planta de tratamiento de agua. Construcción de la plaza principal de Boquerón adecuada para representaciones artísticas y deportivas. Construcción de una cancha de fútbol. Mejorar y dotar las instalaciones de la inspección de policía. Programa de siembra de árboles nativos en todo el poblado. Pavimentar 1.5 kilómetros de vías internas. Programa de manejo integral de residuos sólidos y biocompostaje.
En cuanto al Programa Productivo se quiere dinamizar la economía del corregimiento, apoyando líneas productivas vía proyectos estratégicos y dinamizadores financiados por las empresas; capacitar y formar a los habitantes de Boquerón en carreras técnicas y tecnológicas; capacitar a los habitantes de Boquerón en carreras profesionales y universitarias y alfabetizar a los adultos mayores
Finalmente, en cuanto a Generación de Capacidades Locales hay un programa para fortalecer las organizaciones comunitarias sociales y productivas del corregimiento y otro para prevenir la violencia intrafamiliar y de género.
Son toda una serie de proyectos realmente estratégicos, en el sentido que pueden hacer una verdadera transformación en una comunidad, en pobreza extrema, en dónde el 60% de la población gana menos de $ 300.000 mensuales y el otro 40% apenas un poco más.
Pero para que realmente sean proyectos transformadores de vida se requieren tres condiciones sustantivas para no desperdiciar la oportunidad.
La primera, que la Alcaldía de La Jagua, CORPOCESAR, la gobernación y ciertas entidades nacionales, cumplan con los requisitos necesarios para que las empresas mineras puedan hacer las inversiones. Nos referimos a los permisos de planeación, a la titulación y saneamiento de predios, las licencias de construcción, los planos urbanísticos, el levantamiento de la topografía, la información predial, el permiso de captación del recursos hídrico para el acueducto, la destinación del terreno para la disposición de las basuras, en fin, toda una serie de autorizaciones legales que se están dando pero que como siempre, se demoran en el tiempo y en la medida en que se tomen decisiones de calidad y se apure el paso la credibilidad social aumentará. En segundo lugar, es importante que las empresas cumplan, no sean tacañas.
Se han iniciado ciertos procesos, que de otros se están finalizando los estudios,. El PMS estaba previsto para 4 años y ya va casi la mitad. Todos piden el cumplimiento de las inversiones, que se estiman son del orden de los $ 45.000 millones.
En tercer lugar, para que tenga efecto sobre la poblaciónó es ésta quien debe tomar la iniciativa y prepararse para ser partícipe de los proyectos. Hay cursos de formación para el trabajo precisamente que son de corto plazo y que les permitirían a los habitantes de Boquerón estudiar para ser contratados por las empresas desarrolladoras de los diferentes proyectos del PMS, si no es así los trabajadores serán de otras partes. Hay que derrotar la política pasiva de esperar a ver qué “hay para nosotros”, y cambiarla por una política activa de participación, que solo se hace si se está capacitado laboralmente.
Reiteramos que este es un programa para mostrar no sólo a nivel nacional, sino mundial, como parte de un esfuerzo conjunto Comunidad-Empresas-Estado, que invirtiendo de manera estratégica un monto considerable de recursos, definidos de manera participativa y con ayuda de un Centro de estudios, puede transformar radicalmente a una comunidad en pobreza extrema a otra próspera y con empuje, pero para ello se necesita que se cumplan las tres condiciones arriba anotadas, por eso aún no podemos decir colorín colorado este cuento se ha terminado!
EL PILÓN consultó la opinión de los beneficiarios. Entrevistó a los líderes de Boquerón Marysol Quintero y Yair Barón. También lo hizo con los representantes de Drummond Alfredo Araujo y Óscar Gómez de Prodeco, y a funcionarios del municipio.
Marysol manifiesta estar a la expectativa pero se muestra optimista de los avances del PMS. Se han ido solucionando las cosas y se muestra contenta porque se constituyó la veeduría después de buena una capacitación de veedores hace unos días, dentro de lo que se llama Generación de Capacidades, y el inicio de los cursos de formación para el trabajo de UparSystem. Las cosas se vienen haciendo y está ansiosa porque se inicien las obras de viviendas a cargo de Drummond a finales de este mes, o en la primera semana de noviembre.
Detalla el listado de obras desde Colegios, CDI, el centro del adulto Mayor y el parque. Explica las dificultades con la adquisición del predio, por las dificultades de precio, donde está la fuente del agua potable, el pozo próximo al río, desde donde se conecta a la planta de tratamiento localizada en el poblado. “Sin que se terminen las redes del alcantarillado actualmente en construcción por parte del municipio no se podrá hacer la pavimentación del pueblo a cargo de CNR”, dice. Y llama la atención sobre otros proyectos que no están en el PMS, plan que se circunscribe a las acciones de las empresas mineras, sino de otras entidades y al problema de la energía.
“No podemos pagarla ni aceptar medidores sino hacen las inversiones de la redes, nos prestan servicio deficiente”. El gerente regional de Afinia Jorge Rivero dijo a EL PILÓN que el asunto se está resolviendo. El gas domiciliario, tampoco es proyecto del PMS, pero es vital y la línea se está instalando hasta el pueblo con el apoyo del Departamento. El CDI a cargo de Prodeco y el Colegio de Drummond iniciarán también en pocas semanas, pues han venido, como las otras obras, recibiendo permisos y ajustes de Planeación de la Jagua, según corroboró Alfredo Araujo, Vicepresidente de Drummond. La empresa aspira a que con las 6 aulas y algún esfuerzo adicional en el Colegio no solo se logre hasta el Octavo grado. “ Procuraremos llevarlo al nivel 11”, dice Araújo Castro.
Yair Barón es otro activo miembro de la comunidad que pone los ojos en el futuro. Asevera que el avance es notable, del compromiso de 60 becas universitarias ya van 47 jóvenes de Boquerón matriculados en buenas universidades públicas y privadas, también se les da un auxilio de manutención. Enfatiza la línea de los proyectos productivos que está estructurando Prodeco para que la gente tenga ingresos, tenga sus negocios.
“En el Subprograma Rural y Urbano, ya se cuenta con el estudio socio-económico y el manual operativo del programa, ejecutado por la empresa Adel Zapatosa. Nos encontramos en la etapa de validación de la información recolectada en el estudio, con el propósito de establecer si el resultado es la vocación o el sentir de la población. Ya avanzamos. Se selecciona la empresa que llevará a cabo la ejecución de los 15 proyectos productivos”, dice Óscar Gómez, vocero de Prodeco, empresa que ha liderado proyectos de generación de ingresos a asociaciones de productores en alianza con la Federación de Cafeteros, el Programa de Desarrollo y Paz, PDPC, y ha organizado el Cemprende, un centro de emprendimiento y empleabilidad del Corredor Minero del Cesar.
El líder Yair Barón aseguró: “Antes la gente vivía de la caza y la pesca, luego fue la minería pero con la salida de Prodeco se notó el bajón. Antes de la orden de reasentamiento solo había 180 familias, después fue la invasión de gente de otras partes que quería aprovecharse de que iban a comprar los predios y mejoras y se pasó a 1626 propiedades, cuando se anunció que ya el reasentamiento no iba la gente empezó a salir del pueblo. Ahora, al cerrar Prodeco los trabajadores no habían recibido formación de finanzas personales y a mucho trabajador se le desaparecieron”. Ahora quiere apoyar el proceso desde el concejo de la Jagua, al que aspira. Boquerón se quedó aquí, y concluye sobre las obras necesarias: “Que no se olvide el cementerio”.