Los escritores Mary Daza Orozco y José Atuesta Mindiola recibieron reconocimiento a una trayectoria literaria de más de cuatro décadas en el camino de las letras, en el marco del Tercer Encuentro Departamental de Escritores del Cesar.
Hace 36 años, en 1986, los escritores Mary Daza Orozco y José Atuesta Mindiola coincidieron con sus letras en el mismo escenario durante el Primer Concurso de Cuento y Poesía organizado en ese entonces por el Instituto de Cultura y Turismo cuya directora era la fallecida Consuelo Araújo Noguera. Ese año fueron ganadores -Atuesta en poesía y Daza en cuento- y recibieron el primer espaldarazo para seguir su obra literaria.
Este miércoles, después de recorrer durante más de cuatro décadas el camino de las letras, ambos recibieron un merecido reconocimiento en el marco del Tercer Encuentro Departamental de Escritores del Cesar que organiza la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez y la Red de Bibliotecas Públicas del Cesar.
“Contentos, agradecidos y motivados para que lo que nos dé Dios de vida podamos seguir escribiendo y facilitando estos bonitos eventos y, lo principal, ir a los colegios para motivar a los estudiantes que también quieren escribir, que sigan leyendo, que lean lo que les guste y que se animen a ir a talleres, como el que realiza todos los sábados la Biblioteca para la gente que quiere escribir”, indicó Atuesta Mindiola, quien recibió el reconocimiento ‘Luis Mizar Maestre’.
Por su parte, la también periodista Mary Daza Orozco, valoró el reconocimiento por provenir de una entidad “que promociona el amor por la literatura y lectura” y lejana a intereses políticos o empresariales y lo calificó como un “certificado médico” que la motiva a seguir escribiendo.
“Desde ese aspecto y ángulo, lo veo muy interesante el reconocimiento, porque en esta larga historia de la vida que llevo siempre ha habido intereses, aun cuando ha habido otros reconocimientos que han sido también muy lindos. Le decía a José Atuesta que era como si le dieran a uno un certificado médico en el que le dice el médico a uno: ‘vas bien, sigue adelante’. Uno mira la fórmula y dice: ‘valió la pena tanto trabajo’”, señaló Daza Orozco en entrevista con EL PILÓN.
Atuesta Mindiola, licenciado en Biología y Química, pero atrapado entre letras y poesía durante 40 años, ha coordinado en Valledupar en colegios como Upar, Prudencia Daza e Instpecam, además de oficiar como rector del Colegio Rodolfo Castro, de Mariangola.
En 1982, publicó su primer libro de poesía: ‘A los ojos de todos’, siguiendo con ‘Dulce arena del musengue’ (1991), ‘Estación de los cuerpos’ (1996), ‘Un tambor roto en la pisada’ (2001), ‘Valledupar desde la otra orilla’ (2004), ‘Décimas Vallenatas’ (2006), ‘Metáforas de los árboles’ (2008), ‘La décima es como el río’ (2010), ‘Sonetos vallenatos’ (2011), ‘El Lápiz del caracol’ (2014), ‘Poética de la Cultura Vallenata’(2018), ‘Mariangola, 60 años de poesía y de historia cultural (2018), y ‘El Patio del origen’ (2019).
En su trasegar cultural ha ganado varios premios y distinciones, entre estos, el II Concurso de Historia Regional y Local del Cesar, convocado por la Universidad del Cesar (2007), con su monografía ‘Sabanas de Mariangola’; Primer Concurso de poesía del departamento del Cesar (1986); Concurso Nacional “Que descanse en paz la guerra”, convocado por la Casa de Poesía Silva, Bogotá (2003). Además, participó con sus ponencias en dos Encuentros Internacionales de Décimas: en Las Tunas, Cuba (2009) con la ponencia, ‘La décima en la región vallenata’, y en Lima, Perú (2012) con la ponencia ‘La décima en el Caribe colombiano’.
También tiene varias canciones vallenatas grabadas entre las que sobresalen: ‘Flor de aurora’ (paseo); ‘En este pueblo se canta’ (merengue); ‘La Negra Carmen Elena’ (cumbia); ‘Décimas a Diomedes’ (merengue); y ‘Oye viejo, oye papá’ (merengue), entre otras.
Entretanto, la periodista Mary Daza Orozco es considerada la escritora cesarense más reconocida en el universo de la creación de novelas y cuentos. Fue corresponsal de El Espectador durante más de 20 años y hoy se dedica a la docencia.
‘Los muertos no se cuentan así’ fue la obra que le dio el reconocimiento nacional y por la cual fue incluida por la Escuela de Arte y Literatura de la Universidad de Boston (Estados Unidos) en la antología de las veinte escritoras del siglo XX en América Latina.
Como cuenta José Atuesta Mindiola, en una columna de EL PILÓN, la entrada de Mary Daza en el paraninfo literario fue en 1986, con el cuento ‘Si lo hubieras dejado vivir’, ganador del primer concurso departamental del Instituto de Cultura del Cesar. Y el reconocimiento nacional empieza en 1991, cuando publica la novela ‘Los muertos no se cuentan así’, finalista en el Premio de Novela de Plaza y Janés. Tres años después publicó ‘Cuando cante el cuervo azul’, para algunos críticos su mejor novela, una prosa poética de profundidad humana y con el halo trágico como una tragedia griega.
Su larga lista de publicaciones incluye las obras: ‘Cita en el café La Bolsa’, ‘Beliza, tu pelo tiene’…, ‘Entre la verdad y la muerte’, ‘Encuéntrame’, ‘Rosas contra tu cara’, ‘El hijo del universo’, ‘Si me olvidas no sabes lo que te puede pasar’, ‘Esa costumbre de recordar’, ‘Detrás del patio’, ‘Periodismo y provincia’, ‘Cuentos de Consignación”, entre otros.
“ALGUNOS RECTORES UTILIZAN LAS BIBLIOTECAS DE BODEGAS”
A propósito del encuentro que reúne a las fuerzas vivas de la literatura local y departamental, el escritor Atuesta Mindiola aseguró que, aunque el talento para escribir está, hace falta academia y lamentó además que se ha encontrado con colegios en los cuales las bibliotecas son utilizadas “como bodegas”.
“Los niños desean escribir, pero siempre falta academia, que haya talleres literarios y es lo fundamental que en los colegios se debe de fundamentar; que haya bibliotecas con toda la logística, buenos libros, aire acondicionado, y así la gente va y lee. A veces encontramos que en los colegios no hay bibliotecas, incluso, yo que he ido a los colegios, me he encontrado con la tristeza que hay algunos rectores que a las bibliotecas la utilizan como bodegas”, expresó Atuesta.
Así mismo, pidió reflexionar sobre el fomento de la lectura y escritura en barrios y corregimientos donde, asegura Atuesta, debería haber una biblioteca pública o casa cultural, pero “nos encontramos con la tristeza de que en nuestro corregimientos y plazas hay es cinco cantinas, entonces es difícil”.
“Hay una cultura que hay que cambiar, esa cultura de la bulla, de la parranda permanente, por la cultura de la reflexión, de la lectura, crear escenarios para motivar a los niños desde temprana edad”, añadió. En el mismo sentido opinó Mary Daza Orozco, para quien el fastidio por la lectura tiene muchas aristas, que van desde lo cultural hasta “mitos pueblerinos” que desmotivan a leer y escribir.
“En un taller que dimos a profesores, llamado ‘Por qué las personas no quieren leer’, encontramos que eso viene desde la herencia, desde los mitos pueblerinos. Por ejemplo, decir que ‘ese muchacho que se la pasa leyendo y que lee mucho se vuelve loco; ese se volvió loco porque es muy inteligente’. Ahora los muchachos son muy adictos a videojuegos e internet, pero no es que haya hecho daño, porque he visto niños leyendo, que en su celular leen obras, ahí se pierden de las figuras literarias pero por lo menos están leyendo. Yo soy optimista, veo mucho entusiasmo, hay unos muy flojos, pero hay bastantes que están entusiasmados”, dijo.
Como dato adicional, Daza Orozco reveló que, mientras en la India un estudiante lee 15 libros al año, como media, un colombiano lee medio libro. “Se lee más en el interior del país, acá estamos muy acostumbrados a la rumba-fiesta, a lo doméstico, a lo fácil. Los muchachos la mayoría están pendientes de lo que dé plata, un negocio, o el fútbol, algo que dé plata”, concluyó.
ESTE VIERNES CONTINÚA EL ENCUENTRO
El III Encuentro Departamental de Escritores continuó este jueves con la conferencia ‘La ciudad en la poesía colombiana del siglo 20 y 21’ y el conversatorio a cargo de la poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria colombiana Piedad Bonnet.
Este viernes, continúa con un homenaje a William Morón Muegues y un recital poético de Pedro Olivella Solano, Ela Cuevas y José Atuesta Mindiola.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN
Los escritores Mary Daza Orozco y José Atuesta Mindiola recibieron reconocimiento a una trayectoria literaria de más de cuatro décadas en el camino de las letras, en el marco del Tercer Encuentro Departamental de Escritores del Cesar.
Hace 36 años, en 1986, los escritores Mary Daza Orozco y José Atuesta Mindiola coincidieron con sus letras en el mismo escenario durante el Primer Concurso de Cuento y Poesía organizado en ese entonces por el Instituto de Cultura y Turismo cuya directora era la fallecida Consuelo Araújo Noguera. Ese año fueron ganadores -Atuesta en poesía y Daza en cuento- y recibieron el primer espaldarazo para seguir su obra literaria.
Este miércoles, después de recorrer durante más de cuatro décadas el camino de las letras, ambos recibieron un merecido reconocimiento en el marco del Tercer Encuentro Departamental de Escritores del Cesar que organiza la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez y la Red de Bibliotecas Públicas del Cesar.
“Contentos, agradecidos y motivados para que lo que nos dé Dios de vida podamos seguir escribiendo y facilitando estos bonitos eventos y, lo principal, ir a los colegios para motivar a los estudiantes que también quieren escribir, que sigan leyendo, que lean lo que les guste y que se animen a ir a talleres, como el que realiza todos los sábados la Biblioteca para la gente que quiere escribir”, indicó Atuesta Mindiola, quien recibió el reconocimiento ‘Luis Mizar Maestre’.
Por su parte, la también periodista Mary Daza Orozco, valoró el reconocimiento por provenir de una entidad “que promociona el amor por la literatura y lectura” y lejana a intereses políticos o empresariales y lo calificó como un “certificado médico” que la motiva a seguir escribiendo.
“Desde ese aspecto y ángulo, lo veo muy interesante el reconocimiento, porque en esta larga historia de la vida que llevo siempre ha habido intereses, aun cuando ha habido otros reconocimientos que han sido también muy lindos. Le decía a José Atuesta que era como si le dieran a uno un certificado médico en el que le dice el médico a uno: ‘vas bien, sigue adelante’. Uno mira la fórmula y dice: ‘valió la pena tanto trabajo’”, señaló Daza Orozco en entrevista con EL PILÓN.
Atuesta Mindiola, licenciado en Biología y Química, pero atrapado entre letras y poesía durante 40 años, ha coordinado en Valledupar en colegios como Upar, Prudencia Daza e Instpecam, además de oficiar como rector del Colegio Rodolfo Castro, de Mariangola.
En 1982, publicó su primer libro de poesía: ‘A los ojos de todos’, siguiendo con ‘Dulce arena del musengue’ (1991), ‘Estación de los cuerpos’ (1996), ‘Un tambor roto en la pisada’ (2001), ‘Valledupar desde la otra orilla’ (2004), ‘Décimas Vallenatas’ (2006), ‘Metáforas de los árboles’ (2008), ‘La décima es como el río’ (2010), ‘Sonetos vallenatos’ (2011), ‘El Lápiz del caracol’ (2014), ‘Poética de la Cultura Vallenata’(2018), ‘Mariangola, 60 años de poesía y de historia cultural (2018), y ‘El Patio del origen’ (2019).
En su trasegar cultural ha ganado varios premios y distinciones, entre estos, el II Concurso de Historia Regional y Local del Cesar, convocado por la Universidad del Cesar (2007), con su monografía ‘Sabanas de Mariangola’; Primer Concurso de poesía del departamento del Cesar (1986); Concurso Nacional “Que descanse en paz la guerra”, convocado por la Casa de Poesía Silva, Bogotá (2003). Además, participó con sus ponencias en dos Encuentros Internacionales de Décimas: en Las Tunas, Cuba (2009) con la ponencia, ‘La décima en la región vallenata’, y en Lima, Perú (2012) con la ponencia ‘La décima en el Caribe colombiano’.
También tiene varias canciones vallenatas grabadas entre las que sobresalen: ‘Flor de aurora’ (paseo); ‘En este pueblo se canta’ (merengue); ‘La Negra Carmen Elena’ (cumbia); ‘Décimas a Diomedes’ (merengue); y ‘Oye viejo, oye papá’ (merengue), entre otras.
Entretanto, la periodista Mary Daza Orozco es considerada la escritora cesarense más reconocida en el universo de la creación de novelas y cuentos. Fue corresponsal de El Espectador durante más de 20 años y hoy se dedica a la docencia.
‘Los muertos no se cuentan así’ fue la obra que le dio el reconocimiento nacional y por la cual fue incluida por la Escuela de Arte y Literatura de la Universidad de Boston (Estados Unidos) en la antología de las veinte escritoras del siglo XX en América Latina.
Como cuenta José Atuesta Mindiola, en una columna de EL PILÓN, la entrada de Mary Daza en el paraninfo literario fue en 1986, con el cuento ‘Si lo hubieras dejado vivir’, ganador del primer concurso departamental del Instituto de Cultura del Cesar. Y el reconocimiento nacional empieza en 1991, cuando publica la novela ‘Los muertos no se cuentan así’, finalista en el Premio de Novela de Plaza y Janés. Tres años después publicó ‘Cuando cante el cuervo azul’, para algunos críticos su mejor novela, una prosa poética de profundidad humana y con el halo trágico como una tragedia griega.
Su larga lista de publicaciones incluye las obras: ‘Cita en el café La Bolsa’, ‘Beliza, tu pelo tiene’…, ‘Entre la verdad y la muerte’, ‘Encuéntrame’, ‘Rosas contra tu cara’, ‘El hijo del universo’, ‘Si me olvidas no sabes lo que te puede pasar’, ‘Esa costumbre de recordar’, ‘Detrás del patio’, ‘Periodismo y provincia’, ‘Cuentos de Consignación”, entre otros.
“ALGUNOS RECTORES UTILIZAN LAS BIBLIOTECAS DE BODEGAS”
A propósito del encuentro que reúne a las fuerzas vivas de la literatura local y departamental, el escritor Atuesta Mindiola aseguró que, aunque el talento para escribir está, hace falta academia y lamentó además que se ha encontrado con colegios en los cuales las bibliotecas son utilizadas “como bodegas”.
“Los niños desean escribir, pero siempre falta academia, que haya talleres literarios y es lo fundamental que en los colegios se debe de fundamentar; que haya bibliotecas con toda la logística, buenos libros, aire acondicionado, y así la gente va y lee. A veces encontramos que en los colegios no hay bibliotecas, incluso, yo que he ido a los colegios, me he encontrado con la tristeza que hay algunos rectores que a las bibliotecas la utilizan como bodegas”, expresó Atuesta.
Así mismo, pidió reflexionar sobre el fomento de la lectura y escritura en barrios y corregimientos donde, asegura Atuesta, debería haber una biblioteca pública o casa cultural, pero “nos encontramos con la tristeza de que en nuestro corregimientos y plazas hay es cinco cantinas, entonces es difícil”.
“Hay una cultura que hay que cambiar, esa cultura de la bulla, de la parranda permanente, por la cultura de la reflexión, de la lectura, crear escenarios para motivar a los niños desde temprana edad”, añadió. En el mismo sentido opinó Mary Daza Orozco, para quien el fastidio por la lectura tiene muchas aristas, que van desde lo cultural hasta “mitos pueblerinos” que desmotivan a leer y escribir.
“En un taller que dimos a profesores, llamado ‘Por qué las personas no quieren leer’, encontramos que eso viene desde la herencia, desde los mitos pueblerinos. Por ejemplo, decir que ‘ese muchacho que se la pasa leyendo y que lee mucho se vuelve loco; ese se volvió loco porque es muy inteligente’. Ahora los muchachos son muy adictos a videojuegos e internet, pero no es que haya hecho daño, porque he visto niños leyendo, que en su celular leen obras, ahí se pierden de las figuras literarias pero por lo menos están leyendo. Yo soy optimista, veo mucho entusiasmo, hay unos muy flojos, pero hay bastantes que están entusiasmados”, dijo.
Como dato adicional, Daza Orozco reveló que, mientras en la India un estudiante lee 15 libros al año, como media, un colombiano lee medio libro. “Se lee más en el interior del país, acá estamos muy acostumbrados a la rumba-fiesta, a lo doméstico, a lo fácil. Los muchachos la mayoría están pendientes de lo que dé plata, un negocio, o el fútbol, algo que dé plata”, concluyó.
ESTE VIERNES CONTINÚA EL ENCUENTRO
El III Encuentro Departamental de Escritores continuó este jueves con la conferencia ‘La ciudad en la poesía colombiana del siglo 20 y 21’ y el conversatorio a cargo de la poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria colombiana Piedad Bonnet.
Este viernes, continúa con un homenaje a William Morón Muegues y un recital poético de Pedro Olivella Solano, Ela Cuevas y José Atuesta Mindiola.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN