Al parecer, estar cerca del lugar de un enfrentamiento fue la principal tragedia de Evelio Vaca quien terminó asesinado en zona rural de San Diego.
Después de que finalizara un combate con el ELN para frustrar un secuestro de once personas en una finca, el pelotón Contera 1 del Batallón La Popa, al mando del entonces sargento viceprimero José de Jesús Rueda Quintero, no consiguió dar una baja del grupo enemigo.
Pero sí alcanzó a obtener apoyo de refuerzo por parte del pelotón Zarpazo, dirigido por el teniente (r) Eduart Álvarez Mejía, que llegó acompañado por el mayor (r) Guillermo Gutiérrez Riveros, comandante del grupo Batería Contera y, para ese momento, oficial de operaciones.
– «Mi sargento Rueda me tocó venirle a dar las bajas a usted porque usted no fue capaz», habría dicho Gutiérrez Rivero al sargento Rueda Quintero. El sargento miró hacia una camioneta y notó que sus compañeros tenían a un hombre sin vida que evidentemente no había caído en el enfrentamiento.
LA MUERTE
Al hombre lo cogieron los soldados del grupo Zarpazo que al llegar a un predio ubicado en el corregimiento El Desastre, del municipio de San Diego, se pusieron a realizar controles en las áreas aledañas.
“[N]osotros cuando llegamos ese día ahí nos fuimos a hacer un registro a la finca y en las veredas hay unas alcantarillas (…), nosotros estábamos haciendo registro y lo encontramos a él escondido ahí él estaba escondido ahí en esa alcantarilla, entonces yo lo agarré, yo iba con Ochoa Hernández (…) yo lo agarré de un brazo y lo llevaba, Ochoa iba conmigo. Y Gómez Yeris así a una corta distancia le hizo una ráfaga y lo mató y casi nos mata al soldado Ochoa y a mí (Sic)”, dijo Eduart Álvarez Mejía sobre la información que recibió de su subalterno Diego Alejandro Ordóñez, en una versión voluntaria del 18 de marzo de 2019.
El cadáver lo entregaron a los superiores que decidieron presentar al hombre como un guerrillero del ELN no identificado caído en el combate presentado ese 30 de julio del año 2003. La noticia salió publicada en el diario EL PILÓN el 31 de julio. Según el registro periodístico, el excomandante del Batallón La Popa, coronel Hernán Mejía, aseguró que en el operativo resultó muerto un subversivo conocido como alias Pacho perteneciente al frente ‘José Manuel Martínez’ del ELN.
“En este operativo también recuperamos material de guerra e intendencia, consistente en una pistola nueve milímetros, dos granadas de mano, seis minas antipersonales, dos proveedores para pistola, 50 cartuchos, cuatro equipos de lona y documentación de interés para la inteligencia militar”, explicó el excoronel a EL PILÓN.
El operativo habría evitado en una finca el secuestro de los ciudadanos Luis Arturo Rocha, Silvio Polo, Basilio Tejada, Gabriel Marrugo, Efraín Cuello, Onésimo Martín Churro, Luis Estrada, William Daza, Miguel Estrada y Pedro Palmera.
LA VÍCTIMA
El cuerpo de la víctima ingresó a Medicina Legal de Valledupar como no identificado. Sin embargo, el 2 de agosto de ese mismo año una familiar se acercó a reconocerlo como Evelio Vaca Pérez. La familia denunció que Evelio Vaca no pertenecía a ningún grupo armado y que en realidad era agricultor del corregimiento Media Luna de donde había salido.
“En la necropsia, los peritos establecieron que el cadáver presentaba escoriaciones en reacción vital de considerable magnitud en diferentes partes del cuerpo que resultan constitutivas de severas agresiones previas a su muerte. Igualmente aparecen con vestigios de pólvora en la lesión causada en la región malar izquierda, demostrativa de que fue a corta distancia”, estableció la Fiscalía 65 Especializada de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en el proceso que llevó en la justicia ordinaria.
LOS INVOLUCRADOS
Por el crimen procesaron en la justicia ordinaria a Jesús Rueda Quintero, Guillermo Gutiérrez Riveros y Eduart Álvarez Mejía, pero los tres se acogieron a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, donde reconocieron su responsabilidad en el hecho.
“Además, Rueda Quintero confesó haber instruido a miembros de la tropa bajo su mando para que dieran declaraciones acomodadas a la Justicia Penal Militar como ocurrió respecto del asesinato de Evelio Vaca”, precisó la JEP.
El mayor(r) Guillermo Gutiérrez Riveros, por su parte, indicó en versión voluntaria que si bien era cierto que estaba involucrado en la muerte de Evelio Vaca negó que tal cosa haya pasado así como narraron sus compañeros y que no fue claro si fue un soldado de Zarpazo o de Contera 1 el que habría disparado contra la víctima.
Sin embargo, la JEP estableció que la muerte la cometieron soldados de Zarpazo y el grupo Contera 1, según reportó el resultado.
“Entre enero de 2002 y julio de 2005, Zarpazo reportó bajas en combate en 14 ocasiones. 13 de estos reportes (alrededor del 93%), según estableció esta Sala, se hicieron con base en las muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate de 40 personas, todas ellas ocurridas entre febrero de 2002 y mayo de 2005 fecha en la cual se presentó el último informe de patrullaje suscrito”, puntualizó la JEP.
Por Marllelys Salinas / EL PILÓN
Al parecer, estar cerca del lugar de un enfrentamiento fue la principal tragedia de Evelio Vaca quien terminó asesinado en zona rural de San Diego.
Después de que finalizara un combate con el ELN para frustrar un secuestro de once personas en una finca, el pelotón Contera 1 del Batallón La Popa, al mando del entonces sargento viceprimero José de Jesús Rueda Quintero, no consiguió dar una baja del grupo enemigo.
Pero sí alcanzó a obtener apoyo de refuerzo por parte del pelotón Zarpazo, dirigido por el teniente (r) Eduart Álvarez Mejía, que llegó acompañado por el mayor (r) Guillermo Gutiérrez Riveros, comandante del grupo Batería Contera y, para ese momento, oficial de operaciones.
– «Mi sargento Rueda me tocó venirle a dar las bajas a usted porque usted no fue capaz», habría dicho Gutiérrez Rivero al sargento Rueda Quintero. El sargento miró hacia una camioneta y notó que sus compañeros tenían a un hombre sin vida que evidentemente no había caído en el enfrentamiento.
LA MUERTE
Al hombre lo cogieron los soldados del grupo Zarpazo que al llegar a un predio ubicado en el corregimiento El Desastre, del municipio de San Diego, se pusieron a realizar controles en las áreas aledañas.
“[N]osotros cuando llegamos ese día ahí nos fuimos a hacer un registro a la finca y en las veredas hay unas alcantarillas (…), nosotros estábamos haciendo registro y lo encontramos a él escondido ahí él estaba escondido ahí en esa alcantarilla, entonces yo lo agarré, yo iba con Ochoa Hernández (…) yo lo agarré de un brazo y lo llevaba, Ochoa iba conmigo. Y Gómez Yeris así a una corta distancia le hizo una ráfaga y lo mató y casi nos mata al soldado Ochoa y a mí (Sic)”, dijo Eduart Álvarez Mejía sobre la información que recibió de su subalterno Diego Alejandro Ordóñez, en una versión voluntaria del 18 de marzo de 2019.
El cadáver lo entregaron a los superiores que decidieron presentar al hombre como un guerrillero del ELN no identificado caído en el combate presentado ese 30 de julio del año 2003. La noticia salió publicada en el diario EL PILÓN el 31 de julio. Según el registro periodístico, el excomandante del Batallón La Popa, coronel Hernán Mejía, aseguró que en el operativo resultó muerto un subversivo conocido como alias Pacho perteneciente al frente ‘José Manuel Martínez’ del ELN.
“En este operativo también recuperamos material de guerra e intendencia, consistente en una pistola nueve milímetros, dos granadas de mano, seis minas antipersonales, dos proveedores para pistola, 50 cartuchos, cuatro equipos de lona y documentación de interés para la inteligencia militar”, explicó el excoronel a EL PILÓN.
El operativo habría evitado en una finca el secuestro de los ciudadanos Luis Arturo Rocha, Silvio Polo, Basilio Tejada, Gabriel Marrugo, Efraín Cuello, Onésimo Martín Churro, Luis Estrada, William Daza, Miguel Estrada y Pedro Palmera.
LA VÍCTIMA
El cuerpo de la víctima ingresó a Medicina Legal de Valledupar como no identificado. Sin embargo, el 2 de agosto de ese mismo año una familiar se acercó a reconocerlo como Evelio Vaca Pérez. La familia denunció que Evelio Vaca no pertenecía a ningún grupo armado y que en realidad era agricultor del corregimiento Media Luna de donde había salido.
“En la necropsia, los peritos establecieron que el cadáver presentaba escoriaciones en reacción vital de considerable magnitud en diferentes partes del cuerpo que resultan constitutivas de severas agresiones previas a su muerte. Igualmente aparecen con vestigios de pólvora en la lesión causada en la región malar izquierda, demostrativa de que fue a corta distancia”, estableció la Fiscalía 65 Especializada de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en el proceso que llevó en la justicia ordinaria.
LOS INVOLUCRADOS
Por el crimen procesaron en la justicia ordinaria a Jesús Rueda Quintero, Guillermo Gutiérrez Riveros y Eduart Álvarez Mejía, pero los tres se acogieron a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, donde reconocieron su responsabilidad en el hecho.
“Además, Rueda Quintero confesó haber instruido a miembros de la tropa bajo su mando para que dieran declaraciones acomodadas a la Justicia Penal Militar como ocurrió respecto del asesinato de Evelio Vaca”, precisó la JEP.
El mayor(r) Guillermo Gutiérrez Riveros, por su parte, indicó en versión voluntaria que si bien era cierto que estaba involucrado en la muerte de Evelio Vaca negó que tal cosa haya pasado así como narraron sus compañeros y que no fue claro si fue un soldado de Zarpazo o de Contera 1 el que habría disparado contra la víctima.
Sin embargo, la JEP estableció que la muerte la cometieron soldados de Zarpazo y el grupo Contera 1, según reportó el resultado.
“Entre enero de 2002 y julio de 2005, Zarpazo reportó bajas en combate en 14 ocasiones. 13 de estos reportes (alrededor del 93%), según estableció esta Sala, se hicieron con base en las muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate de 40 personas, todas ellas ocurridas entre febrero de 2002 y mayo de 2005 fecha en la cual se presentó el último informe de patrullaje suscrito”, puntualizó la JEP.
Por Marllelys Salinas / EL PILÓN