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Análisis - 10 agosto, 2022

Nuevo gobierno, a cumplir los sueños de los pueblos indígenas

“Gustavo Petro Urrego se identifica con la corriente filosófica de la Teología de la Liberación y con las Comunidades Eclesiales de Base”.

Las comunidades indígenas son una población clave en el nuevo gobierno presidencial.
Las comunidades indígenas son una población clave en el nuevo gobierno presidencial.
Boton Wpp

Por primera vez en la historia de Colombia llega un presidente que no es del Opus Dei o masón. 

Gustavo Petro Urrego se identifica con la corriente filosófica de la Teología de la Liberación y con las Comunidades Eclesiales de Base, de ahí que su vocación en favor de los pobres y por los marginalizados fueron determinantes para que la izquierda en Colombia y miles de organizaciones sociales y populares aunaran esfuerzos en pro de sacar adelante la anterior campaña presidencial. 

El fervor, la esperanza y el sueño de una transformación urgente en Colombia, con pocos antecedentes en la historia de nuestra nación, fueron algunos elementos motivadores.

EL GRUPO POLÍTICO INDÍGENA

El Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), estuvo presente en la conformación del Pacto Histórico y en la construcción de la plataforma política que llevó a Petro a la presidencia y a Francia Márquez a la vicepresidencia. Esto, sin duda alguna, representa al menos el 90% de las organizaciones indígenas en Colombia. 

Todas estas fuerzas políticas y sociales se pusieron la camiseta, la sudaron y enfilaron baterías en favor de esas ideas de cambio, echándose al hombro la victoriosa campaña. No en vano y en reconocimiento a las luchas que los pueblos indígenas han librado y al apoyo masivo recibido por nuestro ancestros, el presidente Petro designó a tres importantes líderes indígenas en cargos claves y emblemáticos: la lideresa  arhuaca, Leonor Zalabata, embajadora de Colombia en la ONU; la lideresa emberá, Patricia Tobón, directora de la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas y el líder nasa, Giovani Lule, director de la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas.

Gustavo Petro, presidente de Colombia.

REQUERIMIENTOS INDÍGENAS

Este nuevo escenario de la dinámica social y política colombiana se convierte en una oportunidad de oro para implementar y adoptar acciones contundentes desde un enfoque diferencial y descolonial. Veamos los requerimientos constantes de los pueblos indígenas, para estimular o provocar los cambios necesarios y urgentes, así como también las acciones sin daño que se requieren en sus territorios. 

1. La descolonización de las formas de gobernar, históricamente realizadas por el gobierno central u occidental, así como por algunos gobiernos regionales. Esto implica un reconocimiento de las formas tradicionales de gobierno de los pueblos indígenas, de sus instituciones políticas y económicas. El nuevo Gobierno debe garantizar el derecho real de dialogar y concertar entre iguales, es decir, entre una autoridad concebida por ellos como occidental -léase, gobierno- y, del otro lado, sus propias instituciones y la autoridad tradicional.

2. El respeto profundo a la consulta previa consagrada en el Artículo 7 del Convenio 169 de 1989 de la organización Internacional del Trabajo (OIT) y, sobre todo, llegar a acuerdos genuinos en torno a las medidas de impactos de los proyectos, obras, actividades, y medidas administrativas y legislativas que menciona la sentencia SU- 123 de 2018 de la Corte Constitucional.

 3. La superación del estado de cosas inconstitucionales de la población indígena en riesgo de exterminio físico y cultural, consagrado en el Auto 004 de 2009, de la Sentencia T-025 de 2004.

4. El reconocimiento de las Entidades Públicas Especiales indigenas como autoridades ambientales.

5. El reconocimiento de los derechos territoriales, saneamiento y ampliación de los resguardos. Al respecto, hay tres importantes sentencias de la honorable Corte Constitucional, incumplidas o “en veremos”: la T-713 de 2017, mediante la cual se ordena ampliar, sanear y delimitar el territorrio ancestral Yukpa; la sentencia T-052 de 2017, que igualmente ordenan ampliar, sanear y delimitar el territorrio ancestral Barí y la T-005 de 2016, que ordena el proceso, ampliación y saneamiento del resguardo arhuaco.

6. Concertar y aplicar un plan de desarrollo realista y cumplible.

Todos estos retos y acciones deberán ser abordados por el nuevo gobierno y se espera que se hagan con respeto, amplitud, seriedad y compromiso; en suma, dentro de lo que se conoce como la interculturalidad.

“Es imposible no mencionar la división del pueblo arhuaco”.

EL NEFASTO ESPÍRITU DE CAÍN

En estos días que me encuentro reflexionando sobre el futuro del país, con este nuevo gobierno, siento una gran esperanza pero a su vez una profunda preocupación, ya que son más de 30 años de mi vida consagradas a la lucha en favor de las comunidades étnicas, a lo largo de los cuales he visto en los pueblos indígenas un verdadero compromiso por el país, por la nación, por la paz, por la cultura, por la biodiversidad, por los territorios, por sus tradiciones, por sus identidades y por sus saberes. 

No obstante, me duele y me alarma como entre ellos también conviven otros espíritus (sentimientos), como el individualismo, la división, la envidia, que recuerda el pasaje bíblico de Caín y Abel. Se trata de energías negativas que invaden algunas almas y socaban paulatinamente sus mentes, desestabilizando la espiritualidad de sus pueblos, atacando el conservacionismo, la paz y la armonía. 

Es imposible no mencionar la división del pueblo arhuaco, referente poblacional de unidad nacional, que en la actualidad atraviesa por una grave crisis de gobernabilidad. Es delicada la absoluta ingobernabilidad en este pueblo, producto de la interferencia del Estado en el autogobierno y en la autodeterminación de la nación arhuaca. 

EL COMPROMISO ESTATAL

Pero, por otro lado, subsiste al interior de entidades del Estado, la ausencia de una intervención legal, ecuánime y trasparente, que obstaculiza la superación de la crisis de este pueblo. A ello se suma el interés de no ayudar a superar la peor crisis en la historia del pueblo arhuaco por temor, si se tiene en cuenta que el antiguo encargado de la Dirección de Asuntos Indígenas, Rom y Minorías del Ministerio del Interior y el antiguo defensor delegado para Asuntos Étnicos fueron despedidos por solicitud de uno u otro sector arhuaco en conflicto, porque no les pareció su actuar como servidores públicos.

Es lamentable ver cómo el interés colectivo que siempre ha caracterizado las luchas de los lideres indígenas, se resquebraja debido a que algunos de ellos están subordinados al interés individual, al protagonismo y a las luchas de poder. 

COMPORTAMIENTO INDÍGENA

La tendencia en los pueblos indigenas es la creación de empresas individuales, de fundaciones u ONG. Es decir, en vez de conciliar y fortalecer la organización indígena, se ahonda en las divisiones internas y en buscar la creación de liderazgos individuales.

Observo con mucho sigilo, prudencia y preocupación como en los conflictos interétnicos, las posturas menos conciliadoras, por no decir divisionistas, casi siempre son promovidas por los nuevos liderazgos indígenas; muchos de ellos jóvenes y recién llegados a sus territorios, después de graduarse en las universidades de Los Andes, Externado, Javeriana, Del Rosario, y también de la Universidad Nacional de Colombia, entre otras. 

Son jóvenes que salieron de sus territorios, se desligaron de su dinámica cultural propia y que fueron envueltos en un contexto académico con bemoles y falencias; entre algunos programas poco pertinentes e incoherentes para estas etnias, se advierte un ejercicio descolonial. 

Lo anterior implica un análisis profundo de esta realidad, el cual se debe hacer en estos espacios académicos, para evaluar el compromiso neutral o imparcial que deben contener sus programas. En este análisis también deben intervenir el Ministerio de Educación, el nuevo, que supuestamente está comprometido con el cambio, así como también de otros ministerios como el del Interior y de Cultura, además del ICAHN.  

“Las dificultades fiscales del Estado son los obstáculos para resolver las necesidades milenarias de los pueblos indígenas”.

RETOS DEL GOBIERNO

El gobierno del presidente Petro y de la vicepresidenta Márquez la tienen muy difícil por los siguientes motivos: a) Tendrá la oposición de muchos empresarios, algunos medios de comunicación, un sector de las fuerzas militares, el partido Conservador y el Centro Democrático, b) Las dificultades fiscales del Estado es el obstáculo para resolver las necesidades milenarias de los pueblos indigenas, que creen que esta es una oportunidad de oro y que en la medida en que trascurra el tiempo y no vean sus necesidades resueltas, van a salir a las calles a protestar y c) Le tocará lidiar con lo más feo y aburrido, los conflictos internos de estos pueblos, para lo cual este nuevo gobierno deberá usar guantes de seda y tratar de tener unos principios rectores de dialogo intercultural, que maximicen la acción sin daño, para no provocar más divisiones al interior de las organizaciones indígenas. 

POR EDWAR ÁLVAREZ VACCA/ESPECIAL PARA EL PILÓN

Análisis
10 agosto, 2022

Nuevo gobierno, a cumplir los sueños de los pueblos indígenas

“Gustavo Petro Urrego se identifica con la corriente filosófica de la Teología de la Liberación y con las Comunidades Eclesiales de Base”.


Las comunidades indígenas son una población clave en el nuevo gobierno presidencial.
Las comunidades indígenas son una población clave en el nuevo gobierno presidencial.
Boton Wpp

Por primera vez en la historia de Colombia llega un presidente que no es del Opus Dei o masón. 

Gustavo Petro Urrego se identifica con la corriente filosófica de la Teología de la Liberación y con las Comunidades Eclesiales de Base, de ahí que su vocación en favor de los pobres y por los marginalizados fueron determinantes para que la izquierda en Colombia y miles de organizaciones sociales y populares aunaran esfuerzos en pro de sacar adelante la anterior campaña presidencial. 

El fervor, la esperanza y el sueño de una transformación urgente en Colombia, con pocos antecedentes en la historia de nuestra nación, fueron algunos elementos motivadores.

EL GRUPO POLÍTICO INDÍGENA

El Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), estuvo presente en la conformación del Pacto Histórico y en la construcción de la plataforma política que llevó a Petro a la presidencia y a Francia Márquez a la vicepresidencia. Esto, sin duda alguna, representa al menos el 90% de las organizaciones indígenas en Colombia. 

Todas estas fuerzas políticas y sociales se pusieron la camiseta, la sudaron y enfilaron baterías en favor de esas ideas de cambio, echándose al hombro la victoriosa campaña. No en vano y en reconocimiento a las luchas que los pueblos indígenas han librado y al apoyo masivo recibido por nuestro ancestros, el presidente Petro designó a tres importantes líderes indígenas en cargos claves y emblemáticos: la lideresa  arhuaca, Leonor Zalabata, embajadora de Colombia en la ONU; la lideresa emberá, Patricia Tobón, directora de la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas y el líder nasa, Giovani Lule, director de la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas.

Gustavo Petro, presidente de Colombia.

REQUERIMIENTOS INDÍGENAS

Este nuevo escenario de la dinámica social y política colombiana se convierte en una oportunidad de oro para implementar y adoptar acciones contundentes desde un enfoque diferencial y descolonial. Veamos los requerimientos constantes de los pueblos indígenas, para estimular o provocar los cambios necesarios y urgentes, así como también las acciones sin daño que se requieren en sus territorios. 

1. La descolonización de las formas de gobernar, históricamente realizadas por el gobierno central u occidental, así como por algunos gobiernos regionales. Esto implica un reconocimiento de las formas tradicionales de gobierno de los pueblos indígenas, de sus instituciones políticas y económicas. El nuevo Gobierno debe garantizar el derecho real de dialogar y concertar entre iguales, es decir, entre una autoridad concebida por ellos como occidental -léase, gobierno- y, del otro lado, sus propias instituciones y la autoridad tradicional.

2. El respeto profundo a la consulta previa consagrada en el Artículo 7 del Convenio 169 de 1989 de la organización Internacional del Trabajo (OIT) y, sobre todo, llegar a acuerdos genuinos en torno a las medidas de impactos de los proyectos, obras, actividades, y medidas administrativas y legislativas que menciona la sentencia SU- 123 de 2018 de la Corte Constitucional.

 3. La superación del estado de cosas inconstitucionales de la población indígena en riesgo de exterminio físico y cultural, consagrado en el Auto 004 de 2009, de la Sentencia T-025 de 2004.

4. El reconocimiento de las Entidades Públicas Especiales indigenas como autoridades ambientales.

5. El reconocimiento de los derechos territoriales, saneamiento y ampliación de los resguardos. Al respecto, hay tres importantes sentencias de la honorable Corte Constitucional, incumplidas o “en veremos”: la T-713 de 2017, mediante la cual se ordena ampliar, sanear y delimitar el territorrio ancestral Yukpa; la sentencia T-052 de 2017, que igualmente ordenan ampliar, sanear y delimitar el territorrio ancestral Barí y la T-005 de 2016, que ordena el proceso, ampliación y saneamiento del resguardo arhuaco.

6. Concertar y aplicar un plan de desarrollo realista y cumplible.

Todos estos retos y acciones deberán ser abordados por el nuevo gobierno y se espera que se hagan con respeto, amplitud, seriedad y compromiso; en suma, dentro de lo que se conoce como la interculturalidad.

“Es imposible no mencionar la división del pueblo arhuaco”.

EL NEFASTO ESPÍRITU DE CAÍN

En estos días que me encuentro reflexionando sobre el futuro del país, con este nuevo gobierno, siento una gran esperanza pero a su vez una profunda preocupación, ya que son más de 30 años de mi vida consagradas a la lucha en favor de las comunidades étnicas, a lo largo de los cuales he visto en los pueblos indígenas un verdadero compromiso por el país, por la nación, por la paz, por la cultura, por la biodiversidad, por los territorios, por sus tradiciones, por sus identidades y por sus saberes. 

No obstante, me duele y me alarma como entre ellos también conviven otros espíritus (sentimientos), como el individualismo, la división, la envidia, que recuerda el pasaje bíblico de Caín y Abel. Se trata de energías negativas que invaden algunas almas y socaban paulatinamente sus mentes, desestabilizando la espiritualidad de sus pueblos, atacando el conservacionismo, la paz y la armonía. 

Es imposible no mencionar la división del pueblo arhuaco, referente poblacional de unidad nacional, que en la actualidad atraviesa por una grave crisis de gobernabilidad. Es delicada la absoluta ingobernabilidad en este pueblo, producto de la interferencia del Estado en el autogobierno y en la autodeterminación de la nación arhuaca. 

EL COMPROMISO ESTATAL

Pero, por otro lado, subsiste al interior de entidades del Estado, la ausencia de una intervención legal, ecuánime y trasparente, que obstaculiza la superación de la crisis de este pueblo. A ello se suma el interés de no ayudar a superar la peor crisis en la historia del pueblo arhuaco por temor, si se tiene en cuenta que el antiguo encargado de la Dirección de Asuntos Indígenas, Rom y Minorías del Ministerio del Interior y el antiguo defensor delegado para Asuntos Étnicos fueron despedidos por solicitud de uno u otro sector arhuaco en conflicto, porque no les pareció su actuar como servidores públicos.

Es lamentable ver cómo el interés colectivo que siempre ha caracterizado las luchas de los lideres indígenas, se resquebraja debido a que algunos de ellos están subordinados al interés individual, al protagonismo y a las luchas de poder. 

COMPORTAMIENTO INDÍGENA

La tendencia en los pueblos indigenas es la creación de empresas individuales, de fundaciones u ONG. Es decir, en vez de conciliar y fortalecer la organización indígena, se ahonda en las divisiones internas y en buscar la creación de liderazgos individuales.

Observo con mucho sigilo, prudencia y preocupación como en los conflictos interétnicos, las posturas menos conciliadoras, por no decir divisionistas, casi siempre son promovidas por los nuevos liderazgos indígenas; muchos de ellos jóvenes y recién llegados a sus territorios, después de graduarse en las universidades de Los Andes, Externado, Javeriana, Del Rosario, y también de la Universidad Nacional de Colombia, entre otras. 

Son jóvenes que salieron de sus territorios, se desligaron de su dinámica cultural propia y que fueron envueltos en un contexto académico con bemoles y falencias; entre algunos programas poco pertinentes e incoherentes para estas etnias, se advierte un ejercicio descolonial. 

Lo anterior implica un análisis profundo de esta realidad, el cual se debe hacer en estos espacios académicos, para evaluar el compromiso neutral o imparcial que deben contener sus programas. En este análisis también deben intervenir el Ministerio de Educación, el nuevo, que supuestamente está comprometido con el cambio, así como también de otros ministerios como el del Interior y de Cultura, además del ICAHN.  

“Las dificultades fiscales del Estado son los obstáculos para resolver las necesidades milenarias de los pueblos indígenas”.

RETOS DEL GOBIERNO

El gobierno del presidente Petro y de la vicepresidenta Márquez la tienen muy difícil por los siguientes motivos: a) Tendrá la oposición de muchos empresarios, algunos medios de comunicación, un sector de las fuerzas militares, el partido Conservador y el Centro Democrático, b) Las dificultades fiscales del Estado es el obstáculo para resolver las necesidades milenarias de los pueblos indigenas, que creen que esta es una oportunidad de oro y que en la medida en que trascurra el tiempo y no vean sus necesidades resueltas, van a salir a las calles a protestar y c) Le tocará lidiar con lo más feo y aburrido, los conflictos internos de estos pueblos, para lo cual este nuevo gobierno deberá usar guantes de seda y tratar de tener unos principios rectores de dialogo intercultural, que maximicen la acción sin daño, para no provocar más divisiones al interior de las organizaciones indígenas. 

POR EDWAR ÁLVAREZ VACCA/ESPECIAL PARA EL PILÓN