Francisco Miranda se casó con la vallenata Yoleth Monsalvo. “En Valledupar viven mis suegros, mis cuñados, mis sobrinas, mi familia. Hoy mis vínculos con el Valle son mucho más fuertes y estables”, dijo.
El diario Portafolio es uno de los medios de comunicación más importantes del país en el cubrimiento y análisis de la información política, su director, Francisco Miranda Hamburger, tiene vínculos con Valledupar y el Cesar.
Por circunstancias de la vida nació en el Hospital Rosario Pumarejo de López, de Valledupar. “Mis padres se conocieron en Codazzi y en ese municipio viví hasta los tres años, nos mudamos a Barranquilla, donde crecí. Valledupar es la ciudad que me vio nacer. Me mudé a Bogotá a adelantar estudios universitarios”, expresa Miranda.
Pero no solo eso, Francisco Miranda se casó con una vallenata, Yoleth Monsalvo. “En Valledupar viven mis suegros, mis cuñados, mis sobrinas, mi familia. Hoy mis vínculos con el Valle son mucho más fuertes y estables”, precisó en dialogo con EL PILÓN antes de entrar al análisis económico del Cesar y la región.
La llegada del gobierno Petro ha generado muchas expectativas sociales y económicas, se esperan acciones rápidas y concretas para poder resolver temas sociales y sus dificultades. Si hay una región que debe tenar más altas expectativas que el resto de regiones del país es la Costa Caribe porque fue clave en la victoria de Petro, esta región es fundamental en la elección presidencial y cada cuatro años se repite el ciclo en el que da la victoria y luego entonces debe esperar qué proyectos y resultados tiene el presidente.
Las expectativas de la Costa Caribe tienen que ver con el rezago que tienen individualmente sus departamentos, incluido el archipiélago insular, las dificultades que tienen para la reactivación económica y su traducción en la mejora de las condiciones de vida de su gente.
Al hablar puntualmente del Cesar debemos decir que el crecimiento económico de este departamento entre 2019 y 2021 manifestó una reactivación, pero esa reactivación por diferentes razones de las estructuras del departamento no fue tan dinámica como en el resto del país, hay perspectivas más positivas en el 2022, especialmente asociadas con el entorno de precios de materias primas y del precio del carbón en el exterior, pero con todo y eso tenemos un rezago a nivel social, entonces la pobreza en la Costa Caribe y a nivel del Cesar debe ser un asunto prioritario en la agenda caribe del presidente Petro.
Esas realidades paralelas son ciertas, el Cesar es un departamento rico en recursos naturales que generar unos aportes a su economía y a la economía del país, pero al mismo tiempo tiene unos altísimos niveles de pobreza, Valledupar está siempre entre las ciudades con mayor desempleo. ¿Cómo entender esas dos realidades? Primero, la economía es un conjunto del manejo de recursos en el cual hay un mecanismo por el que se traduce la producción, el valor de un sector a otro, entonces ese proceso de traducción de la riqueza, del carbón, por ejemplo, al resto de la sociedad, esa cadena de transmisión está rota hace muchos años, no funciona, por eso es que la mayoría de ciudadanos se sienten alejados de esos beneficios.
Resulta que la infraestructura física que se construye mejora los indicadores de pobreza monetaria, entonces la capacidad de la economía cesarense de producir ingresos suficientes a sus habitantes es la que refleja la pobreza monetaria y es ahí donde la situación del Cesar es grave.
Muchas cosas tienen que pasar para que nosotros volvamos a esos niveles picos que teníamos en el comercio binacional con Venezuela en la primera década del 2000, no estamos ni cerca y ni va a ser pronto que vamos a lograr esos niveles, el año pasado con ese intercambio se logró más o menos unos 400 millones de dólares, eso todavía es muy lejos del viejo nivel comercial. Lo político y económico es clave, eso permitirá una mejor dinámica, pero no será de un día para otro.
Los indicadores de pobreza de la Costa Caribe, región que produce el 15.2% del PIB nacional, indican que su condición de pobreza es mucho más deteriorada que de otras regiones del país, sus números de recuperación de esos niveles de pobreza, con respecto a la reactivación económica, han sido menores.
Coincido con que el problema no es de desconocimiento sino de voluntad política, ya vamos a cumplir cinco años de ese ejercicio en Casa Grande Caribe, donde en su momento economistas de larga trayectoria regional estudiaron las necesidades de la costa en áreas mayoritariamente sociales, de educación, nutrición, salud, servicios públicos calidad y financiación del gasto público y determinaron que alrededor, en ese entonces, de 16 mil millones de dólares invertidos durante 12 años tendrían el efecto de generar un cierre de brecha que nos permita una convergencia de nuestro desarrollo social y por ende económico con respecto a la brecha de regiones más líderes del país. Están identificados los proyectos, pero hace falta la voluntad política y esa se expresa en distintos niveles: el más importante es el nivel nacional porque es que el que genera la política de todo el país. El gobierno de Petro debe concentrarse en esas áreas de la Costa Caribe que han identificado los distintos estudios.
Esa brecha no se puede atender solo con subsidios, tienen que tomarse decisiones estructurales y esas también están estudiadas, necesitamos mejorar la capacidad educativa y nutricional de los niños del Caribe, necesitamos, junto al desarrollo de energías renovables por ejemplo en La Guajira, junto con las expectativas que hay de una industria costa afuera en términos de gas y de hidrocarburos, con el fortalecimiento que en años recientes hemos tenido con el sector logístico y de puertos, con la recuperación que se está logrando a nivel de la economía del carbón al menos de una manera coyuntural. Esos recursos deben traducirse en proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas, de hecho, hemos tenido unos desarrollos importantes y el Cesar es buen ejemplo como infraestructura física como carreteras, sedes gubernamentales, etc. Deberíamos estar pensando en otro tipo de proyectos, en infraestructuras más humanas.
Primero, son claves los movimientos que se están generando aquí en el Cesar, que han detectado la discusión mundial sobre la transición energética como una oportunidad de rediseñar el futuro del Cesar, son acertados, esos caminos son necesarios y esa conexión internacional apuntan a la mejor dirección, no se trata de prohibir drásticamente esa serie de combustibles, se trata de diseñar de una manera ordenada y gradual una transición que mire hacia un destino distinto, donde el destino sea una economía regional en el Cesar diversificada que permita otros polos de desarrollo.
Ese es un ejercicio que también deben hacer otros departamentos del Caribe. Ahora lo que se necesita es acelerar el proceso para poder insertar la discusión que hoy se está dando en el Cesar con diálogos improbables del corredor minero, con las reflexiones que esta casa editorial hace en sus editoriales, entre otros centros de estudios, y conectarlos con la discusión nacional de la transición energética en el entendido en que no puede hacerse drásticamente, esto no hace de un día para otro y se equivocan los líderes que piensen que esto se puede hacer con decretos.
Hay que mirar qué recursos se destinan de la explotación tradicional minera energética de hoy a esa transición, en qué sectores, inclusive dentro de sectores de la misma área de las materias primas como el cobre en el que Cesar puede moverse, el agropecuario y qué otros pueden tener un potencial para poder comenzar lentamente a proveer alternativas. Esta sustitución del 38% o 40% de la economía regional no se hace de un día para otro, esta solo se va a lograr si se hace una unión entre el liderazgo público y político, la sociedad civil, las universidades, los medios de comunicación, las diferentes organizaciones sociales, el dinamismo de grupos sociales y la estructura empresarial, esa combinación es la que permite generar una buena hoja de ruta para una mejor economía.
REDACCIÓN/EL PILÓN
Francisco Miranda se casó con la vallenata Yoleth Monsalvo. “En Valledupar viven mis suegros, mis cuñados, mis sobrinas, mi familia. Hoy mis vínculos con el Valle son mucho más fuertes y estables”, dijo.
El diario Portafolio es uno de los medios de comunicación más importantes del país en el cubrimiento y análisis de la información política, su director, Francisco Miranda Hamburger, tiene vínculos con Valledupar y el Cesar.
Por circunstancias de la vida nació en el Hospital Rosario Pumarejo de López, de Valledupar. “Mis padres se conocieron en Codazzi y en ese municipio viví hasta los tres años, nos mudamos a Barranquilla, donde crecí. Valledupar es la ciudad que me vio nacer. Me mudé a Bogotá a adelantar estudios universitarios”, expresa Miranda.
Pero no solo eso, Francisco Miranda se casó con una vallenata, Yoleth Monsalvo. “En Valledupar viven mis suegros, mis cuñados, mis sobrinas, mi familia. Hoy mis vínculos con el Valle son mucho más fuertes y estables”, precisó en dialogo con EL PILÓN antes de entrar al análisis económico del Cesar y la región.
La llegada del gobierno Petro ha generado muchas expectativas sociales y económicas, se esperan acciones rápidas y concretas para poder resolver temas sociales y sus dificultades. Si hay una región que debe tenar más altas expectativas que el resto de regiones del país es la Costa Caribe porque fue clave en la victoria de Petro, esta región es fundamental en la elección presidencial y cada cuatro años se repite el ciclo en el que da la victoria y luego entonces debe esperar qué proyectos y resultados tiene el presidente.
Las expectativas de la Costa Caribe tienen que ver con el rezago que tienen individualmente sus departamentos, incluido el archipiélago insular, las dificultades que tienen para la reactivación económica y su traducción en la mejora de las condiciones de vida de su gente.
Al hablar puntualmente del Cesar debemos decir que el crecimiento económico de este departamento entre 2019 y 2021 manifestó una reactivación, pero esa reactivación por diferentes razones de las estructuras del departamento no fue tan dinámica como en el resto del país, hay perspectivas más positivas en el 2022, especialmente asociadas con el entorno de precios de materias primas y del precio del carbón en el exterior, pero con todo y eso tenemos un rezago a nivel social, entonces la pobreza en la Costa Caribe y a nivel del Cesar debe ser un asunto prioritario en la agenda caribe del presidente Petro.
Esas realidades paralelas son ciertas, el Cesar es un departamento rico en recursos naturales que generar unos aportes a su economía y a la economía del país, pero al mismo tiempo tiene unos altísimos niveles de pobreza, Valledupar está siempre entre las ciudades con mayor desempleo. ¿Cómo entender esas dos realidades? Primero, la economía es un conjunto del manejo de recursos en el cual hay un mecanismo por el que se traduce la producción, el valor de un sector a otro, entonces ese proceso de traducción de la riqueza, del carbón, por ejemplo, al resto de la sociedad, esa cadena de transmisión está rota hace muchos años, no funciona, por eso es que la mayoría de ciudadanos se sienten alejados de esos beneficios.
Resulta que la infraestructura física que se construye mejora los indicadores de pobreza monetaria, entonces la capacidad de la economía cesarense de producir ingresos suficientes a sus habitantes es la que refleja la pobreza monetaria y es ahí donde la situación del Cesar es grave.
Muchas cosas tienen que pasar para que nosotros volvamos a esos niveles picos que teníamos en el comercio binacional con Venezuela en la primera década del 2000, no estamos ni cerca y ni va a ser pronto que vamos a lograr esos niveles, el año pasado con ese intercambio se logró más o menos unos 400 millones de dólares, eso todavía es muy lejos del viejo nivel comercial. Lo político y económico es clave, eso permitirá una mejor dinámica, pero no será de un día para otro.
Los indicadores de pobreza de la Costa Caribe, región que produce el 15.2% del PIB nacional, indican que su condición de pobreza es mucho más deteriorada que de otras regiones del país, sus números de recuperación de esos niveles de pobreza, con respecto a la reactivación económica, han sido menores.
Coincido con que el problema no es de desconocimiento sino de voluntad política, ya vamos a cumplir cinco años de ese ejercicio en Casa Grande Caribe, donde en su momento economistas de larga trayectoria regional estudiaron las necesidades de la costa en áreas mayoritariamente sociales, de educación, nutrición, salud, servicios públicos calidad y financiación del gasto público y determinaron que alrededor, en ese entonces, de 16 mil millones de dólares invertidos durante 12 años tendrían el efecto de generar un cierre de brecha que nos permita una convergencia de nuestro desarrollo social y por ende económico con respecto a la brecha de regiones más líderes del país. Están identificados los proyectos, pero hace falta la voluntad política y esa se expresa en distintos niveles: el más importante es el nivel nacional porque es que el que genera la política de todo el país. El gobierno de Petro debe concentrarse en esas áreas de la Costa Caribe que han identificado los distintos estudios.
Esa brecha no se puede atender solo con subsidios, tienen que tomarse decisiones estructurales y esas también están estudiadas, necesitamos mejorar la capacidad educativa y nutricional de los niños del Caribe, necesitamos, junto al desarrollo de energías renovables por ejemplo en La Guajira, junto con las expectativas que hay de una industria costa afuera en términos de gas y de hidrocarburos, con el fortalecimiento que en años recientes hemos tenido con el sector logístico y de puertos, con la recuperación que se está logrando a nivel de la economía del carbón al menos de una manera coyuntural. Esos recursos deben traducirse en proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas, de hecho, hemos tenido unos desarrollos importantes y el Cesar es buen ejemplo como infraestructura física como carreteras, sedes gubernamentales, etc. Deberíamos estar pensando en otro tipo de proyectos, en infraestructuras más humanas.
Primero, son claves los movimientos que se están generando aquí en el Cesar, que han detectado la discusión mundial sobre la transición energética como una oportunidad de rediseñar el futuro del Cesar, son acertados, esos caminos son necesarios y esa conexión internacional apuntan a la mejor dirección, no se trata de prohibir drásticamente esa serie de combustibles, se trata de diseñar de una manera ordenada y gradual una transición que mire hacia un destino distinto, donde el destino sea una economía regional en el Cesar diversificada que permita otros polos de desarrollo.
Ese es un ejercicio que también deben hacer otros departamentos del Caribe. Ahora lo que se necesita es acelerar el proceso para poder insertar la discusión que hoy se está dando en el Cesar con diálogos improbables del corredor minero, con las reflexiones que esta casa editorial hace en sus editoriales, entre otros centros de estudios, y conectarlos con la discusión nacional de la transición energética en el entendido en que no puede hacerse drásticamente, esto no hace de un día para otro y se equivocan los líderes que piensen que esto se puede hacer con decretos.
Hay que mirar qué recursos se destinan de la explotación tradicional minera energética de hoy a esa transición, en qué sectores, inclusive dentro de sectores de la misma área de las materias primas como el cobre en el que Cesar puede moverse, el agropecuario y qué otros pueden tener un potencial para poder comenzar lentamente a proveer alternativas. Esta sustitución del 38% o 40% de la economía regional no se hace de un día para otro, esta solo se va a lograr si se hace una unión entre el liderazgo público y político, la sociedad civil, las universidades, los medios de comunicación, las diferentes organizaciones sociales, el dinamismo de grupos sociales y la estructura empresarial, esa combinación es la que permite generar una buena hoja de ruta para una mejor economía.
REDACCIÓN/EL PILÓN