A propósito de su salida del cargo, EL PILÓN dialogó con la excontralora de Valledupar, Mary Flor Therán, quien salió un mes antes de la entidad de control fiscal por una demanda de nulidad electoral.
¿Qué enseñanzas le dejó este proceso de casi 2 años a cargo de la Contraloría?
Muchas enseñanzas en el ámbito personal, además, fue una experiencia muy enriquecedora a nivel profesional, porque aunque tenía conocimientos sobre control fiscal y de lo público, vivirlo de esa manera, palparlo y dar los resultados, para mí fue gratificante y enriquecedor.
En medio de las dificultades y limitaciones que tuvimos se mostraron resultados y le cumplí a Valledupar, siento que sí lo hice; hasta el último día dimos resultados, ejemplo, la auditoría de Aseo del Norte, que salió justo el día de la notificación de mi fallo.
Fueron 2 años en los que todo estuvo limitado por la pandemia, pero a pesar de eso la Contraloría municipal de Valledupar ya no era noticia porque salió un contralor y entró otro, sino porque estaba cumpliendo sus funciones.
La Alcaldía de Valledupar y todas sus entidades descentralizadas tienen la misma falencia y debilidad, todas deben mejorar muchísimo en materia administrativa, ya que no cumplen con los principios de contratación pública.
Administrativamente los procesos están muy débiles, y el tema del archivo en todas las entidades es igual. Si empezamos por el Municipio es un desastre total, si tuviera que definirlo en una palabra. Razón de lo anterior se dio la suspensión del (ex) secretario de Tránsito (Roberto Daza): precisamente por la falta del archivo y organización de los mismos. Nunca tienen ni encuentran nada.
Claro que sí: ¿qué transparencia puede mostrar la entidad si no tiene la información a la mano?
Ejecutar un buen plan de vigilancia. Debe entrar a determinar y desarrollar las auditorías que por ley cada año debe realizar. No solo eso, también el cumplimiento interno de la entidad.
La Contraloría municipal de Valledupar quedó bien parada: ante la Auditoría General de la Nación quedamos muy bien, hasta logramos la certificación porque administrativamente mejoramos y logramos subsanar y tener los procesos en el tiempo que debía ser.
Yo me he dedicado a leer las opiniones que tienen las personas sobre mi salida de la entidad y del 100 % de las opiniones, el 95 % son positivas. Ese 5 % podría decirse que son las personas que quieren ver presos a los señalados o que los castiguen, pero es que el alcance de la Contraloría de Valledupar no llega hasta allá, no somos la Fiscalía.
En ese sentido, mi labor llega hasta sacar un hallazgo, cobrar un recurso con fallos de responsabilidad fiscal. Esa es la labor: entrar a determinar qué hubo en esa entidad, y si hubo algo en materia fiscal cobrar un dinero, y nosotros lo hicimos, como el caso del alcalde, que el año pasado yo le dejé unas incidencias fiscales, pero eso tiene un proceso: se tiene que notificar, presentar unos descargos, mostrar evidenciaS y demás. Un proceso de responsabilidad fiscal puede tardar un año.
En varias ocasiones me juzgaron por no ejercer control sobre algunos temas, tal es el caso de Emdupar, la Casa en el Aire, la Plaza Alfonso López, y demás casos, pero nosotros no podemos participar en esos procesos porque nuestro control es posterior y por mucho que nos queramos pronunciar no lo podemos hacer.
La Contraloría, comparándola con los departamentos vecinos, quedó muy bien parada, quedó certificada, organizada y sin ningún proceso atrasado, incluyendo las denuncias, porque cuando entré a la Contraloría encontré traslados de hallazgos que tenían hasta 6 meses sin hacerlo. Hoy puedo decir que no existe ningún hallazgo que no esté en la Procuraduría y la Fiscalía, todos fueron trasladados de manera inmediata.
REDACCIÓN/EL PILÓN.
A propósito de su salida del cargo, EL PILÓN dialogó con la excontralora de Valledupar, Mary Flor Therán, quien salió un mes antes de la entidad de control fiscal por una demanda de nulidad electoral.
¿Qué enseñanzas le dejó este proceso de casi 2 años a cargo de la Contraloría?
Muchas enseñanzas en el ámbito personal, además, fue una experiencia muy enriquecedora a nivel profesional, porque aunque tenía conocimientos sobre control fiscal y de lo público, vivirlo de esa manera, palparlo y dar los resultados, para mí fue gratificante y enriquecedor.
En medio de las dificultades y limitaciones que tuvimos se mostraron resultados y le cumplí a Valledupar, siento que sí lo hice; hasta el último día dimos resultados, ejemplo, la auditoría de Aseo del Norte, que salió justo el día de la notificación de mi fallo.
Fueron 2 años en los que todo estuvo limitado por la pandemia, pero a pesar de eso la Contraloría municipal de Valledupar ya no era noticia porque salió un contralor y entró otro, sino porque estaba cumpliendo sus funciones.
La Alcaldía de Valledupar y todas sus entidades descentralizadas tienen la misma falencia y debilidad, todas deben mejorar muchísimo en materia administrativa, ya que no cumplen con los principios de contratación pública.
Administrativamente los procesos están muy débiles, y el tema del archivo en todas las entidades es igual. Si empezamos por el Municipio es un desastre total, si tuviera que definirlo en una palabra. Razón de lo anterior se dio la suspensión del (ex) secretario de Tránsito (Roberto Daza): precisamente por la falta del archivo y organización de los mismos. Nunca tienen ni encuentran nada.
Claro que sí: ¿qué transparencia puede mostrar la entidad si no tiene la información a la mano?
Ejecutar un buen plan de vigilancia. Debe entrar a determinar y desarrollar las auditorías que por ley cada año debe realizar. No solo eso, también el cumplimiento interno de la entidad.
La Contraloría municipal de Valledupar quedó bien parada: ante la Auditoría General de la Nación quedamos muy bien, hasta logramos la certificación porque administrativamente mejoramos y logramos subsanar y tener los procesos en el tiempo que debía ser.
Yo me he dedicado a leer las opiniones que tienen las personas sobre mi salida de la entidad y del 100 % de las opiniones, el 95 % son positivas. Ese 5 % podría decirse que son las personas que quieren ver presos a los señalados o que los castiguen, pero es que el alcance de la Contraloría de Valledupar no llega hasta allá, no somos la Fiscalía.
En ese sentido, mi labor llega hasta sacar un hallazgo, cobrar un recurso con fallos de responsabilidad fiscal. Esa es la labor: entrar a determinar qué hubo en esa entidad, y si hubo algo en materia fiscal cobrar un dinero, y nosotros lo hicimos, como el caso del alcalde, que el año pasado yo le dejé unas incidencias fiscales, pero eso tiene un proceso: se tiene que notificar, presentar unos descargos, mostrar evidenciaS y demás. Un proceso de responsabilidad fiscal puede tardar un año.
En varias ocasiones me juzgaron por no ejercer control sobre algunos temas, tal es el caso de Emdupar, la Casa en el Aire, la Plaza Alfonso López, y demás casos, pero nosotros no podemos participar en esos procesos porque nuestro control es posterior y por mucho que nos queramos pronunciar no lo podemos hacer.
La Contraloría, comparándola con los departamentos vecinos, quedó muy bien parada, quedó certificada, organizada y sin ningún proceso atrasado, incluyendo las denuncias, porque cuando entré a la Contraloría encontré traslados de hallazgos que tenían hasta 6 meses sin hacerlo. Hoy puedo decir que no existe ningún hallazgo que no esté en la Procuraduría y la Fiscalía, todos fueron trasladados de manera inmediata.
REDACCIÓN/EL PILÓN.