Durante los últimos días hemos venido desarrollando resúmenes del último documento presentado por Cesore. En este caso expondremos un resumen del capítulo ‘La economía urbana: circuitos económicos y generación de valor en las ciudades y nodos subregionales del Cesar’.
El Centro de Estudios Regionales, Cesore, presentó su último libro titulado ‘El Cesar, diversificación productiva para el postcarbón’, en el cual expertos en diferentes temas expusieron sus ideas y propuestas para el futuro económico de este departamento. Uno de los puntos clave lo explica el capítulo 8: ‘La economía urbana: circuitos económicos y generación de valor en las ciudades y nodos subregionales del Cesar’.
En primer lugar, explica el documento que al comparar la contribución de los sectores al producto interno bruto y al empleo del Cesar, se encuentra que las actividades económicas que más aportan al PIB “registran una participación relativamente menor en el empleo. El caso más sobresaliente es el de la minería, que pese a presentar la mayor contribución al PIB departamental (40,7 %), muestra una generación de puestos de trabajo mínima (0,9 %)”.
Al contrario, agrega, las actividades económicas que más generan empleos: comercio, transporte, alojamiento y restaurantes (37,1 %) y agricultura, ganadería y silvicultura (18,4 %), registraron una menor contribución relativa al valor agregado departamental (11,3% y 8,5%, respectivamente). ¿Cómo se entiende esto? Según los autores, esto es “síntoma de la baja productividad de esos sectores en el departamento y su asociación con una alta informalidad”.
Por otro lado, en el caso de Valledupar la estructura urbana muestra una composición del PIB totalmente diferente, “enfocada principalmente en el comercio y los servicios de bajo valor agregado”.
“Las actividades primarias (minería y agricultura), que representan el 50 % en el Cesar, tienen una participación marginal (suman menos del 5 % del PIB de la ciudad)”. Como es de conocimiento público, en la capital del departamento “predominan las actividades de comercio y servicios, siendo el comercio la actividad más intensiva en empleo”.
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Valledupar, al norte del territorio, contribuye con el 24,8 % al PIB departamental. Aguachica y San Martín, al sur del departamento, conforman un enclave económico de menor nivel que aporta el 9,1 % del PIB departamental.
“El valor agregado equivalente por cada habitante no corresponde al tamaño de la economía y la dinámica empresarial de los municipios, toda vez que la actividad carbonífera incrementa desproporcionadamente este indicador. Los municipios del Cesar que registraron un mayor PIB per cápita en el 2017 fueron Becerril (138 millones por persona), La Jagua de Ibirico (88 millones por persona) San Martín (40 millones por persona), Codazzi (35 millones por persona) y El Paso (28 millones por persona)”, aclara el informe.
Y es que con excepción de San Martín, estos municipios están ubicados en el centro del departamento, en el área de influencia de las minas de carbón existentes en el territorio. “Valledupar, por su parte, registró el décimo mayor PIB per cápita del Cesar, con 10,5 millones de pesos por habitante, valor considerablemente inferior al presentado por los municipios ubicados en las zonas mineras”.
Otro dato importante de este trabajo es la ubicación del tejido empresarial y el empleo formal de Valledupar. “Al analizar la ubicación geográfica de las empresas activas registradas en la Cámara de Comercio de Valledupar en el 2020,2 se encuentra una estructura monocéntrica con una concentración espacial en las manzanas del centro histórico de la ciudad y sus áreas adyacentes (especialmente entre las calles doce y veintiuna y entre las carreras quinta y diecinueve)”, señalan los especialistas.
Adicionalmente se visualizan aglomeraciones de empresas “en las manzanas donde se ubican el Centro Comercial Guatapurí Plaza (al norte de la ciudad) y el Centro Comercial Mayales Plaza (en el centro-oriente de la ciudad)”.
Por último, el estudio dedica un espacio para explicar cómo el empleo formal está altamente concentrado en Valledupar, pero las mayores tasas de participación y ocupación laboral están en el sur del departamento.
Empiezan indicando que gracias al Censo Nacional de Población 2018 es posible aproximarse al mercado de trabajo de los municipios del Cesar. El primer hecho revelador que muestran es que los municipios con las tasas de participación y de ocupación laboral más altas se ubican en el sur del departamento: San Martín (72,8 % y 66,0 %, respectivamente), San Alberto (72,5 % y 68,0 %) y Aguachica (70,7 % y 63,6 %).
“Esto significa que en estos territorios existe un mayor número relativo de personas que participan en el mercado de trabajo y que efectivamente se encuentran ocupadas en un empleo, respectivamente, hechos que sorprenden dado el menor tamaño de estos municipios y la importancia de la economía de Valledupar y de los territorios carboníferos del centro del departamento”, concluye el estudio.
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Mientras que al analizar la tasa de desempleo de los municipios del Cesar, es decir, “el número relativo de personas que se encuentran en el mercado de trabajo porque desean laborar pero no han encontrado trabajo, los municipios que registran los mayores niveles de desempleo, Gamarra (23,6%), San Diego (15,3%), La Gloria (14,6%), Astrea (13,9%), Chiriguaná (12,8%), Pailitas (12,7%) y Becerril (12,2%), no presentan patrones de localización claros, aunque pareciese haber un cierto nivel de desempleo relativamente alto en el centro del departamento, en el área de influencia de las minas de carbón”.
En ese sentido, con la información registrada de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA) es posible conocer cuántos trabajadores del Cesar son formales por cumplir los requisitos establecidos en la normatividad, es decir, “cuántos están afiliados simultáneamente a los sistemas de salud (régimen contributivo), pensiones y riesgos laborales. Como era de esperarse, el empleo formal del departamento está altamente concentrado en Valledupar, toda vez que prácticamente 3 de cada 4 ocupados con afiliación a los sistemas de seguridad social se ubica allí (73,8%). Aunque en una menor magnitud, Aguachica (8,0%), Codazzi (2,5%), Bosconia (2,2%), El Paso (1,5%) y La Jagua de Ibirico (1,4%) también registran porcentajes importantes para el departamento”.
Por eso, concluyen que la concentración del empleo formal en el Cesar es tal que con los 6 municipios que han sido mencionados “se explican 9 de cada 10 empleos formales del departamento”.
Para los analistas, la reconversión y diversificación productiva del Cesar “pasó de ser una aspiración de mediano y largo plazo a una necesidad imperiosa de corto plazo, ante la cual el departamento está rezagado y mal preparado”.
“El desarrollo de las economías urbanas de los principales nodos del departamento requerirá una serie de elementos habilitantes, fundamentales, de carácter transversal. El propósito no es detallar propuestas, pero sí es importante mencionarlas. Sin el avance en estos habilitantes el desarrollo de sectores alternativos en torno a los principales municipios del departamento no será posible. Entre estos podemos mencionar los siguientes: infraestructura para la conectividad, infraestructura de servicios públicos básicos, educación básica y secundaria de calidad e instituciones de soporte”, recomienda el documento.
Este capítulo fue construido por Alfredo Bateman (economista, magister en economía y director de UrbanPro); Felipe Dussán Zuluaga (economista, especialista en economía urbana e investigador asociado de UrbanPro) y con el apoyo del consultor regional en economía urbana Raúl Villegas. El libro completo lo puede encontrar en https://cesore.com/.
Por: Redacción EL PILÓN
Durante los últimos días hemos venido desarrollando resúmenes del último documento presentado por Cesore. En este caso expondremos un resumen del capítulo ‘La economía urbana: circuitos económicos y generación de valor en las ciudades y nodos subregionales del Cesar’.
El Centro de Estudios Regionales, Cesore, presentó su último libro titulado ‘El Cesar, diversificación productiva para el postcarbón’, en el cual expertos en diferentes temas expusieron sus ideas y propuestas para el futuro económico de este departamento. Uno de los puntos clave lo explica el capítulo 8: ‘La economía urbana: circuitos económicos y generación de valor en las ciudades y nodos subregionales del Cesar’.
En primer lugar, explica el documento que al comparar la contribución de los sectores al producto interno bruto y al empleo del Cesar, se encuentra que las actividades económicas que más aportan al PIB “registran una participación relativamente menor en el empleo. El caso más sobresaliente es el de la minería, que pese a presentar la mayor contribución al PIB departamental (40,7 %), muestra una generación de puestos de trabajo mínima (0,9 %)”.
Al contrario, agrega, las actividades económicas que más generan empleos: comercio, transporte, alojamiento y restaurantes (37,1 %) y agricultura, ganadería y silvicultura (18,4 %), registraron una menor contribución relativa al valor agregado departamental (11,3% y 8,5%, respectivamente). ¿Cómo se entiende esto? Según los autores, esto es “síntoma de la baja productividad de esos sectores en el departamento y su asociación con una alta informalidad”.
Por otro lado, en el caso de Valledupar la estructura urbana muestra una composición del PIB totalmente diferente, “enfocada principalmente en el comercio y los servicios de bajo valor agregado”.
“Las actividades primarias (minería y agricultura), que representan el 50 % en el Cesar, tienen una participación marginal (suman menos del 5 % del PIB de la ciudad)”. Como es de conocimiento público, en la capital del departamento “predominan las actividades de comercio y servicios, siendo el comercio la actividad más intensiva en empleo”.
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Valledupar, al norte del territorio, contribuye con el 24,8 % al PIB departamental. Aguachica y San Martín, al sur del departamento, conforman un enclave económico de menor nivel que aporta el 9,1 % del PIB departamental.
“El valor agregado equivalente por cada habitante no corresponde al tamaño de la economía y la dinámica empresarial de los municipios, toda vez que la actividad carbonífera incrementa desproporcionadamente este indicador. Los municipios del Cesar que registraron un mayor PIB per cápita en el 2017 fueron Becerril (138 millones por persona), La Jagua de Ibirico (88 millones por persona) San Martín (40 millones por persona), Codazzi (35 millones por persona) y El Paso (28 millones por persona)”, aclara el informe.
Y es que con excepción de San Martín, estos municipios están ubicados en el centro del departamento, en el área de influencia de las minas de carbón existentes en el territorio. “Valledupar, por su parte, registró el décimo mayor PIB per cápita del Cesar, con 10,5 millones de pesos por habitante, valor considerablemente inferior al presentado por los municipios ubicados en las zonas mineras”.
Otro dato importante de este trabajo es la ubicación del tejido empresarial y el empleo formal de Valledupar. “Al analizar la ubicación geográfica de las empresas activas registradas en la Cámara de Comercio de Valledupar en el 2020,2 se encuentra una estructura monocéntrica con una concentración espacial en las manzanas del centro histórico de la ciudad y sus áreas adyacentes (especialmente entre las calles doce y veintiuna y entre las carreras quinta y diecinueve)”, señalan los especialistas.
Adicionalmente se visualizan aglomeraciones de empresas “en las manzanas donde se ubican el Centro Comercial Guatapurí Plaza (al norte de la ciudad) y el Centro Comercial Mayales Plaza (en el centro-oriente de la ciudad)”.
Por último, el estudio dedica un espacio para explicar cómo el empleo formal está altamente concentrado en Valledupar, pero las mayores tasas de participación y ocupación laboral están en el sur del departamento.
Empiezan indicando que gracias al Censo Nacional de Población 2018 es posible aproximarse al mercado de trabajo de los municipios del Cesar. El primer hecho revelador que muestran es que los municipios con las tasas de participación y de ocupación laboral más altas se ubican en el sur del departamento: San Martín (72,8 % y 66,0 %, respectivamente), San Alberto (72,5 % y 68,0 %) y Aguachica (70,7 % y 63,6 %).
“Esto significa que en estos territorios existe un mayor número relativo de personas que participan en el mercado de trabajo y que efectivamente se encuentran ocupadas en un empleo, respectivamente, hechos que sorprenden dado el menor tamaño de estos municipios y la importancia de la economía de Valledupar y de los territorios carboníferos del centro del departamento”, concluye el estudio.
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Mientras que al analizar la tasa de desempleo de los municipios del Cesar, es decir, “el número relativo de personas que se encuentran en el mercado de trabajo porque desean laborar pero no han encontrado trabajo, los municipios que registran los mayores niveles de desempleo, Gamarra (23,6%), San Diego (15,3%), La Gloria (14,6%), Astrea (13,9%), Chiriguaná (12,8%), Pailitas (12,7%) y Becerril (12,2%), no presentan patrones de localización claros, aunque pareciese haber un cierto nivel de desempleo relativamente alto en el centro del departamento, en el área de influencia de las minas de carbón”.
En ese sentido, con la información registrada de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA) es posible conocer cuántos trabajadores del Cesar son formales por cumplir los requisitos establecidos en la normatividad, es decir, “cuántos están afiliados simultáneamente a los sistemas de salud (régimen contributivo), pensiones y riesgos laborales. Como era de esperarse, el empleo formal del departamento está altamente concentrado en Valledupar, toda vez que prácticamente 3 de cada 4 ocupados con afiliación a los sistemas de seguridad social se ubica allí (73,8%). Aunque en una menor magnitud, Aguachica (8,0%), Codazzi (2,5%), Bosconia (2,2%), El Paso (1,5%) y La Jagua de Ibirico (1,4%) también registran porcentajes importantes para el departamento”.
Por eso, concluyen que la concentración del empleo formal en el Cesar es tal que con los 6 municipios que han sido mencionados “se explican 9 de cada 10 empleos formales del departamento”.
Para los analistas, la reconversión y diversificación productiva del Cesar “pasó de ser una aspiración de mediano y largo plazo a una necesidad imperiosa de corto plazo, ante la cual el departamento está rezagado y mal preparado”.
“El desarrollo de las economías urbanas de los principales nodos del departamento requerirá una serie de elementos habilitantes, fundamentales, de carácter transversal. El propósito no es detallar propuestas, pero sí es importante mencionarlas. Sin el avance en estos habilitantes el desarrollo de sectores alternativos en torno a los principales municipios del departamento no será posible. Entre estos podemos mencionar los siguientes: infraestructura para la conectividad, infraestructura de servicios públicos básicos, educación básica y secundaria de calidad e instituciones de soporte”, recomienda el documento.
Este capítulo fue construido por Alfredo Bateman (economista, magister en economía y director de UrbanPro); Felipe Dussán Zuluaga (economista, especialista en economía urbana e investigador asociado de UrbanPro) y con el apoyo del consultor regional en economía urbana Raúl Villegas. El libro completo lo puede encontrar en https://cesore.com/.
Por: Redacción EL PILÓN