Los ciudadanos manifestaron que las tarifas no van acordes con los servicios de limpieza, ya que muchos sectores de la capital del Cesar sufren por la acumulación de basuras.
Son muchas las quejas por parte de la comunidad de diferentes sectores de Valledupar, debido al aumento en la tarifa que pagan por la prestación de los servicios de aseo.
El pasado 7 de septiembre Aseo del Norte anunció las modificaciones en el costo del servicio de acuerdo a lo establecido por la Comisión de Regulación de Acueducto y Saneamiento Básico. Sin embargo, la percepción que tienen los vallenatos es que el monto que están pagando no se ve reflejado en la limpieza de la ciudad.
En el primer semestre del año los usuarios de los estratos 1, 2 y 3 pagaban entre 28 mil y 36 mil pesos por el servicio. Tras la modificación, las nuevas tarifas oscilan entre 30 mil y 38 mil pesos, es decir, que aumentaron casi 3 mil pesos en lo que va del año, mientras que el servicio sigue siendo el mismo.
Al respecto, el vocal de control de servicios públicos domiciliarios, Erney Galván, sostuvo que es necesario revisar la calidad en la prestación de dicho servicio. “La queja general es por el costo de las tarifas, pero también con la prestación del servicio, sobre todo el barrido y la limpieza de la ciudad que la vemos convertida en un botadero a cielo abierto por falta de control a los infractores y la debilidad de la empresa”, expresó.
Cabe anotar que esta inconformidad se ha manifestado al municipio en reiteradas ocasiones, sin embargo, la comunidad señala que es poco lo que se ha logrado. “El año pasado en mesa de trabajo con la Alcaldía, Personería, Superservicios y otras organizaciones, se expuso la situación, pero a pesar de los compromisos no se ve una mejora”, señaló Galván.
Por eso, hizo un nuevo llamado para que las autoridades municipales soliciten una revisión a las tarifas en Valledupar y se dé claridad a los usuarios sobre los costos de la prestación del servicio.
¿QUÉ DICE ASEO DEL NORTE?
Mauricio Muriel, Gerente de Aseo del Norte, explicó que el valor de las tarifas no es impuesto por la empresa, sino que “se mide por el servicio que recibe la ciudad en general”.
“En todas las zonas que son atendidas por nosotros se calcula de acuerdo a lo que indica la Comisión y depende de las actividades operativas que se realicen, los kilómetros de barridos que se recogen en la ciudad, la cantidad de toneladas de basura que se recogen, las podas, cortes de césped y demás”, dijo Muriel.
Además, señaló que el tope máximo que se permite por ley para el estrato 1 es el 70% para subsidios y Valledupar recibe actualmente el 22%. “Hay una brecha importante entre lo que establece la normativa y lo que actualmente tiene la ciudad”, afirmó el gerente.
En ese sentido, manifestó que la administración municipal y el Concejo están realizando un acuerdo que les permita solicitar al Gobierno nacional una mayor cantidad de recursos para Valledupar y de esa manera “lograr que los estratos 1, 2 y 3 tengan subsidios más altos y, por ende, la tarifa final que vea reflejada el usuario en los recibos sea menor”.
De conformidad con el artículo 128 de la Ley 142 de 1994, la empresa presta los servicios públicos al usuario a cambio de un precio y, de otra parte, la misma Constitución, tratándose de los servicios públicos domiciliarios, alude a un régimen tarifario que ha de tomar en cuenta criterios de costos, solidaridad social y redistribución de ingresos.
De igual manera, la Carta Fundamental dispone que atañe a la ley la determinación de las autoridades competentes para fijar las tarifas y autoriza a la nación, departamentos, distritos, municipios y entidades descentralizadas para que, en sus respectivos presupuestos, concedan subsidios a las personas de menores ingresos a fin de que puedan pagar las tarifas de los servicios públicos domiciliarios que cubran sus necesidades básicas. De modo que, los usuarios tienen el derecho a recibir el servicio por parte de la empresa prestadora, en forma continua y de buena calidad a cambio del valor de la tarifa que pagan, la cual debe ajustarse, a la metodología establecida por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico.
La falta de cultura ciudadana y la informalidad han impactado negativamente en la preservación de la una ciudad limpia. En Valledupar el arrojo de basuras se ha vuelto costumbre, dejando a un lado el reconocimiento de ser una de las ciudades más limpias del país.
Otra de las problemáticas es la falta de control por parte del municipio hacia los carromuleros, quienes se han dado a la tarea de cobrar por recoger los residuos de podas y escombros que tienen como destino ser arrojados a cualquier lote de la ciudad. Sobre el tema, el gerente de Aseo del Norte aclaró que hay varios puntos críticos que competen directamente al municipio. Y agregó que, aunque el trabajo se está haciendo, se dificulta por las actividades ilegales.
“Los operarios limpian los lotes, pero a los dos días están llenos de residuos de podas. Ese es el lunar que tiene el servicio de aseo y refleja un impacto negativo en la percepción de la ciudadanía”, señaló.
Algunos de los puntos críticos son el Pabellón del pescado, el barrio Brisas de la Popa, la carrera 44, las mallas del aeropuerto y algunos sectores de la avenida Los Militares, entre otros.
De acuerdo con Erney Galván, vocal de control de los servicios públicos domiciliarios, algunas de las estrategias que se podrían implementar para una mejor prestación del servicio son:
-Disminuir las cargas que recibe el relleno a través de campañas de separación en la fuente y promover un adecuado manejo de los residuos sólidos.
-Impulsar la economía circular para darle mayor tiempo de utilidad a los residuos aprovechables y orgánicos.
-Incentivar a los usuarios para que pongan en práctica la separación en la fuente.
-Promover recursos y campañas para el uso adecuado y disposición final de residuos sólidos.
Por Andreina Galvez / EL PILÓN
Los ciudadanos manifestaron que las tarifas no van acordes con los servicios de limpieza, ya que muchos sectores de la capital del Cesar sufren por la acumulación de basuras.
Son muchas las quejas por parte de la comunidad de diferentes sectores de Valledupar, debido al aumento en la tarifa que pagan por la prestación de los servicios de aseo.
El pasado 7 de septiembre Aseo del Norte anunció las modificaciones en el costo del servicio de acuerdo a lo establecido por la Comisión de Regulación de Acueducto y Saneamiento Básico. Sin embargo, la percepción que tienen los vallenatos es que el monto que están pagando no se ve reflejado en la limpieza de la ciudad.
En el primer semestre del año los usuarios de los estratos 1, 2 y 3 pagaban entre 28 mil y 36 mil pesos por el servicio. Tras la modificación, las nuevas tarifas oscilan entre 30 mil y 38 mil pesos, es decir, que aumentaron casi 3 mil pesos en lo que va del año, mientras que el servicio sigue siendo el mismo.
Al respecto, el vocal de control de servicios públicos domiciliarios, Erney Galván, sostuvo que es necesario revisar la calidad en la prestación de dicho servicio. “La queja general es por el costo de las tarifas, pero también con la prestación del servicio, sobre todo el barrido y la limpieza de la ciudad que la vemos convertida en un botadero a cielo abierto por falta de control a los infractores y la debilidad de la empresa”, expresó.
Cabe anotar que esta inconformidad se ha manifestado al municipio en reiteradas ocasiones, sin embargo, la comunidad señala que es poco lo que se ha logrado. “El año pasado en mesa de trabajo con la Alcaldía, Personería, Superservicios y otras organizaciones, se expuso la situación, pero a pesar de los compromisos no se ve una mejora”, señaló Galván.
Por eso, hizo un nuevo llamado para que las autoridades municipales soliciten una revisión a las tarifas en Valledupar y se dé claridad a los usuarios sobre los costos de la prestación del servicio.
¿QUÉ DICE ASEO DEL NORTE?
Mauricio Muriel, Gerente de Aseo del Norte, explicó que el valor de las tarifas no es impuesto por la empresa, sino que “se mide por el servicio que recibe la ciudad en general”.
“En todas las zonas que son atendidas por nosotros se calcula de acuerdo a lo que indica la Comisión y depende de las actividades operativas que se realicen, los kilómetros de barridos que se recogen en la ciudad, la cantidad de toneladas de basura que se recogen, las podas, cortes de césped y demás”, dijo Muriel.
Además, señaló que el tope máximo que se permite por ley para el estrato 1 es el 70% para subsidios y Valledupar recibe actualmente el 22%. “Hay una brecha importante entre lo que establece la normativa y lo que actualmente tiene la ciudad”, afirmó el gerente.
En ese sentido, manifestó que la administración municipal y el Concejo están realizando un acuerdo que les permita solicitar al Gobierno nacional una mayor cantidad de recursos para Valledupar y de esa manera “lograr que los estratos 1, 2 y 3 tengan subsidios más altos y, por ende, la tarifa final que vea reflejada el usuario en los recibos sea menor”.
De conformidad con el artículo 128 de la Ley 142 de 1994, la empresa presta los servicios públicos al usuario a cambio de un precio y, de otra parte, la misma Constitución, tratándose de los servicios públicos domiciliarios, alude a un régimen tarifario que ha de tomar en cuenta criterios de costos, solidaridad social y redistribución de ingresos.
De igual manera, la Carta Fundamental dispone que atañe a la ley la determinación de las autoridades competentes para fijar las tarifas y autoriza a la nación, departamentos, distritos, municipios y entidades descentralizadas para que, en sus respectivos presupuestos, concedan subsidios a las personas de menores ingresos a fin de que puedan pagar las tarifas de los servicios públicos domiciliarios que cubran sus necesidades básicas. De modo que, los usuarios tienen el derecho a recibir el servicio por parte de la empresa prestadora, en forma continua y de buena calidad a cambio del valor de la tarifa que pagan, la cual debe ajustarse, a la metodología establecida por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico.
La falta de cultura ciudadana y la informalidad han impactado negativamente en la preservación de la una ciudad limpia. En Valledupar el arrojo de basuras se ha vuelto costumbre, dejando a un lado el reconocimiento de ser una de las ciudades más limpias del país.
Otra de las problemáticas es la falta de control por parte del municipio hacia los carromuleros, quienes se han dado a la tarea de cobrar por recoger los residuos de podas y escombros que tienen como destino ser arrojados a cualquier lote de la ciudad. Sobre el tema, el gerente de Aseo del Norte aclaró que hay varios puntos críticos que competen directamente al municipio. Y agregó que, aunque el trabajo se está haciendo, se dificulta por las actividades ilegales.
“Los operarios limpian los lotes, pero a los dos días están llenos de residuos de podas. Ese es el lunar que tiene el servicio de aseo y refleja un impacto negativo en la percepción de la ciudadanía”, señaló.
Algunos de los puntos críticos son el Pabellón del pescado, el barrio Brisas de la Popa, la carrera 44, las mallas del aeropuerto y algunos sectores de la avenida Los Militares, entre otros.
De acuerdo con Erney Galván, vocal de control de los servicios públicos domiciliarios, algunas de las estrategias que se podrían implementar para una mejor prestación del servicio son:
-Disminuir las cargas que recibe el relleno a través de campañas de separación en la fuente y promover un adecuado manejo de los residuos sólidos.
-Impulsar la economía circular para darle mayor tiempo de utilidad a los residuos aprovechables y orgánicos.
-Incentivar a los usuarios para que pongan en práctica la separación en la fuente.
-Promover recursos y campañas para el uso adecuado y disposición final de residuos sólidos.
Por Andreina Galvez / EL PILÓN