El encuentro tuvo lugar en el Centro de Desarrollo Tecnológico ganadero, CDT, en el cual, a las afueras, los trabajadores del Idreec realizaron una protesta pacífica para rechazar la indiferencia, según ellos, que ha tenido la Gobernación con la crisis de esa institución.
La crisis financiera y administrativa que viven el Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, y el Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial del Cesar, Idreec, ha desencadenado innumerables protestas, las cuales han sido elevadas al orden nacional con el fin de buscar una salida para preservar las instituciones y recibir el pago de sus honorarios.
Este viernes 23 de julio, el superintendente nacional de Salud, Fabio Aristizábal; el viceministro de Salud, Luis Alexander Moscoso; y el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, realizaron una mesa de trabajo con la cual buscaron determinar las medidas que se tomarán para iniciar un plan de salvamento para los dos centros médicos.
Debido a la lamentable situación que presentan estas dos entidades, no hay muchas alternativas para salvarlos, por ende las soluciones fueron expuestas de manera puntual.
Los problemas del HRPL están directamente relacionados a la facturación de atención a personas venezolanas y la migración de las Empresas Prestadoras de Servicios, EPS, al sector privado; por ende, es importante que las EPS contraten el porcentaje correspondiente con la red pública, de esa manera se garantizará la existencia de ellos; por otra parte, el Gobierno nacional deberá pagar los casi 30 mil millones de pesos que le adeuda a la ESE por atención a los migrantes.
Su inviabilidad financiera se evidencia en que mientras en el 2019 recaudaba 80 mil millones de pesos, para el año 2020 facturaba $48 mil millones, este año no alcanzaría los $35 mil millones. Ante este diagnóstico, el hospital será sometido a un plan de reestructuración de pasivos, el cual le permitirá hacer una reorganización interna y a la vez, una estructuración con los acreedores para darle viabilidad y soporte.
“No tenemos muchas alternativas ni opciones, lo que hemos planteado es poner el hospital en un plan de reestructuración de pasivos. Lo que hará la Superintendencia Nacional de Salud, una vez llegue la solicitud por parte del ente territorial, es nombrar un promotor que haga todo ese análisis de los pasivos que tenga el hospital y los acuerdos de pago”, acotó por su lado el superintendente.
Aristizabal añadió que hace un año y medio expuso dos alternativas para resolver la crisis del hospital: la liquidación y la reestructuración de pasivos. “Hoy estamos en el camino de esta última”.
Ante esto, Monsalvo indicó que ‘salvar’ al Rosario Pumarejo es responsabilidad de todos: “Tienen que apoyarnos las EPS, el cuerpo médico con todos los temas laborales, necesitamos que se definan unas actividades desde la gerencia y el Gobierno nacional debe pagar las cuentas adeudadas frente a la atención de migrantes”.
La crisis del Idreec parece ser más compleja, debido a que la no venta de servicios se reflejan en los casi tres años sin pago de salario que presentan los empleados. Este instituto factura solo $2 millones, según explicó Monsalvo, y su nómina cuesta $200 millones al mes; por consiguiente se requieren intervenciones y medidas de fondo para lograr un equilibrio en la institución.
La propuesta de la Superintendencia fue la liquidación; sin embargo, Monsalvo manifestó la posibilidad de cambiar la trazabilidad jurídica.
“Vamos a buscar la forma de también incluir este tema (haciendo referencia al Idreec) en las mesas que vamos a realizar. La responsabilidad del ente de poder vender un servicio de calidad a las EPS no ha sido fácil, porque el sector privado vende un servicio que le interesa más a las EPS”, puntualizó Monsalvo.
Por su parte, los trabajadores del Idreec mostraron su descontento por la no invitación a la mesa de trabajo, ya que son ellos los directamente afectados, por tanto, evidenciaron su posición mediante una protesta pacífica a las afueras del CDT Ganadero. “Suelten esas cadenas de angustia, desesperación y hambre”, con esas arengas los empleados del instituto expusieron su clamor.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN.
[email protected]
El encuentro tuvo lugar en el Centro de Desarrollo Tecnológico ganadero, CDT, en el cual, a las afueras, los trabajadores del Idreec realizaron una protesta pacífica para rechazar la indiferencia, según ellos, que ha tenido la Gobernación con la crisis de esa institución.
La crisis financiera y administrativa que viven el Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, y el Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial del Cesar, Idreec, ha desencadenado innumerables protestas, las cuales han sido elevadas al orden nacional con el fin de buscar una salida para preservar las instituciones y recibir el pago de sus honorarios.
Este viernes 23 de julio, el superintendente nacional de Salud, Fabio Aristizábal; el viceministro de Salud, Luis Alexander Moscoso; y el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, realizaron una mesa de trabajo con la cual buscaron determinar las medidas que se tomarán para iniciar un plan de salvamento para los dos centros médicos.
Debido a la lamentable situación que presentan estas dos entidades, no hay muchas alternativas para salvarlos, por ende las soluciones fueron expuestas de manera puntual.
Los problemas del HRPL están directamente relacionados a la facturación de atención a personas venezolanas y la migración de las Empresas Prestadoras de Servicios, EPS, al sector privado; por ende, es importante que las EPS contraten el porcentaje correspondiente con la red pública, de esa manera se garantizará la existencia de ellos; por otra parte, el Gobierno nacional deberá pagar los casi 30 mil millones de pesos que le adeuda a la ESE por atención a los migrantes.
Su inviabilidad financiera se evidencia en que mientras en el 2019 recaudaba 80 mil millones de pesos, para el año 2020 facturaba $48 mil millones, este año no alcanzaría los $35 mil millones. Ante este diagnóstico, el hospital será sometido a un plan de reestructuración de pasivos, el cual le permitirá hacer una reorganización interna y a la vez, una estructuración con los acreedores para darle viabilidad y soporte.
“No tenemos muchas alternativas ni opciones, lo que hemos planteado es poner el hospital en un plan de reestructuración de pasivos. Lo que hará la Superintendencia Nacional de Salud, una vez llegue la solicitud por parte del ente territorial, es nombrar un promotor que haga todo ese análisis de los pasivos que tenga el hospital y los acuerdos de pago”, acotó por su lado el superintendente.
Aristizabal añadió que hace un año y medio expuso dos alternativas para resolver la crisis del hospital: la liquidación y la reestructuración de pasivos. “Hoy estamos en el camino de esta última”.
Ante esto, Monsalvo indicó que ‘salvar’ al Rosario Pumarejo es responsabilidad de todos: “Tienen que apoyarnos las EPS, el cuerpo médico con todos los temas laborales, necesitamos que se definan unas actividades desde la gerencia y el Gobierno nacional debe pagar las cuentas adeudadas frente a la atención de migrantes”.
La crisis del Idreec parece ser más compleja, debido a que la no venta de servicios se reflejan en los casi tres años sin pago de salario que presentan los empleados. Este instituto factura solo $2 millones, según explicó Monsalvo, y su nómina cuesta $200 millones al mes; por consiguiente se requieren intervenciones y medidas de fondo para lograr un equilibrio en la institución.
La propuesta de la Superintendencia fue la liquidación; sin embargo, Monsalvo manifestó la posibilidad de cambiar la trazabilidad jurídica.
“Vamos a buscar la forma de también incluir este tema (haciendo referencia al Idreec) en las mesas que vamos a realizar. La responsabilidad del ente de poder vender un servicio de calidad a las EPS no ha sido fácil, porque el sector privado vende un servicio que le interesa más a las EPS”, puntualizó Monsalvo.
Por su parte, los trabajadores del Idreec mostraron su descontento por la no invitación a la mesa de trabajo, ya que son ellos los directamente afectados, por tanto, evidenciaron su posición mediante una protesta pacífica a las afueras del CDT Ganadero. “Suelten esas cadenas de angustia, desesperación y hambre”, con esas arengas los empleados del instituto expusieron su clamor.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN.
[email protected]