En el 2014 entre la administración municipal de Valledupar de ese entonces y el Ministerio de Relaciones Exteriores se firmó un convenio para construir un sistema de acueducto y alcantarillado en el corregimiento de Villa Germania; sin embargo, hasta la fecha esa obra no se ha cristalizado.
Los habitantes del corregimiento de Villa Germania, jurisdicción de Valledupar, denunciaron que en esa localidad nunca ha gozado del servicio de agua potable, señalando que las obsoletas redes que hay en la zona extraen el agua de la quebrada La Marquetalia, fuente hídrica cercana a ese corregimiento, pero no pasa por un proceso de tratamiento, por lo que causa enfermedades gastrointestinales en los pobladores de la zona.
Así lo dio a conocer Navis Ruizdíaz, inspector de Policía de Villa Germania, quien aseveró que los adultos mayores y los infantes han sido los principales afectados por consumir el agua de la quebrada sin el debido tratamiento. Comentó que es la única forma de obtener el preciado líquido en ese territorio debido a que no hay un sistema de acueducto ni planta que supla la necesidad de agua potable de los 300 habitantes de ese corregimiento.
“Las redes están obsoletas, en su mayoría no funcionan y de donde se extrae el preciado líquido es de una quebrada. El agua que llega a pocos lugares del corregimiento es sin tratamiento, por lo que trae muchos residuos y contaminantes que han enfermado a la población. Es inconcebible que un corregimiento de casi 40 años no cuente con un servicio tan básico como lo es el agua potable”, manifestó Ruizdíaz.
De acuerdo con los pobladores, en sus casas acumulan tanques y tinajas con agua de la quebrada Marquetalia para lavar, cocinar y hacer el resto de labores domésticas porque no todos cuentan con la capacidad económica y el tiempo para viajar a Valledupar a comprar agua.
En ese sentido, Paula Vega, residente de Villa Germanía, aseveró que viaja a la capital del Cesar de cuatro a cinco veces al mes para comprar el preciado líquido porque el agua de la quebrada le causó dolores estomacales por casi dos semanas. Por tal razón ella y su esposo solo consumen agua proveniente de Valledupar. Acotó que el viaje es agotador porque para llegar al corregimiento las vías son de difícil acceso.
“Voy a Valledupar a comprar agua porque mi cuerpo no resiste la que viene de la quebrada. Me traigo varios galones de agua que me cuestan de $20.000 a $30.000, dependiendo de los litros que lleve. No todos pueden viajar a Valledupar porque les sale costoso, tienen que incluir el pasaje, la carga y el precio del agua, por eso a muchos les toca tomar agua de la quebrada”, argumentó Vega.
Señaló que la yuca, el plátano y el tomate que vende a duras penas alcanza a cubrir lo que gasta en transporte y en la compra del agua. Esta trabajadora del campo aseveró que la falta de agua potable no solo afecta la salud de los pobladores, sino que también contribuye al atraso y al abandono que sienten por parte de los entes gubernamentales.
Esta población que fue víctima de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, y luego de los paramilitares entre la década de los 80 y 90, también tiene dificultades en el servicio de saneamiento básico. El alcantarillado de la localidad tiene unas redes obsoletas que están obstruidas en un 80 %, y las aguas servidas que son transportadas por la poca tubería que funciona son vertidas en el río Diluvio, según el inspector de Policía de la localidad.
Ruizdíaz comentó que el alcantarillado en el corregimiento está en muy malas condiciones, casi no funciona y está causando la contaminación del río Diluvio, cuenca hídrica que es utilizada por la mayoría de los trabajadores del campo para los cultivos. Debido al impacto ambiental que está generando el vertimiento de las aguas servidas, o aguas residuales domésticas, y la necesidad de un sistema de alcantarillado en óptimas condiciones para la población, la Cancillería Británica financió un estudio sobre el alcantarillado de este sector de Valledupar.
“La Cancillería Británica financió unos estudios para 12 corregimientos de Valledupar, incluyendo algunos de las estribaciones de la Sierra Nevada como Villa Germania. Ya se está concluyendo el estudio del alcantarillado y ahora le tocaría la ejecución al municipio cuando asigne la disponibilidad presupuestal para ello”, explicó Ruízdíaz.
Agregó que la población también espera que una vez sea finalizado el estudio el Gobierno nacional asigne los recursos para la construcción del alcantarillado por medio de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET.
El diario EL PILÓN intentó comunicarse con el secretario de Obras Públicas de Valledupar, Efraín Quintero, para conocer si tiene conocimiento de las denuncias de los habitantes de Villa Germanía, pero resultó infructuoso porque no contestó las llamadas ni mensajes.
Namieh Baute Barrios / EL PILÓN
En el 2014 entre la administración municipal de Valledupar de ese entonces y el Ministerio de Relaciones Exteriores se firmó un convenio para construir un sistema de acueducto y alcantarillado en el corregimiento de Villa Germania; sin embargo, hasta la fecha esa obra no se ha cristalizado.
Los habitantes del corregimiento de Villa Germania, jurisdicción de Valledupar, denunciaron que en esa localidad nunca ha gozado del servicio de agua potable, señalando que las obsoletas redes que hay en la zona extraen el agua de la quebrada La Marquetalia, fuente hídrica cercana a ese corregimiento, pero no pasa por un proceso de tratamiento, por lo que causa enfermedades gastrointestinales en los pobladores de la zona.
Así lo dio a conocer Navis Ruizdíaz, inspector de Policía de Villa Germania, quien aseveró que los adultos mayores y los infantes han sido los principales afectados por consumir el agua de la quebrada sin el debido tratamiento. Comentó que es la única forma de obtener el preciado líquido en ese territorio debido a que no hay un sistema de acueducto ni planta que supla la necesidad de agua potable de los 300 habitantes de ese corregimiento.
“Las redes están obsoletas, en su mayoría no funcionan y de donde se extrae el preciado líquido es de una quebrada. El agua que llega a pocos lugares del corregimiento es sin tratamiento, por lo que trae muchos residuos y contaminantes que han enfermado a la población. Es inconcebible que un corregimiento de casi 40 años no cuente con un servicio tan básico como lo es el agua potable”, manifestó Ruizdíaz.
De acuerdo con los pobladores, en sus casas acumulan tanques y tinajas con agua de la quebrada Marquetalia para lavar, cocinar y hacer el resto de labores domésticas porque no todos cuentan con la capacidad económica y el tiempo para viajar a Valledupar a comprar agua.
En ese sentido, Paula Vega, residente de Villa Germanía, aseveró que viaja a la capital del Cesar de cuatro a cinco veces al mes para comprar el preciado líquido porque el agua de la quebrada le causó dolores estomacales por casi dos semanas. Por tal razón ella y su esposo solo consumen agua proveniente de Valledupar. Acotó que el viaje es agotador porque para llegar al corregimiento las vías son de difícil acceso.
“Voy a Valledupar a comprar agua porque mi cuerpo no resiste la que viene de la quebrada. Me traigo varios galones de agua que me cuestan de $20.000 a $30.000, dependiendo de los litros que lleve. No todos pueden viajar a Valledupar porque les sale costoso, tienen que incluir el pasaje, la carga y el precio del agua, por eso a muchos les toca tomar agua de la quebrada”, argumentó Vega.
Señaló que la yuca, el plátano y el tomate que vende a duras penas alcanza a cubrir lo que gasta en transporte y en la compra del agua. Esta trabajadora del campo aseveró que la falta de agua potable no solo afecta la salud de los pobladores, sino que también contribuye al atraso y al abandono que sienten por parte de los entes gubernamentales.
Esta población que fue víctima de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, y luego de los paramilitares entre la década de los 80 y 90, también tiene dificultades en el servicio de saneamiento básico. El alcantarillado de la localidad tiene unas redes obsoletas que están obstruidas en un 80 %, y las aguas servidas que son transportadas por la poca tubería que funciona son vertidas en el río Diluvio, según el inspector de Policía de la localidad.
Ruizdíaz comentó que el alcantarillado en el corregimiento está en muy malas condiciones, casi no funciona y está causando la contaminación del río Diluvio, cuenca hídrica que es utilizada por la mayoría de los trabajadores del campo para los cultivos. Debido al impacto ambiental que está generando el vertimiento de las aguas servidas, o aguas residuales domésticas, y la necesidad de un sistema de alcantarillado en óptimas condiciones para la población, la Cancillería Británica financió un estudio sobre el alcantarillado de este sector de Valledupar.
“La Cancillería Británica financió unos estudios para 12 corregimientos de Valledupar, incluyendo algunos de las estribaciones de la Sierra Nevada como Villa Germania. Ya se está concluyendo el estudio del alcantarillado y ahora le tocaría la ejecución al municipio cuando asigne la disponibilidad presupuestal para ello”, explicó Ruízdíaz.
Agregó que la población también espera que una vez sea finalizado el estudio el Gobierno nacional asigne los recursos para la construcción del alcantarillado por medio de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET.
El diario EL PILÓN intentó comunicarse con el secretario de Obras Públicas de Valledupar, Efraín Quintero, para conocer si tiene conocimiento de las denuncias de los habitantes de Villa Germanía, pero resultó infructuoso porque no contestó las llamadas ni mensajes.
Namieh Baute Barrios / EL PILÓN