Según el CRUE, en el departamento hay 221 ambulancias terrestres y fluviales, de las cuales 80 pertenecen a la red pública y 141 a la privada. No obstante, hay municipios que no cuentan con este servicio.
El sistema de salud es el conjunto de organizaciones, instituciones y recursos cuyo objetivo es asistir de manera oportuna a las personas, garantizando la vida del paciente. Por tanto, para prestar un buen servicio se requiere de un óptimo sistema de transporte que permita dar calidad y tiempo a los pacientes.
Según el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, CRUE, en todo el departamento hay 221 ambulancias terrestres y fluviales, de las cuales 80 pertenecen a la red pública y 141 a la privada. De las primeras, 73 son básicas y 7 medicalizadas; mientras que en la red privada 71 son básicas y 70 medicalizadas.
Sin embargo, parece ser que no son suficientes para abarcar todo el territorio del Cesar, ya que en el caso de Curumaní la secretaria de Salud, María Benilda Ascanio, contó que el municipio cuenta con 3 ambulancias, pero la pandemia ha afectado de manera negativa la optimización y funcionalidad de las mismas.
“Las constantes remisiones a diferentes destinos, dentro y fuera del departamento, ha originado que hoy solo se cuente con 1 ambulancia para suplir toda la demanda, situación que ha obligado a requerir el servicio de los municipios vecinos para llevar a cabo el traslado. El hospital registra siete 7 remisiones diarias, lo cual ahonda en la crisis del parque automotor”, indicó.
Hace unos días el gobernador Luis Alberto Monsalvo anunció que el departamento va a adquirir 15 ambulancias, de las cuales 11 serán básicas y 4 medicalizadas. El proyecto tuvo un costo de 3.675 millones de pesos, provenientes de regalías del Fondo de Compensación Regional y del Ministerio de Salud y Protección Social.
Aguachica, Agustín Codazzi, Astrea, Chiriguaná, Curumaní, El Copey, El Paso, Gamarra, González, Pailitas, Río de Oro, San Alberto, San Diego, San Martín, Tamalameque y Valledupar se verían beneficiados con la adquisición.
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El Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, CRUE, actualmente se encuentra realizando unas visitas técnicas en el sur del departamento con el fin de inspeccionar que las ambulancias en la distintas redes hospitalarias estén prestando un servicio eficiente y eficaz.
Según informó Edita Portillo, coordinadora del CRUE, esas visitas no son avisadas previamente, a fin de encontrar el estado real; sin embargo, un conductor de ambulancias, el cual desea reservar su identidad, explicó que “si no avisaran vieran lo que es la realidad, porque hay ambulancias que no funcionan”. Además manifestó que las ESE ‘maquillan’ el estado de los vehículos y cuando terminan las visitas vuelven a la realidad.
“Muestran las más bonita de cada ESE. ¿Por qué no muestran las ambulancias de La Paz? esas no tienen nada y ponen en riesgo la vida de las personas”, añadió.
No es novedad que en Valledupar y el resto del departamento algunos temas se conviertan en polémicos o en negocios jugosamente lucrativos. Poco se habla de las ‘mafias’ de las ambulancias, las cuales por recoger y atender a un paciente herido en un accidente de tránsito se estarían ganando una comisión que alcanza los 200 mil pesos.
Este es un cuantioso negocio, por eso no es raro escuchar la famosa frase de “la guerra de las ambulancias”, en la cual gana el vehículo de emergencia que llegue primero al lugar de los hechos y logre subir al paciente para posteriormente ser trasladado a una clínica u hospital específico.
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“La Clínica Laura Daniela, Santa Isabel, Erasmo Ltda y la Clínica de Fracturas como son clínicas que manejan pacientes SOAT (de accidentes de tránsito), cuando recogen un accidente siempre lo van a llevar a sus respectivas clínicas sin importar lo que diga el paciente, porque las clínicas prestan el servicio para ellas y lo hacen para facturar”, explicó el conductor anónimo.
Dentro de esta ‘mafia’ participan clínicas, conductores de ambulancias, taxistas y mototaxistas, los cuales incluso tienen el número telefónico de las redes hospitalarias y de los vehículos de emergencias, donde podrían ganar alrededor de 50 mil pesos por la llamada.
Estos casos han sonado a nivel nacional, se trata según explican, de negar el ingreso del paciente por falta de disponibilidad de camas, por tanto los conductores de las ambulancias deben informar a las clínicas u hospitales sobre la emergencia vital y preguntar si puede ser llevado al centro asistencial.
“Siempre se debe de informar primero a la clínica o hospital donde se va a llevar porque muchas veces no se comentan los pacientes y se llevan y no los reciben porque no hay camas, entonces por eso primero se deben de comentar y para eso existe referencia y contrarreferencia”, acotó el conductor. Este último es el conjunto de normas que permiten prestar adecuadamente al usuario el servicio de salud, según el nivel de atención que requiera.
EL PILÓN intentó comunicarse con el secretario de Salud Departamental, Hernán Baquero, para conocer su posición frente al tema, pero resultó infructuoso.
POR: KETTY GUTIÉRREZ MAESTRE/EL PILÓN
Según el CRUE, en el departamento hay 221 ambulancias terrestres y fluviales, de las cuales 80 pertenecen a la red pública y 141 a la privada. No obstante, hay municipios que no cuentan con este servicio.
El sistema de salud es el conjunto de organizaciones, instituciones y recursos cuyo objetivo es asistir de manera oportuna a las personas, garantizando la vida del paciente. Por tanto, para prestar un buen servicio se requiere de un óptimo sistema de transporte que permita dar calidad y tiempo a los pacientes.
Según el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, CRUE, en todo el departamento hay 221 ambulancias terrestres y fluviales, de las cuales 80 pertenecen a la red pública y 141 a la privada. De las primeras, 73 son básicas y 7 medicalizadas; mientras que en la red privada 71 son básicas y 70 medicalizadas.
Sin embargo, parece ser que no son suficientes para abarcar todo el territorio del Cesar, ya que en el caso de Curumaní la secretaria de Salud, María Benilda Ascanio, contó que el municipio cuenta con 3 ambulancias, pero la pandemia ha afectado de manera negativa la optimización y funcionalidad de las mismas.
“Las constantes remisiones a diferentes destinos, dentro y fuera del departamento, ha originado que hoy solo se cuente con 1 ambulancia para suplir toda la demanda, situación que ha obligado a requerir el servicio de los municipios vecinos para llevar a cabo el traslado. El hospital registra siete 7 remisiones diarias, lo cual ahonda en la crisis del parque automotor”, indicó.
Hace unos días el gobernador Luis Alberto Monsalvo anunció que el departamento va a adquirir 15 ambulancias, de las cuales 11 serán básicas y 4 medicalizadas. El proyecto tuvo un costo de 3.675 millones de pesos, provenientes de regalías del Fondo de Compensación Regional y del Ministerio de Salud y Protección Social.
Aguachica, Agustín Codazzi, Astrea, Chiriguaná, Curumaní, El Copey, El Paso, Gamarra, González, Pailitas, Río de Oro, San Alberto, San Diego, San Martín, Tamalameque y Valledupar se verían beneficiados con la adquisición.
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El Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, CRUE, actualmente se encuentra realizando unas visitas técnicas en el sur del departamento con el fin de inspeccionar que las ambulancias en la distintas redes hospitalarias estén prestando un servicio eficiente y eficaz.
Según informó Edita Portillo, coordinadora del CRUE, esas visitas no son avisadas previamente, a fin de encontrar el estado real; sin embargo, un conductor de ambulancias, el cual desea reservar su identidad, explicó que “si no avisaran vieran lo que es la realidad, porque hay ambulancias que no funcionan”. Además manifestó que las ESE ‘maquillan’ el estado de los vehículos y cuando terminan las visitas vuelven a la realidad.
“Muestran las más bonita de cada ESE. ¿Por qué no muestran las ambulancias de La Paz? esas no tienen nada y ponen en riesgo la vida de las personas”, añadió.
No es novedad que en Valledupar y el resto del departamento algunos temas se conviertan en polémicos o en negocios jugosamente lucrativos. Poco se habla de las ‘mafias’ de las ambulancias, las cuales por recoger y atender a un paciente herido en un accidente de tránsito se estarían ganando una comisión que alcanza los 200 mil pesos.
Este es un cuantioso negocio, por eso no es raro escuchar la famosa frase de “la guerra de las ambulancias”, en la cual gana el vehículo de emergencia que llegue primero al lugar de los hechos y logre subir al paciente para posteriormente ser trasladado a una clínica u hospital específico.
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“La Clínica Laura Daniela, Santa Isabel, Erasmo Ltda y la Clínica de Fracturas como son clínicas que manejan pacientes SOAT (de accidentes de tránsito), cuando recogen un accidente siempre lo van a llevar a sus respectivas clínicas sin importar lo que diga el paciente, porque las clínicas prestan el servicio para ellas y lo hacen para facturar”, explicó el conductor anónimo.
Dentro de esta ‘mafia’ participan clínicas, conductores de ambulancias, taxistas y mototaxistas, los cuales incluso tienen el número telefónico de las redes hospitalarias y de los vehículos de emergencias, donde podrían ganar alrededor de 50 mil pesos por la llamada.
Estos casos han sonado a nivel nacional, se trata según explican, de negar el ingreso del paciente por falta de disponibilidad de camas, por tanto los conductores de las ambulancias deben informar a las clínicas u hospitales sobre la emergencia vital y preguntar si puede ser llevado al centro asistencial.
“Siempre se debe de informar primero a la clínica o hospital donde se va a llevar porque muchas veces no se comentan los pacientes y se llevan y no los reciben porque no hay camas, entonces por eso primero se deben de comentar y para eso existe referencia y contrarreferencia”, acotó el conductor. Este último es el conjunto de normas que permiten prestar adecuadamente al usuario el servicio de salud, según el nivel de atención que requiera.
EL PILÓN intentó comunicarse con el secretario de Salud Departamental, Hernán Baquero, para conocer su posición frente al tema, pero resultó infructuoso.
POR: KETTY GUTIÉRREZ MAESTRE/EL PILÓN