Las declaraciones del soldado Jhony Andrés Castillo Ospino, natural de Aguachica, tras su liberación han generado polémica entre la comunidad por haber asegurado que se ‘encariñó’ con los guerrilleros del ELN, quienes eran sus secuestradores.

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El joven militar, que estuvo retenido por 13 días, manifestó que no tenía quejas de los subversivos porque lo trataron bien. “Desde el inicio nos dieron un buen trato, ya me sentía como amañado con ellos; la verdad no tengo que decir nada malo que me hayan dado mal trato. Estoy feliz, pero a la vez triste porque ya me estaba encariñado con ellos“, afirmó el cesarense.

El otro soldado Jesús Alberto Segovia Muñoz, por su parte, se mostró feliz de regresar con su familia y aunque admitió que los raptores dieron buen trato se mostró menos efusivo en sus declaraciones.

Al respecto, la familia de Castillo Ospino explicó que él es un joven cariñoso, apático a la violencia y que incluso desde niño tuvo problemas psicológicos. De igual manera, otros ciudadanos salieron al paso explicando que podría tratarse del reconocido síndrome de Estocolmo; se trata de un comportamiento psicológico temporal, en que las personas secuestradas se tornan comprensivas con sus agresores.

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El Ejército comunicó que los liberados estaban siendo sometidos a valoraciones médicas para que pudieran retornar sus labores cotidianas. “Nuestros uniformados se encuentran realizando los chequeos y exámenes médicos de rigor necesarios, con el propósito de verificar su estado de salud, para que puedan proceder y continuar con el normal desarrollo de sus actividades”, acotó la institución.

Tras culminar el proceso, los familiares podrán ver a sus seres queridos y reintegrarse al Batallón Energético Vial N°10 del Ejército.

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Los dos soldados gozan de la libertad desde el pasado 15 de febrero que fueron entregados por el ELN a una comisión humanitaria conformada por la Defensoría del Pueblo, el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, y la Iglesia católica.