Con la ayuda de la Policía y la Defensa Civil en Valencia se armó un frente contra la covid-19. Cerraron cinco de los seis accesos al corregimiento. La idea es controlar a la gente que de Valledupar y otros lugares pretenden ir de parranda infringiendo la ley y los protocolos sanitarios.
Un grupo de pobladores del histórico corregimiento de Valencia de Jesús se organizó para hacer un sellamiento de las entradas de la población y regular la entrada o salida de personas. Los entusiastas y precavidos custodios de la tierra de Jesús de Nazareno, se organizaron en brigadas para hacer vigilancia y hacerle frente con medidas preventivas y restrictivas a la covid-19.
Con miembros de la Defensa Civil y la Policía Nacional, los valencianos organizaron un frente común para evitar la llegada inoficiosa de personas al emblemático corregimiento. “Es que comenzamos a darnos cuenta que como las medidas en Valledupar se han ido endureciendo poco a poco, algunas personas se venían de nuestra capital y de otros lados a parrandear y a ponernos a todos en riesgo”, dijo José Luis Rosado Palacios, presidente de la Junta de Acción Comunal del adoquinado Valencia de Jesús.
La estrategia que impusieron los valencianos fue el cierre de 5 de las 6 entradas que tiene la tierra del legendario maestro Calixto Ochoa Campos. “Cerramos la entrada que viene de Valledupar donde estaban las antiguas ladrilleras, el acceso de la carretera a la iglesia, el tercer cierre lo hicimos a la altura de la casa campo Los Compadres, cerramos el acceso por el estadero La Ceiba y una que viene de la Urbanización Saúl Manosalva”, aseguró Rosado Palacios.
Con la custodia de la Defensa Civil y La Policía, el único acceso al pueblo está habilitado precisamente por la calle que está a un costado del puesto de Policía. “Allí están los agentes y los voluntarios de la Defensa Civil pidiendo los permisos para poder circular, consultando los motivos de visita al pueblo y para salir también a hacer vueltas a Valledupar nos hemos acogido al pico y cédula en concordancia con la administración del alcalde Mello Castro, porque somos corregimiento en jurisdicción de Valledupar”, precisó el líder valenciano.
Dentro de las medidas que exigen se encuentra el uso obligatorio del tapabocas, y la desinfección de los vehículos a los que fumigan con hipoclorito de sodio al 15 %, “porque se nos estaban metiendo motos y carros de manera constante, en especial vendedores de verduras, frutas y plátanos”, agregó el líder comunal; al tiempo que precisó el uso de alcohol al 96 % para los que se bajen. Valencia de Jesús tiene aproximadamente 2.800 habitantes en el casco urbano y su economía se basa en el turismo y la producción agrícola, pecuaria y alfarera.
Por su lado, en Guacoche la tierra de los cardonales y del famoso Lorenzo Morales, los pobladores también se organizaron para tomar medidas similares a sus paisanos valencianos: cerraron el acceso principal que viene de Valledupar y mantienen un control a los vehículos, desinfectándolos para asegurarse que no contaminarán a la tierra de las tinajeras.
JOSÉ URBANO CÉSPEDES / EL PILÓN
Con la ayuda de la Policía y la Defensa Civil en Valencia se armó un frente contra la covid-19. Cerraron cinco de los seis accesos al corregimiento. La idea es controlar a la gente que de Valledupar y otros lugares pretenden ir de parranda infringiendo la ley y los protocolos sanitarios.
Un grupo de pobladores del histórico corregimiento de Valencia de Jesús se organizó para hacer un sellamiento de las entradas de la población y regular la entrada o salida de personas. Los entusiastas y precavidos custodios de la tierra de Jesús de Nazareno, se organizaron en brigadas para hacer vigilancia y hacerle frente con medidas preventivas y restrictivas a la covid-19.
Con miembros de la Defensa Civil y la Policía Nacional, los valencianos organizaron un frente común para evitar la llegada inoficiosa de personas al emblemático corregimiento. “Es que comenzamos a darnos cuenta que como las medidas en Valledupar se han ido endureciendo poco a poco, algunas personas se venían de nuestra capital y de otros lados a parrandear y a ponernos a todos en riesgo”, dijo José Luis Rosado Palacios, presidente de la Junta de Acción Comunal del adoquinado Valencia de Jesús.
La estrategia que impusieron los valencianos fue el cierre de 5 de las 6 entradas que tiene la tierra del legendario maestro Calixto Ochoa Campos. “Cerramos la entrada que viene de Valledupar donde estaban las antiguas ladrilleras, el acceso de la carretera a la iglesia, el tercer cierre lo hicimos a la altura de la casa campo Los Compadres, cerramos el acceso por el estadero La Ceiba y una que viene de la Urbanización Saúl Manosalva”, aseguró Rosado Palacios.
Con la custodia de la Defensa Civil y La Policía, el único acceso al pueblo está habilitado precisamente por la calle que está a un costado del puesto de Policía. “Allí están los agentes y los voluntarios de la Defensa Civil pidiendo los permisos para poder circular, consultando los motivos de visita al pueblo y para salir también a hacer vueltas a Valledupar nos hemos acogido al pico y cédula en concordancia con la administración del alcalde Mello Castro, porque somos corregimiento en jurisdicción de Valledupar”, precisó el líder valenciano.
Dentro de las medidas que exigen se encuentra el uso obligatorio del tapabocas, y la desinfección de los vehículos a los que fumigan con hipoclorito de sodio al 15 %, “porque se nos estaban metiendo motos y carros de manera constante, en especial vendedores de verduras, frutas y plátanos”, agregó el líder comunal; al tiempo que precisó el uso de alcohol al 96 % para los que se bajen. Valencia de Jesús tiene aproximadamente 2.800 habitantes en el casco urbano y su economía se basa en el turismo y la producción agrícola, pecuaria y alfarera.
Por su lado, en Guacoche la tierra de los cardonales y del famoso Lorenzo Morales, los pobladores también se organizaron para tomar medidas similares a sus paisanos valencianos: cerraron el acceso principal que viene de Valledupar y mantienen un control a los vehículos, desinfectándolos para asegurarse que no contaminarán a la tierra de las tinajeras.
JOSÉ URBANO CÉSPEDES / EL PILÓN