La principal conclusión del estudio del Dane es que la economía vallenata se mueve al ritmo de los micronegocios. Además, las ciudades con mayores tasas de desempleos son las primeras en los índices del ‘rebusque’.
El Departamento Nacional de Estadística, Dane, realizó el año pasado la Encuesta de Micronegocios en 24 ciudades del país, entre ellas, Valledupar. Según la medición que tuvo como universo los micronegocios de cada ciudad, Valledupar fue la segunda a nivel nacional con mayor participación respecto a los patronos o empleadores dueños de un micronegocio, con una tasa de 17,8 %, solo superado por Quibdó que lidera con 26,8 %. ¿Qué significa esto? Dentro de los micronegocios, el 17,8 % está conformado por más de una persona. Al contrario, el 82,2 % de las personas que iniciaron un negocio lo hicieron por cuenta propia.
El Dane califica como micronegocios a una unidad económica con máximo 9 personas ocupadas que desarrolla una actividad productiva de bienes o servicios, esto comprende desde la pequeña miscelánea de barrio hasta los servicios de consultoría especializada, incluye las ventas ambulantes y las confecciones al interior de la vivienda. Por eso, según expertos, hay una relación entre la tasa de desempleo de las ciudades y el rebusque, formal o informal.
Valledupar es una ciudad de micronegocios, de ‘emprendimiento’ o rebusque con altas tasas de desempleo y de informalidad. En desempleo, para enero fue cuarta a nivel nacional con un 16,6 % con una tasa de informalidad del 61,3 %.
La mayoría de esos informales son personas que tienen micronegocios y que emprendieron su actividad al no contar con otra alternativa (36,7 %). Ese estado de informalidad se reafirma con la poca cantidad de propietarios de pequeños negocios que aportaron a salud o pensión.
Según la encuesta del Dane, en Valledupar el 91,4% de los pequeños empresarios no aportó a salud ni pensión. Desagregado, solo el 0,10 % aportó a pensión y el 3,4 % salud. “No es casualidad que las ciudades con más micronegocios también sean las que tienen mayores tasas de desempleo. En realidad es una forma de rebuscar el sustento diario”, comentó Octavio Pico, director de Fenalco.
Otro dato que apoya la idea es el alto porcentaje de micronegocios que no cuentan con un registro mercantil, cifra que alcanza el 87.7 %. Solo el 12,3 cuenta con el registro. Sin duda, esta cifra complica el conocimiento local acerca de las actividades a las cuales se dedican los comerciantes de Valledupar, sin contar que el pequeño empresario pierde beneficios que ofrece la legalidad.
“Los principales efectos para un empresario de estar en el registro mercantil derivan en mayores beneficios relacionados con la exposición legal en la sociedad, lo que se traduce en mayores oportunidades de negocios y acceso al sistema financiero”, señala la Cámara de Comercio.
La tendencia negativa se repite en el Registro Único Tributario, RUT. En este caso el golpe es tributario porque la Dian no maneja información exacta sobre el 71,2 % de los micronegocios de la ciudad. Cabe señalar que el RUT es un mecanismo utilizado para identificar y clasificar la función de las personas y entidades dentro del sistema tributario, teniendo en cuenta, según explican, la actividad económica, comercial, valor patrimonial, aportes y consumo.
También resalta que de la totalidad de los micronegocios de Valledupar, solo el 16.2 % está ubicado en una tienda o en una fábrica, mientras que el 54.2 % lo desarrolla de forma ambulante, en su vivienda o en un vehículo.
Por eso, los expertos argumentan que la mayoría de micronegocios en Valledupar o pequeños emprendimientos, están condicionados por la reducida oferta laboral formal en la ciudad. “Donde hay desempleo la gente busca una manera de buscar su propio negocio, buscar su propio ingreso, nadie se puede echar a morir, por eso surgen con tanta fuerza fenómenos como el mototaxismo”, argumentó un investigador que prefirió reserva.
DEIVIS CARO / EL PILÓN
[email protected]
La principal conclusión del estudio del Dane es que la economía vallenata se mueve al ritmo de los micronegocios. Además, las ciudades con mayores tasas de desempleos son las primeras en los índices del ‘rebusque’.
El Departamento Nacional de Estadística, Dane, realizó el año pasado la Encuesta de Micronegocios en 24 ciudades del país, entre ellas, Valledupar. Según la medición que tuvo como universo los micronegocios de cada ciudad, Valledupar fue la segunda a nivel nacional con mayor participación respecto a los patronos o empleadores dueños de un micronegocio, con una tasa de 17,8 %, solo superado por Quibdó que lidera con 26,8 %. ¿Qué significa esto? Dentro de los micronegocios, el 17,8 % está conformado por más de una persona. Al contrario, el 82,2 % de las personas que iniciaron un negocio lo hicieron por cuenta propia.
El Dane califica como micronegocios a una unidad económica con máximo 9 personas ocupadas que desarrolla una actividad productiva de bienes o servicios, esto comprende desde la pequeña miscelánea de barrio hasta los servicios de consultoría especializada, incluye las ventas ambulantes y las confecciones al interior de la vivienda. Por eso, según expertos, hay una relación entre la tasa de desempleo de las ciudades y el rebusque, formal o informal.
Valledupar es una ciudad de micronegocios, de ‘emprendimiento’ o rebusque con altas tasas de desempleo y de informalidad. En desempleo, para enero fue cuarta a nivel nacional con un 16,6 % con una tasa de informalidad del 61,3 %.
La mayoría de esos informales son personas que tienen micronegocios y que emprendieron su actividad al no contar con otra alternativa (36,7 %). Ese estado de informalidad se reafirma con la poca cantidad de propietarios de pequeños negocios que aportaron a salud o pensión.
Según la encuesta del Dane, en Valledupar el 91,4% de los pequeños empresarios no aportó a salud ni pensión. Desagregado, solo el 0,10 % aportó a pensión y el 3,4 % salud. “No es casualidad que las ciudades con más micronegocios también sean las que tienen mayores tasas de desempleo. En realidad es una forma de rebuscar el sustento diario”, comentó Octavio Pico, director de Fenalco.
Otro dato que apoya la idea es el alto porcentaje de micronegocios que no cuentan con un registro mercantil, cifra que alcanza el 87.7 %. Solo el 12,3 cuenta con el registro. Sin duda, esta cifra complica el conocimiento local acerca de las actividades a las cuales se dedican los comerciantes de Valledupar, sin contar que el pequeño empresario pierde beneficios que ofrece la legalidad.
“Los principales efectos para un empresario de estar en el registro mercantil derivan en mayores beneficios relacionados con la exposición legal en la sociedad, lo que se traduce en mayores oportunidades de negocios y acceso al sistema financiero”, señala la Cámara de Comercio.
La tendencia negativa se repite en el Registro Único Tributario, RUT. En este caso el golpe es tributario porque la Dian no maneja información exacta sobre el 71,2 % de los micronegocios de la ciudad. Cabe señalar que el RUT es un mecanismo utilizado para identificar y clasificar la función de las personas y entidades dentro del sistema tributario, teniendo en cuenta, según explican, la actividad económica, comercial, valor patrimonial, aportes y consumo.
También resalta que de la totalidad de los micronegocios de Valledupar, solo el 16.2 % está ubicado en una tienda o en una fábrica, mientras que el 54.2 % lo desarrolla de forma ambulante, en su vivienda o en un vehículo.
Por eso, los expertos argumentan que la mayoría de micronegocios en Valledupar o pequeños emprendimientos, están condicionados por la reducida oferta laboral formal en la ciudad. “Donde hay desempleo la gente busca una manera de buscar su propio negocio, buscar su propio ingreso, nadie se puede echar a morir, por eso surgen con tanta fuerza fenómenos como el mototaxismo”, argumentó un investigador que prefirió reserva.
DEIVIS CARO / EL PILÓN
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