El suicidio es uno de los actos que cobra con la vida de millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, amar la existencia siempre será lo más valioso cuando habitamos el presente consciente con amor y verdad, aseguran los especialistas.
Algunas personas están tan desesperadas y preocupadas que no encuentran un motivo para vivir. Tal vez sientas una tristeza profunda que los lleve a cuestionar su existencia y piensen en quitarse la vida. Pero, ¿qué puede hacer si conoce a alguien que no quiere vivir o sí usted ha contemplado esa idea? Es importante analizar cuáles son todas las causas relacionadas con el pensamiento y la conducta suicida.
CIFRAS DE SUICIDO EN EL DEPARTAMENTO
Según la Secretaria de Salud Departamental, en lo corrido del 2019 se han presentado 42 suicidios notificados. Para el 2018 se registraron 50 casos durante el mismo periodo con una disminución del 16 %. El municipio con mayor cantidad de suicidios es Valledupar con 10 casos seguido de Curumaní con cinco. Del primero de enero al 24 de agosto de 2019, el 85.7 % (36/42) de los suicidios ocurridos en el departamento eran de género masculino. Con respecto a la edad, el rango menor fue de 11 años y el mayor de 87 años de edad. El 21.4 % (9/42) se presentaron en personas mayores de 60 años.
¿Qué se está haciendo para disminuir las cifras? La Secretaría de Salud local por medio de las jornadas de capacitación de los lineamientos de estrategias dirigidas a los actores institucionales y comunitarias, trabaja en la prevención de la violencia autoinfligida, prevención de conducta suicida para promover factores de protección de salud mental, socialización de las rutas de atención, implementación de tres centros de escucha: la Casa de la Justicia La Nevada y en el Hospital Eduardo Arredondo Daza sedes San Martín y 450 Años. “Han habido acciones positivas que han impactado en la reducción de la tasa de mortalidad que está en 4.5, siendo la media nacional 5.4 %”, explicó Salud Local.
¿Cuáles son las razones por las que una persona querría acabar con su vida? Existen varias causas. Vivimos en tiempos críticos en este sistema de cosas donde las personas se vuelven cada día más vulnerables ante las presiones y dificultades de la vida. Los factores por los que una persona empieza a desear quitarse la vida son variables y van desde la ansiedad y la pérdida de un ser querido, hasta una enfermedad física o mental.
Nadie está exento de sufrir alguna enfermedad o preocupación por causa de las adversidades a las que se enfrenta a diario. Los jóvenes y personas de edad no son la excepción. En algunos casos los puede afectar de manera negativa experimentar una ruptura amorosa, la muerte de un ser amado o mascota, ser víctimas de abuso físico o sexual, los problemas familiares, el fracaso escolar, entre otros factores de riesgo.
“Un hogar disfuncional donde no está marcada una figura de jerarquía o patrón de autoridad, el individuo va a desarrollar un trastorno en su personalidad en el cual hay sentimientos de vacío crónico, inestabilidad afectiva, problemas con las figuras de autoridad, realiza impulsos frenéticos y adquiere gestos suicidas constantes con el fin de llamar la atención y es posible que en un intento de esos, pueda cometer un suicidio consumado. El 10 % de las personas con trastorno depresivo mayor como el mencionado anteriormente, se suicidan. El consumo de sustancias como el alcohol puede producir más adelante un trastorno mental que conlleva a la conducta suicida. Enfermedades medicas como Alzheimer, VIH y factores como el desempleo, el estar separado, divorciado o viudo, puede generar conductas suicidas. En los jóvenes, las conductas como el matoneo o bullying pueden llevarlos a tener conductas suicidas hasta el punto de quitarse la vida. Los factores de riesgo son múltiples”, mencionó el psiquiatra, Alexandro Mindiola, jefe de Salud Mental Hospital Rosario Pumarejo de López y director científico de la Unidad de Salud Mental, Sentir Bien.
Si bien es cierto toda persona puede pasar por adversidades a lo largo de su vida, sin embargo, ¿cómo preparar nuestra mente para enfrentar dichas situaciones? Según los expertos, son muchas las personas que no tienen ganas de vivir, se sienten insatisfechas y sin esperanza; no encuentran razones fehacientes para mejorar su vida, alcanzar la felicidad y lograr la plenitud. Aseguran que, en realidad, la mayoría de las personas que atentan contra su vida no quieren hacerlo, sólo quieren dejar de padecer un sufrimiento que los consume diariamente y de manera tan rápida como el fuego consume el papel.
En los adultos. Según el médico psiquiatra y experto en salud mental, Alexandro Mindiola, existen varios signos de alarma para identificar la conducta suicida. Por ejemplo, el uso inapropiado de armas y medicamentos, la persona hace cartas en las que escribe mensajes despidiéndose, la comenta su desesperanza y expresa que la única solución es la muerte, si tiene una enfermedad y siente que no puede salir de esa situación y empieza a despedirse de su familia esta es una conducta suicida.
En los niños o adolescentes. Por lo general, los niños cuando tienen conducta suicida hacen afirmaciones de que se van a morir o se van a matar, esta debe ser una señal de alarma para los padres. El distanciarse de sus amigos o familiares, ser hostil o agresivo, estar preocupado por la muerte, el hacer dibujos que expresen tristezas o melancolía, regalar pertenencias, y despedirse de sus amigos por medio de cartas. Este comportamiento debe alertar a los padres porque son propios de conducta y pensamientos suicidas en los niños o adolescentes.
El PILÓN dialogó con la psicóloga Naimara Gutiérrez quien manifestó que existen diferentes tipos de conducta suicida. “Dentro de las clases de conducta suicida hay tres tipos: está la ideación suicida que es la persona que está pensado en matarse. Esta ‘ideación’ puede ir de muy difusa a muy estructurada. Segundo ‘el intento suicida’ que es cuando la persona intentó suicidarse, por ejemplo: las personas que toman una cantidad considerable de pastillas, se realizan lesiones físicas o se cortan las venas, etc., Por último, está ‘la conducta suicida o suicidio consumado’ que es cuando la persona intentó y acabó con su vida. Los intentos de suicidio son un factor de riesgo para el suicidio consumado porque por lo general, la persona que intenta lo vuelve hacer hasta que logra el acto. Esta conducta suicida una vez que está implantada como ideación o intento hay que acudir a la ayuda profesional”, comentó la psicóloga con experiencia en el campo clínico.
Escuche a la persona sin interrumpirla, active una red de apoyo que pueda estar constituida por familiares, amigos y compañeros de trabajo. Es indispensable no juzgar ni hacer reclamos innecesarios. “Es importante no ver el problema desde nuestra óptica personal sino desde la óptica de la otra persona. Una cosa es como yo interpreto el problema fuera del problema y otra cosa es como se interpreta dentro del problema, son dos perspectivas totalmente distintas. No se puede disminuir el malestar de la persona con expresiones poco empáticas. Si esa persona está así, hay que validar la emoción con expresiones como ‘yo entiendo tu malestar, entiendo que estés triste, estoy contigo’, etc. Otra cosa importante es aumentarle las ganas de vivir a esa persona con proyectos de vida”, expresó Naimara Gutiérrez Parodi, psicóloga de la Universidad San Buenaventura.
Muchas de las indicaciones para la prevención del suicidio están dirigidas hacia la práctica de valores, la ética e incluso la religión. La espiritualidad juega un factor fundamental para evitar el suicidio. La relación con la divinidad y reconocimiento del Dios supremo hace que muchas personas puedan cambiar el concepto y el sentido que tienen sobre la vida.
En la familia. “Es importante inculcarles a los hijos y adolescentes de cuán importante es el fortalecimiento espiritual para cuando tengan algún problema o una prueba muy dolorosa, ellos puedan soportarla. En segundo lugar, es muy importante que los padres siempre brinden abrazos, besos y caricias. Las carencias afectivas llevan a los hijos a sufrir depresiones y a refugiarse en el consumo del alcohol y las drogas, cosas que los llevan a eventos trágicos. En tercer lugar, los padres deben motivar a los hijos a que estudien, a que tengan un proyecto de vida, deben propiciar la comunicación y dialogo en el hogar como factores protectores”, dijo María Eugenia, sicóloga clínica y magister en psiconeuropsiquiatría y rehabilitación.
Además, la psicóloga hizo énfasis en la importancia de identificar las señales de alerta que puede presentar cualquier miembro de la familia, incluyendo los hijos: aislamiento, baja autoestima, aburrimiento, desorientación, deterioro en la presentación personal y abatimiento.
En las escuelas. Para prevenir el suicido en las escuelas y otras instituciones educativas es importante impulsar programas que incluyan proyectos de vida que tengan como eje central la pregunta: ¿qué razones tienes para vivir? ¿Qué quieres lograr en la vida? Se deben activar las redes de apoyo y buscar ayuda profesional, validar las emociones de los estudiantes, explorar las razones de vida y construir proyectos de vida que ayuden frente a la desesperanza, escucha activa, aumento de las habilidades sociales, relaciones interpersonales que permitan la comunicación de las emociones y la ayuda profesional a los jóvenes que presenten alguno de los rasgos de la conducta suicida. “Las escuelas nos están preparando muy bien para la parte conceptual pero muy poco para la parte personal. Las empresas ya están buscando gente con competencias claves y trasversales, con un proyecto de vida claro, con habilidades sociales, con buenas relaciones intra e interpersonal”, dijo Naimara.
Teniendo en cuenta la importancia de prevenir el suicidio e incentivar a las personas al amor por la vida, el 10 de septiembre en Valledupar, la Secretaria Local de Salud, en convenio con el Hospital Eduardo Arredondo Daza a través del Plan de Intervenciones Colectivas, celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio en la Institución Educativa Consuelo Araujo Noguera. Los estudiantes expresaron su amor por la vida por medio de cantos y bailes. Además, hicieron actividades lúdicas como bailes, dramatización, charlas de prevención, entre otras cosas.
Los jóvenes revelaron su gratitud por la campaña realizada por la Secretaria de Gobierno y dejaron en claro la importancia de que se sigan llevando a cabo estos eventos de concientización por la vida.
“Es una experiencia muy bonita, la verdad es que hay que salir adelante, querer la vida y le damos gracias al Hospital por este evento que nos ha realizado, me dan ganas de seguir luchando”, dijo Ana Caicedo, estudiante de noveno grado de la institución.
“Me ha parecido muy bueno este acto porque nos orientan sobre la importancia de la vida y lo malo que son las drogas. Muchos de nosotros los adolescentes, en esta etapa de la vida nos sentimos solos y tratamos de buscar la salida en otros caminos que no son los correctos y que no nos llevan a nada, primero es Dios y segundo la familia, ya después el proveerá lo demás”, Carlos Andrés Ribón Camargo, estudiante.
POR: Marian Almeida Cujia / EL PILÓN
[email protected]
El suicidio es uno de los actos que cobra con la vida de millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, amar la existencia siempre será lo más valioso cuando habitamos el presente consciente con amor y verdad, aseguran los especialistas.
Algunas personas están tan desesperadas y preocupadas que no encuentran un motivo para vivir. Tal vez sientas una tristeza profunda que los lleve a cuestionar su existencia y piensen en quitarse la vida. Pero, ¿qué puede hacer si conoce a alguien que no quiere vivir o sí usted ha contemplado esa idea? Es importante analizar cuáles son todas las causas relacionadas con el pensamiento y la conducta suicida.
CIFRAS DE SUICIDO EN EL DEPARTAMENTO
Según la Secretaria de Salud Departamental, en lo corrido del 2019 se han presentado 42 suicidios notificados. Para el 2018 se registraron 50 casos durante el mismo periodo con una disminución del 16 %. El municipio con mayor cantidad de suicidios es Valledupar con 10 casos seguido de Curumaní con cinco. Del primero de enero al 24 de agosto de 2019, el 85.7 % (36/42) de los suicidios ocurridos en el departamento eran de género masculino. Con respecto a la edad, el rango menor fue de 11 años y el mayor de 87 años de edad. El 21.4 % (9/42) se presentaron en personas mayores de 60 años.
¿Qué se está haciendo para disminuir las cifras? La Secretaría de Salud local por medio de las jornadas de capacitación de los lineamientos de estrategias dirigidas a los actores institucionales y comunitarias, trabaja en la prevención de la violencia autoinfligida, prevención de conducta suicida para promover factores de protección de salud mental, socialización de las rutas de atención, implementación de tres centros de escucha: la Casa de la Justicia La Nevada y en el Hospital Eduardo Arredondo Daza sedes San Martín y 450 Años. “Han habido acciones positivas que han impactado en la reducción de la tasa de mortalidad que está en 4.5, siendo la media nacional 5.4 %”, explicó Salud Local.
¿Cuáles son las razones por las que una persona querría acabar con su vida? Existen varias causas. Vivimos en tiempos críticos en este sistema de cosas donde las personas se vuelven cada día más vulnerables ante las presiones y dificultades de la vida. Los factores por los que una persona empieza a desear quitarse la vida son variables y van desde la ansiedad y la pérdida de un ser querido, hasta una enfermedad física o mental.
Nadie está exento de sufrir alguna enfermedad o preocupación por causa de las adversidades a las que se enfrenta a diario. Los jóvenes y personas de edad no son la excepción. En algunos casos los puede afectar de manera negativa experimentar una ruptura amorosa, la muerte de un ser amado o mascota, ser víctimas de abuso físico o sexual, los problemas familiares, el fracaso escolar, entre otros factores de riesgo.
“Un hogar disfuncional donde no está marcada una figura de jerarquía o patrón de autoridad, el individuo va a desarrollar un trastorno en su personalidad en el cual hay sentimientos de vacío crónico, inestabilidad afectiva, problemas con las figuras de autoridad, realiza impulsos frenéticos y adquiere gestos suicidas constantes con el fin de llamar la atención y es posible que en un intento de esos, pueda cometer un suicidio consumado. El 10 % de las personas con trastorno depresivo mayor como el mencionado anteriormente, se suicidan. El consumo de sustancias como el alcohol puede producir más adelante un trastorno mental que conlleva a la conducta suicida. Enfermedades medicas como Alzheimer, VIH y factores como el desempleo, el estar separado, divorciado o viudo, puede generar conductas suicidas. En los jóvenes, las conductas como el matoneo o bullying pueden llevarlos a tener conductas suicidas hasta el punto de quitarse la vida. Los factores de riesgo son múltiples”, mencionó el psiquiatra, Alexandro Mindiola, jefe de Salud Mental Hospital Rosario Pumarejo de López y director científico de la Unidad de Salud Mental, Sentir Bien.
Si bien es cierto toda persona puede pasar por adversidades a lo largo de su vida, sin embargo, ¿cómo preparar nuestra mente para enfrentar dichas situaciones? Según los expertos, son muchas las personas que no tienen ganas de vivir, se sienten insatisfechas y sin esperanza; no encuentran razones fehacientes para mejorar su vida, alcanzar la felicidad y lograr la plenitud. Aseguran que, en realidad, la mayoría de las personas que atentan contra su vida no quieren hacerlo, sólo quieren dejar de padecer un sufrimiento que los consume diariamente y de manera tan rápida como el fuego consume el papel.
En los adultos. Según el médico psiquiatra y experto en salud mental, Alexandro Mindiola, existen varios signos de alarma para identificar la conducta suicida. Por ejemplo, el uso inapropiado de armas y medicamentos, la persona hace cartas en las que escribe mensajes despidiéndose, la comenta su desesperanza y expresa que la única solución es la muerte, si tiene una enfermedad y siente que no puede salir de esa situación y empieza a despedirse de su familia esta es una conducta suicida.
En los niños o adolescentes. Por lo general, los niños cuando tienen conducta suicida hacen afirmaciones de que se van a morir o se van a matar, esta debe ser una señal de alarma para los padres. El distanciarse de sus amigos o familiares, ser hostil o agresivo, estar preocupado por la muerte, el hacer dibujos que expresen tristezas o melancolía, regalar pertenencias, y despedirse de sus amigos por medio de cartas. Este comportamiento debe alertar a los padres porque son propios de conducta y pensamientos suicidas en los niños o adolescentes.
El PILÓN dialogó con la psicóloga Naimara Gutiérrez quien manifestó que existen diferentes tipos de conducta suicida. “Dentro de las clases de conducta suicida hay tres tipos: está la ideación suicida que es la persona que está pensado en matarse. Esta ‘ideación’ puede ir de muy difusa a muy estructurada. Segundo ‘el intento suicida’ que es cuando la persona intentó suicidarse, por ejemplo: las personas que toman una cantidad considerable de pastillas, se realizan lesiones físicas o se cortan las venas, etc., Por último, está ‘la conducta suicida o suicidio consumado’ que es cuando la persona intentó y acabó con su vida. Los intentos de suicidio son un factor de riesgo para el suicidio consumado porque por lo general, la persona que intenta lo vuelve hacer hasta que logra el acto. Esta conducta suicida una vez que está implantada como ideación o intento hay que acudir a la ayuda profesional”, comentó la psicóloga con experiencia en el campo clínico.
Escuche a la persona sin interrumpirla, active una red de apoyo que pueda estar constituida por familiares, amigos y compañeros de trabajo. Es indispensable no juzgar ni hacer reclamos innecesarios. “Es importante no ver el problema desde nuestra óptica personal sino desde la óptica de la otra persona. Una cosa es como yo interpreto el problema fuera del problema y otra cosa es como se interpreta dentro del problema, son dos perspectivas totalmente distintas. No se puede disminuir el malestar de la persona con expresiones poco empáticas. Si esa persona está así, hay que validar la emoción con expresiones como ‘yo entiendo tu malestar, entiendo que estés triste, estoy contigo’, etc. Otra cosa importante es aumentarle las ganas de vivir a esa persona con proyectos de vida”, expresó Naimara Gutiérrez Parodi, psicóloga de la Universidad San Buenaventura.
Muchas de las indicaciones para la prevención del suicidio están dirigidas hacia la práctica de valores, la ética e incluso la religión. La espiritualidad juega un factor fundamental para evitar el suicidio. La relación con la divinidad y reconocimiento del Dios supremo hace que muchas personas puedan cambiar el concepto y el sentido que tienen sobre la vida.
En la familia. “Es importante inculcarles a los hijos y adolescentes de cuán importante es el fortalecimiento espiritual para cuando tengan algún problema o una prueba muy dolorosa, ellos puedan soportarla. En segundo lugar, es muy importante que los padres siempre brinden abrazos, besos y caricias. Las carencias afectivas llevan a los hijos a sufrir depresiones y a refugiarse en el consumo del alcohol y las drogas, cosas que los llevan a eventos trágicos. En tercer lugar, los padres deben motivar a los hijos a que estudien, a que tengan un proyecto de vida, deben propiciar la comunicación y dialogo en el hogar como factores protectores”, dijo María Eugenia, sicóloga clínica y magister en psiconeuropsiquiatría y rehabilitación.
Además, la psicóloga hizo énfasis en la importancia de identificar las señales de alerta que puede presentar cualquier miembro de la familia, incluyendo los hijos: aislamiento, baja autoestima, aburrimiento, desorientación, deterioro en la presentación personal y abatimiento.
En las escuelas. Para prevenir el suicido en las escuelas y otras instituciones educativas es importante impulsar programas que incluyan proyectos de vida que tengan como eje central la pregunta: ¿qué razones tienes para vivir? ¿Qué quieres lograr en la vida? Se deben activar las redes de apoyo y buscar ayuda profesional, validar las emociones de los estudiantes, explorar las razones de vida y construir proyectos de vida que ayuden frente a la desesperanza, escucha activa, aumento de las habilidades sociales, relaciones interpersonales que permitan la comunicación de las emociones y la ayuda profesional a los jóvenes que presenten alguno de los rasgos de la conducta suicida. “Las escuelas nos están preparando muy bien para la parte conceptual pero muy poco para la parte personal. Las empresas ya están buscando gente con competencias claves y trasversales, con un proyecto de vida claro, con habilidades sociales, con buenas relaciones intra e interpersonal”, dijo Naimara.
Teniendo en cuenta la importancia de prevenir el suicidio e incentivar a las personas al amor por la vida, el 10 de septiembre en Valledupar, la Secretaria Local de Salud, en convenio con el Hospital Eduardo Arredondo Daza a través del Plan de Intervenciones Colectivas, celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio en la Institución Educativa Consuelo Araujo Noguera. Los estudiantes expresaron su amor por la vida por medio de cantos y bailes. Además, hicieron actividades lúdicas como bailes, dramatización, charlas de prevención, entre otras cosas.
Los jóvenes revelaron su gratitud por la campaña realizada por la Secretaria de Gobierno y dejaron en claro la importancia de que se sigan llevando a cabo estos eventos de concientización por la vida.
“Es una experiencia muy bonita, la verdad es que hay que salir adelante, querer la vida y le damos gracias al Hospital por este evento que nos ha realizado, me dan ganas de seguir luchando”, dijo Ana Caicedo, estudiante de noveno grado de la institución.
“Me ha parecido muy bueno este acto porque nos orientan sobre la importancia de la vida y lo malo que son las drogas. Muchos de nosotros los adolescentes, en esta etapa de la vida nos sentimos solos y tratamos de buscar la salida en otros caminos que no son los correctos y que no nos llevan a nada, primero es Dios y segundo la familia, ya después el proveerá lo demás”, Carlos Andrés Ribón Camargo, estudiante.
POR: Marian Almeida Cujia / EL PILÓN
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