Había una vez una niña kankuama con facciones Guajiras, que vivía en la parte norte de la Sierra Nevada De Santa Marta, rodeada de cerros y montañas, pero lo más bonito para ella era su rio Guatapurí que significa: “aguas cristalinas y frías”.
Había una vez una niña kankuama con facciones Guajiras, que vivía en la parte norte de la Sierra Nevada De Santa Marta, rodeada de cerros y montañas, pero lo más bonito para ella era su rio Guatapurí que significa: “aguas cristalinas y frías”.
Esta niña llamada Zagumero sueña con ser una gran científica reconocida, pero preocupada por su cultura y su identidad Indígena acude al llamado de los mayores que hacen en las kankuruas (casas ceremoniales) y allí con sus pies descalzos se sienta en uno de los bancos alrededor de un fogón y con mucho respeto a la palabra de estos sabedores ancestrales, escucha muy atentamente historias, leyendas, mitos, cuentos y anécdotas; mientras ella, concentrada teje su mochila de fique donde el lapicero es la aguja y el cuaderno es cada puntada que realiza guardando en ella como si fuera una memoria de computadora.
Luego de un tiempo Zagumero deduce que su sueño de ser científica ha iniciado en la mejor escuela del mundo, la escuela de los mamos, (sabios kankuamos) los abuelos y los mayores tradicionales que con sus sabios concejos y sabiduría ancestral la instruyen y la guían por el camino que ella quiere alcanzar.
Desde entonces se dio cuenta que conociendo, valorando y escuchando la sabiduría indígena propia de su cultura y representada en los mayores puede llegar a cumplir su sueño una científica reconocida, afortunada y feliz.
Autor: CRISTAL LILIETH MONTERO TORRES – INSTITUCIÓN EDUCATIVA PROMOCIÓN SOCIAL GUATAPURI- CHEMESQUEMENA
Había una vez una niña kankuama con facciones Guajiras, que vivía en la parte norte de la Sierra Nevada De Santa Marta, rodeada de cerros y montañas, pero lo más bonito para ella era su rio Guatapurí que significa: “aguas cristalinas y frías”.
Había una vez una niña kankuama con facciones Guajiras, que vivía en la parte norte de la Sierra Nevada De Santa Marta, rodeada de cerros y montañas, pero lo más bonito para ella era su rio Guatapurí que significa: “aguas cristalinas y frías”.
Esta niña llamada Zagumero sueña con ser una gran científica reconocida, pero preocupada por su cultura y su identidad Indígena acude al llamado de los mayores que hacen en las kankuruas (casas ceremoniales) y allí con sus pies descalzos se sienta en uno de los bancos alrededor de un fogón y con mucho respeto a la palabra de estos sabedores ancestrales, escucha muy atentamente historias, leyendas, mitos, cuentos y anécdotas; mientras ella, concentrada teje su mochila de fique donde el lapicero es la aguja y el cuaderno es cada puntada que realiza guardando en ella como si fuera una memoria de computadora.
Luego de un tiempo Zagumero deduce que su sueño de ser científica ha iniciado en la mejor escuela del mundo, la escuela de los mamos, (sabios kankuamos) los abuelos y los mayores tradicionales que con sus sabios concejos y sabiduría ancestral la instruyen y la guían por el camino que ella quiere alcanzar.
Desde entonces se dio cuenta que conociendo, valorando y escuchando la sabiduría indígena propia de su cultura y representada en los mayores puede llegar a cumplir su sueño una científica reconocida, afortunada y feliz.
Autor: CRISTAL LILIETH MONTERO TORRES – INSTITUCIÓN EDUCATIVA PROMOCIÓN SOCIAL GUATAPURI- CHEMESQUEMENA