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Leer es nuestro cuento - 31 julio, 2019

En medio de la lucha

Mi nombre es Marcela, soy venezolana, –¡sí! No me da pena decirlo, a pesar de la problemática en que vivimos me siento orgullosa de serlo. He intentado ayudar a mi país, pero por más que lo intento no encuentro respuesta a tanta maldad de la sociedad.

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Diana Marcela Moncada

Mi nombre es Marcela, soy venezolana, –¡sí! No me da pena decirlo, a pesar de la problemática en que vivimos me siento orgullosa de serlo.  He intentado ayudar a mi país, pero por más que lo intento no encuentro respuesta a tanta maldad de la sociedad.

Mi familia se ha unido a la causa, a excepción de Pedro, mi hermano menor, quien sólo cuenta con 16 años y no quiere dejar de existir, teme que lo maten o lo encarcelen por siempre en la prisión del olvido.

Quiero contarles por medio de esta corta historia, que mis amigos están conmigo, estamos cansados de los malos servicios, no tenemos alimentos, estamos atados al gobierno posesivo que viola y destruye nuestros sueños y no nos permite marchar por una vida más digna.  Cansada de todo esto, he decidido transformar la historia de mi hermoso país, volver al ayer, buscar entre sus páginas los recuerdos inolvidables de una Venezuela rica en Petróleo, de gente afable, altruista y trabajadora, un país admirado por mucho y censurado por pocos.

Miro a mi alrededor y empiezo a buscar quien se va a unir a este cambio, a esta lucha que apenas comienza, mis amigos Alex y Dani me colaboran con sus ideas de cambios y con las reuniones clandestinas que todos los días realizamos para estudiar el plan perfecto para derrocar a los dirigentes que en estos momentos nos obligan a luchar por un mejor mañana.

Nuestra historia comenzó con la perdida de nuestras casas, amigos, vecinos, seres amados quienes una mañana despertaron y se encontraron ante esta terrible situación que los asesinó repentinamente. Venimos de una familia humilde, exactamente de Maracaibo, donde poco a poco vemos como cada día muere gente que no tiene la culpa de lo que está sucediendo. Perder a mi madre fue la copa que rebosó el vaso y me quitó la máscara para  alzar mi voz a favor de aquellos que han emigrado para poder sobrevivir y nos han dejado solos en la lucha.

Emprendimos nuestro plan, la lucha ha sido desastrosa, solo se escuchan disparos, gritos, llantos y voces de desesperación. Aquí estoy ahora, arrinconada y sin salida pero con la convicción de que mi esfuerzo será recordado para volver al pasado.

POR: DIANA MARCELA MONCADA HERNÁNDEZ – Inst. Educ. Prudencia Daza

Leer es nuestro cuento
31 julio, 2019

En medio de la lucha

Mi nombre es Marcela, soy venezolana, –¡sí! No me da pena decirlo, a pesar de la problemática en que vivimos me siento orgullosa de serlo. He intentado ayudar a mi país, pero por más que lo intento no encuentro respuesta a tanta maldad de la sociedad.


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Diana Marcela Moncada

Mi nombre es Marcela, soy venezolana, –¡sí! No me da pena decirlo, a pesar de la problemática en que vivimos me siento orgullosa de serlo.  He intentado ayudar a mi país, pero por más que lo intento no encuentro respuesta a tanta maldad de la sociedad.

Mi familia se ha unido a la causa, a excepción de Pedro, mi hermano menor, quien sólo cuenta con 16 años y no quiere dejar de existir, teme que lo maten o lo encarcelen por siempre en la prisión del olvido.

Quiero contarles por medio de esta corta historia, que mis amigos están conmigo, estamos cansados de los malos servicios, no tenemos alimentos, estamos atados al gobierno posesivo que viola y destruye nuestros sueños y no nos permite marchar por una vida más digna.  Cansada de todo esto, he decidido transformar la historia de mi hermoso país, volver al ayer, buscar entre sus páginas los recuerdos inolvidables de una Venezuela rica en Petróleo, de gente afable, altruista y trabajadora, un país admirado por mucho y censurado por pocos.

Miro a mi alrededor y empiezo a buscar quien se va a unir a este cambio, a esta lucha que apenas comienza, mis amigos Alex y Dani me colaboran con sus ideas de cambios y con las reuniones clandestinas que todos los días realizamos para estudiar el plan perfecto para derrocar a los dirigentes que en estos momentos nos obligan a luchar por un mejor mañana.

Nuestra historia comenzó con la perdida de nuestras casas, amigos, vecinos, seres amados quienes una mañana despertaron y se encontraron ante esta terrible situación que los asesinó repentinamente. Venimos de una familia humilde, exactamente de Maracaibo, donde poco a poco vemos como cada día muere gente que no tiene la culpa de lo que está sucediendo. Perder a mi madre fue la copa que rebosó el vaso y me quitó la máscara para  alzar mi voz a favor de aquellos que han emigrado para poder sobrevivir y nos han dejado solos en la lucha.

Emprendimos nuestro plan, la lucha ha sido desastrosa, solo se escuchan disparos, gritos, llantos y voces de desesperación. Aquí estoy ahora, arrinconada y sin salida pero con la convicción de que mi esfuerzo será recordado para volver al pasado.

POR: DIANA MARCELA MONCADA HERNÁNDEZ – Inst. Educ. Prudencia Daza