En el último viernes de Jericó de la iglesia La Concepción los asistentes se consagrarán al Sagrado Corazón de Jesús y al triunfo del corazón inmaculado de María.
Una importante celebración católica se realizará mañana en la plaza Alfonso López, a partir de las 6:00 p.m., en el marco del último viernes de Jericó de la iglesia La Concepción; se dará la liberación de las ataduras en el matrimonio y la familia disfuncional.
Para la actividad se dispusieron 7.000 sillas, de tal manera que todos los feligreses disfruten de manera cómoda. El sacerdote Doriam Rocha estará acompañado de tres presbíteros con dones muy particulares.
“Durante los primeros cinco viernes de Jericó hemos querido preparar los corazones con la confesión, como fuente de liberación y sanación interior y la adoración al Santísimo, recalcando que no solo lo que les afecta es meramente espiritual, hay afecciones físicas y psíquicas. El demonio se vale de las heridas, traumas, miedos, temores, inseguridades, complejos y trastornos para impedir que las bendiciones de Dios lleguen a nuestra vida”, explicó el padre exorcista Doriam Rocha.
De acuerdo al párroco, los dos últimos viernes son para recoger los frutos de Dios y ver cómo destruye todos los muros que impiden ser feliz a los seres humanos a través de la fe. “Hoy es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Cabe recordar que nuestra Nación fue consagrada al Sagrado Corazón de Jesús; Valledupar era una de las ciudades donde la mayoría de los hogares tenía una imagen de esta figura y esto se ha venido perdiendo. Queremos que todas las familias se consagren al Sagrado Corazón de Jesús y al triunfo inmaculado de María, donde cada familia con su rosario en la mano pueda decir como dijo Josué: mi familia y yo serviremos al Señor”, acotó.
En estas misas es frecuente que algunos de los asistentes griten, expresen groserías, se desmayen o vomiten, al respecto Rocha expresó que “el demonio no resiste la presencia de Dios y cuanto más en gracia estemos los sacerdotes más el demonio se va a molestar”.
Entre las experiencias más significativas de los viernes de Jericó, según el padre Doriam, está ver hogares reconstruidos, personas que manifiestan que llevaban años con odios profundos y sanaron, mujeres que no podían tener hijos y están embarazadas, personas con enfermedades terminales y están sanas.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]
En el último viernes de Jericó de la iglesia La Concepción los asistentes se consagrarán al Sagrado Corazón de Jesús y al triunfo del corazón inmaculado de María.
Una importante celebración católica se realizará mañana en la plaza Alfonso López, a partir de las 6:00 p.m., en el marco del último viernes de Jericó de la iglesia La Concepción; se dará la liberación de las ataduras en el matrimonio y la familia disfuncional.
Para la actividad se dispusieron 7.000 sillas, de tal manera que todos los feligreses disfruten de manera cómoda. El sacerdote Doriam Rocha estará acompañado de tres presbíteros con dones muy particulares.
“Durante los primeros cinco viernes de Jericó hemos querido preparar los corazones con la confesión, como fuente de liberación y sanación interior y la adoración al Santísimo, recalcando que no solo lo que les afecta es meramente espiritual, hay afecciones físicas y psíquicas. El demonio se vale de las heridas, traumas, miedos, temores, inseguridades, complejos y trastornos para impedir que las bendiciones de Dios lleguen a nuestra vida”, explicó el padre exorcista Doriam Rocha.
De acuerdo al párroco, los dos últimos viernes son para recoger los frutos de Dios y ver cómo destruye todos los muros que impiden ser feliz a los seres humanos a través de la fe. “Hoy es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Cabe recordar que nuestra Nación fue consagrada al Sagrado Corazón de Jesús; Valledupar era una de las ciudades donde la mayoría de los hogares tenía una imagen de esta figura y esto se ha venido perdiendo. Queremos que todas las familias se consagren al Sagrado Corazón de Jesús y al triunfo inmaculado de María, donde cada familia con su rosario en la mano pueda decir como dijo Josué: mi familia y yo serviremos al Señor”, acotó.
En estas misas es frecuente que algunos de los asistentes griten, expresen groserías, se desmayen o vomiten, al respecto Rocha expresó que “el demonio no resiste la presencia de Dios y cuanto más en gracia estemos los sacerdotes más el demonio se va a molestar”.
Entre las experiencias más significativas de los viernes de Jericó, según el padre Doriam, está ver hogares reconstruidos, personas que manifiestan que llevaban años con odios profundos y sanaron, mujeres que no podían tener hijos y están embarazadas, personas con enfermedades terminales y están sanas.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
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