La mujer, ser tan especial, siempre ha sido protagonista principal del folclor vallenato, no solamente han servido como musa de nuestros compositores, sino además como intérpretes, cantantes, compositoras, gestoras culturales y madres del folclor.
Ellas siguen siendo actoras del folclor vallenato; al ser creada por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata la categoría de acordeoneras menores y mayores, hay que recordar que el protagonismo de las mujeres en el folclor del Valle viene desde tiempos históricos.
Una de ellas es Ana Antonia Ospino Campo (La Núñez), nacida en 1931, en el emblemático barrio El Cafetal de Villanueva, esposa del juglar Escolástico Romero. Madre de una importante familia musical como la de Rafael, acordeonero y percusionista; Norberto, acordeonero, quien grabó con Rafael Mendoza, Daniel Celedón y Armando Moscote. Misael, conguero; Rosendo, compositor; Israel, acordeonero y compositor, fundador junto con Rafael Orozco del afamado Binomio de Oro, y Misael Romero Ospino, acordeonero.
Otra mujer que le entregó sus hijos al folclor fue la afamada Juana Francisca Díaz Villareal, cantadora de música ribereña, extraordinaria folclorista. Sus hijos grandes acordeoneros del folclor como Alejandro Durán, primer rey del Festival Vallenato; Náfer, noveno rey del Festival y Luis Felipe Durán Díaz, su hijo mayor que grabó varios temas en Barranquilla en 1949, sin mucha resonancia.
Oriundos de El Paso, ella vivió junto con su esposo, también músico, tamborero y decimero, Náfer Nonato Durán Mojica, con quien vivió la mayor parte de su vida en la afamada hacienda Las Cabezas y donde sus hijos aprendieron el arte de ejecutar el acordeón con su tío Octavio Mendoza.
Otra de las importantes matronas del folclor del Valle fue ‘La Vieja’ Sara Salas Baquero, madre de ‘Toño’ Salas y Emiliano Zuleta Baquero, gran amiga del maestro Escalona, quien la inmortalizó en una canción de su mismo nombre.
Además, Carmen Díaz, esposa de Emiliano, madre de la dinastía más auténtica y criolla del folclor, los Zuleta Díaz, ‘Poncho’, Emiliano; Héctor Arturo y Mario, ya fallecidos.
Consuelo Araujo Noguera, la popular ‘Cacica’, quien desde muy joven demostró su gran amor por el folclor vallenato, música que se encontraba relegada a los corrales de la región, ella junto a Alfonso López y Escalona se dio a la tarea de mostrarlos al mundo a través de la creación del Festival Vallenato, que ya va en más de medio siglo de realización con la consecuente popularidad de esta música en todo el continente. Además, fue ministra de Cultura, abrió espacio para promoción y divulgación de las diferentes manifestaciones folclórica regionales, ya que los dineros de este ministerio eran manejados por las élites bogotanas para promocionar manifestaciones líricas de otras partes del país y el mundo.
Autora de varios libros, entre ellos ‘Vallenatología’, en el que nos habla de los orígenes de la música vallenata, en este libro fundamentó los cuatro ritmos que identifican a la música vallenata. También escribió ‘Escalona, el hombre y el mito’ y ‘El Lexicón Vallenato’, libro donde recoge palabras de uso regional de los habitantes de Valledupar.
Agustina Gutiérrez, pilar fundamental del folclor, oriunda de la población de La Paz, dio al folclor grandes acordeoneros que lo han engalanado: Miguel López, compañero de Jorge Oñate en sus inicios, Freddy Peralta; del quinto rey vallenato, Elberto ‘Él Debe’ López, quien grabó dos álbumes con Diomedes Díaz y otros cantantes. Pablo López, rey de la caja vallenata y relacionista del folclor. Otro de sus hijos que no tuvo figuración como rey del Festival, fue Alfonso ‘Poncho’ López, quien grabó varios discos con cantores afamados, fue conocido como “el rey de los bajos” por la magnífica ejecución que hacía del teclado izquierdo del acordeón. Agustina es abuela del rey de reyes del festival Álvaro López Carrillo, hijo de Miguel.
Rita Fernández, de las primeras mujeres que se atrevieron a mostrase a través de la música vallenata, como acordeonista y compositora, actividad considerada para la época como machista, rompió con esos parámetros y se mostró en el segundo Festival Vallenato con la agrupación netamente femenina ‘Las Universitarias’, donde además estuvieron la acordeonista Cecilia Meza Reales, miembro de una importante familia musical de criolla estirpe vallenata. Hermana de los reyes vallenatos Ciro y Álvaro, además en la agrupación ‘Las Universitarias’ estuvieron Betty Nokman en la guacharaca; Lucy Serrano, tumbadora; Lourdes Cuello, caja, y Carmen Mejía, cantante.
Rita fue concursante de canción inédita en el Festival Vallenato en el año 1979 con la canción ‘Tierra Blanda’, ocupó el segundo puesto, fue acompañada en el canto y coro por Estela Durán Escalona y Cecilia Meza. Ese mismo año lo grabó Jorge Oñate con el acordeón de ‘Chiche’ Martínez. Es autora de canciones como ‘Sombra perdida’ y ‘Dudas del amor’, grabada por El Binomio de Oro; ‘Romance de San Andrés’, grabada por Héctor y Adanies. Ante la falta de apoyo esta agrupación se disolvió, Rita siguió con sus canciones y ejecutando la concertina, cantando y componiendo cantos que hoy engalanan la música vallenata.
Estela Durán Escalona canta en la final del Festival Vallenato en 1971 la canción ‘Lamento arhuaco’, autoría de su hermano Santander Durán. Resultó ganadora, acompañada por el acordeón del rey vallenato Alberto Pacheco.
Jenny Cabello, en 1972, a sus escasos 6 años, se subió a la tarima Francisco ‘El Hombre’ de la plaza Alfonso López, a competir por la corona de rey vallenato infantil, fue vencida en reñida disputa por Raúl ‘Chiche’ Martínez, quien se alzó con la corona; le llevaba algunos años de diferencia, ella ocupó el segundo lugar.
Hortensia Lanao de Rozo, una educadora oriunda de Santa Marta, fue la primera mujer en ganar el concurso de canción inédita vallenata, con el canto ‘Qué hago Señor’, en el año 1995.
Antonia Daza Sarmiento, oriunda de Patillal, prima de Freddy Molina y Octavio Daza, gana en esta misma modalidad con el merengue ‘Orgullo de nacer’ en 1999.
Martha Guerra Muñoz, esta chiriguanera gana en el año 2003 con el son ‘El Soncito Tolimense’.
María Francisca ‘Chica’ Manjarrez es la madre de otra legión de acordeoneros, de El Molino en La Guajira, conocidos como los Hermanos Meriño, ellos mostraron a los cantantes Silvio Brito y Elías Rosado. Eran cuatro hermanos: Osmel, Agustín, acordeoneros; José Manuel, guacharaquero y Frabriciana ‘Faby’ Meriño Manjarrez, hija menor, conoció muy niña la magia del acordeón de la mano de su hermano Agustín.
La popular ‘Faby’ fue la primera acordeonera en participar en el primer Festival Vallenato en 1968, a los 16 años de edad, se enfrentó a Alejo, Abel Antonio, Luis Enrique, Ovidio Granados, ‘Toño’ Salas y Emiliano. Volvió a concursar en el festival en 1970, edición que ganó Calixto Ochoa.
A la edad de 18 años, integró el Conjunto de Aníbal Velásquez, se unió sentimentalmente con José Velásquez, el éxito era total, ella allí hacía coros, los cuales tuvo la oportunidad de plasmar en el fonograma. Ella estaba lista para grabar su primer álbum cuando ocurrió el accidente donde falleció en marzo 23 de 1971, de 20 años, entre Barranquilla y Cartagena. Venían de Medellín.
Carmen Ligia Wadnippar Martínez, El Paso en 1918. Vino a Valledupar en 1950, fue participante en 1969 en el concurso de Canción Inédita del Festival Vallenato. Bovea le grabó entre otras canciones ‘Linda vallenata’. Carmen era polifacética, declamaba poesía, cantaba rancheras y boleros en la media torta del barrio Doce de Octubre de Valledupar y en la pensión Santander de su propiedad junto con su esposo Manuel Yépez en la carrera 8 centro de Valledupar. Vivió en la población de Mariangola administrando una trilladora de maíz, local que alquilaba para funciones de circos. Estas actividades las alternaba con la preparación de compuestos de botánicos, que vendía en botellas. El profesor José Atuesta, muy amigo de la familia, dice que falleció en Cartagena en 2004.
Otra de las mujeres que dejó huella como cantante y compositora de la música vallenata fue la cartagenera Patricia Teherán Romero, fallecida trágicamente el 19 de enero de 1995, tenía solo 26 años.
Por su impacto melódico y sensual voz, Patricia es considerada un ícono del folclor vallenato. Hizo pareja junto a la acordeonera Graciela ‘Chela’ Ceballos Paccini, también fallecida el 13 de febrero de 2016 en San Cristóbal, Venezuela, oriunda de Barrancabermeja. Graciela fue descubridora de Patricia, grabaron tres exitosos álbumes musicales: ‘Con alma de Mujer’, ‘Guerreras del Amor’, ‘Explosivas y Sexys’, con la afamada agrupación totalmente femenina ‘Las Musas del vallenato’, de los cuales se desprendieron grandes éxitos, entre ellos ‘Tarde lo Conocí’ y ‘Me dejaste sin nada’.
Jeimy de Jesús Arrieta Ramos, nacida en 1996 en Arjona, Bolívar, en un hogar netamente musical, su padre reconocido acordeonero en la región la guió por esta senda, lo mismo a sus hermanos. Ella fue la primera acordeonera que se coronó reina en el Festival Vallenato en 2007, en la categoría Infantil a la edad de 11 años; fue la sensación cuando ejecutó con gran maestría la puya} ‘Me peino con la lengua’. Ha seguido en la ejecución del acordeón y formándose musicalmente en la institución de Bellas Artes de Cartagena.
Sidney Pernet Trujillo, ‘La reina del trópico’, conocida en el mundo de la música como Carmencita Pernet, fue tal vez de las primeras cantantes colombianas en tener reconocimiento internacional, interpretando música del trópico colombiano, nacida en Cartagena en 1935. Estuvo al lado de grandes orquestas colombianas como las de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Atlántico Jazz Band y José Pianeta Pitalua.
En búsqueda de su gloria musical llega a México, para la época era la meca de la música latina, acompañada de su esposo argentino Fernando Arango. Allí tuvo la oportunidad de estar al lado de las afamadas orquestas de Juan García Esquivel, Dámaso Pérez Prado, Rafael de Paz, del cubano Julio Gutiérrez. Con estas orquestas ella grabó en 1954 en ciudad de México las canciones vallenatas ‘039’ de Alejandro Durán, la cual ella título ‘El Taxi 039’.
‘Cállate Corazón’, canto que aparece en el rotulo de la caratula como de Alberto Fernández, y de la que también quiso apropiarse el samario Aquiles Lanao, pero que es del maestro de Patillal, Tobías Pumarejo. ‘El Aguacero’ del compositor bogotano Julio Torres también fue grabada por la cartagenera. Torres era seguidor de la escuela de Guillermo Buitrago, dio a conocer esta canción con su agrupación ‘Los Alegres Vallenatos’. Julio Torres a los 21 años ya tenía reconocimiento musical, quiso conocer el mar y llegó a Cartagena y en la primera zambullida en el océano se ahogó.
Esther Forero Celis, ‘La novia de Barranquilla’, fue otra de las damas que en su peregrinar musical por Sur, Centro y América del Norte, fue de las primeras mujeres en grabar música vallenata a su estilo. Grabó en Nueva York, ‘Toño Miranda el Valle’, un personaje de Ciénaga, parrandero concuñado de Guillermo Buitrago, quien le hizo este canto a este personaje cuando ‘El Jilguero de la Sierra Nevada’ estuvo por la región del Valle, acompañado por Antonio Miranda Culzet.
Forero Celis también grabó en la Gran Manzana un son de su autoría, titulado “La caminadora”, canción alusiva a su condición de trotamundos musical; ‘La raya’, del compositor cienaguero Gustavo Rada, fue otras de la canciones vallenatas que Esther grabó en Estados Unidos. Ella remató su faena vallenata en el exterior grabando otra canción en ritmo de son, esta del legendario ‘Pacho’ Rada, ‘La Puerca’, canto que ya había grabado en México el barranquillero Luis Carlos ‘El Negro’ Meyer.
Por: Celso Guerra / EL PILÓN
La mujer, ser tan especial, siempre ha sido protagonista principal del folclor vallenato, no solamente han servido como musa de nuestros compositores, sino además como intérpretes, cantantes, compositoras, gestoras culturales y madres del folclor.
Ellas siguen siendo actoras del folclor vallenato; al ser creada por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata la categoría de acordeoneras menores y mayores, hay que recordar que el protagonismo de las mujeres en el folclor del Valle viene desde tiempos históricos.
Una de ellas es Ana Antonia Ospino Campo (La Núñez), nacida en 1931, en el emblemático barrio El Cafetal de Villanueva, esposa del juglar Escolástico Romero. Madre de una importante familia musical como la de Rafael, acordeonero y percusionista; Norberto, acordeonero, quien grabó con Rafael Mendoza, Daniel Celedón y Armando Moscote. Misael, conguero; Rosendo, compositor; Israel, acordeonero y compositor, fundador junto con Rafael Orozco del afamado Binomio de Oro, y Misael Romero Ospino, acordeonero.
Otra mujer que le entregó sus hijos al folclor fue la afamada Juana Francisca Díaz Villareal, cantadora de música ribereña, extraordinaria folclorista. Sus hijos grandes acordeoneros del folclor como Alejandro Durán, primer rey del Festival Vallenato; Náfer, noveno rey del Festival y Luis Felipe Durán Díaz, su hijo mayor que grabó varios temas en Barranquilla en 1949, sin mucha resonancia.
Oriundos de El Paso, ella vivió junto con su esposo, también músico, tamborero y decimero, Náfer Nonato Durán Mojica, con quien vivió la mayor parte de su vida en la afamada hacienda Las Cabezas y donde sus hijos aprendieron el arte de ejecutar el acordeón con su tío Octavio Mendoza.
Otra de las importantes matronas del folclor del Valle fue ‘La Vieja’ Sara Salas Baquero, madre de ‘Toño’ Salas y Emiliano Zuleta Baquero, gran amiga del maestro Escalona, quien la inmortalizó en una canción de su mismo nombre.
Además, Carmen Díaz, esposa de Emiliano, madre de la dinastía más auténtica y criolla del folclor, los Zuleta Díaz, ‘Poncho’, Emiliano; Héctor Arturo y Mario, ya fallecidos.
Consuelo Araujo Noguera, la popular ‘Cacica’, quien desde muy joven demostró su gran amor por el folclor vallenato, música que se encontraba relegada a los corrales de la región, ella junto a Alfonso López y Escalona se dio a la tarea de mostrarlos al mundo a través de la creación del Festival Vallenato, que ya va en más de medio siglo de realización con la consecuente popularidad de esta música en todo el continente. Además, fue ministra de Cultura, abrió espacio para promoción y divulgación de las diferentes manifestaciones folclórica regionales, ya que los dineros de este ministerio eran manejados por las élites bogotanas para promocionar manifestaciones líricas de otras partes del país y el mundo.
Autora de varios libros, entre ellos ‘Vallenatología’, en el que nos habla de los orígenes de la música vallenata, en este libro fundamentó los cuatro ritmos que identifican a la música vallenata. También escribió ‘Escalona, el hombre y el mito’ y ‘El Lexicón Vallenato’, libro donde recoge palabras de uso regional de los habitantes de Valledupar.
Agustina Gutiérrez, pilar fundamental del folclor, oriunda de la población de La Paz, dio al folclor grandes acordeoneros que lo han engalanado: Miguel López, compañero de Jorge Oñate en sus inicios, Freddy Peralta; del quinto rey vallenato, Elberto ‘Él Debe’ López, quien grabó dos álbumes con Diomedes Díaz y otros cantantes. Pablo López, rey de la caja vallenata y relacionista del folclor. Otro de sus hijos que no tuvo figuración como rey del Festival, fue Alfonso ‘Poncho’ López, quien grabó varios discos con cantores afamados, fue conocido como “el rey de los bajos” por la magnífica ejecución que hacía del teclado izquierdo del acordeón. Agustina es abuela del rey de reyes del festival Álvaro López Carrillo, hijo de Miguel.
Rita Fernández, de las primeras mujeres que se atrevieron a mostrase a través de la música vallenata, como acordeonista y compositora, actividad considerada para la época como machista, rompió con esos parámetros y se mostró en el segundo Festival Vallenato con la agrupación netamente femenina ‘Las Universitarias’, donde además estuvieron la acordeonista Cecilia Meza Reales, miembro de una importante familia musical de criolla estirpe vallenata. Hermana de los reyes vallenatos Ciro y Álvaro, además en la agrupación ‘Las Universitarias’ estuvieron Betty Nokman en la guacharaca; Lucy Serrano, tumbadora; Lourdes Cuello, caja, y Carmen Mejía, cantante.
Rita fue concursante de canción inédita en el Festival Vallenato en el año 1979 con la canción ‘Tierra Blanda’, ocupó el segundo puesto, fue acompañada en el canto y coro por Estela Durán Escalona y Cecilia Meza. Ese mismo año lo grabó Jorge Oñate con el acordeón de ‘Chiche’ Martínez. Es autora de canciones como ‘Sombra perdida’ y ‘Dudas del amor’, grabada por El Binomio de Oro; ‘Romance de San Andrés’, grabada por Héctor y Adanies. Ante la falta de apoyo esta agrupación se disolvió, Rita siguió con sus canciones y ejecutando la concertina, cantando y componiendo cantos que hoy engalanan la música vallenata.
Estela Durán Escalona canta en la final del Festival Vallenato en 1971 la canción ‘Lamento arhuaco’, autoría de su hermano Santander Durán. Resultó ganadora, acompañada por el acordeón del rey vallenato Alberto Pacheco.
Jenny Cabello, en 1972, a sus escasos 6 años, se subió a la tarima Francisco ‘El Hombre’ de la plaza Alfonso López, a competir por la corona de rey vallenato infantil, fue vencida en reñida disputa por Raúl ‘Chiche’ Martínez, quien se alzó con la corona; le llevaba algunos años de diferencia, ella ocupó el segundo lugar.
Hortensia Lanao de Rozo, una educadora oriunda de Santa Marta, fue la primera mujer en ganar el concurso de canción inédita vallenata, con el canto ‘Qué hago Señor’, en el año 1995.
Antonia Daza Sarmiento, oriunda de Patillal, prima de Freddy Molina y Octavio Daza, gana en esta misma modalidad con el merengue ‘Orgullo de nacer’ en 1999.
Martha Guerra Muñoz, esta chiriguanera gana en el año 2003 con el son ‘El Soncito Tolimense’.
María Francisca ‘Chica’ Manjarrez es la madre de otra legión de acordeoneros, de El Molino en La Guajira, conocidos como los Hermanos Meriño, ellos mostraron a los cantantes Silvio Brito y Elías Rosado. Eran cuatro hermanos: Osmel, Agustín, acordeoneros; José Manuel, guacharaquero y Frabriciana ‘Faby’ Meriño Manjarrez, hija menor, conoció muy niña la magia del acordeón de la mano de su hermano Agustín.
La popular ‘Faby’ fue la primera acordeonera en participar en el primer Festival Vallenato en 1968, a los 16 años de edad, se enfrentó a Alejo, Abel Antonio, Luis Enrique, Ovidio Granados, ‘Toño’ Salas y Emiliano. Volvió a concursar en el festival en 1970, edición que ganó Calixto Ochoa.
A la edad de 18 años, integró el Conjunto de Aníbal Velásquez, se unió sentimentalmente con José Velásquez, el éxito era total, ella allí hacía coros, los cuales tuvo la oportunidad de plasmar en el fonograma. Ella estaba lista para grabar su primer álbum cuando ocurrió el accidente donde falleció en marzo 23 de 1971, de 20 años, entre Barranquilla y Cartagena. Venían de Medellín.
Carmen Ligia Wadnippar Martínez, El Paso en 1918. Vino a Valledupar en 1950, fue participante en 1969 en el concurso de Canción Inédita del Festival Vallenato. Bovea le grabó entre otras canciones ‘Linda vallenata’. Carmen era polifacética, declamaba poesía, cantaba rancheras y boleros en la media torta del barrio Doce de Octubre de Valledupar y en la pensión Santander de su propiedad junto con su esposo Manuel Yépez en la carrera 8 centro de Valledupar. Vivió en la población de Mariangola administrando una trilladora de maíz, local que alquilaba para funciones de circos. Estas actividades las alternaba con la preparación de compuestos de botánicos, que vendía en botellas. El profesor José Atuesta, muy amigo de la familia, dice que falleció en Cartagena en 2004.
Otra de las mujeres que dejó huella como cantante y compositora de la música vallenata fue la cartagenera Patricia Teherán Romero, fallecida trágicamente el 19 de enero de 1995, tenía solo 26 años.
Por su impacto melódico y sensual voz, Patricia es considerada un ícono del folclor vallenato. Hizo pareja junto a la acordeonera Graciela ‘Chela’ Ceballos Paccini, también fallecida el 13 de febrero de 2016 en San Cristóbal, Venezuela, oriunda de Barrancabermeja. Graciela fue descubridora de Patricia, grabaron tres exitosos álbumes musicales: ‘Con alma de Mujer’, ‘Guerreras del Amor’, ‘Explosivas y Sexys’, con la afamada agrupación totalmente femenina ‘Las Musas del vallenato’, de los cuales se desprendieron grandes éxitos, entre ellos ‘Tarde lo Conocí’ y ‘Me dejaste sin nada’.
Jeimy de Jesús Arrieta Ramos, nacida en 1996 en Arjona, Bolívar, en un hogar netamente musical, su padre reconocido acordeonero en la región la guió por esta senda, lo mismo a sus hermanos. Ella fue la primera acordeonera que se coronó reina en el Festival Vallenato en 2007, en la categoría Infantil a la edad de 11 años; fue la sensación cuando ejecutó con gran maestría la puya} ‘Me peino con la lengua’. Ha seguido en la ejecución del acordeón y formándose musicalmente en la institución de Bellas Artes de Cartagena.
Sidney Pernet Trujillo, ‘La reina del trópico’, conocida en el mundo de la música como Carmencita Pernet, fue tal vez de las primeras cantantes colombianas en tener reconocimiento internacional, interpretando música del trópico colombiano, nacida en Cartagena en 1935. Estuvo al lado de grandes orquestas colombianas como las de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Atlántico Jazz Band y José Pianeta Pitalua.
En búsqueda de su gloria musical llega a México, para la época era la meca de la música latina, acompañada de su esposo argentino Fernando Arango. Allí tuvo la oportunidad de estar al lado de las afamadas orquestas de Juan García Esquivel, Dámaso Pérez Prado, Rafael de Paz, del cubano Julio Gutiérrez. Con estas orquestas ella grabó en 1954 en ciudad de México las canciones vallenatas ‘039’ de Alejandro Durán, la cual ella título ‘El Taxi 039’.
‘Cállate Corazón’, canto que aparece en el rotulo de la caratula como de Alberto Fernández, y de la que también quiso apropiarse el samario Aquiles Lanao, pero que es del maestro de Patillal, Tobías Pumarejo. ‘El Aguacero’ del compositor bogotano Julio Torres también fue grabada por la cartagenera. Torres era seguidor de la escuela de Guillermo Buitrago, dio a conocer esta canción con su agrupación ‘Los Alegres Vallenatos’. Julio Torres a los 21 años ya tenía reconocimiento musical, quiso conocer el mar y llegó a Cartagena y en la primera zambullida en el océano se ahogó.
Esther Forero Celis, ‘La novia de Barranquilla’, fue otra de las damas que en su peregrinar musical por Sur, Centro y América del Norte, fue de las primeras mujeres en grabar música vallenata a su estilo. Grabó en Nueva York, ‘Toño Miranda el Valle’, un personaje de Ciénaga, parrandero concuñado de Guillermo Buitrago, quien le hizo este canto a este personaje cuando ‘El Jilguero de la Sierra Nevada’ estuvo por la región del Valle, acompañado por Antonio Miranda Culzet.
Forero Celis también grabó en la Gran Manzana un son de su autoría, titulado “La caminadora”, canción alusiva a su condición de trotamundos musical; ‘La raya’, del compositor cienaguero Gustavo Rada, fue otras de la canciones vallenatas que Esther grabó en Estados Unidos. Ella remató su faena vallenata en el exterior grabando otra canción en ritmo de son, esta del legendario ‘Pacho’ Rada, ‘La Puerca’, canto que ya había grabado en México el barranquillero Luis Carlos ‘El Negro’ Meyer.
Por: Celso Guerra / EL PILÓN