A la capital del Cesar están llegando habitantes de calle de otros países y municipios del departamento. Las principales causas de indigencia son la migración y la adicción a las drogas.
Entre el centro, el mercado y las zonas vecinas de Valledupar se concentra la mayor parte de habitantes de calle, según una georreferenciación de la administración municipal.
Tirados en los andenes y en las puertas de los centros comerciales, viven y duermen indigentes que dependen de lo que recogen en las calles.
Algunos terminan en la indigencia culpa del vicio, otros por la falta de dinero. Existen historias como las de Andrés Cárcamo, vallenato de nacimiento, quien hace 20 años cursaba sexto semestre de Derecho. Desde la primera vez que probó la marihuana por curiosidad, ha intentado abandonarla asistiendo a centro de rehabilitación y capacitaciones sin éxito.
Con la barba crecida y una cricatriz en su frente que le hicieron en una riña, camina por la ciudad pidiendo dinero para comer.
Como él, en Valledupar hay cientos de personas que no tienen techo donde dormir. “No hay una cifra exacta porque es una población demasiado fluctuante”, aseguró el Secretario de Salud departamental, Nicolás Muhrez. En el 2017 cerca de 200 personas en estado de indigencia fueron atendidas en los centros de salud.
Venezolanos en las calles
Además de las personas que recurren a la indigencia culpa del vicio y problemas mentales, la pobreza obliga a pedir en las calles. Con la llegada masiva de venezolanos el número de personas durmiendo en la calle y pidiendo aumentó considerablemente.
Sara García llegó hace tres meses a Valledupar proveniente de Maracaibo, junto a su esposo, sus tres hijos y su madre. La crisis en el vecino país destruyó el negocio de venta de quesos del que dependían. A Colombia llegaron sin nada. “Los primeros 15 días dormimos en la calle porque no pudimos traer nada. Todos lo dejamos en Venezuela”, comentó Sara. Ninguna de sus tres hijas de ocho, seis y cuatro años estudia. “Mientras trabajé vendiendo ropa dormimos en un salón de arriendo, pero me enfermé y me echaron, por eso volvimos a la indigencia”, agregó. Como muchos otros venezolanos, su esposo vende chicles en la calle. Los seis duermen entre sabanas en la terraza de una tienda del mercado.
Las drogas agudizan el problema
Según el líder de Gestión Social en Valledupar, Jaider Rincones, en la indigencia extrema muchos utilizan las drogas para poder mantener el ritmo de vida.
“A la ciudad nos ha golpeado factores externos como la repatriación de ancianos y adultos provenientes de otras ciudades hacia Valledupar”, agregó el gestor social.
El estado colombiano atiende cerca de 3.515 menores de edad que nacieron en la calle.
A la capital del Cesar están llegando habitantes de calle de otros países y municipios del departamento. Las principales causas de indigencia son la migración y la adicción a las drogas.
Entre el centro, el mercado y las zonas vecinas de Valledupar se concentra la mayor parte de habitantes de calle, según una georreferenciación de la administración municipal.
Tirados en los andenes y en las puertas de los centros comerciales, viven y duermen indigentes que dependen de lo que recogen en las calles.
Algunos terminan en la indigencia culpa del vicio, otros por la falta de dinero. Existen historias como las de Andrés Cárcamo, vallenato de nacimiento, quien hace 20 años cursaba sexto semestre de Derecho. Desde la primera vez que probó la marihuana por curiosidad, ha intentado abandonarla asistiendo a centro de rehabilitación y capacitaciones sin éxito.
Con la barba crecida y una cricatriz en su frente que le hicieron en una riña, camina por la ciudad pidiendo dinero para comer.
Como él, en Valledupar hay cientos de personas que no tienen techo donde dormir. “No hay una cifra exacta porque es una población demasiado fluctuante”, aseguró el Secretario de Salud departamental, Nicolás Muhrez. En el 2017 cerca de 200 personas en estado de indigencia fueron atendidas en los centros de salud.
Venezolanos en las calles
Además de las personas que recurren a la indigencia culpa del vicio y problemas mentales, la pobreza obliga a pedir en las calles. Con la llegada masiva de venezolanos el número de personas durmiendo en la calle y pidiendo aumentó considerablemente.
Sara García llegó hace tres meses a Valledupar proveniente de Maracaibo, junto a su esposo, sus tres hijos y su madre. La crisis en el vecino país destruyó el negocio de venta de quesos del que dependían. A Colombia llegaron sin nada. “Los primeros 15 días dormimos en la calle porque no pudimos traer nada. Todos lo dejamos en Venezuela”, comentó Sara. Ninguna de sus tres hijas de ocho, seis y cuatro años estudia. “Mientras trabajé vendiendo ropa dormimos en un salón de arriendo, pero me enfermé y me echaron, por eso volvimos a la indigencia”, agregó. Como muchos otros venezolanos, su esposo vende chicles en la calle. Los seis duermen entre sabanas en la terraza de una tienda del mercado.
Las drogas agudizan el problema
Según el líder de Gestión Social en Valledupar, Jaider Rincones, en la indigencia extrema muchos utilizan las drogas para poder mantener el ritmo de vida.
“A la ciudad nos ha golpeado factores externos como la repatriación de ancianos y adultos provenientes de otras ciudades hacia Valledupar”, agregó el gestor social.
El estado colombiano atiende cerca de 3.515 menores de edad que nacieron en la calle.