La palma de aceite constituye el cultivo permanente con más incidencia en el departamento, mientras que el maíz es el que el principal cultivo de ciclo corto.
Una radiografía de cómo está el agro en el Cesar expuso el secretario de Agricultura Departamental, Carlos Eduardo Campo Cuello, en una visita que realizó al diario EL PILÓN, donde rememoró que luego de ser esta un departamento eminentemente algodonero se arriesgó a otros cultivos gracias a sus potenciales geográficos y climáticos.
“Este departamento se ha sustentado por el desarrollo agropecuario, desde 1967. Parte de su desarrollo, la dinámica y la oportunidad se dio desde que Alfonso Araújo presentó la primera iniciativa para crear el departamento del Cesar, que estaba sustentada en el desarrollo agropecuario de la región. En ese entonces ‘el oro blanco’ o el algodón, que alcanzó su pico en la década de los 70, alcanzando unas 126 mil hectáreas, logrando generar 126 mil empleos. Después de conflictos, aperturas económicas y aspectos gremiales el Cesar se fue reconvirtiendo en su gran mayoría en palma de aceite”, explicó el funcionario.
De acuerdo con Campo Cuello, “hoy nos hemos vuelto exportadores de genética, es decir de semillas; hemos encontrado variedades que se adaptan muy bien a nuestras condiciones, lo cual nos ha servido para que empresas como Oleoflores hoy puedan estar colocando esa semilla en otros países como Guatemala, México y Panamá, lo que demuestra la fortaleza del sector. Somos el segundo departamento a nivel nacional en importancia en áreas sembradas y Colombia es el primer país en Latinoamérica en áreas sembradas con medio millón de hectáreas que está a disposición”.
En el 2017 el departamento comenzó con la certificación de denominación de origen del café de la Sierra Nevada de Santa Marta, con un aspecto importante del mercado para entender de dónde se origina el café; cuáles son los valores culturales, poblacionales y las notas de sabor que pueden identificar a cualquier mercado internacional.
Pese a que tiene unos rendimientos de 400 kilos por hectáreas, que son muy bajos, no solo para el Cesar sino para toda Colombia, por lo que implica hacer esfuerzos de la siembra de cacao que se hicieron casi como un cultivo de tradición familiar a un cultivo más empresarial, más parecido al formato de Ecuador; en aras de lograr dos toneladas por hectárea/año. “El Cesar debe ir dando avances, puesto que el cultivo de cacao se da con un promedio de una o dos hectáreas por familia, pero también se observa que hay nuevos jugadores como el caso de Makenkal que decidió instalarse en el municipio de La Jagua de Ibirico al percibir el potencial que tiene la región”, argumentó.
La Federación de Arroceros es ejemplo de unión y agremiación con su tecnología, puesto que hace esfuerzos para bases tecnológicas que permitan la adaptación a las diferentes condiciones agroclimáticas y en precios para manejar mejores costos de producción. En la actualidad se cuenta con una planta de almacenamiento, procesamiento y secado de arroz paddy.
En el norte del Cesar, a través del convenio con Fedepanela, se ha logrado colocar más de 100 toneladas de polvo de panela en los mercados internacionales, en Australia, Francia e Italia.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
La palma de aceite constituye el cultivo permanente con más incidencia en el departamento, mientras que el maíz es el que el principal cultivo de ciclo corto.
Una radiografía de cómo está el agro en el Cesar expuso el secretario de Agricultura Departamental, Carlos Eduardo Campo Cuello, en una visita que realizó al diario EL PILÓN, donde rememoró que luego de ser esta un departamento eminentemente algodonero se arriesgó a otros cultivos gracias a sus potenciales geográficos y climáticos.
“Este departamento se ha sustentado por el desarrollo agropecuario, desde 1967. Parte de su desarrollo, la dinámica y la oportunidad se dio desde que Alfonso Araújo presentó la primera iniciativa para crear el departamento del Cesar, que estaba sustentada en el desarrollo agropecuario de la región. En ese entonces ‘el oro blanco’ o el algodón, que alcanzó su pico en la década de los 70, alcanzando unas 126 mil hectáreas, logrando generar 126 mil empleos. Después de conflictos, aperturas económicas y aspectos gremiales el Cesar se fue reconvirtiendo en su gran mayoría en palma de aceite”, explicó el funcionario.
De acuerdo con Campo Cuello, “hoy nos hemos vuelto exportadores de genética, es decir de semillas; hemos encontrado variedades que se adaptan muy bien a nuestras condiciones, lo cual nos ha servido para que empresas como Oleoflores hoy puedan estar colocando esa semilla en otros países como Guatemala, México y Panamá, lo que demuestra la fortaleza del sector. Somos el segundo departamento a nivel nacional en importancia en áreas sembradas y Colombia es el primer país en Latinoamérica en áreas sembradas con medio millón de hectáreas que está a disposición”.
En el 2017 el departamento comenzó con la certificación de denominación de origen del café de la Sierra Nevada de Santa Marta, con un aspecto importante del mercado para entender de dónde se origina el café; cuáles son los valores culturales, poblacionales y las notas de sabor que pueden identificar a cualquier mercado internacional.
Pese a que tiene unos rendimientos de 400 kilos por hectáreas, que son muy bajos, no solo para el Cesar sino para toda Colombia, por lo que implica hacer esfuerzos de la siembra de cacao que se hicieron casi como un cultivo de tradición familiar a un cultivo más empresarial, más parecido al formato de Ecuador; en aras de lograr dos toneladas por hectárea/año. “El Cesar debe ir dando avances, puesto que el cultivo de cacao se da con un promedio de una o dos hectáreas por familia, pero también se observa que hay nuevos jugadores como el caso de Makenkal que decidió instalarse en el municipio de La Jagua de Ibirico al percibir el potencial que tiene la región”, argumentó.
La Federación de Arroceros es ejemplo de unión y agremiación con su tecnología, puesto que hace esfuerzos para bases tecnológicas que permitan la adaptación a las diferentes condiciones agroclimáticas y en precios para manejar mejores costos de producción. En la actualidad se cuenta con una planta de almacenamiento, procesamiento y secado de arroz paddy.
En el norte del Cesar, a través del convenio con Fedepanela, se ha logrado colocar más de 100 toneladas de polvo de panela en los mercados internacionales, en Australia, Francia e Italia.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN