La construcción de 42 viviendas tipo campestre en la ronda del río tiene preocupados a los ambientalistas. El proyecto, según la Oficina Asesora de Planeación Municipal, aún no tiene el Plan Parcial de Urbanización, que es el que finalmente dará vía libre o no a su desarrollo.
Las amenazas del río Guatapurí no solo están en la cuenca alta y media por cuenta de la deforestación, también se encuentran en la parte baja, donde hoy está a punto de iniciar el proyecto urbanístico denominado Parcelación Unidad Cerrada Colinas de Hurtado, cuyos socios consiguieron que la autoridad ambiental hiciera la extracción del predio de la zona de reserva forestal.
Este proceso tomó fuerza el año anterior cuando el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aceptó, lo que ya había aprobado la Alcaldía de Valledupar, desde su Oficina Asesora de Planeación, como fue entregar licencia de construcción a la Urbanizadora Colinas de Hurtado S.A.
“Al menos significará un riesgo para la cuenca”, es la interpretación del director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Kaleb Villalobos Brochel, cuando se le pregunta por la puesta en marcha del proyecto de 22 hectáreas, que contempla la construcción de 42 viviendas tipo campestre.
Con la solicitud del 27 de diciembre de 2011, para el desmonte de arbustos y maleza, Corpocesar se enteró de la iniciativa liderada en ese entonces por Hernando Montero Monsalvo, quien fungía en calidad de gerente. La Corporación negó la petición, sin embargo Colinas de Hurtado no detuvo la busca de su objetivo.
Encontró tropiezos. Uno de ellos fue la medida de suspensión emitida por Corpocesar el 5 de julio de 2012, debido a las obras que se adelantaban al interior del predio. Pero a finales de ese año, el curador Urbano número uno de Valledupar, Augusto Orozco Sánchez, renovó la licencia de construcción para Colinas de Hurtado, sin tener en cuenta que estaba ubicado en una zona blindada por la Ley 2 de 1959, en el marco de la Reserva Forestal de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Orozco Sánchez manifestó que proyectos como estos en zona de reserva forestal cumplían con los requisitos. La información fue publicada por EL PILÓN el 17 de diciembre de 2014. En dicho informe el funcionario explicó que lo adelantado en dicho lugar fueron obras de vías internas y parcelación de los lotes de 42 propietarios.
En el año 2010, Orozco Sánchez había aceptado lo propuesto por Hernán José Montero Monsalvo. Dos años después, la renovación se dio según el curador, amparada en los estatutos planteados en el Acuerdo Municipal.
Manifestó que el acuerdo denominado ‘Suelo Forestal Especial’ especificaba que en el terreno donde se quiere construir, al norte de la ciudad, muy cerca al cementerio Jardines del Ecce Homo, no se podía urbanizar pero sí realizar viviendas campestres. Explicó que el Artículo 113 del Acuerdo establecía que se debía proteger la zona hídrica, por lo que los trabajos a realizarse en la reserva forestal debían dejar 60 metros del eje del río Guatapurí de lado y lado, y que dicha normatividad se surtía por el proyecto Colinas de Hurtado, de acuerdo con lo plasmado en el proyecto presentado ante la Curaduría.
Se defendió argumentando que el Artículo 315 estipula que los lotes deben tener una extensión mínima de 2.500 metros cuadrados y 40 de frente, de los cuales solo puede ser construido el 12 %.
El concepto de la Curaduría sirvió para que los socios de Colinas de Hurtado fueran a la Oficina Asesora de Planeación Municipal y solicitaran el permiso para iniciar los trabajos. Todo este proceso se realizó en la administración de Fredys Socarrás Reales, bajo la orientación de Aníbal Quiroz Monsalvo, como jefe de la Oficina de Planeación.
Andrés Felipe Meza Araújo, Ingeniero Ambiental y Sanitario de la Universidad de la Salle, asegura que Colinas de Hurtado ocasionaría un impacto fuerte en Valledupar.
“Todas esas actividades como viviendas campestres generan un impacto fuerte, no solo a la reserva forestal, sino al río Guatapurí, por más sistemas que tengan de tratamiento de aguas, siempre hay filtraciones”, dijo el especialista en evaluación del Impacto Ambiental de Proyectos.
Como exsecretario de Ambiente del Cesar, Meza Araújo argumentó que no estuvo de acuerdo con ese tipo de proyectos, “pienso que Valledupar debe crecer, pero no pegado hacia el río Guatapurí porque la ciudad debería hacerlo mirando a los corregimientos como Río Seco, generando desarrollo en ese tipo de población, y reduciendo los impactos sobre el Guatapurí”.
Explica que hoy el Plan de Ordenamiento Territorial es una carta abierta para que se sigan desarrollando iniciativas urbanísticas de este tipo, por eso el Ministerio de Ambiente y el Municipio tienen la obligación de recomponer y poner a esta ciudad como amigable para el medio ambiente.
“Hoy las cosas están dadas, se está desarrollando el proyecto, inclusive estuve en contra del POT porque las zonas de expansión urbana influirían sobre el río Guatapurí, que será afectado, sé que se están tomando medidas pero los impactos son irreparables, creo que el ciclo de vida del río Guatapurí se reduce a menos años y no somos conscientes de eso, por lo tanto hoy la autoridad ambiental en el marco de esa sustracción de reserva forestal debe hacer seguimiento constante a las obligaciones que tiene ese conjunto y demás que tienen las viviendas campestres”, sentenció Andrés Felipe Meza.
La Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, informó que por medio de la Resolución 270 de 2017, su Oficina Jurídica levantó la medida preventiva impuesta a través de las resoluciones 037 de 2012 y 001 de 2014, consistente en la suspensión de todas las actividades en Colinas de Hurtado, ubicada en la vía de acceso al cementerio Jardines de Ecce Homo.
El Ministerio de Ambiente, a través de la Resolución 1865 de 2016, registró el área donde proyectan la construcción como expansión urbana, por lo tanto ya no hace parte de la Reserva Forestal de la Sierra Nevada de Santa Marta. Esta solicitud fue hecha por Iván Castro Maya, hoy representante del proyecto.
“La autoridad competente en materia de urbanismo y construcción es la municipalidad, no es la corporación, y no es que nos estemos tirando la pelotica unos a los otros, por eso cito la norma y hasta dónde llega la corporación en ese sentido”, manifestó el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel en diálogo con EL PILÓN.
Sostuvo que la primera comunicación la hizo llegar a Frank Pearl, entonces ministro de Ambiente, cuando el 29 de agosto le ofició sobre la problemática por la intervención de la margen izquierda del río Guatapurí, especialmente por Colinas de Hurtado.
Según Villalobos Brochel, la corporación tiene dos puntos específicos basados en el Plan Parcial de Urbanización para aprobar la viabilidad del proyecto, a nivel ambiental.
“Son básicamente esos dos parámetros, primero que no vayan a existir vertimientos de aguas residuales sobre el río Guatapurí y que se respete la distancia, los 30 metros, reglamentados por la ley, desde la cota máxima de inundación. Obviamente revisaremos el Plan Parcial de Urbanización en su integralidad, para imponer algunas obligaciones que favorezcan la protección del río como tal”, aclaró Kaleb Villalobos.
Colinas de Hurtado quedó en área de expansión urbana según el Plan de Ordenamiento Territorial de Valledupar, luego de la sustracción del área de la reserva de Ley 2 de 1959. Corpocesar aclaró que debido a esta sustracción desaparecen las causales por las cuales se les había interpuesto la medida preventiva consistente en la suspensión de actividades.
“Hoy no existe ningún proyecto urbanístico sobre la parte alta del río Guatapurí. Debemos esperar que nos pasen el Plan Parcial de Urbanización para saber si es viable o no, desde el punto de vista ambiental. La oficina de Planeación del municipio debe salir y dar la cara para decir por qué otorgaron esa licencia de construcción y que tengan ellos todos los parámetros técnicos, porque cuando yo otorgo una licencia y nos critican, yo salgo a dar la cara ante los medios y a la comunidad, defiendo con soportes técnicos la licencia. No podemos salir a escudarnos, sino a decir si otorgaron una licencia es porque hay técnicamente todas las bases para que la hayan otorgado”, señaló el director de Corpocesar.
EL PILÓN conoció que Corpocesar está obligado a cumplir la orden perentoria emitida por el Ministerio de Ambiente, porque en caso de no hacerlo, recaería en un prevaricato.
“El Ministerio accedió y sustrajo el predio de reserva forestal, ahora nos toca a nosotros como corporación tomar todas las medidas pertinentes para evitar que sigan impactos negativos sobre el río. Nosotros desde que llegamos a la corporación hemos manifestado que no estamos de acuerdo con que se construya alrededor del río, ese es el patrimonio más importante que tenemos en la ciudad y eso hay que protegerlo, la protección implica también evitar cualquier proyecto que signifique algún tipo de riesgo y sin lugar a dudas, un proyecto urbanístico al menos significará un riesgo para la cuenca, sin embargo, las actuaciones de la corporación van hasta donde la ley no los permite”, recalcó Kaleb Villalobos Brochel.
En una entrevista concedida a EL PILÓN, el gerente de la constructora que adelanta Colinas de Hurtado, Iván Castro Maya, sostuvo que “hasta el momento es un predio rural.
Respondió a la pregunta sobre la afectación que causaría al río Guatapurí, argumentando “la ciudadanía puede estar tranquila, porque lejos de dañar el río, estamos tratando de conservarlo, tratando de volver segura esta zona. Considero que hay gente interesada en oponerse al proyecto con el argumento que vamos a contaminar”.
El jefe de la Oficina Asesora de Planeación, Franklin Daza Suárez, aseguró que los inversionistas de Colinas de Hurtado no han hecho presencia en su dependencia durante los últimos días.
“Ya con la sustracción que hubo, ellos debe hacer la presentación de un Plan Parcial sobre todo el proyecto, cuando eso suceda se activa toda la parte administrativa y es ahí donde se mira si se aprueba o no, mientras eso no exista no hay nada”, declaró Daza Suárez.
A pesar de que el Plan de Ordenamiento Territorial estipula a Valledupar como una ‘burbuja’ a nivel de construcciones, Franklin Daza destaca “mientras no se genere impacto negativo el problema no existe. Hacia esa zona, más alejada del río hay varios proyectos como el Seminario, el colegio La Sierra, el Batallón de Ingenieros, el nuevo proyecto urbanístico Santana, pero son proyectos que no están directamente sobre la ronda del río, en este caso Colindas de Hurtado si está, entonces tiene mayores restricciones ambientales que son las que ellos deben presentar como soluciones muy claras. Tendría que ver uso de la tecnología para el manejo de las aguas residuales, para ver dónde las van a verter”, destacó.
Confirmó que mientras no tengan el Plan Parcial de Urbanización en la Oficina Asesora de Planeación, no puede emitir un concepto de viabilidad o desaprobar.
“La ley permite que cuando se den este tipo de proyectos macros en un área tan específica como esa, el Plan Parcial es la única solución, porque contempla no solamente situaciones urbanísticas sino ambientales, de servicio y de movilidad”.
La Ley 2 de 1959 indica que los terrenos ubicados en las cabeceras de cuencas de ríos, arroyos y quebradas, sean o no permanentes; márgenes y laderas con pendiente superior al 40 %, zona de 50 metros de ancho a cada lado de manantiales, corrientes y cualesquiera depósitos naturales de aguas, y los que, a juicio del Ministerio de Agricultura, convenga mantener el bosque, o crearlo si ha desaparecido, con el fin de defender cuencas de abastecimientos de aguas, embalses, acequias, evitar desprendimientos de tierras y rocas, sujetar terrenos, defender vías de comunicación, regularizar cursos de agua o contribuir a la salubridad.
La Alcaldía de Valledupar solicitó ante el Ministerio de Ambiente Sostenible la sustracción del área de reserva forestal declarada mediante la Ley 2 de 1959.
Para que el proyecto Colinas de Hurtado fuera aprobado, lo primero que recibió fue el visto bueno de la Curaduría Urbana de Valledupar.
“El ciclo de vida del río Guatapurí se reduce a menos años y no somos conscientes de eso, por lo tanto hoy la autoridad ambiental en el marco de esa sustracción de reserva forestal debe hacer seguimiento constante a las obligaciones que tiene ese conjunto y demás que tienen las viviendas campestres”: Andrés Felipe Meza.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
La construcción de 42 viviendas tipo campestre en la ronda del río tiene preocupados a los ambientalistas. El proyecto, según la Oficina Asesora de Planeación Municipal, aún no tiene el Plan Parcial de Urbanización, que es el que finalmente dará vía libre o no a su desarrollo.
Las amenazas del río Guatapurí no solo están en la cuenca alta y media por cuenta de la deforestación, también se encuentran en la parte baja, donde hoy está a punto de iniciar el proyecto urbanístico denominado Parcelación Unidad Cerrada Colinas de Hurtado, cuyos socios consiguieron que la autoridad ambiental hiciera la extracción del predio de la zona de reserva forestal.
Este proceso tomó fuerza el año anterior cuando el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aceptó, lo que ya había aprobado la Alcaldía de Valledupar, desde su Oficina Asesora de Planeación, como fue entregar licencia de construcción a la Urbanizadora Colinas de Hurtado S.A.
“Al menos significará un riesgo para la cuenca”, es la interpretación del director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Kaleb Villalobos Brochel, cuando se le pregunta por la puesta en marcha del proyecto de 22 hectáreas, que contempla la construcción de 42 viviendas tipo campestre.
Con la solicitud del 27 de diciembre de 2011, para el desmonte de arbustos y maleza, Corpocesar se enteró de la iniciativa liderada en ese entonces por Hernando Montero Monsalvo, quien fungía en calidad de gerente. La Corporación negó la petición, sin embargo Colinas de Hurtado no detuvo la busca de su objetivo.
Encontró tropiezos. Uno de ellos fue la medida de suspensión emitida por Corpocesar el 5 de julio de 2012, debido a las obras que se adelantaban al interior del predio. Pero a finales de ese año, el curador Urbano número uno de Valledupar, Augusto Orozco Sánchez, renovó la licencia de construcción para Colinas de Hurtado, sin tener en cuenta que estaba ubicado en una zona blindada por la Ley 2 de 1959, en el marco de la Reserva Forestal de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Orozco Sánchez manifestó que proyectos como estos en zona de reserva forestal cumplían con los requisitos. La información fue publicada por EL PILÓN el 17 de diciembre de 2014. En dicho informe el funcionario explicó que lo adelantado en dicho lugar fueron obras de vías internas y parcelación de los lotes de 42 propietarios.
En el año 2010, Orozco Sánchez había aceptado lo propuesto por Hernán José Montero Monsalvo. Dos años después, la renovación se dio según el curador, amparada en los estatutos planteados en el Acuerdo Municipal.
Manifestó que el acuerdo denominado ‘Suelo Forestal Especial’ especificaba que en el terreno donde se quiere construir, al norte de la ciudad, muy cerca al cementerio Jardines del Ecce Homo, no se podía urbanizar pero sí realizar viviendas campestres. Explicó que el Artículo 113 del Acuerdo establecía que se debía proteger la zona hídrica, por lo que los trabajos a realizarse en la reserva forestal debían dejar 60 metros del eje del río Guatapurí de lado y lado, y que dicha normatividad se surtía por el proyecto Colinas de Hurtado, de acuerdo con lo plasmado en el proyecto presentado ante la Curaduría.
Se defendió argumentando que el Artículo 315 estipula que los lotes deben tener una extensión mínima de 2.500 metros cuadrados y 40 de frente, de los cuales solo puede ser construido el 12 %.
El concepto de la Curaduría sirvió para que los socios de Colinas de Hurtado fueran a la Oficina Asesora de Planeación Municipal y solicitaran el permiso para iniciar los trabajos. Todo este proceso se realizó en la administración de Fredys Socarrás Reales, bajo la orientación de Aníbal Quiroz Monsalvo, como jefe de la Oficina de Planeación.
Andrés Felipe Meza Araújo, Ingeniero Ambiental y Sanitario de la Universidad de la Salle, asegura que Colinas de Hurtado ocasionaría un impacto fuerte en Valledupar.
“Todas esas actividades como viviendas campestres generan un impacto fuerte, no solo a la reserva forestal, sino al río Guatapurí, por más sistemas que tengan de tratamiento de aguas, siempre hay filtraciones”, dijo el especialista en evaluación del Impacto Ambiental de Proyectos.
Como exsecretario de Ambiente del Cesar, Meza Araújo argumentó que no estuvo de acuerdo con ese tipo de proyectos, “pienso que Valledupar debe crecer, pero no pegado hacia el río Guatapurí porque la ciudad debería hacerlo mirando a los corregimientos como Río Seco, generando desarrollo en ese tipo de población, y reduciendo los impactos sobre el Guatapurí”.
Explica que hoy el Plan de Ordenamiento Territorial es una carta abierta para que se sigan desarrollando iniciativas urbanísticas de este tipo, por eso el Ministerio de Ambiente y el Municipio tienen la obligación de recomponer y poner a esta ciudad como amigable para el medio ambiente.
“Hoy las cosas están dadas, se está desarrollando el proyecto, inclusive estuve en contra del POT porque las zonas de expansión urbana influirían sobre el río Guatapurí, que será afectado, sé que se están tomando medidas pero los impactos son irreparables, creo que el ciclo de vida del río Guatapurí se reduce a menos años y no somos conscientes de eso, por lo tanto hoy la autoridad ambiental en el marco de esa sustracción de reserva forestal debe hacer seguimiento constante a las obligaciones que tiene ese conjunto y demás que tienen las viviendas campestres”, sentenció Andrés Felipe Meza.
La Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, informó que por medio de la Resolución 270 de 2017, su Oficina Jurídica levantó la medida preventiva impuesta a través de las resoluciones 037 de 2012 y 001 de 2014, consistente en la suspensión de todas las actividades en Colinas de Hurtado, ubicada en la vía de acceso al cementerio Jardines de Ecce Homo.
El Ministerio de Ambiente, a través de la Resolución 1865 de 2016, registró el área donde proyectan la construcción como expansión urbana, por lo tanto ya no hace parte de la Reserva Forestal de la Sierra Nevada de Santa Marta. Esta solicitud fue hecha por Iván Castro Maya, hoy representante del proyecto.
“La autoridad competente en materia de urbanismo y construcción es la municipalidad, no es la corporación, y no es que nos estemos tirando la pelotica unos a los otros, por eso cito la norma y hasta dónde llega la corporación en ese sentido”, manifestó el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel en diálogo con EL PILÓN.
Sostuvo que la primera comunicación la hizo llegar a Frank Pearl, entonces ministro de Ambiente, cuando el 29 de agosto le ofició sobre la problemática por la intervención de la margen izquierda del río Guatapurí, especialmente por Colinas de Hurtado.
Según Villalobos Brochel, la corporación tiene dos puntos específicos basados en el Plan Parcial de Urbanización para aprobar la viabilidad del proyecto, a nivel ambiental.
“Son básicamente esos dos parámetros, primero que no vayan a existir vertimientos de aguas residuales sobre el río Guatapurí y que se respete la distancia, los 30 metros, reglamentados por la ley, desde la cota máxima de inundación. Obviamente revisaremos el Plan Parcial de Urbanización en su integralidad, para imponer algunas obligaciones que favorezcan la protección del río como tal”, aclaró Kaleb Villalobos.
Colinas de Hurtado quedó en área de expansión urbana según el Plan de Ordenamiento Territorial de Valledupar, luego de la sustracción del área de la reserva de Ley 2 de 1959. Corpocesar aclaró que debido a esta sustracción desaparecen las causales por las cuales se les había interpuesto la medida preventiva consistente en la suspensión de actividades.
“Hoy no existe ningún proyecto urbanístico sobre la parte alta del río Guatapurí. Debemos esperar que nos pasen el Plan Parcial de Urbanización para saber si es viable o no, desde el punto de vista ambiental. La oficina de Planeación del municipio debe salir y dar la cara para decir por qué otorgaron esa licencia de construcción y que tengan ellos todos los parámetros técnicos, porque cuando yo otorgo una licencia y nos critican, yo salgo a dar la cara ante los medios y a la comunidad, defiendo con soportes técnicos la licencia. No podemos salir a escudarnos, sino a decir si otorgaron una licencia es porque hay técnicamente todas las bases para que la hayan otorgado”, señaló el director de Corpocesar.
EL PILÓN conoció que Corpocesar está obligado a cumplir la orden perentoria emitida por el Ministerio de Ambiente, porque en caso de no hacerlo, recaería en un prevaricato.
“El Ministerio accedió y sustrajo el predio de reserva forestal, ahora nos toca a nosotros como corporación tomar todas las medidas pertinentes para evitar que sigan impactos negativos sobre el río. Nosotros desde que llegamos a la corporación hemos manifestado que no estamos de acuerdo con que se construya alrededor del río, ese es el patrimonio más importante que tenemos en la ciudad y eso hay que protegerlo, la protección implica también evitar cualquier proyecto que signifique algún tipo de riesgo y sin lugar a dudas, un proyecto urbanístico al menos significará un riesgo para la cuenca, sin embargo, las actuaciones de la corporación van hasta donde la ley no los permite”, recalcó Kaleb Villalobos Brochel.
En una entrevista concedida a EL PILÓN, el gerente de la constructora que adelanta Colinas de Hurtado, Iván Castro Maya, sostuvo que “hasta el momento es un predio rural.
Respondió a la pregunta sobre la afectación que causaría al río Guatapurí, argumentando “la ciudadanía puede estar tranquila, porque lejos de dañar el río, estamos tratando de conservarlo, tratando de volver segura esta zona. Considero que hay gente interesada en oponerse al proyecto con el argumento que vamos a contaminar”.
El jefe de la Oficina Asesora de Planeación, Franklin Daza Suárez, aseguró que los inversionistas de Colinas de Hurtado no han hecho presencia en su dependencia durante los últimos días.
“Ya con la sustracción que hubo, ellos debe hacer la presentación de un Plan Parcial sobre todo el proyecto, cuando eso suceda se activa toda la parte administrativa y es ahí donde se mira si se aprueba o no, mientras eso no exista no hay nada”, declaró Daza Suárez.
A pesar de que el Plan de Ordenamiento Territorial estipula a Valledupar como una ‘burbuja’ a nivel de construcciones, Franklin Daza destaca “mientras no se genere impacto negativo el problema no existe. Hacia esa zona, más alejada del río hay varios proyectos como el Seminario, el colegio La Sierra, el Batallón de Ingenieros, el nuevo proyecto urbanístico Santana, pero son proyectos que no están directamente sobre la ronda del río, en este caso Colindas de Hurtado si está, entonces tiene mayores restricciones ambientales que son las que ellos deben presentar como soluciones muy claras. Tendría que ver uso de la tecnología para el manejo de las aguas residuales, para ver dónde las van a verter”, destacó.
Confirmó que mientras no tengan el Plan Parcial de Urbanización en la Oficina Asesora de Planeación, no puede emitir un concepto de viabilidad o desaprobar.
“La ley permite que cuando se den este tipo de proyectos macros en un área tan específica como esa, el Plan Parcial es la única solución, porque contempla no solamente situaciones urbanísticas sino ambientales, de servicio y de movilidad”.
La Ley 2 de 1959 indica que los terrenos ubicados en las cabeceras de cuencas de ríos, arroyos y quebradas, sean o no permanentes; márgenes y laderas con pendiente superior al 40 %, zona de 50 metros de ancho a cada lado de manantiales, corrientes y cualesquiera depósitos naturales de aguas, y los que, a juicio del Ministerio de Agricultura, convenga mantener el bosque, o crearlo si ha desaparecido, con el fin de defender cuencas de abastecimientos de aguas, embalses, acequias, evitar desprendimientos de tierras y rocas, sujetar terrenos, defender vías de comunicación, regularizar cursos de agua o contribuir a la salubridad.
La Alcaldía de Valledupar solicitó ante el Ministerio de Ambiente Sostenible la sustracción del área de reserva forestal declarada mediante la Ley 2 de 1959.
Para que el proyecto Colinas de Hurtado fuera aprobado, lo primero que recibió fue el visto bueno de la Curaduría Urbana de Valledupar.
“El ciclo de vida del río Guatapurí se reduce a menos años y no somos conscientes de eso, por lo tanto hoy la autoridad ambiental en el marco de esa sustracción de reserva forestal debe hacer seguimiento constante a las obligaciones que tiene ese conjunto y demás que tienen las viviendas campestres”: Andrés Felipe Meza.
Por Carlos Mario Jiménez
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