El 14 de junio fue la fecha escogida para cumplir la entrega del segundo 30 % de armas con la que se completaría el 60 % que quedaría en poder de la Misión de Naciones Unidas. La zona veredal La Elvira, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, una zona que fue de las más azotadas por la guerra, se convirtió en testigo de cómo cada una de las armas que utilizaban los guerrilleros fueron inventariadas, descargadas y almacenadas en un contenedor.

Ese mismo protocolo de entrega se cumplió el 16 de junio en la zona veredal Tierra Grata, fecha que fue acompañada por El PILÓN para conocer de cerca el cumplimiento de las Farc y del Gobierno Nacional para avanzar en el proceso de paz.

EL PILÓN visitó la zona veredal Tierra Grata, ubicada en el corregimiento de San José de Oriente, municipio de La Paz. Allí en el norte del Cesar se concentran los integrantes de los frentes 19 y 41 del bloque Martín Caballero de las Farc.

El comandante de ese bloque, ‘Solís Almeida’, quien en poco tiempo volverá a usar de nombre real, Abelardo Caicedo Colorado, con el que fue registrado en su infancia y con el que se reintegrará a la población civil, respondió varias preguntas sobre la dejación de armas y lo que falta de la implementación del Acuerdo de La Habana.

En Tierra Grata se encuentran sentimientos, emociones y esperanzas. La entrega de armas para unos guerrilleros es una fiesta, para otros es triste porque representa el desprendimiento de ‘los camaradas’ que se convirtieron en su familia.

Camino a la entrega del 100 % de las armas de las Farc. ¿Cómo vivirán ese día, el 20 de junio?

A la gente lo único que le preocupa es si vamos a dejar las armas, pero no se preguntan si el gobierno está cumpliendo, o no se preguntan si ya terminaron de construir lo que se programó para la zona veredal; a la sociedad no le está interesando si se está prestando servicio de salud. Para que usted sepa, tenemos mujeres embarazadas de 28 semanas a las que no se les han hecho la primera ecografía porque supuestamente la EPS no cubre eso. Pareciera que lo único que interesara es si las Farc cumplió o no.

¿Y las Farc realmente están cumpliendo con los compromisos adquiridos en el acuerdo de paz?

Claro que estamos cumpliendo, pero parece que el 20 de junio fuera la única noticia que vende. Muestra de nuestro cumplimiento es que ya entregamos el 60 % del armamento y sería un contrasentido pensar en echar para atrás el proceso.

¿Usted se refirió al incumplimiento del gobierno, en qué se ve representado?

Hasta hace 10 días estamos ocupando los alojamientos y faltan algunos detalles como los caminos veredales y detalles, como terminar la cocina y el comedor que no se han hecho, para el consumo de agua dependemos del suministro por carro tanques, la vía es muy mala y cuando llueve se daña.

A los guerrilleros no les ha llegado dotación de ropa, las zonas veredales no se han terminado de construir, el médico no ha atendido al primer paciente en el puesto de salud que es una carpa calurosa y oscura, su consultorio es debajo de los árboles.

Con nuestro retorno hemos descubierto que las EPS no funcionan mal sino remal y nos hemos dado cuenta porque acá somos afiliados a la Nueva EPS y para que atiendan a una persona que salga de la zona veredal, primero deben informar a Bogotá a que autoricen a la IPS que nos van a atender.

En otras oportunidades remitidos por el médico hemos mandado al Hospital Marino Zuleta de La Paz y de allá los devuelven aduciendo que no es una urgencia. Ya nos dimos cuenta que la mejor manera de acabarnos no era a tiros sino a través del mal servicio de salud (risas).

Pero antes no hacían parte del sistema de salud y ahora sí. Ese es un beneficio.

Cuando estábamos en la confrontación el guerrillero decía tengo dolor de cabeza e iba donde el enfermero y él le suministraba una pastilla y le tomaban la tensión o con analgésico y ahora dice tengo dolor de cabeza, va al médico, el médico dice que tiene que remitirlo y mucha veces no tiene los medicamentos y ahora vemos realmente lo que es el sistema de salud colombiano, que es muy ineficiente.

¿Pero están listos para terminar de dejar las armas el 20 de junio, muchos sectores dicen que no están entregando todas las armas?

Si hemos esperado 53 años para resolver el problema, demorarse hasta el 20 de junio o de julio sería igual; nosotros estamos cumpliendo, hoy queda en los contenedores de la ONU el 60 % del armamento de las Farc, entonces no tendría sentido decir que vamos a echar para atrás; sin embargo, no basta para los enemigos de la paz, para los que quieren seguir la confrontación porque a ellos nada los satisface. Lamentablemente, los que hacen esos planteamientos son los que nunca han enfrentado la guerra, los que nunca han llorado a sus hijos, los que no tienen en su familia un desaparecido o alguien que no es víctima de las minas quiebra patas.

La senadora del Centro Democrático dijo que la ONU era cómplice de las Farc. No sabemos cuántas armas tienen las Farc y las que tenemos son las que vamos a dejar en manos de la ONU y en eso debe haber credibilidad.

Se ha dicho que las Farc le están haciendo trampa al país. ¿Es cierto?

No, estamos dando este paso con mucha sinceridad porque al fin y al cabo para nosotros las armas no han sido un principio sino un medio para luchar por la trasformación de la sociedad, pero tampoco hemos dicho que las armas son imprescindibles. Las armas llega el punto que no son necesarias en la democracia, ahora es necesaria la democracia y los cambios sociales que requiere este país.

¿Qué pasará con el campamento cuando los guerrilleros retornen a su vida civil?

Luego de que se cumpla el tiempo, de ahí en adelante continuaremos aquí; el objetivo es que nuestra reincorporación sea a raíz de nuestras zonas veredales y las llamaremos “villas de paz” para que conozcan a los guerrilleros y vean que también somos personas, que tenemos historias de vida, que tenemos familia y que hemos tenido una razón para permanecer aquí.

Muchas personas creen que llevamos en el ADN el terrorismo y no es así, hay una mala imagen que los más interesados hicieron de nosotros; nuestra lucha fue a favor de la igualdad y nuestro fin era llegar a este punto y que los pobres también puedan gobernar el país para que haya equidad. Las Farc está cumpliendo los compromisos con el gobierno, con la comunidad nacional e internacional y vamos por la reconciliación de todo el pueblo colombiano porque este país lo que necesita es la paz con justicia social, es decir la paz para que la gente que no sufra de hambre, ni de desempleo, y que la educación sea para todos.

“Ya nos dimos cuenta que la mejor manera de acabarnos no era a tiros sino a través del mal servicio de salud”.

Por Adriana Palomo Molina