Los 180 días del calendario escolar de este año dejaron varias enseñanzas para las administraciones de turno y entes de control en el departamento del Cesar.
Aunque las calificaciones para los estudiantes cesarenses han mejorado, no alcanzan la media nacional y en esto inciden varios factores: cobertura, infraestructura, alimentación, transporte, docentes y los mismos estudiantes.
Recientemente el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes) publicó los resultados del examen del Estado realizado a estudiantes de once grado el pasado 31 de julio, los cuales muestran que el Cesar y Valledupar aumentaron el puntaje pero no alcanzan los parámetros mínimos establecidos por el Ministerio de Educación Nacional.
El promedio nacional es de 258, teniendo en cuenta los resultados de las competencias académicas de más de 500 mil estudiantes de colegios públicos y privados del calendario A en Colombia.
Cesar, con 24 municipios a excepción de Valledupar, tuvo un promedio de 239 a nivel general; las instituciones oficiales urbanas llegaron a 245, las oficiales rurales 231, y los colegios privados consiguieron un puntaje de 254, en ninguna alcanzó el promedio nacional.
En Valledupar, aunque este año el alcalde Augusto Ramírez Uhía adjudicó un contrato a la editorial Los Tres Editores, por 955 millones 450 mil pesos, por medio del cual se hicieron capacitaciones a 4.459 estudiantes, estos consiguieron un promedio de 257 puntos, uno menos que el nacional, mientras que las instituciones oficiales urbanas quedaron con 252 puntos, las oficiales rurales muy por debajo con 236 y los colegios privados fueron los únicos en superar la meta nacional con un promedio de 268 puntos, según las cifras publicadas por el Icfes.
Loperena, Nuestra Señora de Fátima y Casd se ubicaron como las tres mejores instituciones oficiales en el municipio de Valledupar. De igual forma se destacaron las escuelas rurales como Patillal y Luis Ovidio Rincón Lobo de Valencia de Jesús, cuarto y séptimo lugar, respectivamente.
“De 110 pasamos a 150 Pilos este año, pero más allá de ese crecimiento nos tiene muy satisfechos el crecimiento del promedio, subimos 10 puntos en las pruebas Saber, a nivel nacional apenas crecieron 7 puntos”, destacó el secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute.
La permanencia de los estudiantes durante ocho horas en los planteles educativos debería mejorar la calidad educativa, pero este año los resultados de las pruebas Saber no respaldaron esta estrategia. Catorce planteles están implementando de forma gradual la Jornada Única, por grados, solo lo tiene en su totalidad la Institución Educativa Leonidas Acuña, que es un pionero a nivel del país. Los otros solo están con los grados Noveno, Décimo y Once, y algunos en primaria.
En cuanto a los municipios no certificados hay tres instituciones con jornada única: La Normal Superior de Manaure, el Centro de Desarrollo Rural de Manaure, y el José Agustín Mackenzie de El Copey, sin embargo hay seis en proceso para entrar al sistema en Chimichagua, Bosconia y El Copey.
En ese sentido, la Asociación de Educadores del Cesar, Aducesar, no comparte la forma en que se está implementando la Jornada Única, por la precariedad de las instalaciones y comparan los resultados con otros planteles que no están aplicando el sistema y han obtenido mejores resultados en las pruebas de Estado.
“La Institución Educativa José Agustín Mackenzie tiene las peores condiciones de todos los colegios del municipio de El Copey y fue la escogida para la Jornada Única, no entendemos bajo qué criterios la escogieron. La sede principal ni siquiera tiene cancha recreativa”, denunció Manuel Villalba Mozo, presidente de Aducesar.
En marzo pasado empezaron a destaparse las ‘ollas podridas’ del Programa de Alimentación (PAE) en el Cesar, la primera fue en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en el municipio de Aguachica, donde la profesa Claribeth Rodríguez filmó con su celular una escena que indignó a toda Colombia: funcionarias de la fundación Provenir, que con un solo plato de comida y un solo vaso con jugo les tomaban fotos a varios estudiantes que se turnaban para posar en los registros fotográficos y luego en la filmación queda en evidencia la verdadera fila para la entrega de suplementos alimenticios, en la que a cada estudiante le sirven en las manos un patacón con una porción de pollo desmechado, sin ningún tipo de utensilio o servilleta.
El video se hizo viral y al poco tiempo la profesora tuvo que salir del país por temor a represalias.
Cuando se creyó que lo peor había pasado llegó otra noticia igual de indignante, entre los meses de abril y junio pasado 182 instituciones educativas, con 1.300 sedes y 122.173 estudiantes de los municipios no certificados quedaron sin raciones de los suplementos alimenticios porque el PAE, a cargo de la Gobernación del Cesar, quedó desfinanciado.
Fue así como ante el escándalo por la mala calidad en la prestación del servicio, la Secretaría de Educación del Cesar concertó con los contratistas, desde el segundo semestre de este año, entregar raciones alimentarias industrializadas (no perecederos) y la vez ahorrarse las inversiones que debían hacerse en la construcción de comedores y mejoramiento de los existentes, que se encuentran en precarias condiciones.
Además se dividió la prestación del servicio de alimentación en zonas norte y sur; la administración departamental adjudicó el PAE a la Unión Temporal Capitaliño Cesar y al Consorcio Catering II, ganadores de la licitación pública, para que cada uno atienda doce municipios.
“Este año cuando nos quedamos sin programa de alimentación escolar porque los recursos se nos acabaron, eso se vio reflejado en la cobertura educativa que disminuyó; abrimos el programa nuevamente en julio y la cobertura volvió y aumentó, quiere decir que muchos de los estudiantes van por obtener su alimentación”, reveló el secretario de Educación Departamental.
Otro palo en la rueda de la educación es que todos los años queda faltando gasolina para completar el servicio de transporte en las zonas rurales. Al comenzar la agenda escolar de este año 3.825 estudiantes de 19 instituciones de la zona rural y sectores marginales de Valledupar, estuvieron un mes y medio sin servicio de transporte, por lo que debían ingeniárselas para no perder clases.
Solo hasta marzo se desvaró la contratación y la Alcaldía adjudicó el contrato de transporte al consorcio de Transportes Especiales del Valle de Upar, por 2.720 millones 250 mil 720 pesos, conformado por transportes Carvajal Ltda con un 75 % de participación y Sociedad de Transportes del Caribe SAS con un 25 % de participación.
Para finalizar el año se conocieron algunas quejas de algunas poblaciones que quedaron sin el servicio porque los transportadores ya habían cumplido con la contratación que no cobijó todo el calendario escolar.
Para que el semáforo no vuelva a quedar en rojo al inició del próximo año, el secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute, anunció que hará contratación por viajes y así disminuir costos y cubrir todos los días del cronograma académico del municipio.
En cuanto a los 24 municipios no certificados, los alcaldes deben destinar recursos del Sistema General de Participación para garantizar el transporte, ya que en el segundo semestre son cofinanciados por la administración departamental, a excepción de los municipios del corredor minero: Becerril, La Jagua de Ibirico, El Paso y Chiriguaná, que si cuentan con los recursos suficientes.
Ya más de 60 estudiantes se matricularon para en el 2017 iniciar sus clases en la Escuela Nueva Vega de Jacob, ubicada en la vereda La Tomita, a ocho kilómetros del casco urbano del municipio de Manaure, Cesar, donde durante varios años los estudiantes y docentes han vivido con incertidumbre porque la escuela está a escasos metros del río Manaure, en una zona de alto riesgo.
Los estudiantes de preescolar por ser los más pequeños son ‘privilegiados’, tienen el único salón de la escuela que además es biblioteca, sala de informática, depósito y coordinación. Al resto les toca debajo de los árboles, a escasos metros de la carretera.
En el 2013 la entonces ministra de Educación, Gina Parody se comprometió a reubicar la escuela y aunque hay un compromiso del Ministerio de Educación, la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Manaure, el proyecto no se ha materializado.
Aunque los recursos por parte del gobierno están listos, los estudiantes de La Tomita comenzarían el 2017 en las mismas precarias condiciones, porque falta definir el terreno para la construcción de la nueva escuela, subsede de la Concentración de Desarrollo Rural de Manaure; esta es una de las 10 instituciones en las que la administración departamental y el gobierno nacional invertirán 43 mil millones de pesos, con el fin de mejorar la infraestructura educativa del departamento.
Jorge Eliécer Araújo. Secretario de Educación Departamental
“De un puesto 20 en el que se encontraba bajar al puesto 16 en calidad educativa nos llena de alegría e igualmente como nos llena de alegría que el departamento del Cesar hoy ayude al país a mejorar la calidad educativa, como así lo estableció el Ministerio, fueron 12 departamentos”.
Luis Carlos Matute. Secretario de Educación Municipal
“Lo primero que vamos a hacer el próximo año en la reunión con cada uno de los rectores, les tenemos la propuesta que podamos escoger los grados 10 y 11 para dedicarnos a las áreas específicas que evalúa el Icfes, ese es la acción de mediano plazo, vamos a intensificar en horas esas áreas para que cuando llegue el examen el alumno haya visto los temas que evalúa el Icfes”.
Manuel Villalba Mozo. Presidente de Aducesar
“Cómo se exige que saque a un alumno excelente cuando hay 60 jóvenes, no hay las herramientas para que el mensaje le llegue claro a cada estudiante, faltan instalaciones adecuadas; hemos solicitado equipos de audio para que todo los alumnos escuchen y los docentes no se enfermen de la voz, tenemos muchos docentes jóvenes pensionados por esta situación”.
Los 180 días del calendario escolar de este año dejaron varias enseñanzas para las administraciones de turno y entes de control en el departamento del Cesar.
Aunque las calificaciones para los estudiantes cesarenses han mejorado, no alcanzan la media nacional y en esto inciden varios factores: cobertura, infraestructura, alimentación, transporte, docentes y los mismos estudiantes.
Recientemente el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes) publicó los resultados del examen del Estado realizado a estudiantes de once grado el pasado 31 de julio, los cuales muestran que el Cesar y Valledupar aumentaron el puntaje pero no alcanzan los parámetros mínimos establecidos por el Ministerio de Educación Nacional.
El promedio nacional es de 258, teniendo en cuenta los resultados de las competencias académicas de más de 500 mil estudiantes de colegios públicos y privados del calendario A en Colombia.
Cesar, con 24 municipios a excepción de Valledupar, tuvo un promedio de 239 a nivel general; las instituciones oficiales urbanas llegaron a 245, las oficiales rurales 231, y los colegios privados consiguieron un puntaje de 254, en ninguna alcanzó el promedio nacional.
En Valledupar, aunque este año el alcalde Augusto Ramírez Uhía adjudicó un contrato a la editorial Los Tres Editores, por 955 millones 450 mil pesos, por medio del cual se hicieron capacitaciones a 4.459 estudiantes, estos consiguieron un promedio de 257 puntos, uno menos que el nacional, mientras que las instituciones oficiales urbanas quedaron con 252 puntos, las oficiales rurales muy por debajo con 236 y los colegios privados fueron los únicos en superar la meta nacional con un promedio de 268 puntos, según las cifras publicadas por el Icfes.
Loperena, Nuestra Señora de Fátima y Casd se ubicaron como las tres mejores instituciones oficiales en el municipio de Valledupar. De igual forma se destacaron las escuelas rurales como Patillal y Luis Ovidio Rincón Lobo de Valencia de Jesús, cuarto y séptimo lugar, respectivamente.
“De 110 pasamos a 150 Pilos este año, pero más allá de ese crecimiento nos tiene muy satisfechos el crecimiento del promedio, subimos 10 puntos en las pruebas Saber, a nivel nacional apenas crecieron 7 puntos”, destacó el secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute.
La permanencia de los estudiantes durante ocho horas en los planteles educativos debería mejorar la calidad educativa, pero este año los resultados de las pruebas Saber no respaldaron esta estrategia. Catorce planteles están implementando de forma gradual la Jornada Única, por grados, solo lo tiene en su totalidad la Institución Educativa Leonidas Acuña, que es un pionero a nivel del país. Los otros solo están con los grados Noveno, Décimo y Once, y algunos en primaria.
En cuanto a los municipios no certificados hay tres instituciones con jornada única: La Normal Superior de Manaure, el Centro de Desarrollo Rural de Manaure, y el José Agustín Mackenzie de El Copey, sin embargo hay seis en proceso para entrar al sistema en Chimichagua, Bosconia y El Copey.
En ese sentido, la Asociación de Educadores del Cesar, Aducesar, no comparte la forma en que se está implementando la Jornada Única, por la precariedad de las instalaciones y comparan los resultados con otros planteles que no están aplicando el sistema y han obtenido mejores resultados en las pruebas de Estado.
“La Institución Educativa José Agustín Mackenzie tiene las peores condiciones de todos los colegios del municipio de El Copey y fue la escogida para la Jornada Única, no entendemos bajo qué criterios la escogieron. La sede principal ni siquiera tiene cancha recreativa”, denunció Manuel Villalba Mozo, presidente de Aducesar.
En marzo pasado empezaron a destaparse las ‘ollas podridas’ del Programa de Alimentación (PAE) en el Cesar, la primera fue en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en el municipio de Aguachica, donde la profesa Claribeth Rodríguez filmó con su celular una escena que indignó a toda Colombia: funcionarias de la fundación Provenir, que con un solo plato de comida y un solo vaso con jugo les tomaban fotos a varios estudiantes que se turnaban para posar en los registros fotográficos y luego en la filmación queda en evidencia la verdadera fila para la entrega de suplementos alimenticios, en la que a cada estudiante le sirven en las manos un patacón con una porción de pollo desmechado, sin ningún tipo de utensilio o servilleta.
El video se hizo viral y al poco tiempo la profesora tuvo que salir del país por temor a represalias.
Cuando se creyó que lo peor había pasado llegó otra noticia igual de indignante, entre los meses de abril y junio pasado 182 instituciones educativas, con 1.300 sedes y 122.173 estudiantes de los municipios no certificados quedaron sin raciones de los suplementos alimenticios porque el PAE, a cargo de la Gobernación del Cesar, quedó desfinanciado.
Fue así como ante el escándalo por la mala calidad en la prestación del servicio, la Secretaría de Educación del Cesar concertó con los contratistas, desde el segundo semestre de este año, entregar raciones alimentarias industrializadas (no perecederos) y la vez ahorrarse las inversiones que debían hacerse en la construcción de comedores y mejoramiento de los existentes, que se encuentran en precarias condiciones.
Además se dividió la prestación del servicio de alimentación en zonas norte y sur; la administración departamental adjudicó el PAE a la Unión Temporal Capitaliño Cesar y al Consorcio Catering II, ganadores de la licitación pública, para que cada uno atienda doce municipios.
“Este año cuando nos quedamos sin programa de alimentación escolar porque los recursos se nos acabaron, eso se vio reflejado en la cobertura educativa que disminuyó; abrimos el programa nuevamente en julio y la cobertura volvió y aumentó, quiere decir que muchos de los estudiantes van por obtener su alimentación”, reveló el secretario de Educación Departamental.
Otro palo en la rueda de la educación es que todos los años queda faltando gasolina para completar el servicio de transporte en las zonas rurales. Al comenzar la agenda escolar de este año 3.825 estudiantes de 19 instituciones de la zona rural y sectores marginales de Valledupar, estuvieron un mes y medio sin servicio de transporte, por lo que debían ingeniárselas para no perder clases.
Solo hasta marzo se desvaró la contratación y la Alcaldía adjudicó el contrato de transporte al consorcio de Transportes Especiales del Valle de Upar, por 2.720 millones 250 mil 720 pesos, conformado por transportes Carvajal Ltda con un 75 % de participación y Sociedad de Transportes del Caribe SAS con un 25 % de participación.
Para finalizar el año se conocieron algunas quejas de algunas poblaciones que quedaron sin el servicio porque los transportadores ya habían cumplido con la contratación que no cobijó todo el calendario escolar.
Para que el semáforo no vuelva a quedar en rojo al inició del próximo año, el secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute, anunció que hará contratación por viajes y así disminuir costos y cubrir todos los días del cronograma académico del municipio.
En cuanto a los 24 municipios no certificados, los alcaldes deben destinar recursos del Sistema General de Participación para garantizar el transporte, ya que en el segundo semestre son cofinanciados por la administración departamental, a excepción de los municipios del corredor minero: Becerril, La Jagua de Ibirico, El Paso y Chiriguaná, que si cuentan con los recursos suficientes.
Ya más de 60 estudiantes se matricularon para en el 2017 iniciar sus clases en la Escuela Nueva Vega de Jacob, ubicada en la vereda La Tomita, a ocho kilómetros del casco urbano del municipio de Manaure, Cesar, donde durante varios años los estudiantes y docentes han vivido con incertidumbre porque la escuela está a escasos metros del río Manaure, en una zona de alto riesgo.
Los estudiantes de preescolar por ser los más pequeños son ‘privilegiados’, tienen el único salón de la escuela que además es biblioteca, sala de informática, depósito y coordinación. Al resto les toca debajo de los árboles, a escasos metros de la carretera.
En el 2013 la entonces ministra de Educación, Gina Parody se comprometió a reubicar la escuela y aunque hay un compromiso del Ministerio de Educación, la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Manaure, el proyecto no se ha materializado.
Aunque los recursos por parte del gobierno están listos, los estudiantes de La Tomita comenzarían el 2017 en las mismas precarias condiciones, porque falta definir el terreno para la construcción de la nueva escuela, subsede de la Concentración de Desarrollo Rural de Manaure; esta es una de las 10 instituciones en las que la administración departamental y el gobierno nacional invertirán 43 mil millones de pesos, con el fin de mejorar la infraestructura educativa del departamento.
Jorge Eliécer Araújo. Secretario de Educación Departamental
“De un puesto 20 en el que se encontraba bajar al puesto 16 en calidad educativa nos llena de alegría e igualmente como nos llena de alegría que el departamento del Cesar hoy ayude al país a mejorar la calidad educativa, como así lo estableció el Ministerio, fueron 12 departamentos”.
Luis Carlos Matute. Secretario de Educación Municipal
“Lo primero que vamos a hacer el próximo año en la reunión con cada uno de los rectores, les tenemos la propuesta que podamos escoger los grados 10 y 11 para dedicarnos a las áreas específicas que evalúa el Icfes, ese es la acción de mediano plazo, vamos a intensificar en horas esas áreas para que cuando llegue el examen el alumno haya visto los temas que evalúa el Icfes”.
Manuel Villalba Mozo. Presidente de Aducesar
“Cómo se exige que saque a un alumno excelente cuando hay 60 jóvenes, no hay las herramientas para que el mensaje le llegue claro a cada estudiante, faltan instalaciones adecuadas; hemos solicitado equipos de audio para que todo los alumnos escuchen y los docentes no se enfermen de la voz, tenemos muchos docentes jóvenes pensionados por esta situación”.