Para mí es motivo de orgullo mostrar el espíritu solidario que tienen los pobladores de Tobías Daza, quienes en busca de espacios propicios de recreación y deporte para los jóvenes del barrio, todos los domingos llevan a cabo almuerzos comunitarios, debajo de un frondoso árbol de algarrobillo.

De estos almuerzos comunitarios logran recolectar fondos para la adecuación de las tres canchas de microfútbol que han construido con sus propios esfuerzos.

Estas canchas son testigo cada domingo de las grandes jugadas que ejecutan niños amantes del fútbol, quienes me contaron que sueñan con llegar a ser reconocidos jugadores de este deporte. El fin último de estos eventos es alejar a los jóvenes de las malas prácticas ya que el sector es vulnerable ante la presencia de ladrones y viciosos.