En la Semana Santa el común denominador de Valledupar fue la falta de agua, comunidades enteras piden solución rápida a Emdupar.
Comparando a la capital cesarense con sitios tan áridos como el desierto árabe, donde la sequía es pan de cada día, se encuentran algunos habitantes, quienes han manifestado no resistir más la situación de desabastecimiento de agua.
Es tal la preocupación por la falta del preciado líquido en muchos sectores de Valledupar, que algunos se han atrevido a afirmar que se está al borde de una crisis sanitaria, puesto que el agua no les llega con regularidad hace más de un mes. La situación es general y EL PILÓN halló casos tanto en el sur, como en el centro y norte de la ciudad.
El sur penando
Tras una publicación realizada por este diario hace aproximadamente un mes, habitantes del barrio La Victoria manifestaron que recibieron un ‘contentillo’ de parte de la empresa de servicios públicos, Emdupar, que empezó a suministrarles el agua de 5:00 de la tarde a 12:00 de la noche, sin embargo por estos días no está llegando ni en horas de la madrugada como en alguna ocasión ocurrió. “Ahora no llega en ningún momento, llevamos 10 días sin una gota de agua. Nos toca coger del parque donde hay una tubería y se forma una fila larguísima. En su momento mandaron a un jefe de cuadrilla para que atendiera el caso en nuestro barrio, pero no se nos ha solucionado”, afirmó Héctor Meza, líder del barrio La Victoria.
El ‘viacrucis’ de los habitantes de este sector ubicado en la comuna cuatro, en vez de celebrarlo desde las iglesias, fue vivido en cada hogar recolectando la poca agua que podían con tanques que eran surtidos en la plaza principal, donde fue instalada una turbina para extraer con mayor rapidez el líquido. “Los vecinos están enojadísimos y amenazan con ir el lunes a Emdupar. Allí radicamos quejas pero aún no nos llega respuesta, también la enviamos al Alcalde y a sus dos asesores, esto es algo que se va a convertir en un problema de salud pública, nos preocupa el criadero de mosquitos que se vaya a generar por el acumulamiento de agua en albercas y tanques. Las madres comunitarias se preguntan cómo van a hacer porque no pueden recibir a los niños con desaseo en los hogares”, reveló Diana Meza, habitante de La Victoria.
Rosario de padecimientos
Pese a contar con tres reservorios de agua, el Hospital Rosario Pumarejo de López también se ve afectado desde el pasado miércoles con el desabastecimiento de agua potable. En palabras de Hugo David Peñaranda, coordinador de Urgencias de este centro asistencial, “esos reservorios se llenan en la noche porque el caudal es insuficiente para nutrir y llenarlos durante el día, lo que ha pasado es que, al parecer, aquí no puede llover porque el agua se va”.
Para el galeno, la situación de desabastecimiento se convierte en crítica al momento en que el mencionado hospital debió tomar la decisión de suspender todos los procesos quirúrgicos previstos. “A algunas pacientes de ginecología hemos tenido que trasladarlas a otra parte, así como las cirugías porque obviamente el agua para lavado de los pacientes cuando ya se está en cirugía debe ser estéril, no es un agua que se coge de una alberca, debe ser totalmente potable. El llamado a Emdupar es que se dé cuenta que los hospitales son prioridad y que causen esfuerzos para que los reservorios que nutren este sector no tengan problema”.
Dalba Rivera, enfermera coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos para adultos del Rosario Pumarejo de López, comentó igualmente que al tener pacientes sépticos, es decir, propensos a infectarse con bacterias del ambiente, el centro asistencial ha tenido que surtirse de agua transportada por el Cuerpo de Bomberos de Valledupar.
“Tenemos en tanques pequeños, medianos y grandes que estar lavándonos las manos de una forma que no es la adecuada, consideramos que estamos en emergencia sanitaria porque es el colmo que no tengamos cómo abastecernos para dar una buena atención. Incluso a los pacientes para diálisis les hemos suspendido los procedimientos”, precisó.
El norte en apuros
Múltiples casos se están presentando en el sector norte de Valledupar, que en los últimos años se ha desarrollado de manera acelerada mediante la construcción de urbanizaciones y edificios. EL PILÓN conoció el caso de la urbanización Citaringa segunda etapa, donde hace dos meses el suministro de agua se ha reducido a tres horas diarias con baja presión en las llaves.
Milciades Estrada, habitante del sector, señaló que hace dos meses a su casa no llega el líquido ni al segundo piso, ni a los tanques elevados. “Llega por ratos y se va, sucede hasta dos veces al día, no hay un horario fijo en que llegue el agua y cuando llega no da la capacidad para uno abastecerse”, indicó.
Según Estrada, algunos de sus vecinos ya se han dirigido a Emdupar para interponer la respectiva queja, pero la respuesta de la empresa es que el servicio está totalmente normalizado para el sector, sin dar explicación a la falta de agua en Citaringa. “En la primera etapa llegaba hace más de un mes, pero esta semana no ha llegado ni a la primera etapa”, agregó.
Por su parte, Yamiro Lacera, también residente de esta urbanización, mencionó que tiene más de un mes de no ver un servicio normal del agua en su casa. “A pesar que la constructora nos hizo una cisterna comunitaria con un equipo de hidrobomba para darle presión hacia las viviendas, porque no entra el agua al conjunto, tenemos un problema de caudal y de presión. La constructora está apoyando a los edificios, pero sabemos que si no hay suministro por parte de Emdupar, podemos construir los dispositivos que queramos pero no se llenan las cisternas”, precisó.
Un problema cíclico
En diálogo con EL PILÓN, el gerente de Emdupar, Armando Cuello, afirmó que el desabastecimiento de agua en esta época del año es un ‘problema cíclico’. “Todos los años en esta época se presenta una crisis, el río está mermado y con esa agua es que trabajamos, en Hurtado se ve un poquito más porque de la planta mandamos hacia allá”, expresó.
Según el funcionario, “no es cierto que no llegue el agua a toda Valledupar. Donde menos intervención de turbinas haya, mas llega el agua. Además, hay que tener en cuenta que hace 20 años las condiciones climáticas eran diferentes, la población de Valledupar no era la misma, el problema en Valledupar de la salida de contrabando de agua hacia municipios del sur de La Guajira no era igual”, afirmó.
Cuello puntualizó en que actualmente en la capital cesarense no se racionaliza el uso del agua. “La gente no quiere entrar en razón, en una reunión extraordinaria me decían que se ha disparado la venta de turbinas en las ferreterías y hay barrios donde el 100 % de las casas tienen turbinas pegadas, cualquier acueducto colapsa ante esto”, indicó.
Para el gerente de Emdupar, “agua hay, la que estamos mandando es suficiente para los 450.000 habitantes de Valledupar, pero llega en horas de la noche porque están interviniendo menos, la llaves no están abiertas al tiempo”.
Este lunes iniciarán las rondas por los barrios para la remoción de turbinas. Los hogares donde se hallen estos artefactos, recibirían sanciones judiciales y económicas.
Frente al desabastecimiento de agua en el Hospital Rosario Pumarejo de López, Cuello enfatizó en que los técnicos de Emdupar se encontraban al cierre de esta edición manipulando las tuberías para poder reactivar el suministro hacia este centro asistencial lo más pronto posible.
Tanto el sur como el norte de Valledupar tienen quejas por la falta de agua potable, por ejemplo, en el barrio La Victoria dejó de llegar hace siete días.
Por Jennifer Del Río Coronell
[email protected]
En la Semana Santa el común denominador de Valledupar fue la falta de agua, comunidades enteras piden solución rápida a Emdupar.
Comparando a la capital cesarense con sitios tan áridos como el desierto árabe, donde la sequía es pan de cada día, se encuentran algunos habitantes, quienes han manifestado no resistir más la situación de desabastecimiento de agua.
Es tal la preocupación por la falta del preciado líquido en muchos sectores de Valledupar, que algunos se han atrevido a afirmar que se está al borde de una crisis sanitaria, puesto que el agua no les llega con regularidad hace más de un mes. La situación es general y EL PILÓN halló casos tanto en el sur, como en el centro y norte de la ciudad.
El sur penando
Tras una publicación realizada por este diario hace aproximadamente un mes, habitantes del barrio La Victoria manifestaron que recibieron un ‘contentillo’ de parte de la empresa de servicios públicos, Emdupar, que empezó a suministrarles el agua de 5:00 de la tarde a 12:00 de la noche, sin embargo por estos días no está llegando ni en horas de la madrugada como en alguna ocasión ocurrió. “Ahora no llega en ningún momento, llevamos 10 días sin una gota de agua. Nos toca coger del parque donde hay una tubería y se forma una fila larguísima. En su momento mandaron a un jefe de cuadrilla para que atendiera el caso en nuestro barrio, pero no se nos ha solucionado”, afirmó Héctor Meza, líder del barrio La Victoria.
El ‘viacrucis’ de los habitantes de este sector ubicado en la comuna cuatro, en vez de celebrarlo desde las iglesias, fue vivido en cada hogar recolectando la poca agua que podían con tanques que eran surtidos en la plaza principal, donde fue instalada una turbina para extraer con mayor rapidez el líquido. “Los vecinos están enojadísimos y amenazan con ir el lunes a Emdupar. Allí radicamos quejas pero aún no nos llega respuesta, también la enviamos al Alcalde y a sus dos asesores, esto es algo que se va a convertir en un problema de salud pública, nos preocupa el criadero de mosquitos que se vaya a generar por el acumulamiento de agua en albercas y tanques. Las madres comunitarias se preguntan cómo van a hacer porque no pueden recibir a los niños con desaseo en los hogares”, reveló Diana Meza, habitante de La Victoria.
Rosario de padecimientos
Pese a contar con tres reservorios de agua, el Hospital Rosario Pumarejo de López también se ve afectado desde el pasado miércoles con el desabastecimiento de agua potable. En palabras de Hugo David Peñaranda, coordinador de Urgencias de este centro asistencial, “esos reservorios se llenan en la noche porque el caudal es insuficiente para nutrir y llenarlos durante el día, lo que ha pasado es que, al parecer, aquí no puede llover porque el agua se va”.
Para el galeno, la situación de desabastecimiento se convierte en crítica al momento en que el mencionado hospital debió tomar la decisión de suspender todos los procesos quirúrgicos previstos. “A algunas pacientes de ginecología hemos tenido que trasladarlas a otra parte, así como las cirugías porque obviamente el agua para lavado de los pacientes cuando ya se está en cirugía debe ser estéril, no es un agua que se coge de una alberca, debe ser totalmente potable. El llamado a Emdupar es que se dé cuenta que los hospitales son prioridad y que causen esfuerzos para que los reservorios que nutren este sector no tengan problema”.
Dalba Rivera, enfermera coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos para adultos del Rosario Pumarejo de López, comentó igualmente que al tener pacientes sépticos, es decir, propensos a infectarse con bacterias del ambiente, el centro asistencial ha tenido que surtirse de agua transportada por el Cuerpo de Bomberos de Valledupar.
“Tenemos en tanques pequeños, medianos y grandes que estar lavándonos las manos de una forma que no es la adecuada, consideramos que estamos en emergencia sanitaria porque es el colmo que no tengamos cómo abastecernos para dar una buena atención. Incluso a los pacientes para diálisis les hemos suspendido los procedimientos”, precisó.
El norte en apuros
Múltiples casos se están presentando en el sector norte de Valledupar, que en los últimos años se ha desarrollado de manera acelerada mediante la construcción de urbanizaciones y edificios. EL PILÓN conoció el caso de la urbanización Citaringa segunda etapa, donde hace dos meses el suministro de agua se ha reducido a tres horas diarias con baja presión en las llaves.
Milciades Estrada, habitante del sector, señaló que hace dos meses a su casa no llega el líquido ni al segundo piso, ni a los tanques elevados. “Llega por ratos y se va, sucede hasta dos veces al día, no hay un horario fijo en que llegue el agua y cuando llega no da la capacidad para uno abastecerse”, indicó.
Según Estrada, algunos de sus vecinos ya se han dirigido a Emdupar para interponer la respectiva queja, pero la respuesta de la empresa es que el servicio está totalmente normalizado para el sector, sin dar explicación a la falta de agua en Citaringa. “En la primera etapa llegaba hace más de un mes, pero esta semana no ha llegado ni a la primera etapa”, agregó.
Por su parte, Yamiro Lacera, también residente de esta urbanización, mencionó que tiene más de un mes de no ver un servicio normal del agua en su casa. “A pesar que la constructora nos hizo una cisterna comunitaria con un equipo de hidrobomba para darle presión hacia las viviendas, porque no entra el agua al conjunto, tenemos un problema de caudal y de presión. La constructora está apoyando a los edificios, pero sabemos que si no hay suministro por parte de Emdupar, podemos construir los dispositivos que queramos pero no se llenan las cisternas”, precisó.
Un problema cíclico
En diálogo con EL PILÓN, el gerente de Emdupar, Armando Cuello, afirmó que el desabastecimiento de agua en esta época del año es un ‘problema cíclico’. “Todos los años en esta época se presenta una crisis, el río está mermado y con esa agua es que trabajamos, en Hurtado se ve un poquito más porque de la planta mandamos hacia allá”, expresó.
Según el funcionario, “no es cierto que no llegue el agua a toda Valledupar. Donde menos intervención de turbinas haya, mas llega el agua. Además, hay que tener en cuenta que hace 20 años las condiciones climáticas eran diferentes, la población de Valledupar no era la misma, el problema en Valledupar de la salida de contrabando de agua hacia municipios del sur de La Guajira no era igual”, afirmó.
Cuello puntualizó en que actualmente en la capital cesarense no se racionaliza el uso del agua. “La gente no quiere entrar en razón, en una reunión extraordinaria me decían que se ha disparado la venta de turbinas en las ferreterías y hay barrios donde el 100 % de las casas tienen turbinas pegadas, cualquier acueducto colapsa ante esto”, indicó.
Para el gerente de Emdupar, “agua hay, la que estamos mandando es suficiente para los 450.000 habitantes de Valledupar, pero llega en horas de la noche porque están interviniendo menos, la llaves no están abiertas al tiempo”.
Este lunes iniciarán las rondas por los barrios para la remoción de turbinas. Los hogares donde se hallen estos artefactos, recibirían sanciones judiciales y económicas.
Frente al desabastecimiento de agua en el Hospital Rosario Pumarejo de López, Cuello enfatizó en que los técnicos de Emdupar se encontraban al cierre de esta edición manipulando las tuberías para poder reactivar el suministro hacia este centro asistencial lo más pronto posible.
Tanto el sur como el norte de Valledupar tienen quejas por la falta de agua potable, por ejemplo, en el barrio La Victoria dejó de llegar hace siete días.
Por Jennifer Del Río Coronell
[email protected]