Quedó en firme la propuesta de hacer un incremento en el IVA (Impuestos al Valor Agredado) general a muchos de los productos de la canasta familiar.
Quedó en firme la propuesta de hacer un incremento en el IVA (Impuestos al Valor Agredado) general a muchos de los productos de la canasta familiar, cuya tarifa actual está en el 16 por ciento, de acuerdo a la recomendación por parte de la Comisión de Expertos Tributarios. El informe será insumo para hacer la reforma tributaria del año entrante, no solo irá sin remedio, sino que además, el aumento sería de unos 2 puntos porcentuales.
El ajuste llegaría en un momento en el que la inflación alta, por encima del 6 por ciento, ya está poniendo talanquera a la capacidad de los hogares para adquirir bienes y servicios, especialmente alimentos, en donde la inflación se trepa al 10 por ciento.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, el consumo de los hogares sigue aportando una gran cuota al crecimiento, pues su dinámica del consumo final fue de 3,5 por ciento entre julio y septiembre pasados, por encima del Producto Interno Bruto, PIB. Esto sin contar con los anuncios de los empresarios, no solo de que no generarán tanto empleo nuevo, sino que, por el contrario, podrían reducir puestos de trabajo.
Por eso, el golpe del IVA al consumo, uno de los elementos que está haciendo crecer la economía colombiana, no se hará esperar.
Según la firma Raddar, al subir el IVA se produce una “contracción de la capacidad de compra y una reconstrucción de la estructura de consumo”. Esto significa que las personas dejan de consumir los productos con un impuesto mayor, para migrar a otros con menores tasas.
Los colombianos, de acuerdo a Raddar, pagan mensualmente una tasa de este impuesto que en promedio, es superior al 5 por ciento, lo que implica que por cada 100 pesos que vale lo que necesitan para vivir, están sacando 5 pesos adicionales que van a parar a la bolsa tributaria, cuando no se quedan en las cajas registradoras de los evasores.
En términos generales, el 90 por ciento de los productos y servicios de uso en el país están gravados con la tarifa general. En el 10 por ciento restante entran 156 bienes excluidos del IVA (ejemplo la cebolla y similares); otros 53 que están gravados con el 5 por ciento (ejemplo la medicina prepagada); 26 que están exentos, es decir, técnicamente no pagan nada porque la tarifa es 0.
“De un incremento del IVA, por ser un impuesto indirecto, no se escaparía nadie, porque todo el mundo tiene que comer (el servicio en unos restaurantes está gravado con el 16 por ciento y en otros con el impuesto al consumo, de 8 por ciento); todos tienen que vestirse, y suplir otras necesidades que están salpicadas por la tributación”, acota la firma Raddar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
Quedó en firme la propuesta de hacer un incremento en el IVA (Impuestos al Valor Agredado) general a muchos de los productos de la canasta familiar.
Quedó en firme la propuesta de hacer un incremento en el IVA (Impuestos al Valor Agredado) general a muchos de los productos de la canasta familiar, cuya tarifa actual está en el 16 por ciento, de acuerdo a la recomendación por parte de la Comisión de Expertos Tributarios. El informe será insumo para hacer la reforma tributaria del año entrante, no solo irá sin remedio, sino que además, el aumento sería de unos 2 puntos porcentuales.
El ajuste llegaría en un momento en el que la inflación alta, por encima del 6 por ciento, ya está poniendo talanquera a la capacidad de los hogares para adquirir bienes y servicios, especialmente alimentos, en donde la inflación se trepa al 10 por ciento.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, el consumo de los hogares sigue aportando una gran cuota al crecimiento, pues su dinámica del consumo final fue de 3,5 por ciento entre julio y septiembre pasados, por encima del Producto Interno Bruto, PIB. Esto sin contar con los anuncios de los empresarios, no solo de que no generarán tanto empleo nuevo, sino que, por el contrario, podrían reducir puestos de trabajo.
Por eso, el golpe del IVA al consumo, uno de los elementos que está haciendo crecer la economía colombiana, no se hará esperar.
Según la firma Raddar, al subir el IVA se produce una “contracción de la capacidad de compra y una reconstrucción de la estructura de consumo”. Esto significa que las personas dejan de consumir los productos con un impuesto mayor, para migrar a otros con menores tasas.
Los colombianos, de acuerdo a Raddar, pagan mensualmente una tasa de este impuesto que en promedio, es superior al 5 por ciento, lo que implica que por cada 100 pesos que vale lo que necesitan para vivir, están sacando 5 pesos adicionales que van a parar a la bolsa tributaria, cuando no se quedan en las cajas registradoras de los evasores.
En términos generales, el 90 por ciento de los productos y servicios de uso en el país están gravados con la tarifa general. En el 10 por ciento restante entran 156 bienes excluidos del IVA (ejemplo la cebolla y similares); otros 53 que están gravados con el 5 por ciento (ejemplo la medicina prepagada); 26 que están exentos, es decir, técnicamente no pagan nada porque la tarifa es 0.
“De un incremento del IVA, por ser un impuesto indirecto, no se escaparía nadie, porque todo el mundo tiene que comer (el servicio en unos restaurantes está gravado con el 16 por ciento y en otros con el impuesto al consumo, de 8 por ciento); todos tienen que vestirse, y suplir otras necesidades que están salpicadas por la tributación”, acota la firma Raddar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN