Docentes y padres de familias se dieron cita a las afueras del CDI, Mariposas del río Badillo, para pedir respeto por la vida y mayor seguridad para su sector.
Entre lágrimas, directivos, docentes y padres de familia del Centro de Desarrollo Infantil, Mariposas del río Badillo, alzaron su voz para exigir las condiciones adecuadas que le permitan seguir formando a los cerca de 300 niños que son atendidos en esta institución de la primera infancia.
La protesta pacífica se realizó teniendo en cuenta el incidente ocurrido la tarde del pasado viernes, cuando fue asesinado el vigilante del CDI, José Luis Domínguez, luego de intentar truncar el hurto de su arma de dotación.
Como muestra de rechazo frente al hecho y para pedir mayor tranquilidad para su comunidad, algunos habitantes del barrio Francisco de Paula Santander, ubicado al suroccidente de Valledupar, se sumaron también al plantón en la puerta del centro infantil.
“Hoy sentimos el corazón comprimido porque este espacio debe ser un recinto sagrado, estamos formando a nuestra primera infancia, nuestro presente y futuro”, dijo Gina Tapias Arrieta, coordinadora de los CDI en Valledupar, quien al tiempo hizo un llamado a los gremios y diferentes estamentos para tratar de rescatar a los jóvenes que están sumidos en la violencia.
Por su parte, Margelis Garizado, madre de familia, apuntó que es alarmante la situación que se vive hoy en esta zona de la ciudad, “estamos consternados, esto preocupa, se requiere mayor presencia de la Policía”. Así como esta madre de familia, la docente Arelis Viana insistió en que urge un mayor acompañamiento por parte de las autoridades.
En ese mismo sentido Adalberto De Armas Domínguez, quien hace parte del equipo de trabajo de los CDI en la ciudad hizo un llamado no solo a las autoridades locales, sino nacionales para que dirijan realmente su mirada a esta región del país y empiecen a tomar medidas de fondo. “En estos momentos estamos despidiendo a un compañero, pero no podemos esperar que tengamos que entrar a un Centro de Desarrollo Infantil a levantar a nuestros niños”, anotó.
Habitantes del barrio Francisco de Paula Santander piden mayor acompañamiento de las autoridades en esta zona que según ellos cada día se sumerge en la desidia, olvido e inseguridad.
Letty Polo Thomas
[email protected]
Docentes y padres de familias se dieron cita a las afueras del CDI, Mariposas del río Badillo, para pedir respeto por la vida y mayor seguridad para su sector.
Entre lágrimas, directivos, docentes y padres de familia del Centro de Desarrollo Infantil, Mariposas del río Badillo, alzaron su voz para exigir las condiciones adecuadas que le permitan seguir formando a los cerca de 300 niños que son atendidos en esta institución de la primera infancia.
La protesta pacífica se realizó teniendo en cuenta el incidente ocurrido la tarde del pasado viernes, cuando fue asesinado el vigilante del CDI, José Luis Domínguez, luego de intentar truncar el hurto de su arma de dotación.
Como muestra de rechazo frente al hecho y para pedir mayor tranquilidad para su comunidad, algunos habitantes del barrio Francisco de Paula Santander, ubicado al suroccidente de Valledupar, se sumaron también al plantón en la puerta del centro infantil.
“Hoy sentimos el corazón comprimido porque este espacio debe ser un recinto sagrado, estamos formando a nuestra primera infancia, nuestro presente y futuro”, dijo Gina Tapias Arrieta, coordinadora de los CDI en Valledupar, quien al tiempo hizo un llamado a los gremios y diferentes estamentos para tratar de rescatar a los jóvenes que están sumidos en la violencia.
Por su parte, Margelis Garizado, madre de familia, apuntó que es alarmante la situación que se vive hoy en esta zona de la ciudad, “estamos consternados, esto preocupa, se requiere mayor presencia de la Policía”. Así como esta madre de familia, la docente Arelis Viana insistió en que urge un mayor acompañamiento por parte de las autoridades.
En ese mismo sentido Adalberto De Armas Domínguez, quien hace parte del equipo de trabajo de los CDI en la ciudad hizo un llamado no solo a las autoridades locales, sino nacionales para que dirijan realmente su mirada a esta región del país y empiecen a tomar medidas de fondo. “En estos momentos estamos despidiendo a un compañero, pero no podemos esperar que tengamos que entrar a un Centro de Desarrollo Infantil a levantar a nuestros niños”, anotó.
Habitantes del barrio Francisco de Paula Santander piden mayor acompañamiento de las autoridades en esta zona que según ellos cada día se sumerge en la desidia, olvido e inseguridad.
Letty Polo Thomas
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