Un proceso de enajenación hace más de 20 años permitió que privados se apropiaran de un espacio público histórico que hoy es centro de una disputa entre vecinos y propietarios legítimos del predio.
En el barrio Cañaguate, cerca al centro histórico de Valledupar hay discordia entre los vecinos por la venta de un lote en el callejón de Concha Moreno, ubicado en la carrera 8 entre calles 14 y 15, luego de que se inició la construcción de muros en el terreno que históricamente ha sido utilizado como patio comunal.
Jorge Leonel Rodríguez Cabrales, asesor jurídico del curador urbano número 2 de Valledupar, señaló que: “la señora Astrid Romero (propietaria del terreno) presentó la documentación requerida conforme a la ley para la expedición de licencia de construcción, la cual fue aprobada en agosto de 2014”.
Según lo indicado por el funcionario de la Curaduría Número 2, el permiso para la construcción se adelantó regido en la norma, “las etapas fueron cumplidas, se escuchó a terceros y a vecinos, se les respetó el derecho al debido proceso, se les recibieron y contestaron sus reclamaciones; todo dentro del marco legal”.
Sin embargo, los vecinos del lote aseguraron que no recibieron ninguna notificación y que se enteraron que este había sido vendido cuando Astrid Romero inició la construcción de los muros.
“A nosotros nadie nos dijo que ese lote había sido vendido otra vez, pues ella no es la primera dueña que aparece”, contó Dolly Lozano, vecina del sector.
Por su parte, Dickson Quiroz propietario de uno de los edificios que limitan con el patio comunal, aseguró que “ese lugar es un centro de manzana que tiene más de 200 años de uso comunal, e históricamente han sido área pública que están al servicio de los habitantes de la manzana, el municipio no podía vender, ya que hacen parte de la red de callejones del viejo Valledupar”.
Al respecto, el secretario de Planeación Municipal, Raúl Villegas señaló que el predio fue enajenado por el alcalde municipal de 1980, autorizado por el Concejo Municipal y por lo tanto existe un acto administrativo en firme que ampara con escritura al poseedor, “quien tiene todo el derecho de ir a la curaduría y sacar una licencia de construcción para ese predio en particular”.
Agregó que no toda propiedad del municipio es espacio público, y por lo tanto hay predios que el municipio puede enajenar con previa autorización del Concejo Municipal.
“Nosotros en la oficina de planeación no tenemos la competencia para examinar si ese acto administrativo de la titularidad es legal o no, lo que si vamos a hacer es oficiar ante la oficina jurídica de la alcaldía para que ante un juez de la república se lleve a cabo un proceso para ver si la venta de ese predio hace 35 años cumple o no con los requisitos”, concluyó Villegas.
A pesar de esto, los vecinos del callejón de Concha Moreno no dejarán pasar por alto el incidente, que consideran arbitrario y anunciaron que tomarán medidas judiciales, como es el caso de Carmenza de Páez.
“Yo tuve una disputa hace 20 años por la misma razón y en una acción legal una juez de la república declaró que este centro de manzana es parte de una servidumbre, así que esto debe pesar en las acciones que interpondremos”, dijo la afectada.
Así las cosas, la disputa seguirá mientras que la administración municipal y autoridades competentes además de definir sobre la legalidad del cerramiento de una parte del callejón adelantan las acciones pertinentes para la conservación de este sitio emblemático del centro histórico de Valledupar.
Reseña histórica
En 1990 durante la alcaldía de Rodolfo Campo Soto, se realizó un reconocimiento sobre todos los espacios públicos y privados que están ubicados en el centro histórico de Valledupar, lo cual dio como resultado el proyecto ´Plan Centro´, que se construyó en alrededor ocho meses con la participación de un grupo interdisciplinario y tuvo en cuenta a todos los ciudadanos que quisieron participar en el diseño del mismo.
Esta iniciativa permitió, entre otras, que Valledupar avanzará frente al tema de ordenamiento territorial; se sembrarán los árboles que actualmente dan sombra y son insignia de la ciudad; se construyeran los andenes y se pavimentarán calles principales como la cuarta.
Además el Plan Centro, contempló dentro de su ejecución la conservación y restauración del Centro Histórico, del cual hacen parte los centros de manzanas comunitarias o patios comunales. Todas estas decisiones se plasmaron en el acuerdo municipal No. 017 de 1992, donde se establecen todas las normas.
La historia de la capital cesarense confirma la existencia de estos patios comunales desde su fundación hace 465 años, que siempre se han identificado por su carácter pastoril. Al respecto, el arquitecto Carlos García, aseguró “esta ciudad es de origen pastoril y se fundó como un centro para de aquí irradiar hacia la región el pastoreo bovino”.
Las casas coloniales ubicadas en el centro histórico tienen portones pequeños y las entradas más amplias se encuentran en la parte trasera que colindan con estos espacios comunales.
“Esto no es nuevo ni es una cosa que sean embeleco de ahora, al contrario existe una pasividad enorme para no entender la importancia que tienen esos espacios en un sector tan deprimido como el centro de donde todo el mundo se está yendo”, comentó el arquitecto.
“Si nos vamos a la legalidad y la hacemos cumplir, todos los centros de manzanas que con el tiempo han sido apropiados por algunos privados, deben ser devueltos a la comunidad, la ley dice que los espacios comunitarios son imprescriptibles”, Carlos García, arquitecto.
Por María Paula Arango Zambrano / EL PILON
Un proceso de enajenación hace más de 20 años permitió que privados se apropiaran de un espacio público histórico que hoy es centro de una disputa entre vecinos y propietarios legítimos del predio.
En el barrio Cañaguate, cerca al centro histórico de Valledupar hay discordia entre los vecinos por la venta de un lote en el callejón de Concha Moreno, ubicado en la carrera 8 entre calles 14 y 15, luego de que se inició la construcción de muros en el terreno que históricamente ha sido utilizado como patio comunal.
Jorge Leonel Rodríguez Cabrales, asesor jurídico del curador urbano número 2 de Valledupar, señaló que: “la señora Astrid Romero (propietaria del terreno) presentó la documentación requerida conforme a la ley para la expedición de licencia de construcción, la cual fue aprobada en agosto de 2014”.
Según lo indicado por el funcionario de la Curaduría Número 2, el permiso para la construcción se adelantó regido en la norma, “las etapas fueron cumplidas, se escuchó a terceros y a vecinos, se les respetó el derecho al debido proceso, se les recibieron y contestaron sus reclamaciones; todo dentro del marco legal”.
Sin embargo, los vecinos del lote aseguraron que no recibieron ninguna notificación y que se enteraron que este había sido vendido cuando Astrid Romero inició la construcción de los muros.
“A nosotros nadie nos dijo que ese lote había sido vendido otra vez, pues ella no es la primera dueña que aparece”, contó Dolly Lozano, vecina del sector.
Por su parte, Dickson Quiroz propietario de uno de los edificios que limitan con el patio comunal, aseguró que “ese lugar es un centro de manzana que tiene más de 200 años de uso comunal, e históricamente han sido área pública que están al servicio de los habitantes de la manzana, el municipio no podía vender, ya que hacen parte de la red de callejones del viejo Valledupar”.
Al respecto, el secretario de Planeación Municipal, Raúl Villegas señaló que el predio fue enajenado por el alcalde municipal de 1980, autorizado por el Concejo Municipal y por lo tanto existe un acto administrativo en firme que ampara con escritura al poseedor, “quien tiene todo el derecho de ir a la curaduría y sacar una licencia de construcción para ese predio en particular”.
Agregó que no toda propiedad del municipio es espacio público, y por lo tanto hay predios que el municipio puede enajenar con previa autorización del Concejo Municipal.
“Nosotros en la oficina de planeación no tenemos la competencia para examinar si ese acto administrativo de la titularidad es legal o no, lo que si vamos a hacer es oficiar ante la oficina jurídica de la alcaldía para que ante un juez de la república se lleve a cabo un proceso para ver si la venta de ese predio hace 35 años cumple o no con los requisitos”, concluyó Villegas.
A pesar de esto, los vecinos del callejón de Concha Moreno no dejarán pasar por alto el incidente, que consideran arbitrario y anunciaron que tomarán medidas judiciales, como es el caso de Carmenza de Páez.
“Yo tuve una disputa hace 20 años por la misma razón y en una acción legal una juez de la república declaró que este centro de manzana es parte de una servidumbre, así que esto debe pesar en las acciones que interpondremos”, dijo la afectada.
Así las cosas, la disputa seguirá mientras que la administración municipal y autoridades competentes además de definir sobre la legalidad del cerramiento de una parte del callejón adelantan las acciones pertinentes para la conservación de este sitio emblemático del centro histórico de Valledupar.
Reseña histórica
En 1990 durante la alcaldía de Rodolfo Campo Soto, se realizó un reconocimiento sobre todos los espacios públicos y privados que están ubicados en el centro histórico de Valledupar, lo cual dio como resultado el proyecto ´Plan Centro´, que se construyó en alrededor ocho meses con la participación de un grupo interdisciplinario y tuvo en cuenta a todos los ciudadanos que quisieron participar en el diseño del mismo.
Esta iniciativa permitió, entre otras, que Valledupar avanzará frente al tema de ordenamiento territorial; se sembrarán los árboles que actualmente dan sombra y son insignia de la ciudad; se construyeran los andenes y se pavimentarán calles principales como la cuarta.
Además el Plan Centro, contempló dentro de su ejecución la conservación y restauración del Centro Histórico, del cual hacen parte los centros de manzanas comunitarias o patios comunales. Todas estas decisiones se plasmaron en el acuerdo municipal No. 017 de 1992, donde se establecen todas las normas.
La historia de la capital cesarense confirma la existencia de estos patios comunales desde su fundación hace 465 años, que siempre se han identificado por su carácter pastoril. Al respecto, el arquitecto Carlos García, aseguró “esta ciudad es de origen pastoril y se fundó como un centro para de aquí irradiar hacia la región el pastoreo bovino”.
Las casas coloniales ubicadas en el centro histórico tienen portones pequeños y las entradas más amplias se encuentran en la parte trasera que colindan con estos espacios comunales.
“Esto no es nuevo ni es una cosa que sean embeleco de ahora, al contrario existe una pasividad enorme para no entender la importancia que tienen esos espacios en un sector tan deprimido como el centro de donde todo el mundo se está yendo”, comentó el arquitecto.
“Si nos vamos a la legalidad y la hacemos cumplir, todos los centros de manzanas que con el tiempo han sido apropiados por algunos privados, deben ser devueltos a la comunidad, la ley dice que los espacios comunitarios son imprescriptibles”, Carlos García, arquitecto.
Por María Paula Arango Zambrano / EL PILON